Necrull olfatea el aire del pasillo y nota el calor.
No se, no me gusta este pasillo. No parece que estemos protegidos contra él.
Luego se acerca hasta donde está el semiorco.
Sí, parece que ese advenedizo ha pasado por aquí. Con un poco de suerte nos librará de las posibles trampas. Yo también optaria por pasar por aquí.
El brujo desenfunda su maza, pero su mano izquierda la mantiene en una posición extraña, lista para cualquier cosa.
La mirada se me extrañaba... se me replegaba entre las pestañas afilandoseme en apenas dos finas rendijas azabaches... y la mano me buscaba instintiva el tesoro de la harpía en el afán protector...
Por qué romper los armarios?.... qué era lo que... buscaba?... el gesto se me inclinaba interrogante... Si no sabía de este lugar... ni conocía... que podía estar buscando?...
El sonido de las armas al desenfundarse me tensó la espalda... Ummmmmm..... y el asentimiento fue breve, gesto brusco de cabeza que obligó al flequillo a oscilar sobre los ojos...y el paso siguió el de aquellos extraños compañeros mientras la espada aún dormía en la cintura y el tesoro de la harpía se protegía en mi cuerpo... Porque yo no quería ocuparme de aquel enano... y porque... a pesar de todo... debíamos encontrar a aquel Señor... y la espada nunca me había parecído una buena presentación...
Escena los laboratorios...