En medio del jardin un ser tranquilo espera a su alumno, envuelto en finos cueros observa el devenir del dia sentado en un banco
Ven sientate a mi lado y aprendamos del entorno... joven batidor.
La fina figura se meuve para dejarte un sitio en el banco.
Un jadín rodeado de árboles y todo tipo de flores y plantas le aguardaban a Sebastian.
Pululaba por el lugar cuando divisó a un ser de finos ropajes de cuero. Ese mismo ser le indicó que se sentase a su lado.
El joven no se sentía demasiado ubicado en este lugar pero decidió acercarse y tomar asiento mientras observaba algún punto perdido del jardín.
-Bonito día ¿no es cierto?..- dijo tras descansar su cuerpo en aquel banco y mirando a ese punto perdido..
¿Como defenderias una fortaleza voladora?
El hombre te mira con unos profundos ojos grises, el brillo divertido salta a sus ojos...
Como... tenemos que mirar como hacerlo... y disponemos de muy poco tiempo.
Sebastian sonríe ante el comentario pero no deja de divisar el hermoso jardín.
-Supongo que con valentía y honor. Me imagino que no tendrán Dragones verdes ¿cierto?..- tan solo trataba de continuar con el tono divertido que reflejaban sus ojos.
-Muy poco tiempo.. ¿de cuanto disponemos? Os ayudaré con mi arco..- dice satisfecho.
Riendo se levanta...
Nosotros seguro que no tenemos de esas criaturas, pero los elfos... puede. Arcos y ballistas se estan fabricando ya en masa...
Nosotros tenemos que ir de caza... necesitamos nuevas monturas y no podemos esperar a que los grifos crezcan... necesitamos monturas para los guerreros... ¿te apetece salir de caza?
Al principio empezó a pensar que todo esto iba a ser un juego para niños aburridos y mimados. Sin embargo al ver aquel tipo, Sebastian se sentía mas que cómodo con su presencia y por ello le intrigaba saber el conocimiento que sin ninguna duda el extraño ser desprendía.
-Arcos, ballestas, dragones, grifos.. se quedó con gesto pensativo, seguro y firme. Solo un inútil diría que no-
Se levantó cogiendo una piedra del suelo y la lanzo a la lejanía para que se perdiese entre el jardín.
-Estoy deseándolo..-
Pues no hay nada mas que decir.
Ropa de abrigo y a cabalgar, cazaremos ... lo que encontremos...
Vamonos...
Con fuerza te agarra del brazo y lanzandote un petate te arrastra hasta la plaza donde esperan dos grifos ensillados.
La hora de la verdad, ¿eres un cobarde?
Sebastian ríe de buena gana ante el curioso personaje. Con todo su arsenal bien enfundando en sus respectivos sitios observa con argullo a esas míticas criaturas que descansan en la plaza.
-¡Wau!.. Nunca... vaya, son preciosas. ¿Puedo tocarles?...- con orgullo y sin respuesta del tipo con extraños vendajes se encara sin miedo hacia uno de los glifos y acaricia su cuello antes de subirse en el.
-Os estoy esperando señor. Por cierto como debo dirigirme a vos..-
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Montar
Resultado: 17(+5)=22