Partida Rol por web

- No, no - el semiorco al ver que la mujer pretende que cargue con los pequeños toma una rápida decisión, dejando a la niña en el caballo, deja la lanza apoyada en el mismo Coloso y baja de un salto.

- Si vienen más yo soy el que debe defenderlos - se intenta explicar mientras toma a la mujer de la cintura y la levanta con facilidad - Y tu, sosten a tu hermanito - le indica a la pequeña, así la mujer, la pequeña y el niño que tenía en sus brazos quedan acomodados en Coloso mientras el guerrero se dirige al otro caballo y monta rapidamente, volviendo a tomar su lanza mientras explica - Aguanta un poco más, solo debes aferrarte a la montura y Coloso los llevará -

Preocupado por los sonidos de los posible nuevos enemigos mira fijamente a la mujer y a la niña, mientras insiste - Donde podemos escondernos... nosotros y los caballos. De ti depende la vida de tus hijos, aguanta un poco más. En cuanto estemos a salvo veremos esas heridas -

La mujer te te señala la calle de abajo e intenta espolear el caballo hacia ella pero la inesperiencia y la fatiga hacen mella en ella y Coloso no obedece sus ordenes...

Al menos por ahora sabes el camino cuando ves aparecer otros 4 lagartos en la plaza con lanzas... ninguno ha venido por el camino que queria tomar la mujer...

- Vamos, vamos - al ver que la mujer no tiene fuerzas para dominar a Coloso, Alfren se coloca a su lado y golpea su grupa - Espero ahora puedas guiarlo - murmura preocupado mientras observa las nuevas figuras que han aparecido en el callejón

Espoleas el caballo y coloso te sige como una exhalación calle abajo perdiéndose los siseos de los lagartos.

Al final de la calle una enorme puerta de madera corta abruptamente la calle, parece la entrada a lo que seria la fortaleza y las calles por las que galopas las casuchas de los campesinos que viven a su sombra…

Espoleando al caballo mas si cabe enfilas la calle en dirección a la puerta, justo encima ves a varios humanos que gritan desesperados… tanto para dentro de la muralla como en tu dirección y señalando por encima de tu cabeza…

Al girarte ves porque gritan… un lagarto montado en lo que parece un murciélago gigante esta picando a por vosotros…

El combate en tus condiciones no es una gran opción por lo que jaleas al caballo en dirección a la puerta que comienza a abrirse poco a poco…

- Esto si que es un problema - murmura el semiorco, preocupado por el lagarto "volador" que se le viene encima.

Con todo el espiritu caballeresco de Alfren puede más que su instinto de sobrevivencia por lo que se preocupa, antes que nada de espolear a Coloso para que ponga a salvo a la mujer, lo que consigue con un par de palmadas en las ancas de su animal.

Una vez cumplida la tarea más importante intenta dominar a su nuevo animal, el que montaba los lagartos, taloneando con fuerza en los bajos del mismo. Está claro que los años de entrenamiento en los establos de su padre le dan resultado, dado que el animal, no por desconocido deja de obedecerlo y consigue traspasar el portón apenas unos centímetros detras de su rescatada

- Un clerigo! - es lo primero que grita - Está a punto de morir! - insiste señalando a la mujer. Alfren se mantiene firme sobre su cabalgadura mientras mira a su alrededor, esperando que el murciélago gigante no tenga forma de ingresar a la fortaleza.

Como una exhalación los caballos recorren la calle, Coloso atraviesa la puerta y dando un gran salto pasa por encima de la gente situada en la entrada…

Instantes después pasas las puertas por el pequeño hueco que dejan y justo te da tiempo a ver una gran ballesta que te apunta directamente al pecho. El boing de la cuerda al destensarse y lanzar la enorme fecha hacia ti eriza todos los pelos de tu nuca, ladeándote un poco por instinto la flecha pasa rozándote a escasos milímetros.

El gran ruido a tu espalda te indica que la flecha a impactado contra algo… te da tiempo a volverte y ver como el gran murciélago esta atravesado por la flecha y el impulso lo manda a el y a su jinete girando descontroladamente en el aire casi de vuelta a la plaza de donde salisteis…

Tras ello el sonido del portón al cerrarse…

- Buen disparo! - más allá que estuvo a punto de ser el blanco del arma de asalto, Alfren es consciente que no es el momento de quejarse de eso - Realmente un muy buen disparo, ese lagarto lo pensará de nuevo antes de montar en otro de esos murciélagos - agrega convencido antes de mirar a su alrededor y darse cuenta que no lo miran con buena cara.

Con todo, lo primero es lo primero - Un clérigo para la mujer - insiste - Esos malditos lagartoides la hirieron gravemente. Puede matar al grupo que la intentaba atrapar, pero está muy mal. No tenemos tiempo - se explica, dando por sentado que el tiene todo el derecho del mundo a estar en el lugar. Si algo le enseñó su padre... su padrastro, es que el valor es siempre bien valorado. Y si algo no le falta al proyecto de caballero es valor

Apuntando su lanza hacia el piso, demostrando que no piensa atacar espera la reacción de sus "aliados" mientras observa con interés la extraña ballesta, dándose cuenta que puede ser una buena pieza para "pintar" con su pintura mágica

- Me llamo Alfren - comenta como al pasar - Y debo agradeceros ese excelente disparo. Por un momento pensé que no escaparíamos del segundo grupo de lagartos, ni del jinete aereo. Suerte que vuestra compañera sabía donde estabais... y que los virotes son más rápidos que los murciélagos - intenta bromear - Sino no la habríamos contado -