Partida Rol por web

Treinta y seis grados a la sombra. Ni una brizna de viento.  Ni una nube.

Hoy es un día ocupado para los Vigilantes de la Playa: en la Playa Morro de Gos se celebran las semifinales del Campeonato Mundial de Camisetas Mojadas. Pocos kilómetros más abajo, la Convención Intercontinental de Monjas, Strippers y Actrices Porno se ha reunido para la despedida de soltera de su presidenta. El supergrupo apenas da abasto para tener a tanta gente vigilada.

Por suerte, hace poco han reclutado a un nuevo becario.

Manolo Cá se seca el sudor con el dorso de la mano. Encaramado a su silla de socorrista, ya ha vaciado cuatro botellas de agua y ha tenido que quitarse la gorra y las gafas de sol porque sencillamente queman demasiado. Intenta ignorar la molesta sospecha de que le han timado y que está llevando a cabo una labor importante, que simplemente no está de guardia porque es el último que ha llegado a los Vigilantes de la Playa.

Frente a él, en la orilla, una multitud de adolescentes perteneciente a un viaje de estudios de instituto grita, chapotea y enloquece a sus profesores. Algunos metros a su derecha, hay un mar de toallas multicolores en el que numerosas mozas de buen ver (y gente más lamentable pero a esos no los mira mucho) se tuestan al sol. Y a su izquierda, el chiringuito “La Fritanga Pringosa” le tienta con sus sombrillas y su tira-cañas.

En el chiringuito “La Fritanga Pringosa” la multitud se amontona en la barra. Pese a las dos docenas de denuncias por parte de sanidad que acumula cada verano, el dueño es primo del concejal de cultura y raras veces tiene problemas con las autoridades: al fin y al cabo, su puesto está declarado “de interés nacional” y “de higiene extrema”. En cualquier caso, las moscas raramente se acercan por allí.

En cambio, la gente adora sus cervecitas, sus tapas guarras y sus paellas a mediodía. Incluso las bolsas de patatas saben diferente (y al precio que van, normal que te sepan raro). Y hoy, como siempre, está lleno a reventar. Pero hoy es un día especial.

En una de las mesas centrales (roja, gastada y casi se puede leer “Coca-Cola” en ella) se celebra un disputado duelo de boquerones y cervezas entre dos individuos con pinta de turistas.

Uno tiene aspecto de alemán y es grande y gordo como un hipopótamo. Lleva los brazos cubiertos de tatuajes azulados y engulle las tapas como si fuera un pozo sin fondo.

El otro está colorado como una gamba y, según dice, lleva diez días sin dormir. A pesar de ello, su pulso no tiembla cada vez que alarga la mano para coger otra jarra de cerveza.

La multitud anima a los dos contendientes mientras los platos y jarras vacías se van acumulando a un lado.

La tensión se palpa en el ambiente...

Voy a tontear con las mozas, a ver si me ligo a alguna con mi sexilexia:

Pintas 3 + sexilexia 5 + 1D10 y saco un 1: buena pifia!!!

Después del fracaso opto por tomarme unas cervecitas, a ver si se me pasa el sofoco

Manolo puso su mejor sonrisa a la vez que soltaba una de sus estudiadas frases para ligar a una hermosa morena de bikini azul:

-Hola, nena-dijo con voz insinuante-¿estudias o...?

Pero la respuesta de la chica fue soltar un alarido de terror y salir corriendo junto con una docena de personas más. Manolo frunció el ceño preguntándose qué había pasado hasta que reparó en que su Mano Loca se había estirado seis metros desde su silla de socorrista.

Miró a su alrededor y sólo vio toallas vacías. Decidió que necesitaba un trago y dirigió sus pasos hacia el chiringuito.

Voy a comerme hasta los palillos de las tapas, pa no pagar. Allá vooooy!!:

Cuerpo de guiri 7 + Bíceps 5 + 1d10 10 = 22 (sin potra)

Ñam, ñam... con eso si no me equivoco me como hasta al gordo de los tatoos y a los jueces tb. Con 22 del regüeldo que me echo de postre hago añicos los cristales del bar!!!

Quiero intentar ante tanta expectación mi habilidad de bajos fondos, pa a ver si saco algo de información sobre las actividades de los piratas canallas, o cualquier asunto turbio de la zona... aunque noto que voy algo piripi después de tanta jarra.

Me tomo un tallat con hielo para regenerarme y espabilar y a ver si investigo o aunque sea me echo un guiñote con los asiduos del bar, que me debo a mis fans.

El hombre de piel rojiza comía como un banco de pirañas: seis platos de bravas, dos raciones de pulpo, un plato de paella (con montañita) y un cesto de pan. Y todo abundantemente regado con cerveza y sangría de la casa. 

Había engullido toxinas como para matar a una manada de elefantes pero el único efecto que le produjeron fue un sonoro eructo:

-BROOOOOOERP

Suerte que el chiringuito estaba bien ventilado.

El señor gordo que competía con Farraman se derrumba hacia atrás con un tono azulado en la cara.

Con una sonrisa amarillenta, Farraman se incorpora y se acerca a la barra para pedir un vermout con pulso firme. Dirige una mirada a su alrededor: su instinto le dice que algo se está cociendo. Y no en la cocina de este antro.

Mapa de la situación:

Me endiño el vermout de un trago y me dirijo hacia un grupo de asiduos del bar, que no dejan de parlotear en voz baja dirigiendo miradas de asombro hacia mi ante tal "proeza gastronómica", para ver si haciendo uso de mi alma fiestera bien entonada consigo sacarles información relevante.

Los individuos de la mesa te dirigen una mirada mitad asombro mitad respeto antes de hacerte gestos de aprobación levantando los pulgares y gruñendo guturalmente. Tu Alma de Fiesta los deja finos-finos...

-Joder, qué tío este...

-Es guiri pero los tiene bien puestos...

-Me recuerda al pavo aquel de la cárcel, el del tupé...

-Jodo, qué manera de tragar boquerones. Y ni parpadea...

-Ah, sí, ¿qué fue de él? ¿Salió...?

-Sí, bueno, está liado con la señora de un Guardia Civil, tiene contactos...

-¿Sacamos al gordo ese de aquí? Igual lleva algo en los bolsillos...

-Uy, no, ya no. Creo que ella le cobra los favores: es de esas guarras que les gustan las joyas...

-Ah, pues un tío como Cadillac sabe dónde conseguirlas...