Partida Rol por web

Cuando Bernardo abre los ojos mira alrededor, a penas puede respirar, tiene nauseas y le duele la espalda. esta tumbado en el suelo, trata de levantarse pero descubre que una enorme pila de escombros le tiene atrapado.

-¡Me cago en la puta!- dice, escupiendo polvo.

Agarra las placas de metal con las manos y trata de apartarlas.

Resultado: 6(+7 Biceps)=13 (éxito)

Lo consigue con cierta facilidad y se pone de pie.

Comprueba si tiene algún hueso roto, estira algunos músculos y se limpia la cara y los ojos para poder ver y oír. 

Después de unos minutos se pone a buscar supervivientes, acercándose poco a poco hacia la zona del concierto.

-¿¡Hay alguien ahí!?

Bernardo se encogió por un dolor que realmente no sentía. Estaba en medio de una planicie de escombros radioactivos y trozos de metal retorcido igual que si hubiera caído una bomba. Donde antes había dos decenas de miles de peludos fumando, bebiendo y haciendo cuernos con las manos ahora sólo había desolación.

A lo lejos, una línea de fuegos crepitantes marcaba el horizonte. El silencio era ensordecedor.

¿Qué diablos había pasado?

Confuso, se hizo un rápido chequeo corporal: dos brazos, dos piernas, diez dedos en las manos... aparentemente, no le faltaba nada importante. Y no le parecía normal. Había sobrevivido a una explosión nuclear dentro de una caseta prefabricada. Debería estar hecho pedazos, derretido o desintegrado. Y lo único que notaba era el pelo de punta y un cierto olor a quemado.

En todo caso, la explosión le había afectado: oía un lejano sonido de guitarras eléctricas dentro de su cabeza.

Entonces lo notó: mirando hacia donde las llamas eran más altas, donde (creía) había estado el epicentro de la explosión sintió (a falta de una palabra mejor) que había algo muy especial. Las guitarras de su cabeza subieron de volumen como si algo o alguien le estuviera llamando en esa dirección.

Un soplo de brisa lanzó contra su pierna derecha un flier chamuscado del Ultra-Hard Rock Festival que tan dramáticamente se había interrumpido.

Le dirigió una mirada cuando oyó algo.

El primer impulso de Bernardo es esconderse, sin embargo no es su estilo, no desde que obtuvo el título de guardia de seguridad. Podría ser alguien que necesita su ayuda, recoge el Flyer y lo guarda en su bolsillo, quizá ofrezca información sobre la organización, para pedir indemnización, para testificar o lo que sea necesario.

Después se encara hacia la silueta que avanza.

-¡Hola! ¿Necesitas ayuda?

Alguien se acercaba a través del humo denso y grasiento.

Una figura bamboleante se aproximaba dando tumbos como si fuera drogada o borracha. No era de extrañar: en aquel festival había habido doce barras donde servían bebidas alcohólicas (de calidad funesta) y más camellos que en la cabalgata de reyes. Practicamente cualquiera que hubiese sobrevivido a aquel holocausto tenía que ir colocado a la fuerza.

El extraño dejó escapar un gemido. Definitivamente, iba ciego como una cuba.

Y entonces se dejó ver: estaba horriblemente quemado por la radiación hasta un punto que parecía imposible que pudiera seguir vivo. Su camiseta negra, sin embargo, parecía intacta. Después de todo, ni siquiera un holocausto nuclear podía vencer a un heavy. Bernardo era la prueba viviente. O aquel tipo.

Al ver a Bernardo, el extraño aceleró el paso. Entreabrió la boca dejando escapar otro ruido desagradable...

Bernardo cierra y abre nuevamente los ojos al ver aquello, obviamente no es un pobre desgraciado pidiendo ayuda, esa cosa va hacia él y parece tener malas intenciones.

Levanta los puños y se dispone a pelear.

Resultado: 7(+4 Maña)=11 (Menos que él)

-¡Hijo de p...!- Esa cosa es rápida, de momento le lleva ventaja.

El desequilibrado individuo se movió sobrenaturalmente rápido pillando a Bernardo por sorpresa. 

La cosa estiró los brazos terminados en manos resecas y trató de darle un caluroso abrazo mortal. Sin embargo, el juego de piernas de Bernardo era lo bastante bueno como para esquivar la torpe acometida de un yonki quemado por la radiación.

Bernardo carga el hombro y golpea con fuerza, intentando alcanzar la mandíbula de esa cosa.

-¡Tus muertos!

Resultado: 2(+5 pelea)=7 (Fracaso)

Parece que el aturdimiento de la situación ha afectado a Bernardo, quien no es capaz de acertarle.

No fallará la próxima vez.

El extraño retrocedió por el empujón de Bernardo pero siguió adelante con la boca abierta y los brazos extendidos. Un chorro de baba espesa goteó por la comisura de su boca.

Sin embargo, no vio una litrona vacía tirada en el suelo.

El pie quemado del extraño se alzó de golpe mientras la botella salía volando. Se derrumbó torpemente a los pies de Bernardo e intentó agarrarle las piernas.

Bernardo da un paso atrás, para coger espacio y trata de patear la cabeza de extraño:

Resultado ataque: 10 (+5 pelea + 4 maña) + 4 (repetir por el 10) = 23 (Éxito)

Resultado daño: 6(+7 biceps + 8 poder del metal)=21

Esta vez acertó.
-¡Hostia!.- grita al ver las consecuencias. Había pegado muchas patadas en la cabeza, pero aquello no era normal. Su bota había salido disparada contra el cráneo de aquel infeliz con una fuerza increíble.

Las guitarras seguían sonando, aquella cosa del suelo era horrible, la fuerza en su pierna... "¿Se me está torciendo la pelota?" Piensa Bernardo, creyendo que puede estar volviéndose loco.

Esperando a ver que hace su enemigo, Bernardo lanza un vistazo a su alrededor, tratando de averiguar si vienen más cosas de esas.

Resultado percepción: 10(+4 alerta)(+9 repetir el 10)=23 (éxito)

El pie de Bernardo atravesó el cráneo del extraño como si fuera una sandía madura.

¡Crofchs!

Y se quedó quieto

Bernardo retrocedió horrizado mirando la sangre oscura que manchaba su calzado y la pernera de su pantalón. No creía lo que estaba viendo. ¿Cómo había hecho aquello?

Quizás estuviera delirando. Tal vez se había dado un golpe en la cabeza y todo aquello no era más que un sueño enloquecido. Quizás se despertara en una ambulancia si alguien le pellizcaba.

Las guitarras sonaron de nuevo, esta vez con más fuerza. Como si le estuvieran llamando.

Había algo más allá del incendio. Algo, no sabía cómo podía percibirlo, grande e inexplicablemente glorioso.

Tenía que responder a su llamada.

Corre. 

Sigue corriendo. 

Hacia el fuego, hacia el caos, hacia aquel infierno.

Corre hacia las guitarras, trata de atravesar el incendio y despertar de aquella pesadilla... 

¿Pesadilla? No, para nada. Más bien fantasía, sueño, éxtasis.

-Las pesadillas no tienen una banda sonora tan guapa.- Dice Bernardo en voz alta mientras sigue corriendo.

Las llamas son cada vez más altas. El ruido de guitarras eléctricas también. El calor se vuelve insoportable.

Los pasos de Bernardo se ralentizan hasta detenerse. Empieza a pensar que debe haber muerto y ese lugar es el infierno cuando las llamas se abren y muestran algo glorioso. Todo lo que es bueno y poderoso del heavy metal parece haberse condensado en una figura de tres metros de alto recubierta (ligeramente) de cuero negro y tachuelas.

Bernardo cae de rodillas:

-Levántate, guerrero, no es este un lugar de adoración sino de duelo-dice la majestuosa criatura. 

Bernardo se queda literalmente flipado, una mezcla de adoración, fantasía erótica y pánico se apodera de su cuerpo, cuando oye sus palabras debe hacer un esfuerzo para interpretarlas:

Resultado: 9(+2 Seso)=11 (Éxito)

Tarda unos segundos pero reacciona, se levanta torpemente y trata de recomponerse.

-Estooo, menuda se ha liado ¿no? ¿Sabes que ha pasado aquí? No se, ¿lo hablamos tomando unas birras? Me ha atacado una especie de zombie metalero pero le he reventado la cabeza, pst, menudo pringao... Espero que no fuera colega tuyo. Eres muy alta ¿no?... perdona, estoy algo alterado...

La sucesión de estupideces que salen por la boca de Bernardo necesitan urgentemente ser detenidas por alguien. 

Abismo dedica una suave sonrisa del tamaño de un alfanje a Bernardo antes de mirar a su alrededor con un gesto de pena:

-Donde antes había música ahora está el silencio de la muerte. Donde reinaba la alegría ha triunfado la traición. Muchos han muerto sin motivo hoy y los lamentos de sus almas retumban en mi interior. Debe dárseles descanso como a una cinta de noventa que ha dado ya siete vueltas en la radio del coche.

La mujer se incorpora. Bernardo no es un tío pequeño pero se siente un niño a su lado. Su cabeza a penas llega a unas caderas más anchas que sus hombros. Con un chirrido, Abismo desenvaina una espada de dos metros de largo con una sóla mano y la apunta a los cielos.

Las llamas crepitan a su alrededor.

-Desde este momento, yo, Abismo, Diosa del heavy metal y las Guitarras Eléctricas, Protectora de los Melenudos y las Chupas de Cuero, declaro la guerra a este sinsentido: no descansaré hasta que el responsable de todo esto haya pagado con sangre por su crimen. Y tú, Bernardo Altaba, me ayudarás porque eres el Elegido-Abismo señala a Bernardo con un dedo como una litrona de grande-Te has redimido de una vida de pecado, has sobrevivido a las pruebas del destino y aquí estás, dispuesto a tirarle los trastos a una mujer que mide el doble que tú y que podría trocearte sin pestañear. Alguien así tiene que tener un alma de rock and roll y no puede quedarse impasible mientras las fuerzas del mal campan a sus anchas.

Abismo hurga con la mano izquierda dentro de su top de cuero y tiende a Bernardo unas gafas de aviador con los cristales verdes.

-Levántate... Cruzado del Metal.

-Ya estoy de pie, señora.

-Ah, perdón. Es que eres tan bajito... En fin... por cierto ¿quién dices que tocaba hoy?

Bernardo, ahora Cruzado del Metal, desciende su vista hacia abajo, hacia el flier que había recogido y comienza a leer los cinco grupos que tocaban en el concierto:

• 19:30- Celtas y Ortos
• 21:00- Obispo Fornicado
• 22:00- Radiactive Skizoid Therapy (RST)
• 00:00- Blind Guardian
• 02:00- Sons of Kiss

Levanta la vista cada vez que menciona uno, tratando de observar la reaccion de Abismo, de descubrir sus gustos musicales.

Resultado: 9(+4 Alerta)=13 (éxito)

La dama forrada en cueros frunce un entrecejo como un langostino a medida que Bernardo enumera los grupos. Cuando oye a los Blind Guardian una lágrima cae de sus ojos para ir a caer entre sus tetas:

-Dar descanso a todos los que han caído: esta será tu misión, Cruzado del Metal-dice en tono épico-La hecatombe ha alterado el karma de muchos que no debían morir. La única forma de darles descanso es terminar el concierto que nunca acabó. Y para eso necesitaremos los instrumentos adecuados.

Con su espada traza un círculo señalando el horizonte hecho pedazos:

-Busca, Cruzado, busca los instrumentos emblemáticos de cada una de esas bandas que debían tocar: la gaita de los Celtas y Ortos, la guitarra eléctrica de Blind Guardian, los platillos de RST, el bajo de los Sons of Kiss y el micrófono de Obispo Fornicado. Para ello, emplearás tus recién adquiridas habilidades detectoras (así quizás dejes de mirarme las tetas un rato). Sólo te puedo dar una cosa más.

Y se saca una cinta cassette de 60 de dentro del top. Se la arroja a Bernardo.

-Escucha la cara A de esta cinta en tu momento de mayor peligro y acudiré en tu ayuda. Pero sé juicioso usándola pues sólo podrás hacerlo una vez. Y, bueno, no es que se vean muchos magnetófonos por ahí hoy en día...

Bernardo se queda mirando la cinta pensando "¿Estará rebobinada?, tengo que conseguir un Walkman."

Después da un largo vistazo al horizonte que ha señalado Abismo y piensa en sus palabras sobre su poder recién adquirido, obviamente no se refiere a reventar cabezas de zombis, si no a esa extraña sensación de saber donde están ciertas cosas.

Podría preguntarle muchas cosas, "¿Que ha ocurrido? ¿De donde ha salido ella? ¿Que consecuencias puede tener todo ese desastre? ¿Está segura de que encontrar los calcinados instrumentos servirá de algo? ¿Donde están los instrumentos? ¿Ha sobrevivido alguien más?..."

-Si encuentro los instrumentos, ¿te tomas unas birras conmigo?

Esa fue la última frase que pronunció Bernardo Altaba, a partir de entonces siempre fue El Cruzado del Metal.

Buscar primer instrumento: Resultado: 5(+7 Detector del Metal)=12 (éxito)

Abismo sonríe:

-Sólo si las acompañas con una doble de bravas, peludo.

-Je, je... ¿y qué se oye por la cara B...?

Pero Abismo se desvanece en una llamarada acompañada de truenos y guitarreos.