Sentado en el suelo, con la hacha de Leñador quebrada y con los brazos caídos con el dorso de sus manos sobre el suelo, y sobre la palma derecha lo único que le mantenía unido a su Dios, el blasón de piedra, Hablaba con un mínimo hilo de fuerza.
-Por fin se ha acabado esta locura.-Sonrió satisfecho sin levantar el rostro, pues miraba el suelo.-Al menos así lo espero. Con la traición del demonio y su confirmación con Neryastra, todo a sido rodado, Phi solo era cuestión de tiempo que los muertos te reclamaran, como hicieron la primera vez, solo cuestión de tiempo...-Sus palabras no iban dirigidas a nadie en concreto, como si un viejo cansado hablaba a quien deseara escucharle.
Trahorn estaba cansado y esa ultima plegaria en pos de ayudar a combatir, lo había consumido, pero no lo admitiría hasta que todo terminara pero parece que ese era el momento. Alzo la vista lo suficiente para observar su blason y sonrio tras su barba.-Estoy tan cansado, pero agradezco que se mantuviera a mi lado.-Parece que hablaba con ello.-Si, lose. Dare una plegaria por todo caido, bueno o malo, no hace falta repetirlo.
En ese mismo momento, algo paso en su cabeza, con nueva energía, alzo la cabeza y miro al cielo.
-Es cierto... Ese hijo de jiba decía la verdad, no llegaría la noche. Je... me alegro que sea de este modo, maldita sea... necesito una cama.-Sus ultimas palabras cargadas de misterio fueron las unicas que pronuncio antes de volver a bajar la cabeza y cerrar los ojos.
-Espero que los muertos me perdonen
GGGRRRr no habra paz para los malditos..... GGGR, Martillo ve en paz, tu has hecho lo que tenias que hacer... mi alma descansara plena sabiendo que mi mision ha sido cumplida....GGGGGRRRRRR
La mañana se había alzado, y con ella mi alma volvío a la vida... en mi rostro se dibujaba una sonrisa, el camino de Cell había sobrevivido a toda esta barbarie...
Mire con ilusión a Dork y Eladrin, ellos estaban allí, y gracias a ellos yo...
La mayoría se centraba, en Phill y en su caida, pero otro cuerpo captó mi atención... al principio mis pasos eran torpes y lentos luego, según conocía la silueta que había tendida en el suelo aumente mis pasos y aumente la velocidad...
Al llegar junto a aquel cuerpo tendido, me arrodille y miré con ternura su fría piel, mis manos dibujaban su figura mientras negaba con la cabeza...
La pureza de su corazón quiso que todo terminara, y el pago había sido enorme, pues ahora la Valkiria se tendía sobre el suelo, sin vida...
Mis ojos miraron dentro de su mirada quieta... y en sus pupilas me encontre reflejado, y en el fondo de mi reflejo de nuevo estaba ella... Entonces comprendí... comprendí que a pesar de la fría capa de hielo que siempre la rodeaba, había conseguido hacerme presa de mi propio poder...
Necesitaba su presencia, necesitaba volver a tenerla junto a mi... su ofrenda debía de ser recompensada...
Mis manos arroparon su mano fría y con lágrimas en los ojos busqué a todos aquellos que me rodeaban... Traedla de vuelta, no podemos dejarla ir...
Ahora no... Merece ver la mañana que ella ha hecho posible, protegiendo nuestras vidas, y ofreciendose por nosotros...
Mi corazón se estremecía... me tumbe sobre su pecho mientras lágrimas ahogadas mojaban su torso, mis oidos buscaban el latir de su corazón... y en mi deseo o en mi locura, sentía de nuevo latir aquel frío corazón...
Entre susurros, y lágrimas le dije al oido a la Valkiria: Enseñame a cerrar con besos, esta herida que has abierto en mi corazón...
Y mientras seguía junto a su cuerpo, esperé que alguno de los compañeros me ayudara a traerla de vuelta...
Pues todo parecía haber acabado en esa guerra... pero para mí con la peor de las pérdidas como bandera...
La forma casi inmaterial de Sorya pasea la mirada. Tanta tristeza, tantos amores rotos. La sinceridad de los gestos entre las sombras de Neryastra y Phi era conmovedora. El sincero afecto entre Eladrin y Dork era indescriptible.
Ananistra había sacrificado su vida en pos de algo tan simple y tan inmenso como la libertad de su alma, y ahora veía cómo el ser de las aguas lloraba. Y'aimm... aquel ser tan fascinante. El fuego no llora. Sorya no sabe llorar, pero sí sabía cambiar, y en cada cambio hay un aprendizaje.
Su imagen translúcida que ya no es fuego sino magia se desliza sobre el aire sin llegar a tocar el suelo, deseando retenerse en ese lugar por unos instantes más antes de dejarse arrastrar fuera de este y de cualquier otro mundo, perdiéndose en el espacio.
- Conozco una forma Y'aimm... pero no podemos decidirlo nosotros. Ananistra me dijo que podría cumplir mi deseo tanto si nos encontramos ella y yo en este o en el otro mundo... Ahora ambas están juntas, pero Eir debe desearlo, en sus manos está si se arriesga a entregarse a ella a cambio de más tiempo a tu lado. Quizás las estrellas no hayan encapsulado sus almas para la eternidad. Quizás estén a tiempo de formular ese deseo ahora que tan cara pagó Ananistra su libertad.
Quizás un capricho del caos te conceda ese deseo.
Más no puedo hacer, Y'aimm... mi amado Y'aimm - su forma inmaterial parece sonreír con tristeza. - Ojalá al menos tu, entre los dos, logres ser feliz junto a la criatura que te ha conmovido.
Respiro agitado, después de toda aquella pelea. ¿Había terminado finalmente? No podía creer que había concluido. Observe como todos los caídos se levantaban para hablar. Como Eladrin recuperaba la vista.
Me senté en el suelo, agitado y cansado. Me dolía la cabeza pero por unos momentos respire en paz de pensar que había terminado la pesadilla. Aunque fuese solamente el principio, según aquellas palabras, no importaba. Era un momento de descanso de la calma antes de la tormenta.
-Me siento agotado de toda esta mierda…-
Comento mas para mi mismo que para los demás. Apoyo mi codo en mi rodilla y la frente de mi mascara sobre la mano. Una sonrisa se dibujo en mi rostro bajo la mascara. Una sonrisa de calma.
Master, perdon por la demora en postear. Todavia estoy complicada pero voy a intentar postear un poco mas estos dias.
Dork vio acercarse a Eladrin. Sus ojos refulgían con fuerza. Con un azul intenso y con más fuerza que cualquier gema que el enano hubiese visto en su vida. Si la elfa ya era hermosa de por sí, este nuevo cambio dejó embelesado a Dork que vio como la elfa le acariciaba la cara con dulzura y suavidad pero él no podía dejar de mirar esos profundos ojos.
Entonces sucedió. Entonces los labios de Eladrin le besaron. Sus suaves labios se acercaron y le envolvieron. Un escalofrío de placer, un momento de inmensidad, un momento que el enano no quería que terminase,...y entonces se volvió salvaje y el enano abrió los ojos de par en par. Ese momento se tornó vivo, salvaje, como un torbellino. Y todo terminó.
El enano miró sorprendido a la elfa y sonrió, mientras la abrazaba con fuerza:
-Te quiero, mi leona. Y soy muy feliz de haber sobrevivido junto a tí. Gracias por ayudarnos a salir de aquí, mi lapislázuli. Si, lapislázuli era lo más apropiado para aquella leona.
Mirando a Vicfire que estaba apesadumbrado cogió de la mano a la elfa y se acercó hasta él. Dándole unas palmaditas en la espalda dijo:
-Venga caracartón. Que esto ha terminado, no te deprimas. Hemos salido vivos, ¿qué más quieres?
Hizo lo mismo con Trahorn:
-Vamos compadre. Volvamos a la montañas. Anímate.
El enano se sorprendió al ver la cantidad de parejas que salían de allí. Al parecer hasta había cosas buenas en un sitio cómo aquel.
-Trucha, yo que tú me lo pensaría dos veces antes de hacer caso al perro de fuego. Esa tía no te traerá más que condenación. Buscaremos otra forma. Pero yo no haría un trato con esa tipa.
Se abrazó a la elfa y se quedó así durante mucho tiempo.
Las estrellas se hacen lentamente más y más brillantes en el cielo, los muertos se alejan de vuestro paso y el resonar de los cascos de un caballo se hace patente.
Cell vuelve entre vosotros, esta vez su túnica es más real, camina confiado y pese a su aspecto fantasmal juraríais cómo os mira hinchado de orgullo.
Se coloca al lado de Eir y extiende su mano.
Álzate, caída... Tu sitio no está entre los muertos, ni entre los vivos. Tu sitio está a mi lado, cabalgando en pos del Orden.
Su voz es extrañamente real, viva, no es fantasmal o suave como la última vez que recordáis. Eir obedece y se alza entre vosotros, su aspecto se ha tornado fantasmal a la par que poderoso, pero os obligáis a apartar los ojos... Y el recuerdo de su imagen desaparece con el propio gesto. ¿Quizá habrá sido todo un sueño?
Todos los fragmentos de los planos que Rakedus destruyó están aquí ahora. Estamos en el centro de esos planos... Y con ellos puede nacer un nuevo dios. Son muchos los que vendrán a ocupar el puesto de los caídos, son muchos los que lucharán a muerte... No os podéis marchar aún, por el bien del Orden debéis de tomar el poder antes que otros lleguen.
Sus palabras parecen casi una orden, sin poder evitarlo, comenzáis a tomar algo del entorno que os rodea...
Brontes cambia con el vacío de la prisión.
Alana toma la oscuridad del espacio.
Demódinus, su señor, el brillo de las estrellas.
Dork se hace con el frío de la nada.
Eladrín absorbe los fragmentos de los cristales psíquicos.
Sharë Ond toma la fuerza de la tierra sobre la que estáis.
El agua del lago entra en Sorya mientras esta huye por evitarlo.
Trahorn Martillodivino se alimenta de la hierba que pisais.
Vicfire es envuelto por el aire que os abandona.
Vivianne se funde con vuestras sombras.
Y'aimm del Séptimo Océano suspira con el calor que irradíais.
Es un momento extraño, cercano al éxtasis.
Z comienza a vibrar cargada de energía... Débil, moribunda, pero aún presente. Su vibración se hace más y más intensa, resonando con vuestro propio poder.
El propio Cell parece asombrado mientras le mira.
¡Tú! ¡Deberías de estar muerto!
Replica aquel que se yergue como vuestro héroe. Señala con su arma a Z, pero a Z no parece importarle.
Neryastra... Phi Khelek... Greed y Amsu... Ananistra y Tolen... Hyent'nrám y Ukhova... Incluso Taire Súle... ¡¡Todos ellos han muerto!! ¿Y sólo unes a Eir? ¿Es eso el Orden? Ellos... Ellos eran odiados y apreciados, ellos lucharon contra Rakedus... Pero no te importa. Incluso arrebaté las almas del Leñador, Baddel y Lady...
Su tono es de peligro. El poder que emite Z es cada vez mayor y parece completamente fuera de sí.
De repente un brillo anaranjado lo invade todo.
Un montón de oscuridad, atrapado en mitad de una habitación que no da a ningún lugar... Y sin ningún lugar por el que entrar.
En mitad de la oscuridad, una silueta.
Las ropas se parecen a las de Vicfire. En su mano una especie de palo con un brillo incandescente en una de sus puntas. Se lo lleva a los labios y al exhalar una nube de humo dibuja símbolos arcanos y números, que él observa con interés.
En algún momento habéis dejado de absorber las esencias.
Zyba, el Dragón del Kaos. Algunos me conocíais como... Z.
Sus primeras palabras son completamente corteses. Aunque a algunos de vosotros, los que le habéis visto anteriormente, se os hiela la sangre. Otros juraríais haberle visto en algún sueño, en cualquier caso, a él parece no importarle en absoluto. El hombre avanza hacia vosotros con una media sonrisa. Cell se dispone a cargar contra él pero éste alza la mano y lo detiene en seco en mitad de su embestida.
Cell, paladín del Orden, este es mi momento, el tuyo pasó, o no ha llegado, así que aguarda. -hace una pequeña pausa dramática- Veréis, la situación es sencilla: soy libre. Vosotros vinísteis hasta mi jaula y derrotásteis al dragón que hacía de guardián y absorbísteis parte del poder que poseían los barrotes. Gracias a ello ahora sois capaces de escuchar mi nombre sin enloquecer... Y alguno de los presentes sabe de qué hablo. Sí, podéis decir que soy el chico malo... No os equivocaríais demasiado.
Observa los símbolos de humo y luego al resto de vosotros. Cierra los ojos sopesando algo.
Y'aimm del Séptimo Océano... Ella ha muerto por tí y por el Orden... Desafiar ello sería alimentar al Kaos... ¿Estás dispuesto a ello?
Eladrín, tú lo desafías al desear recuperar la vista... Pero el proceso ha comenzado. ¿De verad deseas detenerlo?
Dork, tú... Te enamoraste de una elfa y por ella decidiste cancelar tu valor... Un valor que podría haber cambiado la balanza... Pero a tí no te pregunto, sé que estás orgulloso de desafiar lo establecido.
Brontes, en busca de tu belleza perdida le diste tu don a quien perdió el suyo, el cual le arrebataste... ¿Y aún así sigues creyéndote un seguidor de lo correcto?
Vicfire, votaste contra tí mismo pese a tener la respuesta enfrente, cargas contra el mundo en tu ira por no encontrar un camino. Sé que te arrepientes, pero la duda anidará siempre en tu corazón.
Sharë Ond, pequeña y temerosa, pudiste haber acabado con el enjambre en un sólo gesto pero no lo hiciste, creyéndote pequeña... Algún día serás un dragón, pero debes de escoger tu camino... O morir.
Trahorn Martillodivino... Usaste las armas que te concedí para tu propósito... ¿Tan malvado soy? Puede que sí, pocos me conocen como tú... ¿Cierto?
Alana, servidora de Demódinus, deseabas alzarte con su victoria, por el Enjambre... Y él en cambio se apoyó en tí para traicionar a los suyos, dime... ¿Duele?
Vivianne, desorientada, vil... De sierva a señora... ¿Esa es toda tu sabiduría? Sé que como el enano no te arrepientes, pero eres incapaz de mostrar la firmeza que se espera de tí.
Demódinus... O, Mente de Rakedus... Traidor entre los traidores. Cuando un mal desaparece, uno nuevo nace. Enhorabuena por tu fuerza. Gracias por concedérmela. Quizá encuentres el camino.
Y tú... Sorya... Ahora ha llegado el momento de las dudas. Ha llegado el momento de no ver con los ojos. Está en mi naturaleza, pero... ¿En la tuya?
De algún modo sus palabras llegan, premeditadas, hasta lo más profundo de cada uno de vosotros. Finalmente alza su mirada hacia el infinito.
Pero no es el momento de jugar... Vuestras esencias han cambiado. Pronto lo veréis... Los fragmentos de planos se fundirán, crearán una Amalgama Planar... ¿Y entonces? Comenzará la lucha entre la codicia y la avaricia... Sé que muchos seguiréis del lado de Cell, pero sólo en mí hayaréis la justicia... Hayaréis el poder. Algunos me seguiréis. Algunos me seguirán. La fortuna ya está echada.
Se inclina y con una sonrisa misteriosa desaparece. Sus últimas palabras aún flotan en el aire.
No intentéis escapar... Vosotros mismos formáis parte de la Almagama ahora...