-Gracias Ben, afortunadamente lo del auto era algo menor que se pudo solucionar-respondí a su ofrecimiento de llevarme al finalizar el baile -Y gracias también por cubrirme, te debo una.
Que pronto se la cobró al endilgarme a los padres que se encontraban presentes, con una sonrisa cortes fingí poner atención a sus dudas sobre el desempeño académico de sus retoños -Con gusto el lunes pueden decirle a Angie que agende una cita para hablar al respecto, con esta música es difícil hacerse escuchar- dije sin dejar de sonreír haciendo un gesto de "Lo siento". En verdad no deseaba pasar la noche dando explicaciones del por qué sus hijos no habían conseguido pasar con excelente (en caso de que hubieran aprobado).
Le di otro sorbo al ponche, pero casi me atraganto al escuchar el comentario de Benjamin sobre Joanne, para después irse dejándome sola con el grupo de padres. Aclarándome la garganta me disculpé para ir a tomar un poco de agua.
En el camino me encontré a Ethan que al parecer había llegado solo.
-Hola, divirtiéndote?- Ethan era un buen chico, de los pocos por los que este semestre valía la pena dar clases.
Mientras esperaba su respuesta miré en dirección del grupo lidereado por Diane, bien conocía ese tipo de chicas y no se podía fiar de ellas, mas le valía que esa noche se comportara, no entiendo cómo un chico tan dulce como Joshua podía seguirle tanto el juego, bueno las miradas del chico hacia el pecho de la rubia aclaran la incógnita.
Estaba bebiendo tranquilo cuando Amy empezó a calentar el ambiente con ironía y comentarios que solo buscaban follones. La cabeza empezaba a dar sus vuelcos y mi aguante empezaba a esfumarse. La dejé que se extendiera y luego le dije.- No por más peleas que busques vas a ser más verde, Amy.... aprende un poco de Joane y no busques problemas.
A nuestro lado llego Fez, con comentarios que sentí algo dirigidos hacía mí por haber pasado de él y no tocar su cabeza. Resople y toqué la cabeza de la mascota y le dije.- ¿No podías venir sin el traje de peluche?. - Empezaban sus dolores de cabeza y era todo lo cortes y todo lo parecido a un hola que se podía esperar de él.
LLegaba tarde.
Precius Diamond había decidido que la mejor forma de decirme adios era potándome en el vestido precioso de terciopelo que llevaba puesto, y después de eso había tenido que volver a ducharme. Había sido toda una tragedia, aunque al menos las extensiones seguían con vida y el bronceador parecía que no se había ido del todo.
-MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ -grité desde el baño - NO ENCUENTRO MIS BOLAS CHINAS
Entonces la mujer apareció con un par de bolas colgantes de un hilito y me las puso en la mano mientras yo tenía una toalla en la cabeza. -Las tenía la niña. ¿Podrías tener más ciudado, joder? ¡A ver si se las va a tragar! -entonces salió de allí dejando a mi hija de tres años.
Empecé a vestirme de nuevo. El pelo olía a quemado y las pestañas me dolían un poco por el uso del rizador, pero me daba igual -Tu mami se ha depilado la ratita para triunfar esta noche, mi princesita -le idje una vez estaba embutida en un despampanante vestido de leopardo.
Cuando llegue, todos parecian estar allí, así que lo primero que hice fue entrar como la diva que era, saludar a todos e ir directamente al alcohol- ¡QUE COMIENCE LA FIESTA!