Las heridas sufridas en aquella noche, no eran las más pesadas. Miré a Matthias y dije.- Intenta tratarla bien o te juro que te meteré la horca por el culo...
Escuché todo lo dicho y dije.- Ojalá pudiéramos hacer que uno de los otros viniera hacía aquí y solucionaríamos todo esto... No me gustaría perder a Michael, ni a Diane, ni a Joanne... sintiendo mucho la sinceridad el único al que no me daría pena despedir sería a Matthias, pero ahora no pude ser... o Diane se irá....
No sé a quién se le ha ocurrido esto de encerrar a todos los inocentes, pero sólo sirve para que nos sigamos destrozando.
Por cierto... Joe, dice que será atacado en el otro lado, y que sólo puede defenderse una vez, no se porqué me lo dice, a demás me ofrece el dinero que me robo, por si muere... creo que es un trozo de queso envenando, una manzana roja...
Lo digo por que ya sabéis que me han atacado... por mi me pasa algo... que sepáis que el me robo, para luego darme el dinero... un poco raro todo.
Me apontoqué en la pared, y me dejé caer hacía atrás.- Qué sea lo que sea... pero que sea ya...
Matthías sacó su azada y comenzó a golpear al capitán de rugby con ella, Joanne le lanzó sus coles de bruselas rompiéndole entre los dos sus costillas. El pobre Michael se sentía incapaz de tomar aire, le faltaba la respiración y entonces Diane terminó de rematarle colocando sus pompones dentro de la su boca para asfixiarle.
Sin poder respirar y con las costillas rotas, Michael cayó al suelo completamente muerto.
Tras esa muerte, Diane se desvaneció entre un halo de luces blanquecinas desapareciendo de allí.