Partida Rol por web

DÍA 7. Diurno.

Amanece una semana después de haber sido encerrados. Sois notablemente menos numerosos que hace siete días. Estáis muriendo y sufriendo, sin embargo fuera de estos muros a nadie parece importarle y todo el país sigue haciendo vida normal. Solo vuestras familias y amigos más cercanos parecen preocuparse. Ni siquiera en el telediario se da más de 15 segundos de información sobre lo que pasa en el Congreso. No porque alguien quiera hacer un apagón informativo, más bien porque la audiencia desciende cuando estas salen. 

Es más, nadie sabe exactamente quién ha muerto. Muy pocos saben que Albert Rivera murió. Solo vosotros sabéis que resucitó de entre los muertos ayer. Y absolutamente nadie sabe que ha vuelto a morir. Por ahora...

El procedimiento es el de siempre, que la Ujier hace ya con tedio. Os busca uno a uno para saber quién ha sido (sin esperanzas de que no sea nadie) asesinado. Aquella noche no fue excepcional. Un nuevo cadáver. 

Albert Rivera aparece (de nuevo) muerto. Está claro que es un asesinato llevado a cabo por lo que queda del Grupo Bilderberg. Hay mucha saña en aquel acto y el cuerpo del diputado aparece descuartizado en múltiples miembros y disgregado por los baños del Congreso.

Vaya, vaya. Pobre señor Rivera... otra vez. ¿Eras el puching ball de este hemiciclo verdad? La Ujier no puede evitar el humor negro. De hecho, si consigue salir de allí dejara su plaza de funcionaria y se dedicará a escribir novelas negras. 

Rivera ha sido asesinado. Comienza el turno diurno!

Sabía que no le duraría mucho tiempo, y todavía hay uno de nosotros que es un traidor.Se queda pensativa. Soy la única que ha notado que uno de los presentes nunca habla, ¿donde ha estado Jorge Fernández Díaz?

Jorge Fernández Díaz no parla, i no sabem si és o no un traïdor

- Buenos días señorías. - Saludo al grupo cuando aparezco con el pelo algo revuelto, pues eso de peinarse el tupé sin los útiles necesarios es toda una proeza. Niego con la cabeza cuando compruebo que Rivera ha vuelto a caer.

- Dudo que el señor Jorge Fernández Díaz sea el bilderberg que falta, Teresa. Ni habla, ni vota. Sólo reza y habla con su ángel de la guarda como si los demás no estuviéramos*. Creo que hace tiempo perdió lo poco de cordura que le quedaba. Si no hubiera destrozado el sistema sanitario catalán, quizá hubieran encontrado cura a tiempo para él.

- Yo miraría al resto. Y ya quedamos pocos.

- La señora María Dolores de Cospedal, miraba con intención de comérselo al nuevamente fallecido, el señor Rivera. Parecía tenerle aprecio. Además, votó en las últimas dos ocasiones al bilderberguiano Garzón, cosa que fue determinante para capturarlo.

- La compañera Teresa Jordà, a pesar de sus declaraciones algo confusas, ha demostrado su inocencia con votar a bilderberguianos hasta en tres ocasiones.

- Su señoría el señor Rafael Hernando, por difícil que sea de tragar su expresión vidriosa, nos fue anunciado a todos como un brujo, y luego se nos dijo que el brujo había resucitado al inocente Rivera. Además, participó en las dos últimas votaciones contra bilderberguianos. Por tanto, también lo encuentro inocente.

- Así sólo nos quedan dos sospechosos, pues permítanme que me tache también de la lista, a tenor de las votaciones que he protagonizado, creo demostrado este punto, pero allà uds. señorías a este respecto.

- Decía que quedan como sospechosos el compañero Joan Tardà i el intermitente Joan Capdevila.

- El señor Joan Capdevila no ha participado ni activa ni constructivamente en la persecución de los Bilderberg.

- El compañero Joan Tardà, por mucho que me duela, tampoco. Además, declaró anoche que era capaz de proteger a uno de nosotros abiertamente, con lo cual parecía colocarse una diana en la frente, pero no lo han atacado a él, si no a Rivera. Ni el señor Capdevila ni el compañero Tardà han recibido nunca un voto de un Bilderberg.

- Señorías... - Abro los brazos como dando a entender que está todo dicho. 

- Pot ser que aquest tius no pensaran que jo sigues un objectiu tan atractiu com el Senyor Rivera. Jo vaig pensar el mateix, i em vaig protegir a mi mateix... - Niega con la cabeza, triste y desolado, pues después de todo, un catalán había muerto. Y él debía proteger a los catalanes, pues era el paradigma del catalanismo allí, visto lo visto.

- Pero les meves sospites segueixen estan en tres persones. La primera, Jorge Fernández Díaz. Podría ser una estrategia mes que acertada aquesta de no parlas ni dir res. Tambe te aquesta suspota capdevila, a pesar de ser catala, i tu, Rufian. Com et vas possar cuant et vaig votar va ser tan exagerat.... Ara ho penso, i no puc fer un altre cosa que desconfiar de tu. Per sort, si puc confiar en la Senyora Jorda. Ara mateix tinc un altre problema, i es a qui protegir aquesta nit... ¿Algú te alguna idea? -

Maria Dolores escucha tanto al señor rufián el cual habla con cordura y planteando razones lógicas, como a los otros miembros de la izquierda catalana.

En concreto Maria Dolores se interesa por las palabras del señor Tardá, sin embargo la ausencia de su traductora hace que no entienda ni papa.

Maria Dolores asintió al escuchar las palabras de Rufián, todas sus apreciaciones habían sido muy acertadas, especialmente las que apuntaban al señor Tardá. Ella sabía perféctamente que las declaraciones del señor Tardá eran una mentira, esa mentira aclaró cualquier pequeña posible duda que pudiera tener. Las excusas incomprensibles del lider independentista dejó más claro si cabe que no tenía defensa posible.

Señor Tardá, tiene usted muy poca vergüenza, dice el dicho que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, en su caso hemos tardado pero finalmente ha cometido el error de proclamarse como protector de todos nosotros, cuando a los únicos que usted a protegido durante todo este tiempo es a miembros del grupo Bieldeberg.

El señor Rufián políticamente no es santo de mi devoción, pero he de reconocer que ha acertado en todas sus apreciaciones y coincido plenamente con él. 

Por otra parte creo igualmente que el señor Fernandez Diaz a parte de ser un cero a la izquierda, está desaparecido tanto para lo bueno como para lo malo. Dudo mucho que en sus manos esté el cuchillo que nos amenaza, más aún creo que utilizarlo como objetivo no es más que una estrategia de los posibles Bieldeberg para apartar la atención de ellos.

Mi dedo acusador no duda en apuntar al señor Joan Tardá, es usted un traidor a esta gran nación que es España y a Cataluña.

Señora Jordá y señor Capdevila, siguen ustedes generándome dudas, pero por el momento tienen mi confianza.

Por el momento tiene usted también la mía, señorita de Cospedal. Aún sigue sin gustarme su actitud de no querer revelar los votos antes de que fuesen públicos, pero mis sospechas contra el señor Tardá son mayores. Si bien no puedo asegurar su participación en el grupo, es para mi el más sospechoso.

Señor Rufian, cierto es Joan Tardà és ambivalent i he sospitat d'ell ... però si després de la votació, ell no és culpable, estaré pensant que alguns de vosaltres oculten més del que diuen, i sospecharé de vostè ..

Lo que trataba de decir ella, era que Tardá habia mostrado su ambivalencia y que  si luego de esta noche él no resultaba ser de los traidores  estaria tambien sospechando en  él, la señora Cospedal y el regordo de Capdevila i Esteve

Aquella vez no hizo prácticamente falta el recuento. La Ujier en pocos minutos había liquidado el asunto. 

Señorías, habéis decidido que Joan Tardà debe morir. 

Ante tal sentencia de muerte el diputado catalán empezó a sudar en frío. Miró hacia los lados como un loco y se dispuso a escapar. Apartó de un manotazo tan fuerte a la intérprete que siempre le acompañaba que esta tropezó con sus propios pies y se calló rodando por las escaleras partiéndose el cuello. 

Hubo gritos y un murmullo de asombro entre los presentes que miraban las escena con asombro. Pero la Ujier no se anduvo con rodeos, ágil como siempre cogió su ballesta y lanzó dos flechas que atravesaron de manera certera la espalda del Diputado catalán. 

Ya está bien de tonterías... 

La Ujier y sus ayudantes se ponen manos a la obra rápidamente. Lo primero que hacen es corroborar que la intérprete esté muerta, lo hacen ya como expertos médicos. Le toman el pulso certifican su dramática muerte y se la llevan del hemiciclo con agilidad. 

Mientras tanto la Jefa se acerca al cuerpo del diputado catalán que está tirado sobre unos escaños hacia la mitad de la bancada. Le arranca con flechas con saña, salpicándose de algo de sangre aún caliente. Da la vuelta al cuerpo y lo deja caer sobre una de las sillas y empieza a registrar sus bolsillos. 

La huída (o mejor dicho el intento de huida) de Tardá es bastante clarificador, todos tenéis la esperanza de haber pillado a otro Bilderbergiano. La Ujier, junto con el corrillo de los diputados que quedáis vivos, tardáis pocos segundos en ver un sobre lacrado abierto con una perfecta B en caligrafía rojo escarlata. 

Las pruebas son claras. Habéis pillado a otro miembro del grupo Bilderberg, y dentro de vosotors notáis como si un balón de helio se hinchara y os hiciese flotar de alegría. 

Pero, ¿qué pasará ahora? ¿Los habréis cogido a todos? Y, de ser así, ¿podréis abandonar ya el Congreso? Parece que el centro de vuestras vidas la última semana ha sido pillar a los miembros de este grupo, cosa que habéis hecho de manera muy efectiva los últimos días. Pero alguien sugiere que en realidad estabais allí atrapados por la Ley de Absoluto Gobierno, y ese asunto... Aún no lo habéis resuelto. ¿Que será lo siguiente? 

FIN DEL TURNO.