Ha llamado un conocido, dice que tiene un herido, preguntaba si podía venir. El tono era meramente infromativo, Abot se había limitado a coger el recado, en su expresión se denotaba un poco de alivio ahora que todos esos se habían ido y sus hombros se dejaban caer de un modo poco habitual en él, sin duda había estado bastante nervioso mientras esos esperaban en la sala da espera.
Kranken suspira. Ha sudado frio, y tenia miedo de que si cortaba de más... tambien la cortarían a ella, pero La Calle pide que interprete un papel, y ella lo hará.
"¿Otro paciente? Para eso estamos, Abbot. Para curar a los heridos, y cobrarles por ello ¿Crees que conocido tuyo va a ser de fiar?" Abre la nevera y saca dos latas de refrescos. Le pasa una a Abbot: En el trabajo no se bebe alcohol, pero si hay que refrescarse de cuando en cuando.
¡Ya tenia miedo de que me explotase una bomba en la consulta!
Más que lo que se puede fiar uno de los que se acaban de ir. dijo con un gesto de preocupación Putos mercenarios corporativos, no deberíamos decir a nadie nada de esos tipos, sea lo que sea que han hecho podría recaer sobre nosotros. No hay nada peor que no saber nada y que la gente piense que si.
"Es un favor por otro, Abbot. La corporación nunca sabrá que existimos, y el ejecutivillo solo nos verá como una mancha en la ciudad, pero al menos esos chicos... uno o dos de ellos sabrá que aqui hay gente que vive, que muere, que sangra... y uno o dos, si nos ven y les ordena que disparen, seguramente recordarán el dia de hoy, y quizá, solo quizá, fallen a proposito."
Sonrie cansadamente y levanta su lata de Nukka-Kola
"Por el quizás, amigo mio" dice mientras ladea la cabeza "Y ahora vamos a ver al paciente nuevo ¿No te parece?"
300 $ de beneficio por el trabajo, pasaras mañana o pasado a una nueva escena para proseguir
la escena sigue en Una Cita con la doctora