Partida Rol por web

Si claro ¿Entonces no le molestara que lo comprobemos en comisaría, verdad? dijo con un tono de autoridad que te impelía a obedecer la sugerencia como si fuera una orden Levante las manos donde podamos verlas. Eso ya fue una orden directa

El poli espero a dos pasos de distancia con la mirada clavada en ti como un perro de presa, su compañero ni pestañeaba e incluso parecía estar sudando con la mano en el pomo de la pistola que descansaba en su cinturón.

No hay escapatoria, tengo un poli a apenas dos pasos y el otro cabrón no puede esperar a que haga algún movimiento raro para darse el gusto de dejarme un agujero. Aunque pudiera correr me duraría poco, los he visto en acción, dejando este móvil atrás sólo lograré que todos los patrulleros de la zona estén aquí en cinco minutos. Hijos de puta. Con todo, quizá consiga algo de información sobre el verdadero Morimasa, por las malas, claro.

Levanto las manos lentamente, no quiero darles ninguna excusa. - Como diga oficial. - Las palabras me salen automáticas, de memoria. Donde crecí no es nada raro que algún agente quiera entretenerse un rato a costilla de los jóvenes, el motivo más común de detención en Little China es la portación de cara de delincuente.

Te cachearon, te esposaron y te llevaron a la comisaría, allí te hicieron pasar a la zona VIP, los calabozos donde los invitados a quedarse, entre rejas y gruesos muros de hormigón esperaban muy aburridos en un silencio sobrecogedor.

Una vez te desprendiste de  tus enseres personales, te tomaron las huellas, te escanearon con una maquina que emitía un zumbido por culpa de la forma en vibraba, en una pantalla salieron tus implantes, notaste sorpresa en ellos al ver que carecías de ningún implante.

Seguridad mínima dijo el operario sin siquiera dirigirte una mirada, a no ser a través de su escaner.

Dicho lo cual te llevaron hacia una zona de los calabozos donde los presos los retenían jaulas individuales, con rejas blancas, al pasar delante de los demás presos por el centro de un pasillo con rejas a ambos lados escuchas sus mamarrachadas hacia ti y hacia los guardias.

Te dejamos a solas con tus pensamientos, hablamos en un rato. Dijo el poli con malicia y un sentido del humor negro mientras te introducía en la celda

Directo a al calabozo. Ya me han despojado de mis cosas y tomado mis datos para la identificación. Hasta ahora todo tranquilo, es la primera vez que tengo que dar explicaciones a la policía y me causa cierto orgullo. La sensación se diluye en cuanto empiezo a caminar entre los otros detenidos. Siempre creí que era una exageración, pero en este momento siento la presión de estos hombres, me ven como a una ovejita y se relamen a mi paso. Llego a mi celda paralizado y agradezco que sean individuales. Espero comunicarme con un abogado pronto y que saque rápidamente de aquí.

Pasaste unas horas allí hasta que por fin te llevaron a una sala de interrogatorios.

Allí te encontraste a una detective que tenía cara de pocos amigos esperando en la silla metálica pegada al suelo que estaba al otro lado de la mesa de metal a la que te esposaron en frente de un asiento similar en que te encontrabas tu sentado.