Alfred se quedó observando unos instantes al teniente. Era evidente que no le gustaba, pero también lo era que una pista como esa no podía dejarla pasar. Miró un momento a Fátima mientras reflexionaba en lo que ella le había contado. Si él era como ella decía, si en el fondo era una buena persona que sólo se las estaba arreglando para sobrevivir, sería algo aun más peligroso. Al empresario no le gustaba quedar en deuda, eso estaba claro.
- Sea. No diré que me gusta, pero soy yo quien te ha buscado, y no al revés. Soy consciente que te pido algo importante. Te escucho, Harrison- dijo mientras daba un sorbo a su café que luego dejaba sobre la mesa, mirando al detective
Perdona, acabo de regresar de la quedada. Tienes razón. A ver si le doy un poco de caña
Bueno, no me has dado su nº de registro dijo Harrison Pero cuando me digas eso haré mis averiguaciones, prometeré un par de rondas y veré si me menten al caso, aún así hay dos condiciones.
Te miró fijamente sin previo aviso inclinando se hacia adelante
Uno, para que el tapado deje de husmear habrá que darle algo, conseguir que su operación acabe ¿Entiendes? Hizo un gesto con la mano Le damos a un segundón, alguien metido en el ajo, que pueda llevar a sus jefes, felicitaciones, medalla, prima, ascenso y a engordar a un despacho. Él está feliz, yo estoy feliz, tú estas feliz. Y puede que mañana cualquiera de los 3 pueda agradecer a los otros dos esta forma de actuar.
No voy a pasar por las otras posibilidades que harían que ese hombre dejara el caso. Sentenció dejando descartadas las opciones más truculentas del asunto
Segunda dale más noches libres añadió señalando a fátima Es joven y no lo aprovecha para nada. Debería darte vergüenza explotar así a tus colegas.
Alfred guarda silencio unos instantes
- Me parece bien. Pero no puedo decirte que sí con un cheque en blanco. Pero si me dices lo que está investigando, y veo que puedo en efecto ofrecerte algo para que todos queden bien, lo haré. En cuanto a Fátima... Harrison, ella trabaja tanto como tú o como yo. Y la aprecio de verdad. Por eso le eché una mano, cuando pude hacerlo. En otras palabras, que aunque te resulte difícil de creer, no soy una especie de monstruo con chaqueta- sonríe ligeramente y extiende su mano hacia el teniente- ¿Tenemos un trato?
Estrechaste la mano del policía y cerrasteis un acuerdo, el policía dijo que ya se pondría en contacto con fátima y que cuando supiera quien era el agente y cual era su cometido ya se pondría en contacto, como siempre por medio de vuestra amiga común, fuera lo que fuera parecía confiar en ella y por la forma en que ell había acudido a él parecía una relación larga y recíproca.