-Desde percibir una enfermedad hasta curarla, tras un gran dominio.
Traga saliva, nervioso.
El escalofrío le hace mover los hombros, como si estirase.
- Quiero aprender.
Alza las cejas. Era te mira, curiosa.
-Es un Arte que no controlas. Será complicado.
- Me da igual. Lo necesito. - le dice, casi ansioso. - O da igual. ¿Cómo sé quien controla algo así?
-Actualmente pocos magos son capaces de ello... Aunque...-Murmura, mirando a Era.
Ella le devuelve la mirada y luego la retira.
-P-pero yo...
Cierra los ojos, suspirando profundamente.
- En vez de hacerlo, Era... ¿podrías enseñarme?
La muchacha parece algo contrariada.
-Necesito pensarlo...
Alza las manos durante unos segundos, aceptando cualquier cosa.
No puedo creer que mi única esperanza sea una persona que pueda morir en el intento...
Kyriel se cruza de brazos y suspira, pensativo.
-Bueno Morton. Puesto que ella se lo tiene que pensar, quisiera llegar a un trato justo en todo esto. Nosotros te ayudamos, en caso de que Era acepte. Yo estaría presente para que no fuera peligroso para ella. Pero tú nos ayudarás a nosotros con algo a cambio.
- Como siempre, hay algo que hacer a cambio. - le dice a modo de asentimiento. - ¿Qué necesitáis?
Se rasca la barbilla tras tirar la colilla al suelo.
-Hablaremos de ello cuando volvamos a vernos. Cuando Era decida. Si accede, te lo explicaré. Hasta entonces, piensa en ello, pues si aceptas no podrás echarte atrás. No quisiera una decisión inestable con algo tan importante.
- Es decir... ¿que si ella accede y tú me lo cuentas, estoy atado? - le pregunta, algo indeciso.
-Es algo importante que no me gusta confiar a cualquiera. Si accede y aceptas, confiaría en ti para ello. A cambio de algo que parece que necesitas. Creo que es justo.
Piensa, y estaba arriesgando mucho.
Pero era la vida de Helen. Por ella merecía la pena.
- Pensaré en ello. Aunque casi está decidido.
Kyriel sonríe, satisfecho.
-Me gusta conocer a personas decididas.
- Eso me sube la nota. - bromea, aunque sin demasiado humor. - Gracias, Era, por considerarlo. - le dice, mirándola enternecido.
Ella te mira, y se muerde el labio.
-Te daré respuesta pronto. Parece importante...
Abre la boca, para decir lo importante que era. Pero ya parecía bastante afectada. Así que simplemente asiente, confirmando lo que ella había dicho.
Y espera, deseando abrazar a Helen por encontrar respuestas al fin.
Ese tema se zanja por el momento. Pasáis la noche practicando lo que sabes, no demasiado puesto que te cansas pronto.
Hasta que os despedís para seguir vuestro camino.
Regresas a casa, pensando en todo eso.
Quizá haya una luz en el camino y puedas alcanzarla.
Pero... ¿Cuál será el precio a pagar?