Te desahogas un poco, pensando en que quizá tu sueño no sea tan importante después de todo. Aunque recuerdas todos tus sacrificios y todas tus noches pensando en oportunidades que podrían ocurrirte en la vida, siendo esta una de ellas.
Todo es complicado, la vida es una espiral de problemas. Eso parece, ¿no?
Una nueva guerra por venir.
Una decisión importante.
Una hija a la que sientes cada vez más lejos.
Una esposa celosa, una mujer deseosa de tenerte.
Y todo lo que quizá esté aún por llegar.
Pero tú eres el dueño de tu destino. Y tienes las herramientas para evitar que el trazo de la espiral se haga cada vez más y más profundo.