Partida Rol por web

LA ESPOSA DE BARBA AZUL: AISHA

4. ESTELA DE INOCENCIA

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17/10/2019, 19:32
Momo

The story so far...

Pruebas de Lealtad:

Pruebas de Deslealtad:

ANIMUS

BRUJA

VIRGEN

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17/10/2019, 19:57
Momo

isha, herida, dolorida y casi tiritando hasta los huesos, más por lo presenciado que por el aire que corría por el piso (¿En serio había... Había matado a tres hombres? ¿Y... Y su esposos qué tenía que ver con todo aquello?). Entre su grisáceo vestido, más un conjunto de desgarrones que malamente mantenían una unidad, y sus manos portaba las pruebas que había recogido en cada habitación, casi como si la vida le fuese en ello, aún sin saber a quién enseñárselas o para qué le servirían, pero tenía que recordar, TENÍA QUE RECORDAR, porque viendo los tormentos que se escondían entre aquellas paredes, puede que brotando de sus mismas raíces, le quedó claro que, ya fuese a manos de su esposo o de sus curiosos amigos, podían obligarla a doblegarse, a cambiar a su gusto, a olvidar y vivir una mentira... Bastaba con un simple paso en falso y se resquebrajaría, dejando que su voz se cortase, triturase y perdiese como los labios al besar la flor del impacto en un cristal roto. 

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17/10/2019, 19:57
Momo

El ama de llaves, también herida y todo lo furiosa que podía estar, por verse sometida a aquella carnavalada siguiendo las órdenes de su amo, sin saber a qué se vería sometida junto a su nueva señora, recobró el aliento no sin dificultad, con alguna lágrima perdiéndose entre el sudor que resollaba su cuarteada piel.

- Señora... Creo... Creo que habéis vito demasiado... Hasta a mis ojos se ocultaba lo que había pasado con las anteriores esposas, y muchas de ellas me fueron muy queridas, casi tanto como hijas, Nunca quise creer en los rumores que los sirvientes y visitantes, con malicia, dejaban caer sobre su destino, peor lo que he visto junto a vos... Tal vez, tal vez podáis recurrir a la justicia en el vecino pueblo de Izamah, si tan solo supiéramos si con esas pruebas que cargáis tendrían suficiente para hacer algo...- Se lamentó, sabiendo que la justicia era una palabra vacía que había perdido hacía siglos su significado, más cuando era sometida a unas manos que habían ganado su tono dorado de tanto manipular metales preciosos y joyas varias por las que cualquiera se dejaría sobornar.

Dorina quería creer que había una escapatoria pero puede que la recolección de Aisha todavía fuese prematura, ya que ni ella misma parecía decidir si aquellos males eran causados por su esposo o por imperativos de otro tipo, como la necesidad de que ella fuese una mejor esposa o soportar el juicio de terceros, como aquellos tres comerciantes cuyas muertes y restos no podía quitarse de la cabeza. Pero pero había sido la suerte de las anteriores esposas. ¿No era cierto?

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18/10/2019, 12:38
King-In-Crimson

-Hemos visto mucho, pero no suficiente -habló la Bruja para sus hermanas, ignorando las palabras de Dorina, la justicia era cosa de Animus, esa palabra tenía poco o ningun sentido para ella a estas alturas. -Debemos perseverar, sobreponernos y continuar hasta el final. Unidas -estas palabras las iba pronunciando más para ella que para el resto, tratando de reconciliarse con la decisión que había tomado en la última habitación. -Debemos llegar hasta el fondo de este oscuro pozo, donde reposa, serena, la verdad. Se lo debemos a nuestras hermanas. Guíanos, Virgen, guíanos por un camino a través de la oscuridad.

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19/10/2019, 21:38
AyshaSayah

Virgen recorre casi sin ver los pasillos, demasiado estresada para poder entender qué ha pasado. Intenta no pensar que el esposo es un monstruo, a pesar de que parece que esa es la horrible realidad. Entre sus dedos está la Alianza que le ha pasado su querida hermana, y sabe lo que tiene que hacer. Las voces de sus otros “yo”, más amadas para ella que cualquier cosa salvo Aisha y asiente. Sabe que debe ser fuerte. La voz de la Ama de llaves y de sus hermanas la hacen reaccionar, y mira el manojo de llaves. La voz de la Esposa es suya ahora, es momento de que ayude a sus hermanas, y sufra por ellas si es necesario.

-No huiremos, Dorina.- Dice con la suave voz de la esposa, segura de sí misma.- Seguiremos nuestro camino, y he visto algo que quiero descubrir. Necesitamos saber la verdad, sea cual sea. Después actuaremos en consecuencia.

Virgen ha visto, a través de los ojos de la Esposa y mientras sus hermanas la guiaban, el manojo de llaves en sucesivas ocasiones. Las adoradas voces de Bruja y Animus hacen que se sienta fuerte, sabe que debe serlo. Por ellas.

Por eso alarga las manos de la Esposa y con extrema suavidad coge las de la anciana Ama de llaves, acercando el manojo que quiere. Ha visto la que suya, lleva viéndola desde hace rato. La misma llave se mueve, casi como reclamando su atención.

Está hecha con las plumas más suaves que alguna vez han tocado los dedos de la esposa, de un color blanco tan prístino que en las zonas más delicadas es casi transparente. Con mucha suavidad pasa las yemas de sus largos dedos por los adornos imposibles de la llave, que se mueven y la acarician como si estuvieran dando la bienvenida a una vieja amiga. La llave es cálida al tacto, como un pequeño pájaro recién salido del carcarón.

-Ella me llama.- La Esposa levanta la cabeza sonriente, dando ánimos con su inocencia a la anciana.- Muéstrame la habitación que corresponde a esta llave.

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20/10/2019, 00:51

Animus ésta vez no dijo nada, se mantuvo callada en algún rincón de la mente de Aisha para no tomar más decisiones que puedan perjudicar en demasía a sus hermanas. Lo que sucedió en aquella última habitación, había reflejado la cara más cruel de la justicia por mano propia y de alguna manera ella siente que hizo bien, que al fin se le pudo dar un poco de redención a una mujer que perdió todo por caer en manos maliciosas, egoístas y perturbadas. 

La voz lo es en parte, pero no es capaz de caer en ese pozo oscuro de depravación injustificada. Una cuestión es disfrutar, otra es destrozar y esa línea que para Animus era difícil de cruzar, en aquel cuarto esos hombres sí que la traspasaron con total descaro. Y como todo tiene su precio, su destino y castigo. En medio de tantas cavilaciones internas, producto de lo vivido cuando estuvo a punto de extinguirse igual que una débil llama al consumirse la vela, prefirió que sus hermanas lleven el hilo de todo esto. 

Es un momento de reflexión, de introspección y respuestas. 

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21/10/2019, 00:10
Momo

El ama de llaves observó la llave que Aisha había tomado entre sus dedos y afirmo, silenciosa, con la cabeza, comprendía el ahínco de su nueva señora y se disponía a acompañarla hasta a las mismísimas puertas del infierno, si con ello lograba alcanzar la respuesta final que le permitiese seguir viviendo, aún siendo lejos de aquella tétrica morada.

- Venid. Hemos de subir al último piso.- Hasta que la anciana no dijo esas palabras, Aisha no se paró a pensar en que desconocía las dimensiones reales de esta arquitectura. Sabía que sus dimensiones horizontales eran mayores de lo que había imaginado al ver su estructura exterior, y había visitado distintos niveles de sótanos, pero desconocía a qué altura podía estar aquel último piso.

Dorina la tomó de la mano, celérica, como si su velocidad pudiese acelerar el descubrimiento final, liberándolas a ambas. giró hacia la derecha, dejando a su paso una puerta conformada por ruedas dentadas girando, cuya cerradura parecía formar parte de la esfera de un reloj de agujas. 

A lo largo del siguiente corredor quedaban una puerta por la que se deslizaba un torrente continuo de tornasolado combustible, otra cubierta por renglones y renglones de letra apretada escrita a mano sobre un panel de pan de oro y una puerta transparente, de vidrio ligeramente sonrosado, que parecía dar a una sala de espera en la que se sentaban distintas jóvenes curiosamente parecidas a Aisha.

Dorina frenó en seco ante una reja dorada que se abrió plegándose como un acordeón, a un lado. Arrastró a Aisha a su interior y volvió a cerrarla, estudiando por un segundo los botones distribuidos aleatoriamente sobre la pared lateral del ascensor hasta dar con uno que parecía tener grabada una nota musical dorada. La estructura rechino y tardó unos segundos en reanudar su ascenso, ofreciéndole a la esposa una panorámica de cuatro pisos distintos a medida que trepaba por sus railes. 

En cada piso distintas puertas se abrían en las paredes: superficies planas de color sin cerraduras ni pomos,  enrejados tupidos que parecían puertas de cementerio, un ojo de cerradura enorme que prácticamente ocupaba todo el espacio de la propia puerta, otra formada por tuberías cortadas a distintas alturas que despedían nubecillas de vapor de distintos colores u otra entrada que parecía estar ocupada por el cuerpo de un percherón de cabellos color caramelo, entre otras peculiares maravillas.

Pero ahora Aisha sabía que tras aquellos fantásticos umbrales se escondían pesadillas, castigos, crímenes y muerte que nunca habría podido imaginar en la aparente paz del pueblecito en que se había criado. El mecanismo se detuvo con un golpe seco, a poca distancia del plano inclinado del tejado. Dorina la dejó salir del ascensor, bajando a su vez tras indicarle que descendiese a algún otro punto de la casa, algo que extrañó a la esposa, pero la dejó hacer. 

Una vez más la tomó de la muñeca, guiándola por un pasillo en el que, pasmosamente, no parecía haber ninguna puerta, hasta que pasado un buen rato apareció un umbral ocupado por una superficie cóncava de tono entre blanquecino y amarillento en la que había algunas pintas, como si de pecas se tratase. Parecía emanar luz y calor, se escuchaban trinos de pájaros al otro lado. En aquella superficie se abría el ojo de la cerradura en un punto en el que parecían nacer algunas nervaciones un poco más oscuras.

- ¿Querési pasar pues, ama Aisha?- Preguntó, como si no pudiese juzgar el contenido de aquella habitación con la seguridad con la que se había referido a otros cuartos en los que se había visto sorprendida, asustada e incluso agredida.

 

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23/10/2019, 19:55
AyshaSayah

A pesar de que el ama de llaves es una anciana a la Esposa le cuesta seguirle el ritmo, impedida a medias por la larga y rasgada falda y por el cansancio que las heridas físicas y espirituales que ha sufrido.

Al ver la puerta Virgen duda, es casi como si estuviera viva. Pero ya no hay vuelta atrás.

-Sí, Dorina.- Dice por boca de la Esposa, con toda la seguridad de la que es capaz.- Acabemos con esto cuanto antes...

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23/10/2019, 22:28
Momo

El ama de llaves se aproximó a la superficie de la puerta y tomó la llave entre dos nudosos dedos, guiando el cilindro a aquella apertura donde se marcaban venillas. El objeto entró realizando un ligero sonido de rotura y al girar en el hueco, sendas líneas rectas partieron de allí hacia el suelo y hacia arriba, donde, a los pocos centímetros, la línea giró noventa grados para continuar marcándose sobre el huevo. Una vez que aquellos trazos trazaron su recorrido, se abrieron resquebrajando ligeramente la superficie, para continuar cuarteando toda la semiesfera. Partículas y pequeños fragmentos de cáscara comenzaron a caer hasta dejar pasar un fogonazo de luz en el tenebroso pasillo.

Al otro lado se abría lo que parecía un claro de bosque casi idéntico a uno en que Aisha solía juguetear de pequeña, mientras las Hermanas experimentaban aprovechándose de la supuesta inocencia y desconocimiento de la niña. Entre los troncos de los árboles se recortaba una superficie marrón acaramelada que fue avanzando hasta descubrirse como un caballo, parecía la propia definición de la palabra équido, un ejemplar perfecto que aún así no dejaba de recordar a Aisha a aquella tosca talla que su padre le había regalado cuando aún ni hacía uso de su memoria y ella había regalado a su vez a su esposo. Parecía estar suelto y moverse con libertad. 

Un poco más allá se intuía una caseta algo destartalada pero de aspecto acogedor, como algo en que se ha depositado una carga y mimo especial con la idea de ser empleado por niños. Y un poco más allá se descubría el color de la pared, dejando claro que aquello era una simulación, como un escenario teatral. Aquel falso bosque era otra posesión más del enigmático Barba Azul.

A pocos pasos de la entrada había una peculiar superficie redonda de tono rojizo en el suelo, parecía ser una acumulación de setas cuyas formas podían recordar a cráneos o cabezas de muñecos. Una fuente cuyo caño salía de una cabeza de pez esculpida en mohosa piedra, expulsaba un agua ligeramente humeante en un pequeño lago acomodado en una esquina de la estancia, que parecía tener una planta cilíndrica.

De un árbol cercano pendían distintas partes de cuerpos humanos realizados en cera amarillenta, con proporciones propias de un muñeco, como los exvotos que una vez había visto la esposa en una cueva a la que se atribuían milagros cuando era pequeña. Ranas, pájaros y huevos hechos en la misma cera pendían de la misma red de la que colgaban aquellas inquietantes formas.

De distintas partes, entre las copas de los árboles, llegaba el sonido de una pieza de piano.

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28/10/2019, 17:40
King-In-Crimson

En qué dulce lugar habían ido a parar, aquel pequeño escenario en el que los recuerdos de la infancia parecían cobrar vida. Un cuento de hadas que casi les invitaba a olvidar todas las penurias por las que acababan de pasar. Pero la Bruja se mostró cautelosa, reservada. Otras estancias de aquella casa ya se les habían presentado como tentadoras maravillas para luego acabar siendo más bien pesadillas de las que la esposa solo quería despertar. Y aún así ahí estaban. Habían ascendido a lo más alto de la más alta torre para desentrañar las verdades más ocultas, más profundas, o eso creía ella. La Bruja sonrió, satisfecha con aquella metáfora. -Bien, ¿por dónde deberíamos empezar, hermana? -preguntó a la Virgen, buscando su aprobación y permiso antes de tocar nada, que ya sabían como funcionaban aquellas cosas.

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04/11/2019, 16:14
AyshaSayah

-Este sitio cada vez es más escalofriante...- Se le escapa a la Esposa, consciente de que debe terminar cuanto antes y con el menor daño posible.-Cada vez peor, más inclemente y doloroso...

Lo único que no le da miedo ni la repugna ahora mismo es la visión del caballo, así que avanza hacia él con la mano extendida para que la huela.

-¿Qué haces tú aquí, amiguito?...

Notas de juego

¿Qué recuerdos contiene este objeto?

¿Por qué ha conservado Barbazul este objeto?

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05/11/2019, 15:29
Momo

El caballo dejó que la esposa se acercarse sin amedrentarse o amenazar con revolverse contra ella.

Al contrario.

Se aproximó como si el ver allí a Aisha formase parte de un ritual al que ya estaba más que acostumbrado. Olió brevemente su mano, como si cumpliese con un acuerdo tácito según el cual debiese oler el mundo exterior a aquella habitación de las manos de la esposa, para acto seguido posar su templado morro en las pequeñas manos de la esposa, solicitando que esta acariciase su ternilla con un bufido quedo.

Al acariciarlo una oleada de calidez que no había sentido desde antes de poner rumbo a su nueva morada recorrió todo su cuerpo. Pero había algo más en aquel escalofrío placentero, una comunicación inesperada en la que el caballo parecía querer disipar los miedos de Aisha respondiendo a las dudas que oprimían su cabeza. 

El caballo le abrió sus recuerdos, en los que fundamentalmente se conservaban imágenes de dos manos distintas dándole manzanas cortadas en cuartos en distintos momentos de su vida. Sus benefactores permanecían tras una cortina neblinosa, puede que causada por la propia vista del animal o su limitada memoria.

Una mano era morena y juvenil, de uñas rotas y con cortes propios de la vida y el trabajo en el campo o los juegos en la naturaleza, podría pertenecer a alguno de sus hermanos, primos u otros compañeros de juegos con los que pasó su infancia y juventud. Una risa jovial parecía acompañar a los jugosos azúcares de sus manzanas.

La otra mano, de un adulto, con un ligero tinte violáceo en su piel, estaba más cuidada, pero era enorme y firme. Parecía asomar de una camisa con puños colgantes de tela cruda. En el borrón que veía el caballo poco más allá se destacaba un tono azuláceo en donde se encontraba la cabeza. No había risas de ningún tipo en su acto, más bien parecía ser un soborno, un acto con el que esperaba conseguir algo del animal, y a esta sensación seguían unos destellos que fluctuaban entre el rojo y el blanco y Aisha no lograba comprender, más allá de causarle una ligera sensación de mareo.

Aquel animal parecía ser algún tipo de cautivo, permanecía en aquel rincón de la mansión porque Barba Azul requería (o había requerido) algo de él, pero al propio équido parecía escapársele la esencia de ese requerimiento.

Durante aquella elipsis comunicativa con el animal, Aisha  comenzó a escuchar de fondo un silbido que se aproximaba, puntuando el tema de piano que parecía provenir de distintos lugares de la habitación.

- ¿A que eso es así, Bucéfalo?- Preguntó una voz que parecía dirigirse al caballo sin haber percibido la presencia de la esposa. Su portador era un joven moreno que cargaba con un fardo de paja. 

Aisha volvió en si sin saber si aquello era parte de los recuerdos del animal o... Si esos recuerdos eran suyos, porque conocía a aquel joven, pero le costaba ponerle nombre, trataba de recordar... ¿Una foto en una repisa? ¿Un cuadro en la pared del... dormitorio de sus padres?

El joven aparentaba tener quince o dieciséis años, llevaba unos pantaloncillos cortos más próximos a ser un jirón que una prenda real y un chaleco abierto que dejaba su pecho descubierto, donde reposaba un colgante: como un cráneo tallado en madera de manera basta. Había algo poco natural en sus andares, algo que se acentuó al quedar boquiabierto al descubrir allí a Aisha.

- Disculpada, madama ¿Puedo ayudaros en algo? ¿Os habéis extraviado?

 

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12/11/2019, 11:42
King-In-Crimson

-No nos hemos perdido. Estamos exactamente donde queremos estar. Esta es nuestra casa, somos la señora de este lugar. ¿Y vos, quién sois vos? -interpeló directamente a aquel misterioso joven, mientras hacía serios esfuerzos en tratar de recordar quién era, o de recordar un recuerdo... o eran de nuevo ilusiones, ¿aquellas imágenes que se le presentaban? -¿Qué es esta criatura tan formidable? No esperábamos encontrar algo así aquí, tan arriba -dijo, acariciando de nuevo al magnífico caballo. Luego, recordó todas las cosas tant terribles que les habían sucedido a las hermanas en aquellas estancias. No debía bajar la guardia. Su vista se posó, en particular, en aquellos muñecos de cera. Esperaba que no fuesen a cobrar vida, pero algo le decía que se equivocaba.

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14/11/2019, 21:20
AyshaSayah

No sabía muy bien qué pensar, y no entendía qué hacía ese hermoso caballo ahí. Además cada vez sentía más temor ante la previsión de que iba a volver a ocurrir algo terrible. De todas maneras el chico le sonaba de algo, aunque no podía descubrir el qué. Y él no le contestaba, lo que la estaba volviendo loca.

-Contesta a las preguntas, muchacho...- Comentó con voz clara mientras seguía acariciando al animal, mirando de reojo a los horribles exvotos que estaban colgados del árbol, casi temiendo que empezaran a moverse.

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15/11/2019, 00:33
Momo

- ¿Q... Que quién soy, señorita? Yo... Soy Nadie, así me ha llamado el señor. Yo cuido de Unkas.- Dijo acariciando la frente del caballo. - Y le narro historias al amo cuando viene. A cambio me deja dormir en esa cabaña y me permite vivir en sus tierras.- Mientras hablaba se giró ligeramente dejando entrever algo inquietante: el lateral de su cabeza parecía estar manchado de algo parduzco, oscuro y reseco, y una nube de moscas parecía acudir y desaparecer a su espalda. - El... El señor de la barba extraña quiere que le cuente cosas de mi tierra, de mi infancia, y Unkas fue un presente que también me dio a cambio de mis servicios. Un buen día se presentó prometiéndome una maravilla nunca vista, introdujo su mano en el bolsillo de su chaqueta granate y extrajo un bello pañuelo bordado a mano con dos escudos, estaba cerrado con un mechón de cabello y al abrirlo descubrió un ramillete de flores secas y una talla, una talla de madera de un caballo que, me dijo, había elaborado mi padre, al que no veo desde...Desde hace mucho.- El joven parecía perder el hilo de su propia cháchara por momentos, como si olvidase lo que estaba narrando o lo improvisase sobre la marcha. ​​​Volvió a envolver el caballo, sopló una llamarada de fuego sobre el pañuelo y juro que cuando el humo de aquella pequeña tela se consumió, la cabeza de un pequeño caballo se hizo grande entre sus manos y caminó a mi encuentro, hasta formar a esta noble bestia que es mi única amiga.- El joven volvió a distraerse buscando una manzana en su bolsillo, esta tenía la piel de un granate oscuro, Aisha nunca había visto una manzana así. Y cuando se giró para cortarla y dársela al caballo, la esposa pudo ver la espalda de un cadáver, su cráneo estaba abierto, medio vacío, e incluso podía ver cómo le llegaba la luz desde una de las cuencas huecas de sus ojos. Era como si la mitad frontal del joven fuese perfectamente normal, pero su espalda estuviese muerta, podre y rellena de gusanos y mosquitos que no paraban de moverse entre lis pliegues de piel y músculo o entre los fragmentos de cráneo, peto él seguía actuando con naturalidad, como si no fuese consciente de su propio estado.

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20/11/2019, 12:40
King-In-Crimson

En el momento en que el joven Nadie le dio la espalda, hizo ademán de adelantar la mano para tocar aquel cráneo hueco, fascinada por como tal cosa era siquiera posible. Prudencia, recordó, retirando la mano con el mismo gesto fluido y repentino, en su lugar, acercándola de nuevo al formidable Unkas. -¿Historias, dices? ¿Para nuestro señor Esposo? Supongo que tiene sentido -parecía claro que a Barba Azul le gustaba coleccionar objetos de todo tipo, ¿por qué no historias de lugares exóticos? Y Nadie no parecía estar mal en aquel lugar, con su equino amigo, a pesar de su extraña condición. Parecía ser la primera cosa prácticamente desde que pusiera un pie en aquel castillo infinito que a la Bruja le parecía que estaba en el lugar que correspondía -Ya que vives aquí, supongo que sabrás decirnos para qué son estos muñecos, ¿no es así?

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20/11/2019, 16:18
Momo

- Yo... Ung... Oh, ¿Los exvotos? Son... Son raros, ¿No es cierto? Son símbolos de agradecimiento a vuestro esposo. O eso me ha dicho él. La gente los deja aquí para agradecerle si él aportó dinero para que su hijo pudiese viajar a una gran ciudad donde le operasen del brazo que tenía marchito. O si un padre de familia consiguió trabajo gracias a su intercesión, pudiendo llevar pan de vuelta a las bocas de sus ansiosos hijos. O si una niña invertida iba a ser lapidada pero él actuaba como abogado de la misma... Eso me ha contado alguna vez pero no he visto a ninguna de esas almas agradecidas acudir a dejarlas. Simplemente aparecen por las mañanas y en ocasiones él... Las quema en un pequeño hornillo que me hace sacar de la cabaña. Lo que no sé es el por qué de las ranas y las aves de cera. Dudo que vuestro excelso esposo sea capaz de interceder en la política o las vidas de los animales.- Sonrió inocente.

Continuó dando gajos de aquella manzana al caballo, que los comía con calma, mirando al suelo. El joven volvió la mirada a los exvotos y algo pareció llamar su atención entre las figuras.

- Esa, esa figura, la del buey no estaba esta mañana cuando desperté.- Señaló a una tosca figura cuadrúpeda coronada por unos pequeños cuernos. Su superficie era más oscura e irregular que la del resto de las figuras, como si hubiesen mezclado yerbas o tierra con la cera de la que se conformaba.

Junto a él había otra figura, un mujer, que parecía llevar una cinta que alguien había pintado de color azul entorno a su cuello. Del hueco entre las hermanas en que una vez había estado Animus llegó una corriente de aire frío que hizo que a Aisha se le erizase el bello de los brazos.

Dándole la mano había otra figura similar que parecía tener un pañuelo en la mano, en vez de una cinta en el cuello parecía llevar una cadenilla de la que colgaba un camafeo. Un gemido similar al que solía emitir la Madre acudió al encuentro del fino oído de la esposa.

Y una tercera figura parecía portar una cuerda, que enlazaba el cuello del buey. Aquello... Aquello tenía algo que ver con el regalo de la Fatale a Barba Azul ¿No era cierto?

Unkas, tras terminar su almuerzo, caminó lentamente hasta el árbol del que pendían las figuras, como si las mirase con una atención traducible en una inteligencia que no parecía propia de aquel tipo de animales. Relinchó por lo bajo y volvió a mirar a Aisha y Nadie. 

La esposa notó algo en sus tobillos. Allí no había nada, pero un extraño roce, como el de una tela, trazaba un círculo lentamente entorno a la parte inferior de sus piernas.

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25/11/2019, 20:36
AyshaSayah

Los...exvotos...esas cosas le producen cada vez más repulsión a Virgen. Sin embargo mueve a la Esposa para poder acercarse al árbol y al mismo tiempo librarse de la desagradable sensación de que le están ligando las piernas.

Con atención observa los rasgos de las figuritas de cera, y su sobreestimulada mente parece reconocer rasgos de sus adoradas hermanas en algunas de ellas. Sin embargo no se atreve a ahondar más en la historia de esas macabras figuritas. Se acerca a Bruja, buscando su apoyo y protección y la mira con los ojos casi desorbitados.

-¿Qué debemos hacer, hermana?. Creo que este lugar no es seguro...

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26/11/2019, 09:40
King-In-Crimson

-No, no lo es. Ningún lugar de esta casa parece serlo -confiesa la Bruja su temor a su hermana, incómoda por el roce de esa tela que parece querer atraparlas, quien sabe si para añadirlas a esa inquietante colección de figuras. -Estas figuras, ¿dices qué han aparecido hoy? -pregunta, ligeramente ansiosa, triste, mientras acaricia los rasgos de sus hermanas, para siempre perdidas, en aquellas figuras. -¿Cómo es tal cosa? Si no tenemos nada que agradecer, solo que lamentar... -la Bruja se intuye al bordo de las lágrimas. Pero además de este, capta el otro detalle en la historia que el chico les ha contado acerca de esas figuras que no cuadra demasiado. -¿Quién trae pues, las otras figuras, las de los animales? -pregunta, haciéndose eco de la reflexión de Nadie, aunque sin saber muy bien como responder. Su mano abandona el rostro de la falsa Animus y se posa sobre el buey, sobre las ranas, sobre los pájaros. -Virgen, mantén los ojos abiertos, no sabemos desde donde pueden asaltarnos las sombras que nos acechan...

Notas de juego

Investigo los muñecos de cera, en particular, los de los animales:

- ¿De quién es este objeto?
- ¿Qué recuerdos contiene este objeto?

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27/11/2019, 22:12
Momo

- Yo... Yooo no lo sé... Ya le he contado que solo sé lo que vuestro esposo me dice. Los exvotos relacionados con humanos aparecen durante la noche. Suelo levantarme y desayunar observando las nuevas figuras que han aparecido, tratando de imaginar qué historias esconden. Por contra, las de los animales suelen aparecer durante mi siesta. Me recuerdan a las tallas que hacía nuestro padre, como aquella que te había hecho de un caballo, pena que yo pereciese y no llegásemos a jugar con ella, hermana.- A medida que hablaba sus ojos se tornaban vidriosos, pero su sonrisa melancólica seguía pareciendo bienintencionada.- Yo creo... Que estas figuras las hace padre en sueños. Sus manos tiemblan demasiado para tallar como hacía en nuestra infancia, pero su cabeza sigue llena de fábulas y animales imaginarios que surgen de sus encallecidos dedos manipulando la cera. He creido reconocer sus huellas sobre la irregular superficie blanda de las figuras. Creo que vuestro esposo las necesita como me necesitaba a mi. Tú misma estas conformada por las lecciones, palabras y canciones de padre ¿No es cierto, hermanita?

Mientras decía esto extendió una mano al frente acariciando con el dorso de su mano la mejilla de Aisha.

Con sus asustados pasos, la virgen había huido de aquel lazo invisible que las acosaba pero ahora había algo peor en aquella dulce figura. No parecía haber malicia en Nadie, a quien por fin la esposa había reconocido. No se llamaba nadie, no podía recordar su nombre porque tal había sido el dolor de su muerte cuando ella contaba tres años, que este se había convertido en un tabú en la casa de Aisha. Su madre seguía llorándolo cuando nadie la miraba. Su padre seguía echándolo en falta al cuidar de los animales, pues tenía la mejor mano con los caballos.

Nadie era el hermano mayor de la esposa, el que se había despeñado por un barranco al ir a buscar a las bestias. Era un adolescente cuando pereció pero ella era demasiado pequeña como para recordar si tan siquiera le habían permitido acudir a su entierro. 

Nadie giró su mano y acarició la mejilla de su hermana pequeña con las yemas de los dedos, ella notó un ligero tirón y se asustó cuando, al tiempo que el joven apartaba la mano, veía un exvoto que se correspondía con la forma de su mejilla, pero tomaba la forma del caballo que su padre había tallado para ella, el que años después ella había regalado a su esposo.

La esposa llevó su mano al lugar de donde aquello había salido y notó un hueco donde debería estar su tierna carne y su suave piel. Nadie seguía sonriéndole mientras hacía trotar al caballo por el aire, como su padre hacía cuando les hablaba de Pegaso o algún otro animal fantástico de sus cuentos imposibles. Solo al fijarse en su sonrisa la esposa comenzó a notar el dolor real que aquella manipulación le había causado.

- Somos fragmentos, pequeña hermanita, de lo que nos han dejado ser o nos quieren dejar ser ¿Quieres otro animal para rellenar ese agujero?- Dijo acercándose al árbol con tu exvoto ligeramente manchado de sangre mientras analizaba al resto de animales a su disposición.

Notas de juego

Virgen, recibes un punto de trauma.

Como ha explicado Nadie, más o menos, los animales son modelados creados por el padre de Aisha, contienen recuerdos de Nadie, de Aisha, de su padre de sus hermanos... Al igual que Nadie también conserva recuerdos de antes y despúes de haber muerto...