El muerto viviente abre los brazos en un grotesco gesto de abrazo, exponiendo la brillante silueta de su corazón a través de su ropa y su armadura desgarradas. El tiempo parece eternizarse para Yûki mientras apunta cuidadosamente. Centra la mira, coge aire y dispara antes de terminar de exhalarlo.
La bala entra por el pecho del kabane y sale por su espalda con un torrente de chispas azuladas junto a un torrente de esquirlas de hierro kabane, carne desgarrada, sangre podrida y huesos machacados. Muerto en el acto el monstruo cae desmadejado al suelo y su impulso lo arrastra por el suelo hasta la mitad del vagón, donde queda tendido vomitando repugnantes fluidos malolientes por la boca.
Yûki observa cómo el fulgor rojo de los ojos del kabane se apaga lentamente mientras los soldados de Shimazu entran en el vagón y pasan al vagón artillado, cuya puerta está abierta revelando el interior manchado de sangre y con varios agujeros de rifle.
Maldición, hemos perdido a los artilleros - gruñe Shimazu, que coge el interfono para avisar a Tomohiro - Señor, hemos eliminado a todos los kabane. Hemos perdido a tres limpiadores y el equipo de artilleros...
Tirada oculta
Objetivo: Jaula cardíaca
Tirada 1d10: 5
Resultado:(5)x3 = 15
Has tardado menos de una escena en empezar a cogerle el tranquillo ;)
Lo intentaré yo - anuncia Tomohiro. Pero la voz de Shimazu Kuma surge del interfono antes de que el noble tenga tiempo de tocarlo - Señor, hemos eliminado a todos los kabane. Hemos perdido a tres limpiadores y el equipo de artilleros.
De acuerdo, Shimazu-san - responde Tomohiro - Buen trabajo. Ahora...
La alarma de frenado de emergencia suena atronadora por toda la hayajiro. Toda la tripulación se sujeta donde puede en el momento antes de que las enormes ruedas empiecen a chirriar iluminando el exterior de la locomotora con una brillante lluvia de chispas incandescentes. Casi milagrosamente Natori-san ha conseguido detener la hayajiro sin hacerla descarrilar.
Pero ¿Por qué?...
Tirada oculta
Motivo: ¡Frena, Natori-san!
Tirada: 7
Resultado: 7+4+5 -4 = 12
Éxito
Hideo: Tirada de Destreza + Atletismo con modificador -5 para agarrarte a algo. Después tirada de Fuerza + Atletismo con modificador -5, al que se sumará un +1 por cada Nivel de Éxito en la tirada previa.
Fin del primer capítulo. Cada jugador puede poner un post diciendo a dónde va y qué hace y después abriré nueva escena.
Cuando escucho los tiros y veo al kabane escondido entre los árboles caer me giro hacia el origen de los disparos donde me encuentro al grandullón que había empezado a gritar como un loco hace un momento, dispuesto a asegurarme de que todo esta bien me dirijo hacia él, cuando de repente noto el frenazo acompañado de la alarma de emergencia.
De manera instintiva me agarro del asidero más cercano y consigo mantenerme en el sitio.- ¿Que demonios había pasado? Cuando lo comprobé antes el motor iba bien, ¿así que por qué nos paramos?
Dispuesto a descubrir la razón avanzo rápidamente hacía los primeros vagones hasta que empiezo a notar el cansancio de forzarme y vuelvo a bloquear el enganche del cuello.
Motivo: Agarrarse
Tirada: 4
Resultado: 4+10+3 -5 = 12
Éxito
Motivo: Mantenerse
Tirada: 8
Resultado: 8+6+3 -3 = 14
Éxito
Pues entonces la culpa es mía por dar por sentado que la iniciativa se mantenía, mil perdones.
Con gesto serio escucho que hemos perdido al equipo de artilleros. Bueno, eso explica por qué no respondían cuando Natori-san intentaba contactar con ellos. La alarma suena, y a mí me da tiempo (apenas) de agarrarme con una mano lo más fuerte que puedo a una de las estructuras que están fijadas a la pared. En un momento de extraño arrebato hasta me da tiempo a agarrar a la noble tamaño portátil y pegarla contra mí, apoyando mi brazo izquierdo en su espalda y mi mano en su cabeza y sujetándola de manera que no pueda caerse ni hacerse daño. Una vez el peligro ha pasado la aparto de mí con suavidad pero sin ambages.
-Perdona, Hime-sama. Lo hice sin querer.- Me giro hacia Mogami-sama.- Señor, voy a ir con Natori-san, para saber qué ha provocado éste frenazo. Con permiso.
Tras una leve reverencia dirigida a ambos salgo del vagón del noble y me dirijo hacia el puesto de Natori-san. Estoy preocupado por lo que esté pasando en la enfermería también, pero tengo la suficiente confianza con Natori-san para poder usar el interfono y comunicarme allí. Además, el deber va antes que el resto de cosas.
Tras el disparo Yûki seguía con una rodilla anclada al frio metal, al igual que sus manos, que ahora también hacian presión sobre el suelo. Su cabeza estaba gacha y la respiración ligeramente acelerada. Siempre era lo mismo. En combate su mente no pensaba en nada que no fuera en el deber. En hacer lo que habia que hacer. Pero después.... su mente solo podía pensar en quienes habían sido antes aquellos monstruos. Gente con familia, con vida... Como sus padres.
Escuchó al hombretón hablar y comenzó a reaccionar. Enfundó su arma y se levantó sacudiendose las piernas. De nuevo volvía a lucir esa bonita e inocente sonrisa que tanto la caracterizaba mientras se acercaba a él.
- No quisiera molestarle Kuma-sama, pero... ¿Puedo preguntarle quien es el soldado grandullón que estaba en primera fila? No ha dejado de llamarme enana todo el rato. - sus labios se curvaron en un mohín de disgusto, pero luego sus ojos se entristecieron - Imagino que habrá tenido una vida dura y nadie ha tenido tiempo de enseñarle modales - se llevó un dedo a la barbilla pensativa
- De todas formas quería agradecerle a usted y a todos que hayan estado ahí para ayudarme - se puso de puntillas para darle un fugaz beso en la mejilla y salió del vagón en busca de su querido Tomohiro. Seguro que estaba en la sala de maquinas.
Gracias master ^^
Observando los gestos de Takeshi, Arisa levanta también una ceja, molesta ante los gestos que hace al hablar, dudando de sus poderes. No es la primera vez que la tratan con condescendencia así que ya está acostumbrada, aunque está claro que no va a tolerarlo de esa forma.
- Bueno, "Hime-sama" podría mostrároslo aunque duda que llegaseis a entenderlo del todo... Pero no va a malgastar ahora el tiempo en ello. - replica, haciendo ella también el gesto de las comillas.
No obstante, no queda mucho más tiempo para discutir ya que Tomohiro decide intentar contactar con el otro vagón. Arisa permanece de brazos cruzados, echando rápidas miradas al chico, como si la conversación todavía no estuviese zanjada. Pero el frenazo pilla a la noble por sorpresa y su arco se vuelve a hacer más pesado que antes, empujándola hacia un lado antes de que Takeshi la apriete contra su pecho para que no se caiga. La joven permanece con los ojos cerrados y los puños apretados con fuerza hasta que se detienen del todo.
La pelirrosa no vuelve a abrir los ojos hasta que nota cómo el chico la aparta de él y levanta la cabeza para mirarle, extrañada pero no enfadada. Sus puños se mantienen cerrados, igual que su boca, y la expresión molesta de antes ha desaparecido por completo. Sin decir nada, hace una reverencia un poco más profunda a Takeshi, como agradecimiento. "No tenías por qué ayudarme..." piensa todavía confundida, girándose hacia Tomohiro.
- Ahora que el peligro ha pasado, Mogami-sama, debo insistir en retroceder al vagón enfermería. Incluso si no puedo "ver" nada desde allí, puedo ayudar con los heridos. Incluso si el campamento es una trampa, estaré a salvo cerca de los soldados. - sobraba decir que si había algún objetivo en esa trampa, era el mismo Tomohiro, pero si necesitaba vigilancia estaba claro que una joven psíquica no iba a poder protegerlo de todo.
¡JA! - ríe en voz alta al ver cómo la silueta cae como un peso muerto llevándose innumerables ramas por el camino, imaginándose el desconcierto del "cazador cazado".
¡¡ME DEBES UNA, MONSTRUO!! - grita en voz alta sin mirar ni dirigirse a nadie en concreto, pero dando a entender a quien pudiera darse por aludido que le debía un buen favor.
Kotaro se agarró como mejor pudo a las barandillas de la pasarela durante el frenazo de la hayajiro. Maldijo a los mil demonios y a los que no lo eran. --Por qué coño no me sorprende... ¡¡POR QUÉ COÑO NO ME SORPRENDE!! -- la poca cordura que pudo recuperar por la descarga de adrenalina de los últimos combates terminó siendo en vano: quizá porque hubiera desarrollado inconscientemente este mecanismo mental defensivo, rápidamente volvió a recuperar la actitud de psicópata con cojones de acero.
-- ¡¡JAJAJAJA!! -- se gira lentamente hacia Shimazu y el resto de soldados, y abriendo los brazos como si estuviese dando una cálida bienvenida, les grita con una sonrisa de oreja a oreja que dista mucho de mostrar cordura -- ¡¡BIENVENIDOS AL JODIDO TREN DE LA MUERTE, HIJOS DE PUTA!!
Agarra sus rifles y se dispone a entrar al maloliente vagón al que se había adentrado Yûki. Sin embargo, justo antes de entrar, se gira e informa a Shimazu con la intención de que organizara a sus peones teniendo en cuenta lo que tenía pensado hacer -- LIMPIARÉ CON LA ENANA LOS ÚLTIMOS PUTOS VAGONES Y COMPROBARÉ POR DÓNDE COÑO SE HAN COLADO.
Ueno-san se ocupará de los heridos - responde Tomohiro en tono tajante - Acompáñenos a la locomotora, Furuhashi-san. Necesitaré sus talentos allí...
Se llama Kotaro Zweihänder - responde el soldado - Todavía tiene que aprender mucha disciplina. Espero que viva lo suficiente...
No te olvides esto, chico - Shimazo le lanza a Kotaro el cadáver medio desmembrado y decapitado de la kabane que saltó sobre él - Si quieres su corazón tendrás que sacárselo tú mismo. Aquí nadie lo va a hacer por ti...
Kotaro: si le sacas el corazón apúntatelo en Equipo
Hideo salta con agilidad de vagón en vagón hasta llegar a la locomotora. Ya no se percibe la presencia de más no-muertos, pero por desgracia ellos no son la única amenaza en este mundo agonizante.
Cuando se encuentra sobre el techo de la locomotora empieza a oír gritos de guerra...