Tsk… Zorra… Y yo cómo coño iba a saber que lo mataría a sangre fría… -- La conversación de la mujer con el guardia no hizo más que reafirmar la discriminación de Kotaro entre niños y adultos: mientras que los primeros, sean como fueren, no han tenido todavía posibilidad de cometer actos con auténtica maldad, errar de forma estrepitosa o causar verdaderas injusticias, raro era el adulto que pudiera ser considerado así de puro. De esta manera, lo normal para Kotaro siempre ha sido no sentir ningún impulso que lo empuje a proteger personas que ya son verdaderamente conscientes de lo que es correcto y lo que no lo es, que ya son capaces de responder ante sus actos con responsabilidad.
Pudiera ser éste un razonamiento realmente hipócrita para quien fuera capaz de leer su mente, pero en tal caso también se daría cuenta de que el propio Kotaro también lo asume como tal. Sin embargo considera que alguien debe sacrificarse, y justo por ello se descalifica a sí mismo considerándose un demonio; si bien, tal como dijo en la tienda de Maruo, se ve como un demonio que devora a otros demonios.
Con una siniestra sonrisa que entremezcla malicia y satisfacción, Kotaro señala con la mirada hacia la ondulante gabardina roja – Allí… Esta vez no escapará…
No espera que Sonbei le siga, sobre todo estando al lado de la Ryugujou y considerando que es un soldado de fiar para la hayajiro. Sin embargo tampoco le sorprendería que le acompañara, pues tampoco parecía satisfecho con la huida del cazarrecompensas. En cualquier caso, Kotaro echa a correr en dirección al asesino antes de que vuelva a perderlo de vista, le siga Sonbei o no.
Bastardo… ¿me sentiré satisfecho antes de que arranque la hayajiro? Si no me da tiempo tal vez te suba como un saco de carne moribundo… Decisiones… -- Durante la nueva persecución, en su interior comienza a sentir una sensación de satisfacción similar a la de un niño que está a punto de alcanzar con ansia un juguete que había perdido.
Dime si tengo que tirar a algo antes de pillarle, o si quieres tira por mí por ir acelerando.
Cuando voy a contestar a Tomohiro-dono siento un chispazo en la mente y a la vez oigo a Sachiko-san. Las palabras de la niña me duele más que los golpes que me había dado la kabaneri y dudo que pueda ocultar el gesto de dolor al escucharla, aún así intento forzar una sonrisa que seguramente queda como una triste mueca mientras me agacho para mirar de frente a la pequeña.
-No es de buena educación leerle la mente a la gente sin su permiso, Sachiko-san.- si es que era lo que realmente había hecho. Aunque sino era el caso, esa sensación había sido una casualidad muy extraña. Una vez le digo eso me vuelvo a levantar para contestar la primera pregunta.- Pero tienes razón, Kagura-san fue herida por mi culpa. Me cruce con la kabaneri de pelo blanco que había nombrado Furuhashi-hime. Pensando que podía enterarme de algo hablé con ella, aunque la verdad eso solo ahorro que me asaltara ella directamente. Al parecer el último ataque de kabane que recibimos fue cosa suya y no le hizo mucha gracia que diese la alarma.- según iba hablando iba recordando los eventos y lo que dijo la peliblanca y algo empieza cuadrar- Y si no es mucha indiscreción, Tomohiro-dono. ¿Quién es realmente Zweihänder? La chica dijo que venía a por el mestizo y aunque si bien es cierto que no sé si hay otros en la Ryugujou, la chica tenia cierto parecido a él y claramente su apellido no es de aquí.
Mientras reviso los motores tranquilamente empiezo a escuchar las voces de las chicas y por un momento levanto los ojos al cielo previendo una de esas “conversaciones femeninas”. Sin embargo la cosa pronto toma un cariz bastante más preocupante, y tras terminar con mi cometido y escuchar lo que espero sean las señales de que las chicas están solas salgo de la sala de motores limpiándome las manos con un trapo.
-Si estás tan interesada en Hideo quizás deberías haberle pedido que te acompañara a la ciudad y averiguarlo de primera mano, Furuhashi-san.- Comento sin mirarla.- No se habría negado, es un tío bastante legal.
Me recuesto contra la pared con los brazos cruzados y las miro en silencio, procurando calmarme un poco. Lo que acaban de decir me ha puesto los pelos de punta, así que miro a Yûki con la cabeza levemente ladeada.
-Hace menos de cuatro horas salí de la hayajiro y todo estaba bien.- Comienzo con voz tranquila, consciente de que ellas deben tener alguna información.- Ahora todo el mundo está de los nervios, ha ocurrido un “giro desagradable”,- voy levantando los dedos con tranquilidad.- nadie parece saber qué le ha pasado a Kagura-chan, Hime-sama se ha traído a un miembro de los Yamato de excursión y está interrogándote acerca de un chaval con el que he estado trabajando más de ocho horas al día durante todo el tiempo que llevo en la Hayajiro.- Ahora miro a la pelirrosa con calma y serenidad, aunque mis mejillas empiezan a adoptar un todo rosado y estoy apretando con fuerzas mis antebrazos.- Así que...¿alguna de vosotras sería tan amable de decirme qué puñetas está pasando, señoritas?.
He asumido que las dos muchachas están solas, si no lo están hacédmelo saber XD
Sí, estáis los tres solos.
La impaciencia consume a Kotaro, que se abre paso a empujones entre los enfurecidos viandantes del puente. Algunos de ellos le insultan o le empujan a su vez. Es sólo cuestión de tiempo que Kyozo se dé cuenta del tumulto. Por desgracia para él, Kotaro le alcanza primero...
Motivo: Abrirse paso (Kotaro)
Tirada: 10
Se repite la tirada: 7
Resultado: 12+5+5 -4 = 18
Éxito
Tirada oculta
Motivo: ¿Me están siguiendo? (Kyozo)
Tirada: 4
Resultado: 4+4+4 = 12
Éxito
Tienes un turno para atacar por sorpresa, retarle, mentarle al padre o lo que quieras.
Con la única frialdad que podría esperarse de él, cuando apenas se encontraba a medio metro de la espalda de Kyozo, levanta ambos brazos y, entrecruzando los dedos de sus manos, asesta un terrible golpe con la improvisada maza sobre la cabeza del cazarrecompensas.
Si Kyozo pierde el conocimiento, Kotaro rápidamente y como si no hubiera pasado nada, agarra al hombre inconsciente y lo comienza a llevar con un brazo encima, como si fuera un borracho que ha perdido el conocimiento.
*Necesito saber si hay algún edificio abandonado en las cercanías y cuánto tiempo se estima que queda para que se largue la Ryugujou.
- Sí que tiene que ver, aunque no sé aún hasta qué... - Arisa se calla un momento y desvía la mirada al oír entrar a alguien. Al ver que se trata de Takeshi, la psíquica deja que hable, antes de seguir respondiendo a Yûki - ...punto, ni en qué medida ha "interferido". Y sí, si tuviese verdadera curiosidad por él, habría intentado acompañarle. Pero esta vez, Sachiko-chan era más importante.
Viendo que Takeshi parece querer darle una explicación a lo que ha ocurrido y al porqué de su pronta partida, Arisa espera en silencio, ignorando totalmente la mirada amenazante de Yûki y su otra pregunta. Lo único que le hace cambiar la expresión es el cambio en el tono de Takeshi, pasando a mirarle con un gesto ofendido, como si le estuviese recriminando todos esos acontecimientos.
- Muy bien, por orden. Desconozco por qué nos vamos a marchar un día antes, ni qué ha sido ese "giro inesperado", y precisamente venía a hablar con Tomohiro para averiguarlo... Pero hay otra prioridades. Natori-san... - esta vez mira un momento también a Yûki - ...ha llegado inconsciente y sangrando, en brazos de Asano-san, es por eso que está en la enfermería, y es el motivo por el que necesito saber hasta qué punto es de fiar. Y sobre Ryushun-san, como parece que ambos sabéis, es un miembro de la prestigiosa familia Yamato. No es un "manipulador mental". - añade, ahora sí visiblemente molesta, mirando a Yûki - No hará nada que pueda perjudicar a su familia, y ha obtenido el favor de Tomo... de Mogami-sama sin control alguno.
Llegados a este punto, Arisa también se cruza de brazos y observa a ambos, juzgándoles por dentro. "Pensé que esto ya habría pasado, o que se debía a la estupidez de muchos, pero habiendo confiado Tomohiro en mí, esperaba que Yûki también..." Con un resoplido, mira también a Takeshi, esta vez más dolida que molesta. "O por lo menos que él también lo hiciera..."
- Y sobre Asano-san... - carraspea para quitarse esas ideas de la cabeza - No entiendo cómo estáis tan tranquilos. Es un... Un kabaneri. Podría descontrolarse en cualquier momento y precisamente por eso necesito saber hasta qué punto lo ha hecho o no. ¿Y si ha sido él quien ha herido a Natori-san? Por muy culpable que pueda sentirse, no puede cambiar ese hecho. ¡Y aun así seguís tratándole con tanta familiaridad! Una gota de su sangre podría convertiros en kabane, o un bes... - Arisa se detiene un instante, frunciendo los labios y sus mejillas se encienden un poco tras el arrebato. Carraspeando atropelladamente, hasta el punto de atragantarse, vuelve a hablar - L-lo que sea, si no queréis decirme nada, puedo averiguarlo yo misma. Sólo me preocupaba por lo que pudiera pasar.
Mientras Kotaro arrastra al inconsciente Kyozo hacia un espacio sombrío entre los edificios de la estación la Ryugujou lanza otro silbido de llamada ¿Qué dijo Sonbei? ¿Que tenía un par de horas? Tendrá que conformarse con eso.
Kyozo se despierta al poco tiempo, desarmado y con un iracundo Kotaro mirándole con furia y desprecio.
Buena jugada ¿Y ahora qué?...
Sachiko se esconde tras el kimono de Tomohiro mirando a Hideo con suspicacia.
Tranquilizaos los dos - dice Tomohiro con tono firme - Asano-san, debes saber que Amatori Kaede-sama nos advirtió de una "ola blanca" que amenazaba a toda la Ryugujou. Pero que os atacase a ti y a Natori-san... ¿Sabes por qué lo hizo?...
La gabardina le venía un poco apretada pero le gustaba el color y el diseño, por lo que por primera vez en mucho tiempo decidió darle preferencia a la estética de algo frente a la funcionalidad. Además, en cierto modo le gustaba la idea de llevarla a modo de trofeo.
Kotaro estaba curioseando con las armas del cazarrecompensas, tanto con las de vapor como las de filo, hasta que Kyozo despertó. Kotaro le devolvió la mirada y con una sonrisa cargada de malicia, se enfunda las armas, apropiándose definitivamente de ellas.
-- Dime quién te ha contratado – le ordena, sin más. Sea cual sea su respuesta, bien no se la cree, bien no está de humor para soportar rodeos.
Agarrando un jirón de tela amordaza fuertemente al hombre rubio, bloqueando el sonido de cualquier grito.
-- Sabes, me gustaría quedarme varios días jugando contigo, pero no me siento cómodo si no estoy en mi territorio – Agarrando una piedra lo suficientemente grande y que tuviera cerca, con un fuerte golpe machaca parte de uno de los pies del secuestrado.
Sonríe, y lo hace con especial satisfacción al observar la expresión del hombre. Desenfundando un par de dagas* frota los filos entre sí, haciendo que salgan despedidas un buen puñado de chispas. Busca intimidar a su víctima** y que calme los gritos lo antes posible.
Una vez que Kyozo está lo suficientemente calmado, Kotaro le aparta parcialmente la improvisada mordaza y le vuelve a preguntar – Dime quién te ha contratado.
Sea cual fuere su respuesta, sigue sin darse por satisfecho. Vuelve a ponerle la mordaza y esta vez le clava parte de una de las dagas en un ojo.
-- Ssh ssh… deja de quejarte… -- le susurra al oído -- No necesitas dos ojos para ver. Pero al menos uno sí que necesitas, ¿verdad? Seguro que ahora me dirás lo que quiero oír…
De nuevo, en cuanto parece que el torturado se ha calmado lo suficiente como para callar cualquier posible alarido, Kotaro vuelve a apartarle la mordaza. Jugando con la segunda daga mientras la primera sigue clavada, le vuelve a preguntar con una sádica calma. – Por tercera vez… ¿Quién te ha contratado? Quiero nombres y apellidos. Te cortaré los pulgares si vuelves a poner a prueba mi paciencia – le clava ligeramente la punta de la segunda daga en la piel, justo encima de la articulación de uno de los dedos.
Sea cual fuere la respuesta de Kyozo, Kotaro sonríe y sigue con la tortura, jugando con la posibilidad de que Kyozo le responda todo lo posible en su desesperación. Primero los pulgares de sus manos, pero después el segundo pie es machacado con la piedra que inutilizó el primero, despellejamiento, rotura de dientes…
El tiempo no daba para mucho más, por lo que antes de marcharse a la Ryugujou, Kotaro escribió utilizando las dagas los nombres que Kyozo le dijo*** en el torso del torturado: “(nombres), ya sé quiénes sois; los próximos sois vosotros. KZ.”
Tras ello, finalmente dio un tajo profundo en la garganta del ya moribundo cazarrecompensas, dejando que muriera por desangramiento y por la asfixia que le produciría su propia sangre.
De vuelta en la Ryugujou, Kotaro actúa como si no hubiera ocurrido nada, con una calma propia de alguien que está más que acostumbrado a horrores como el que acababa de cometer. De hecho, incluso sentía satisfacción: había vengado al niño y seguramente había conseguido unos nombres que le serían de utilidad.
-- No hay nada que siente mejor que hacer justicia, ¿verdad? -- le dice a Sonbei para ver cómo reaccionaba.
Motivo: Intimidar
Tirada: 9
Resultado: 9+5+1+5 = 20
Éxito
Doy por sentado que Kyozo está maniatado y totalmente inmovilizado.
*No sé qué armas llevaba Kyozo. Si en vez de dagas tenía otra cosa, lo cambiamos.
Avísame también si llevaba algo que se salga de lo ordinario y que pudiera interesarle a Kotaro.
Si la ropa de Kyozo le viene a Kotaro más o menos bien, también usa esa ropa y se quita la del mendigo.
** Tirada a “voluntad + influencia + carisma” para intimidar más todavía.
*** Si no le ha conseguido sacar ningún nombre (quizá porque, simplemente, ni Kyozo sabe los nombres), omite la parte de “(nombres),” en el mensaje que deja en el torso del cazarrecompensas.
Ante la llamada de atención me doy cuenta de que estoy actuando de una manera bastante infantil.
- Disculpa Tomohiro-dono.- le digo mientras me intento calmar y esta vez con una cara mucho más serena vuelvo a dirigirme a la niña con cuidado de no asustarla- Perdoname tú también, Sachiko-san no quería asustarte pero he tenido una tarde bastante estresante.- una vez me disculpo con ambos repaso por un segundo lo que dijo la kabaneri antes de contestarle.- No dijo nada sobre la oleada blanca, pero venía a por mí porque puedo detectarla. Supongo que fue la que empezó el ataque que recibimos de camino aquí. Vino a amenazarme para que hiciera la vista gorda la siguiente vez que lo intentara, también nombro que su objetivo era un mestizo. Después para demostrar que iba en serio ataco a Kagura-san antes de que pudiese hacer nada.- no puedo fruncir por un segundo el ceño al recordar lo inútil que fui en ese momento, pero lo desecho rápidamente. Ahora ella estaba a salvo y teníamos que prepararnos para que siguiese siendo así.- No sé quien es el mestizo, ni porque lo quiere por no saber no sé ni su nombre. Solo sé que es peligrosa y que esta dispuesta a empezar una infección de kabane si con eso consigue su objetivo.
Rápidamente Kyozo se da cuenta de que va a morir pero no suplica ni se queja. Es consciente de que ésta es la forma más probable de que alguien como él termine su vida. Es más, mientras puede se burla de los intentos de Kotaro por romper su voluntad mediante la violencia.
Eres un farsante - le dice en un momento de respiro.
Finalmente, cuando ya estaba a punto de morir susurró un nombre entre toses sanguinolentas - Warui Kiro - y se dejó morir con una sonrisa de desprecio.
De vuelta en la Ryugujou Sonbei escucha el relato de Kotaro - Eso no va a hacer que el crío resucite. La próxima vez evita meter a inocentes entre tus asesinos y tú...
Tirada oculta
Motivo: Resistir interrogatorio (Kyozo) + Drama
Tirada: 9
Resultado: 9+(2x4) +12 = 29
Éxito
Tirada oculta
Motivo: Mentir (Kyozo)
Tirada: 9
Resultado: 9+3+4 = 16
Tirada oculta
Motivo: Detectar mentira (Kotaro)
Tirada: 4
Resultado: 4+5+1 = 10
Las armas de Kotaro son un daisho (Katana + Wakizashi) y una pistola de vapor
Interesante. Amatori-sama también nos advirtió que la asesina destruiría la Ryugujou en su lucha por conseguir su objetivo. En cuanto a Zweihänder-san, sólo tengo conjeturas sobre por qué quieren matarle, pero si es quien yo creo que es nos será útil más adelante - Pone una mano sobre el hombro de Hideo - Has hecho bien en decírmelo, Asano-san. Gracias a ti he resuelto muchas dudas. Si vuelves a detectar la presencia de esa kabaneri avísame de inmediato. Ve a preparar el motor a la sala de la caldera. Te veré allí en cuanto haya visto a Natori-san...
¡JA! Lo dices como si fuera evidente para cualquiera menos para mí que ese cabrón iba a matar al crío a sangre fría en plena calle -- le dice a Sonbei con sorna, pero evidenciando cierta irritación por el comentario. -- No me conoces y seguramente no me creas, pero te aseguro que de haberlo sabido, no habría metido al chaval en ese marrón.
>>Ahora al menos su alma puede descansar en paz. Y la mía, aunque sea parcialmente, también.
Coño, ¿entonces Sonbei no estaba con Kotaro durante la tortura? Dímelo porque dependiendo de ello el comportamiento de Kotaro con Sonbei puede cambiar. No es lo mismo compartir un secreto "incómodo" que hacer como si no hubiera pasado nada.
Me mantengo en silencio hasta que oigo lo que le ha pasado a la pelirroja. Entonces todo el estrés nervioso de los últimos acontecimientos y la falta de descanso me golpean como un martillo. Noto el sudor frío corriendo por mi columna vertebral y busco un sitio donde poder sentarme. Ya tengo la sarta de blasfemias quemándome el pecho y abro la boca para decirlas en voz alta, pero en el último segundo me cubro la boca con la mano y me froto la cara, intentando centrarme. Ahora mismo me importa un cuerno el chico de los Yamato, ya pensaré en ese asunto después. El resto de lo que nos dice la joven noble lo escucho a medias entre el horror y el pasmo.
-¿Kagura-chan se va a poner bien?- Pregunto con la mano aún en la nuca, intentando mantener la calma. Creo que me va a dar un puñetero infarto. Respiro hondo un par de veces y entrelazo mis dedos a ver si dejan de temblarme las manos. No lo ha hecho él, seguro que no le ha hecho nada malo...- No es que esté tranquilo, es que trabajamos juntos y nunca ha dado señales de perder el control. Además conozco más cosas de los Kabane que de los psíquicos, así que es normal que los psíquicos me pongan más nervioso que los Kabane. Y créeme, estoy tan preocupado como tú o más.- Comento con una lógica aplastante. La alusión al contacto físico hace que de repente se me coloreen los pómulos, y la adorable reacción de Hime-sama que se me escape una sonrisa que intento camuflar con una tos.-Si él no lo hizo sería muy injusto que lo tratásemos con desconfianza por algo que no es culpa suya, ¿no crees?. Sería como tratarte mal a ti por el simple hecho de ser psíquica...- Me encojo de hombros con suavidad y me retiro el pelo de la cara.- Yo personalmente sólo siento curiosidad, mucha. Por ambos. Así que lo único inteligente que puedo hacer es mantener las distancias y conceder el puñetero beneficio de la duda.
No aguanto más tiempo sentado, así que me pongo de pie y empiezo a caminar en el reducido espacio que tengo, evitando chocar contra ellas. Al final me detengo justo enfrente de la muchacha de pelo rosa, a una distancia educada y con las manos metidas en los bolsillos, visiblemente incómodo y con las mejillas aún sonrojadas, mirándola con seriedad.
-De verdad que no te puedo decir nada más de lo que te he dicho: llevo trabajando con él desde que llegué aquí, ambos llegamos al mismo tiempo. Mi camarote está justo encima del suyo y estos últimos días hemos dormido en la sala de máquinas.- Me sonrojo incluso un poco más y luego continúo entre dientes.- Por cuestiones de trabajo solemos charlar con Kagura-chan. Aparte de bromear y todo eso nunca lo he visto enfadado o a punto de perder los estribos.- La miro un momento y sonrío de medio lado, un poco más relajado, pero no demasiado. Con un gesto suave miro a Yûki y luego a Hime-sama y mi tono de voz desciende un par de octavas, volviéndose conciliador.- Tú misma acabas de decir que él la llevaba en brazos, inconsciente y sangrando. Si Hideo hubiera perdido el control mientras estaban juntos...¿os parece factible pensar que lo habría recuperado para traerla a casa después de atacarla, sabiendo lo primero que creeríamos?.-Un pensamiento horrible cruza mi mente y de repente me pongo pálido. Si ellos tienen miedo de que haya perdido el control no lo habrán dejado en la enfermería a solas con ellas...¿verdad?. Carraspeo e intento mantener el tono que tenía antes, pero las manos han empezado a temblarme de nuevo. Por esto no quería acercarme a nadie.- ¿Dónde está Hideo?.
Sorry por el post, pero no quería dejar las preguntas de la pelirrosa sin responder ;P
No, no estuvo con Kotaro durante esa carnicería. Yo supongo que Kotaro sólo le ha contado que "le dio su merecido", no los detalles. Lo que le preocupa a Sonbei no es que Kotaro se haya puesto a hacer el bestia (bueno, sí le preocuparía si lo supiera) sino el tipo de psicópatas que van a enviar tras él.
En tu tirada te conté el +5 por la tortura. Un bono positivo a Carisma no se puede aplicar a esa acción.
- Ahora mismo voy, Tomohiro-dono.- le digo pero antes de alejarme dudo por un par de segundos antes de decidirme por decirlo.- Tendría dos peticiones que espero no sean demasiado atrevidas. Me gustaría ir armada hasta que solucionemos el problema con la kabaneri. Sé que soy un mecánico y eso levantaría dudas pero si va actuar como la otra vez quizás pueda evitar que mate a nadie hasta que lleguen los guardias...- esto se lo digo bastante serio pero en cuanto continuo se me nota algo incomodo.- Aparte que quizás tengamos que adelantar alguna de nuestras "reuniones", estos encuentros con ella me están agotando demasiado. - después de escuchar sus respuestas sin rechistar, independiente de cual sea su respuesta concluyo-Entendido, señor. Luego nos vemos, adiós a ti también pequeña.- me despido de ambos antes de dirijirme hacia la sala de maquinas para prepararlo todo.
De acuerdo - dice Tomohiro - Puedes coger una pistola de vapor de la armería y llevarla contigo...
Apunta en tu ficha las estadísticas de la pistola de vapor.