-Mi Señor, me alegra de su llegada, le devuelvo el mando con orgullo de haber hecho lo que creia mejor por nuestro honor. Igualmente el avance ha sido corto y penoso, pues las lluvias torrenciales nos impedian continuar. Cuales son sus ordenes? Vamos en buen camino?. Dijo el joven Thog, contento de devolverle el mando a su señor, pero a la vez preocupado por la falta de refuerzos y el problema general de que quien mandaba era quien menos hombres aportaba, eso a la larga podria dar problemas a la compañia, sobretodo si continuaba con su actitud homofoga hacia Dzhug y su pueblo.
El Señor de la Sima buscaba entre los presentes a sus héroes preocupado por su bienestar, pues ya había visto a su segunda. -Mis hombres se encuentra a salvo mi Señor?
El rostro de Harthor se endureció por momentos ante la última pregunta de Horlum. Fue mencionar a Brindan y Crerdel y toda aquella inusitada alegría que había poseído al normalmente arisco Kark de Colina Hueso se esfumó tan rápido como había surgido su nueva apariencia. El Kark se mantuvo unos segundos en silencio, como evaluando las palabras más adecuadas con las que debía darle la noticia al thog de Sima Forjahachas y finalmente le puso la mano sobre el hombro y habló.
- Verás Horlum, fue una suerte para Colina Hueso que Brindan y Cerdel arribaran junto a casi un cuarto de ciento de soldados con ellos. - Comenzó diciendo el Kark. - Pero lo cierto es que en esa batalla fue cruenta... - Cerró el puño mirando hacia el cielo y alzó un tanto la voz de manera sentida a la vez que teatral. - ¡En ese maldito asedio murieron mucho y muy buenos enanos! - Harthor recuperó la compostura y volvió a centrar su mirada en el Hacharoja. - Cerdel cayó durante el asedio y Brindan quedó malherido, se está recuperando en Colina Hueso. Pocos, muy pocos de los mercenarios que reclutaron lo contaron y quedaron en la capital al Sur del Escudo, como guardia personal de Brindan.
El joven Thog quedó paralizado durante unos segundos, la noticia que acababa de escuchar le heló el corazon; pensó en su juventud junto a los hermanos, los cuales le enseñaron mucho de lo que habia aprendido del arte del combate, sus entrenamientos durante largas jornadas, sus expediciones en caza de pielesverdes, y su ayuda a defender la sima tras la muerte de su padre, cuando un gran grupo de mercenarios capitaneados por Cerdel consiguieron taponar la mayor brecha en las defensas, salvando así a toda la ciudad.
-Cerdel... supongo que ha recibido la sepultura que merece por derecho... dijo el desolado soldado, su hermano sobrevivirá?.
La noticia habia sido muy dura, tardaria mucho en poder superarla, perdia un amigo, un hermano, un general, perdia mucho y solo ganaba a Harthor,... a veces las acciones de los dioses no parecian nada justas,... Eso seria algo que pensar en el futuro, si es que lo habia,... Se sexó las lagrimas que empezaban a brotar de sus jovenes ojos, y un semblante de odio le cubrió por completo.
-Lo pagaran, no dejaremos ni uno!
- Brindan sobrevivirá, de eso no tienes que preocuparte mi bien thog. – Afirmó con rotundidad Harthor. – Cuatro de los más fieles enanos de Brindan cargaron con su féretro y viajaron en carromato hacia Ríogrande, de donde era natural. Allí será enterrado, junto a sus antepasados y velado por los suyos. Así lo quiso Cerdel. – Harthor posó la mano sobre el hombro de Horlum y le dio varios toquecitos tratando de reconfortarlo.
Fue entonces cuando se dio media vuelta para buscar a Dzhug. Era evidente que no le gustaba aquel enano mercenario. Lo había dejado muy claro un año atrás durante la Asamblea de la Cerveza de Karak-Nugo, pero lo cierto era que el abrazo que le dio nada más llegar era signo de aceptación. Al fin y al cabo estaban del mismo lado de la moneda y Dzhug era uno de los que más soldados había aportado a la causa siendo el cobro por sus servicios muy bajo. Harthor no era idiota y tenía conocimiento de ello.
- Dzhug, thog del Martillo Ensangrentado. – Llamó Harthor la atención de aquel orgulloso enano. – He sido informado que eres tú quien te encargas de conducir a la tropa, Horlum ha delegado en ti tal función y yo la respetaré por el momento. ¿Quiero creer tenéis previsto marchar por el norte cruzando el vado de Piernascortas, verdad?
Dzhug, como siempre, había atendido silencioso a la discusión entre aquellos dos. Estaba irritado por los días de lluvia y el trato con algunos de los thogs, que no hacían otra cosa que discutir con el cuando no querían hacerlo con Horlum. La llegada de Harthor había sido la gota que colma el vaso por varios motivos. El primero que parte de si mismo se alegró de que llegase, pues aquello terminaba con los problemas que podrían ocurrir si llegaban ante Nugo sin Harthor, le molestaba mucho tener que depender de alguien como el; Lo segundo, había llegado con muchos menos hombres de los que había prometido con una excusa cuya veracidad nadie podría demostrar y había tomado el control del ejercito sin dudar un solo instante; y por ultimo pero no menos importante, era Harthor, no solo era uno de aquellos thogs de la antigua usanza, aparte un ser despreciable lleno de odio, sino que ademas había agraviado a todo su pueblo por lo que su nombre descansaba en la libreta de Dzhug.
Por eso cuando le abrazó Dzhug se quedo como sus dientes, totalmente de piedra. Solo instintivamente acompañó el abrazo con su brazo izquierdo, el bueno. Cuando se separaron trató de evitar cualquier expresión facial. Su voz sonó áspera como siempre, aunque ciertamente conmovida.
—Kark Harthor, te aseguro que vengaremos esa terrible perdida de vidas enanas.—Después carraspeó y sacó su libreta, antes de echarle un vistazo miro a Harthor a los ojos—Si es lo que deseas me mantendré en este puesto hasta que lo veas necesario o hasta que muera, pero he de decir que Hacharoja ha sido un líder inteligente y capaz, podría ocupar mi puesto perfectamente si fuese necesario.—Echó un vistazo a su libreta, mientras apuntaba, seguramente, el numero de soldados que traía Harthor— Veamos, si... Pensábamos mandar por delante unos batidores para ver si el Vado esta en buenas condiciones, nuestros carros deben pasar por allí también, y no son pocos. Aprovechábamos la lluvia para discutir otras posibilidades, pues la experiencia me dice que en un vado siempre va a haber problemas, da igual lo lejos que este del frente o lo mucho o poco que haya llovido.—Se atusó la barba un instante— Eso si, aun no nos hemos reunido con los demás thogs para discutirlo.
Mientras hablaba su mente cavilaba a toda velocidad. Esta bien Harthor, te aguantaré lo que dure la guerra, se lo debo a Nugo y a mi clan, pero los enanos no olvidamos las afrentas. Mantendría la cordialidad y le serviría con toda su capacidad, para demostrarles a él y a todos los que eran como el que su clan era el mejor clan guerrero y cuyas convicciones enanas eran inamovibles. Demostrarían su honor y lealtad a todos sirviendo a Harthor. Pero nunca olvidarían que fueron agraviados y nadie pago por los insultos.
- Bien, bien… - Dijo Harthor casi sin mirar a Dzhug y le dio varias palmaditas en la espalda.
Dzhug tuvo la certera impresión de que todo lo que le había contado a aquel vetusto enano le había entrado por uno de sus oídos y le había salido por el otro. Era evidente que Harthor le había oído, pero tan evidente era eso como que no le había escuchado. Dzhug se sintió terriblemente ignorado y entonces Harthor le dio la espalda para dirigirse a Horlum.
- Hace buen trabajo el mercenario. – Le dijo al thog de Sima Forjahachas lo suficientemente alto para que también fuera audible por el propio Dzhug. – Por mí puede seguir dirigiendo la marcha hasta que llegue el momento de la batalla. ¿No me vas a ofrecer algo que llevarme a la boca?
Tras aquellas palabras quedaba claro que Harthor tenía una nula capacidad empática o bien que quería dejar claro que consideraba a Dzhug como una mera herramienta, un buen general, un buen encargado de la logística necesaria para aquella marcha, pero muy poco más.
Escribo para decir que no puedo editar y le he llamado thog en vez de kark a Harthor, no era mi intención.
PD: Estoy esperandote Horlum, pero a cualquier señal tuya me marco un post de preguntas internas, insultos murmurados y demas.
Corregido. Espera a que Horlum conteste a Harthor y si no hay nada más relevante que decir sobre este capitulo, márcate ese post y cerramos capitulo para continuar hacia la batalla!
Las buenas palabras de Harthor a su llegada no habian sido mas que un mero espejismo, muy poco tardó el senil lider en recobrar su estado normal de orangutan etnocentrista; Horlum no tenia claro si era estupido o un inutil integral al faltarle al respeto de aquella manera a su principal aliado, quien ahora mismo aportaba unas fuerzas que le aplastarian en cuestion de segundos.
El lider de la Sima sabia perfectamente que Dientes de Piedra estaba aguantando mucho; esperaba que no estallase antes del fin de la guerra, pero esos continuos insultos de un lider que no cumple con su papel a la hora de aportar tropas, sin duda justificaba un golpe de estado por parte de quienes no tenian ningun tipo de simpatia hacia su persona.
-Si mi señor, el Gran Dzhug ha demostrado su valia y su entereza como enano, ha aportado un ejercito superior incluso que al mio, convirtiendose en la fuerza principal de nuestro grupo, y no solo eso, la forma de moverse por estas tierras me han sorprendido, no estariamos como estamos si no fuera por ellos, sin duda sus indicaciones son mas que importantes para el exito de la mision. Dijo tratando de no parecer indisciplinado hacia el anciano que les podia llevar a la muerte.
-Podemos tomar un refrigerio en mi tienda junto a los demas lideres, conviene que nos pongamos al dia de estrategia mi Señor, sin duda la cantidad de tropas que ha podido traer nos cambia y mucho la estrategia de batalla, debemos discutirlo para que no cunda el panico entre la tropa. Que opina mi Kark?
Harthor miró a Horlum arqueando una ceja y sonriendo como contrariado. Esperaba que aquello que acababa de proponer el buen Hacharoja fuera una simple broma y no una sugerencia como al parecer parecía ser. Al ver que Horlum no cambiaba el semblante y cuando los segundos de silencio empezaron a tornarse incómodos, fue entonces cuando Harthor se echó a reír y dio varias palmada en ambos hombros de su fiel servidor de la Sima.
- No hace falta discutir nada más con el resto de thogs. – Dijo el Kark y entonces negó mirando a Dzhug buscando en él cierta afinidad. – Comeremos por el camino, ya hemos perdido demasiado tiempo. – Entonces se acercó al oído de Horlum y le susurró algo lo suficientemente alto como para que Dzhug también fuera partícipe. – Entre tú y yo Horlum, poco pueden aportar el resto de thogs en cuanto a estrategia se refiere. Harán lo que tú y yo decidamos y Dzhug se encargará de ejecutarlo. No es un thog como marcan los cánones, pero si es un buen guerrero y sabe lo necesario para ganar una guerra.
Acto seguido el Kark se alejó unos pasos de la posición que aún ocupaban Horlum y Dzhug y se marchó a fundirse entre el resto de señores enanos, thogs y mandos de aquella compañía, perdiéndose de su vista en escasos segundos. El kark había dejado claras sus intenciones, marchar cuanto antes hacia la batalla sin tener en cuenta lo que el resto pudiera opinar. Se le veía seguro de su poder de liderazgo y convencido de que todo el mundo acataría sus órdenes y así parecía que era, a tenor de la acogida que estaba teniendo entre el resto de enanos que en esos momentos le envolvían.
Ya podéis postear vuestra reflexión final!
El joven thog no se creyó ni una sola de las palabras de aquel loco Kark; sin duda se haría lo que él quisiera, y si alguien se atrevía a llevarle la contraria seguramente seria ejecutado sin ningun tipo de misericordia.
Miró hacia su segunda, cuya cara era un poema, sin duda tenia miedo de que todos los allí presentes murieran por culpa de la inutilidad de un lider que seguia gobernando por hazañas que ya pocos habían sobrevivido y menos recordaban.
Horlum se encontraba en una encrucijada, le debía obediencia y respeto a aquel inútil, y eso podría provocar la muerte de todo su pueblo, sin duda él no iba a consentirlo, vigilaría de cerca a ese gruñón, y si sus ordenes conducían irremediablemente a la muerte, no las acataria, haciendo lo que hiciese falta para que la batalla se ganara. Esperaba encontrar aliados entre los suyos y los demas, pero tenia que ir con cuidado si pretendia no ser ajusticiado por traición. ¿Que haria?
Tras un rato de camino, el joven thog encargó a su segunda que mantuviera ocupado a Harthor y sus hombres durante un rato, necesitaba que le cubriera para que no levantara sospechas, tenia un objetivo en mente, alguien de quien esperaba que su buen juicio y odio a Harthor nivelara una futura posible disputa. Dirigió su fiel puerco hacia la vanguardia, donde el clan de Dzhug hacia un gran trabajo dirigiendo al resto de la tropa, allí encontró al poderoso enano, supervisando a sus hombres mientras Harthor y los demás lideres holgazaneaban en uno de los carros tomando un refrigerio, vigilados por Urnul quien a escasos metros seguía su carromato.
-Dzhug, tenemos que hablar, no se si lo entenderás como un atrevimiento, pero temo por el éxito de nuestra misión con Harthor a la cabeza. Supongo que has notado que no nos considera mas que meros peones obligados a seguir sus ordenes a fin de su gloria personal, y eso nos puede provocar una gran perdida de hombres y mujeres, sé de lo que hablo, mi padre es un fiel ejemplo de lo que supone seguir las ordenes de Harhor. Yo no soy mi padre, no me gusta seguir a lideres ineptos por un juramento realizado siglos atrás. Si en mitad de la contienda llego a la conclusión de que nos está llevando al desastre por sus ordenes, acturaré en consecuencia, espero tu apoyo, ya que entre los dos suponemos el grueso del ejercito y el resto de lideres al menos tendrán que posicionarse. Puedo contar contigo Dientes de Piedra? Dijo mirando a los ojos a aquel lider hecho a si mismo, quien sabia lo que era pasar tormentos por el bienestar de su pueblo, tenia muchas esperanzas puestas en aquel enano.
todo ello lo digo cuando nos encontramos apartados de sus hombres, no me fio ni de mi sombra, solo de Dzhug y Urnul
El antiguo ingeniero se sintió mucho mas cómodo cuando Harthor actuó como se esperaba de él, al verle marchar con Horlum y oírle menospreciar a el mismo y al resto de thogs, se sintió mejor. Era Harthor, siendo Harthor, ya estaba mentalizado para ello.
Giro sobre sus talones y se fue a la columna de la falange del clan Martillo Ensangrentado. Verse rodeado de las gruesas armaduras de color rojo sangre le tranquilizó. Allí paso una hora bastante calmado, dirigiendo sin ningún esfuerzo a sus profesionales, descansando para lo que se le venia encima, y departiendo con el Consejo en términos relajados. Los dejó debatiendo sobre cerveza cuando llegó Horlum que quería una audiencia privada.
Hacharoja estaba enfadado e irritado, y Dientes de Piedra le dejó explayarse sin decir nada en absoluto. Cuando terminó de hablar Dzhug pensó durante un momento su respuesta. Después se lo llevo aun mas lejos del resto de enanos, echó un vistazo a su alrededor y habló mirando hacia el grueso del ejercito enano.
—Por el respeto y aprecio que te tengo, haré como que no he oído nada de lo que has dicho. Eso de lo que hablas se llama traición, seguramente nos costaría nuestras vidas, y lo que es peor, seguramente alguna sanción o castigo de los viejos karks a mi clan, lo cual puede ser terrible para nosotros. De todos modos, si estas dispuesto a cometer eso acto sedicioso debo avisarte de dos cosas que te pasaran, la primera es que aunque consigas la victoria y salves miles de vidas, Harthor ira a por ti con todo lo que tenga para salvar su honor, habrá un juicio sumarisimo y los jueces serán los viejos karks, algunos emparentados con el y otros sus amigos, pero tambien estará Nugo, que debe mantener su poder a pesar de esos viejos, por lo que tendrás una sola oportunidad de librarte de la muerte. Y segundo, con esto mancharias totalmente tu honor y tu conciencia, de hecho la mia propia se mancha solo por decirte esto, pero si Harthor muere durante el combate da igual los rumores que se cuenten, quedaras libre y fuera de cualquier culpa, aunque seguramente te ganes algun enemigo.
Dzhug lanzó una ceñuda pero elocuente mirada a Horlum, echó un trago de cerveza y después agarró del hombro al enano y le dijo, en un murmullo casi inaudible mientras se llevaba la jarra a la boca.
—Llegado el momento, no dejaría que ese cretino mande mi clan a la muerte.
Después se apartó un paso, y dijo ya en voz alta.
—El honor mas importante para mi es el de mantener a mi clan con vida, dejemos los suicidios para Brogar y sus psicopatas.
Confiaba en Horlum, pero al fin y al cabo era un vasallo de Harthor y podría venir obligado por este, ademas Hacharoja estaba dispuesto a traicionar a alguien, que tuviese motivos de sobra no entraba en la ecuación. Si esto era una trampa, cosa que dudaba muchísimo, podría decir que había actuado bien y rechazado la oferta de traición, y el murmullo había sido casi inaudible, podía argumentar que Horlum le había malinterpretado. No le gustaba hacerle eso a Horlum, pero ninguna amistad se pondría por delante de su deber para con su clan, aparte esperaba que si las intenciones de Horlum eran las que decía, entendiese su forma de actuar.
Pues yo te llevo aun mas lejos de la gente y me hago el loco y el ofendido xD En no fiarme de nada no me gana ni satan.
Horlum volvió junto a sus hombres, se encontraba mas tranquilo, creía haber hablado con alguien que pensaba como él, un aliado. Ademas, en caso de que Dzhug valorase contar su conversación a su Kark, se limitaría a negarlo todo, era la palabra de un "mercenario" contra la del líder de la Sima, dudaba que se atreviera a hacerlo, puesto que era él quien mas tenia que perder con Harthor, quien nunca les valoraría ni cedería ninguna pretensión. Él en cambio le había ofrecido respeto, comercio y un hogar para su pueblo.
Hacer planes contra Harthor era lo que menos quería hacer un recién llegado como Horlum, sin poder real fuera de sus fronteras, en un mundo en proceso de cambio, con tradiciones fuertemente ancladas en viejos con mucho poder, y con una nueva generación que poco a poco reclamaba su lugar en el mundo. El Hacharoja no quería destacar, no quería ir contra nadie de su raza, quería vivir tranquilo y comerciar con todos los pueblos que pudiera, quería mejorar como ciudad sin odios de ningún tipo, pero que les mandara un tipo que despreciaba a todo el que no era como él entendía, no hacia mas que ponerles en entredicho a cada palabra que se saliese del discurso centenario, a cada contradicción,... y temía mucho por su vida y por la de su pueblo, mas por la de su pueblo, pues él era un siervo de la Sima, no un dictador, y haría lo que fuese necesario por ellos y por Nugo.
Esperaba que el fracaso de Harthor a la hora de disponer de un ejercito numeroso le restase apoyos, pues thogs con poco poder habían aportado mucho mas que él, y eso tardaría en olvidarse. Entre los enanos rezaba el dicho "manda el que mas contribuye" y Harthor no lo había seguido, por mucho ataque que hubiera sufrido, eso demostraba que no tenia poder, ni podía defender su casa; y fue la sima, con sus 2 héroes, quien había contribuido a la defensa de su ciudad, sin duda HArthor había perdido mas que hombres en aquella derrota.
Volvió con su fiel asistente, quien le confirmó que nadie le había seguido, seguian bebiendo y festejando como si la guerra fuese algo divertido, recordó a su padre y apretó los dientes de rabia, pero aun así se unió al "festejo", no queria destacar, y estar junto a su Kark era lo que se esperaba de él.
-Las tropas marchan a buen ritmo mi Señor, los martillo ensangrentado parece que cumplen sus ordenes. Dijo sentandose junto a Harthor y tomando una jarra brindó por la victoria.