Corría el séptimo año del reinado de Nugo como kark del Codo del Enano y las Llanuras del Este. El kark de todos los enanos, quizás cegado por los secretos ocultos en la roca bajo los cimientos de su fortaleza en las montañas, había centrado su atención en el mineral dorado que extraían sus afanados mineros descuidando los valles de su debida atención.
Berbagar se ve forzado a marchar sobre Rocadura antes de tiempo, debido a que Harthor retrasa a los aliados del sur del Escudo del Norte. Envía a Thordu y a sus hombres como emisarios y para contar las noticias del norte.
Batalla del Vado de Piernascortas:
En los meses más fríos del año 335 tuvo lugar la batalla del vado de Piernascortas. El ejército enano había quedado dividido en dos. Berbagar había quedado aislado en el asentamiento de Rocadura, defendiendo la fortificación de los hombres lagarto a la espera de que llegaran los refuerzos encabezados por el kark. Cuando las tropas capitaneadas por Nugo llegaron a la altura del río Shesh-sal fueron emboscados mientras cruzaban el vado por el ejército trasgo.
El caudillo Nogoz tenía apostados hombres en ambas orillas y en cuanto las tropas enanas comenzaron a pasar fueron atacados desde vanguardia y retaguardia. La estrechez del paso provocaba que la superioridad numérica de los trasgos se viera incrementada dando una seriia ventaja a las tropas de Nogoz.
Las tropas trasgas de retaguardia atacaron sin piedad a los enanos que todavía no habían empezado a cruzar el río y pronto quedaron aislados del resto. El capitán Harthor de Colina Hueso mandó a sus tropas retirada y pronto los enanos de Nugo quedaron rodeados en la mitad del vado. Las tropas de Nogoz no persiguieron a las tropas de Harthor sino que se centraron en mermar a los enanos atrapados entre las dos riberas entre los cuales se encontraba Nugo.
Harthor dio por perdida la batalla y decidió marchar de vuelta a las colinas dando por muerto al kark y a los enanos que se encontraban con él. Sin embargo fue Thordu quien se opuso a seguir las órdenes del capitán. Gracias a la fama ganada en la batalla de Colinaaguda fueron muchos los que se pusieron de su parte y pese a que Harthor no dio su brazo a torcer pronto más de la mitad de las tropas enanas se pusieron a las órdenes de Thordu.
Thordu sabía que poco haría por su kark si no contaba con el total de las tropas disponibles y fue por eso que retó a Harthor a un duelo por la capitanía de las tropas. Dicho combate no llegó a producirse pues Harthot no aceptó el duelo y al verse ponerse de manifiesto su cobardía la mayor parte de los enanos se puso finalmente del lado de Thordu y Harthor acabó por marcharse con unos pocos enanos fieles a su linaje.
Los enanos envalentonados por su nuevo capitán cargaron contra las tropas situadas en la retaguardia de los aislados enanos de Nugo. Pocas horas después habían logrado disolver los ejércitos trasgos y las tropas de Nugo puieron hacer frente a sus enemigos al pode centrarse únicamente en las tropas trasgas de vanguardia lideradas por el cacique Nogoz.
Pese a haber perdido a más de 2.500 soldados el grueso del ejército enano, de casi 4.000 almas pudo finalmente acudir a la ayuda de Berbagar y poner fin al asedio de Rocadura acabando con todos los hombres lagarto y con sus señores de la guerra. Harthor fue degradado de su cargo de capitán, expulsado del ejército de Nugo y condenado al exilio por un mínimo de 100 años, mientras que Thordu fue nombrado capitán ocupando su puesto.
En menos de un año hubieron pacificado la zona de la ribera del río con escasísimas bajas y de hecho, el número de hombres al mando de Nugo aumentó hasta las 14.300 almas, pues 1.700 enanos que aún vivían en el valle se sumaron a la ofensiva y otros 600 enanos de los valles del oeste bajo el mando de Throinbagar acudieron, aunque tarde a la leva.