Partida Rol por web

La Guerra de las Llanuras.

Capítulo 7. La Primera Batalla.

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09/10/2017, 21:01
Director

La caballería enana capitaneada por Gidum y Burdin cargaron hacia el grueso del ejército trasgo desde su flanco zurdo. Un millar de feroces enanos sobre cabras gigantes y jabalíes terribles cabalgaba a toda velocidad contra otros tantos indefensos trasgos que se plantaron en formación para tratar de aguantar la embestida de aquellos furiosos enanos.

El choque de tropas fue como un verdadero vendaval. Los trasgos caían uno tras otros in tiempo tan siquiera a poder alzar sus armas. Los enanos decapitaron, cercenaron, atravesaron y destriparon sin piedad. Los pieles verdes que no morían por el filo de las hachas o la contundencia de los martillos lo hacían bajo las pezuñas de las monturas.

En escasos segundos el campo de batalla quedó sembrado de cadáveres trasgos y un mar de sangre y entrañas. Los victoriosos enanos gritaron al unísono por la avalancha que había supuesto su puesta en escena y fue cuando la cara hubo terminado cuando el cielo se oscureció y una lluvia de flechas se cernió sobre sus cabezas.

Las flechas impactaron contra aquellos nobles guerreros tomándoles completamente desprevenidos. Muchos de los enanos no tuvieron tiempo a alzar sus escudos y las saetas se incrustaron en sus carne causando gran cantidad de bajas entre la tropa. Los gritos de terror y de dolor se sucedieron entre los enanos que pertenecían a la tropa liderada por Gidum mientras los caballeros que se encontraban junto a ellos liderados por Burdin nada podían hacer por evitar la masacre de sus hermanos.

Notas de juego

Unidades trasgas 1 y 6 eliminadas

Tropas perdidas por Caballería 1 => 200

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11/10/2017, 09:18
Brogar

Brogar era mucho más rápido de lo que era cualquier enano, pero le sería imposible coger a Bugrar montado en su lobo. El enano furioso apretó su puño.

No verás un nuevo amanecer Bugrar—musitó—. Lo juro por mi vida.

Después apenado, miró el cuerpo de Rhidrun.

Sólo yo tenía que haber muerto—dijo amargamente—. Tu muerte no será en vano mi thog.

Furioso, entristecido y decidido, el maestro de la Orden de los Olvidados, se marchó a dirigir su propia tropa.

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11/10/2017, 10:18
Nugo

¡Rata! ¡Cobarde! - Exclamó Nugo con el ceño fruncido y tensión en los músculos. - ¡Morirás! ¡Te mataré con mis propias manos!

Nugo mantenía la mirada fija en Bugrar mientras se alejaba a lomos de su lobo. Los ojos del Kark de Todos los Enanos desprendía ira y sed de venganza y eso lo percibió Nalin que conocía bien a Nugo. Ya que Brogar había marchado en contra dirección y el pobre Rihdrun yacía tendido en el suelo y muerto por la cobarde acción del ser rastrero que ahora huía.

El líder enano se montó sobre su poni y le mandó cargar en persecución de Bugrar de forma enérgica. El ejército trasgo avanzaba contra ellos, podía ser que Rayo Rojo alcanzara a Bugrar, podía ser que Nugo acabase con su vida, pero sin duda aquella acción acabaría con su vida, era una temeridad que Nalin se veía con la obligación de impedir.

 

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11/10/2017, 11:17
Nalin

- ¡Detente Nugo! - Gritó Nalin con todas sus fuerzas.

No obstante o bien Nugo no escuchó aquellas palabras o bien simplemente no les hizo caso. Nalin montó sobre su fiel cabra y le ordenó que partiera tras del Kark de Todos los Enanos. Pese a que el pony de Nugo era rápido, la montura de Nalin también lo era y pronto se puso a la altura del líder enano.

- ¡Nugo para! - Gritó de nuevo la enana llamando la atención del Kark aunque éste tan solo le miró de reojo. - ¡No les des lo que quieren! ¡De nada nos sirves muerto! - La marcha de Rayo Rojo aminoró pero Nugo todavía no viró su rumbo. - ¡No es hora de venganzas! ¡Vuelve con los tuyos, lidera esta batalla!

Fue en ese momento cuando Nugo mandó parar a su pony y Nalin hizo lo mismo con su cabra. El Kark miró a la thogsi del noroeste. Entre ellos dos no hacían falta palabras, se conocían muy bien. Con solo esa mirada Nugo le había transmitido su frustración por lo que acababa de suceder, sus ansias de venganza y de partir por la mitad a Bugrar con su hacha.

- ¡Vámos, mi Kark! - Exclamó Nalin. - Tiempo habrá de revanchas. Pero lucharemos todos juntos y aplastaremos a esa escoria verde.

Aquella reflexión acabó por convencer a Nugo. Debía regresar con sus enanos. Sólo juntos vencerían aquella batalla. Sólo juntos ganaría la guerra y liberarían las llanuras del yugo opresor de aquellas bestias. La venganza no era sólo suya, sino de todos los allí congregados. Matarían a Bugrar, pero lo harían todos juntos. Era el momento de combatir como enanos, juntos y en formación.

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11/10/2017, 15:18
Director

Situación inicial del turno:

Situación de combate:

Mientras Brogar recuperaba su posición entre las tropas de Olvidados que se habían convertido en el segundo pelotón de infantería sumando a éste otras doscientas experimentadas almas enanas, Nalin y Nugo se replegaban tratando de unirse al ejército enano antes de que la carga trasga les aplastara. Por suerte para ellos, las unidades de caballería habían frenado en gran parte dicha carga y trataban de sobrevivir a la lluvia de flechas y los filos de los miles de pieles verdes que se habían sumado a la batalla.

La columna trasga que se encontraba situada al sur del ejército enano cargó contra éste, mientras el ejército enano avanzaba en dirección al grueso del ejército enemigo. Trataban de dar apoyo a la caballería que se había visto rodeada en pos de salvaguardar la integridad del Kark de Todos los Enanos y el grupo de diplomáticos que había acudido a la negociación previa a la contienda. No obstante debían encargarse de aquellos pieles verdes antes de proseguir con el avance.

Una nueva lluvia de flechas sorprendió a la caballería que se encontraba hacia el oeste del campo de combate. Las tropas de Gidum no estaban preparadas para soportar tal aluvión de proyectiles. Las saetas volvieron a ocultar el sol y los silbidos de éstas precedieron a una sangría en la que ninguno de los enanos de aquel bloque quedó indemne. La unidad de Gidum resultó severamente dañada y neutralizándola para el combate. El propio Gidum quedó malherido y con muy mal pronóstico.

No obstante los ballesteros capitaneados por Dzgard acudieron a tiempo en ayuda de los nobles caballeros que estaban siendo muy mermados. Sus certeras saetas se incrustaron en las pieles verdes de aquellas alimañas causando gran cantidad de bajas y facilitando la posterior labor de los enanos a lomos de aquellas enormes cabras entrenadas para el combate.

Los enanos habían perdido el factor de su carga contra sus enemigos, pero su valor y su destreza con las hachas, los martillos y las mazas pronto empezó a mermar a la infantería trasga pese a que su número era muy superior al suyo. Se produjeron bajas en ambos bandos pero sin duda los pieles verdes eran los que más de sus miembros estaban perdiendo ante la poderosa fuerza montada que les estaba combatiendo.

Al este se había formado una línea compuesta por tres unidades de infantería y una de falange con apoyo de una unidad de ballesteros enanos. Se enfrentaban a cinco compañías de infantería trasga y a una sexta de arqueros.

Brogar no se sentía cómodo teniendo que liderar a doscientos enanos asignados por Nugo para completar su unidad, para él eran unos completos desconocidos que no sabía muy bien como rendirían a su lado. No obstante, al ver las fuerzas desplegadas por el enemigo sabía que toda ayuda era poca para acabar con ellos, sufriendo el menor número de bajas posible. El capitán Dzdraki estaba al mando de una unidad de ballesteros, que pos su posición en el campo de combate le daría apoyo con sus proyectiles.

El combate fue rápido y con escasas bajas. Aquella unidad de infantería trasga no fue en ningún momento rival para mil enanos enfurecidos. Estaban mejor armados, les superaban en una proporción de dos a uno, tenían mayor experiencia y estaban liderados por mejores estrategas. Nada pudieron hacer contra ellos los apestosos pieles verdes y ninguno de los Olvidados tuvo el honor de tener que utilizar la solución final.

La falange que Brogar tenía a su lado tuvo ciertos problemas para deshacerse de sus enemigos. Cierto era que las picas no eran tan efectivas contra unidades a pie como contra unidades montadas, aún así lograron poner en estampida a las pocas almas que dejaron con vida, sufriendo un mínimo de bajas.

Las otras dos unidades de infantería enana, las compañías tercera y cuarta, se enfrentaban a dos mil pieles verdes, el doble que ellos. Sin embargo aquellas seres desorganizados y cobardes no pudieron mermar demasiado a las fuerzas enanas. De hecho tras los primeros compases de la batalla las bajas entre los enanos se contaban por una centena, pero las bajas trasgas casi por un millar.

El combate se estaba decantando por el bando de la raza enana, pero aún no había acabado y todo podía cambiar hasta el final de la batalla.

Situación final del combate:

Notas de juego

Brogar tu comandas la unidad de Infanteria 2 y Nalin comanda la unidad de infantería 1.

A partir de aquí vosotros decidís que hacer con vuestras unidades.

Las unidades que tienen flechas se batirán en retirada al siguiente turno.

Movimiento:

Falange y arqueros 1 casilla.

Infanteria: 2 casillas. (Carga 3 casillas)

Caballería: 4 casillas. (Carga 6 casillas)

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05/11/2017, 16:06
Nalin

Nugo y la enana del noroeste retrocedieron para reencontrarse con las unidades que debían liderar. El Kark asintió con la cabeza cuando sus pasos se separaron de los de Nalin y ella le respondió de la misma manera. Aquel simple gesto sirvió para desearse suerte, como también para despedirse. Habían visto el final de aquella batalla, pero no sabían si verían el final y esa era la última vez que se miraban a los ojos.

Nalin se unió a su segunda, Grieda Llygg quien había quedado al cargo de las Hijas de la Galerna en su ausencia. La enana asumió el mando de la primera unidad de infantería enana cargando a su lado. Aquella valerosa enana estaba determinada a acabar con sus enemigos, los enemigos del pueblo enano. Deseaba venganza, no sólo por la reciente muerte de Rhidrun, sino por las muertes de todos aquellos enanos que habían caído bajo las despiadadas garras de los que hoy se enfrentaban y de todos aquellos enanos de las Llanuras del Este que habían sido sometidos por los pieles verdes.

- ¡Cargad! - Ordenó Nalin sin dejar de avanzar a grandes zancadas pese a su corta estatura. - ¡Destruidlos, matadlos! ¡Quiero regar estos campos con sangre verde! - Gritó la enana cargada de ira y una ovación sonó entre los suyos, quienes apresuraron más el paso si cabe.

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05/11/2017, 22:59
Brogar

Brogar volvió junto a sus hombres, con el rostro rojo y las venas de las sienes palpitantes. Tenía claro cuál iba a ser la misión de los suyos durante la batalla. Abrirse paso hasta llegar a Brugar y tomarse su cabeza. Cuando llegó ante sus Olvidados, el enano descabalgó de su cabra y se dirigió a ellos.

¡Hijos míos!—gritó llamándolos—Todos habéis visto lo ocurrido. Un thog, un buen enano... ha sido vilmente asesinado. ¡Sí! ¡Asesinado! ¡Él no ha muerto en la batalla! ¡Pero yo os juro aquí y ahora que haremos justicia! ¡El alma del thog Rhidrun descansará en paz con nuestros ancestros! ¡Brugar caerá hoy! ¡Esos pieles verdes morirán hoy! ¡No habrá piedad! ¡No habrá misericordia! ¡No habrá prisioneros! ¡Solo muerte y justicia!

El enano se dio media vuelta para guiar a sus hombres y alzó su puño.

¡Por el thog Rhidrun! ¡Por el Pueblo Enano!

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06/11/2017, 16:22
Director
Sólo para el director

Tablero inicial:

Tras aquella primera confrontación las dos columnas principales de cada ejército se reorganizaron para afrontar un nuevo choque de ambas fuerzas. El ejército liderado por aquel apestoso trasgo se veía muy mermado tras los primeros lances del combate pero aún así no retrocedieron un solo paso. La llegada de Bugrar junto a los suyos provocó una rápida redistribución de los efectivos englobando a la segunda y cuarta compañía en una sola y situando a los arqueros en segunda línea resguardados tras las tropas de infantería.

De inmediato Nugo ordenó colocar en línea las tropas para realizar un ataque envolvente con tal de atacar de frente y por los flancos y así rodear al enemigo y acabar con los arqueros trasgos. No obstante los ballesteros se encontraban a la distancia correcta como para alcanzar a sus objetivos por lo que Dzgrad y Dzdruki ordenaron disparar contra los pelotones de infantería trasga tres y siete sumando bajas en ambas unidades.

Por otra parte el enfrentamiento entre las tropas que se situaban al sureste del campo de batalla ni mucho menos había acabado. Las tropas residuales del octavo de infantería trasga se dieron en retirada y cuando parecía que los arqueros trasgos también iban a abandonar el combate se dieron media vuelta en el último instante para lanzar una lluvia de flechas contra las tropas enanas lideradas por Dirhar. No obstante los escudos enanos rechazaron el ataque bajo las atronadoras risotadas enanas.

Para cuando llegó el momento del combate cuerpo a cuerpo la habilidad y la superioridad numérica de las tropas enanas lideradas por Dirhar y Korburg fue aplastante. En escasos minutos aquellos aguerridos guerreros hachas y martillos enanos acabaron con todos los pieles verdes dejando aquel prado regado con la sangre de los desalmados que habían causado tanto terror en los pacíficos clanes enanos que moraban aquellas tierras.

Tras aquella primera confrontación las dos columnas principales de cada ejército se reorganizaron para afrontar un nuevo choque de ambas fuerzas. El ejército liderado por aquel apestoso trasgo se veía muy mermado tras los primeros lances del combate pero aún así no retrocedieron un solo paso. La llegada de Bugrar junto a los suyos provocó una rápida redistribución de los efectivos englobando a la segunda y cuarta compañía en una sola y situando a los arqueros en segunda línea resguardados tras las tropas de infantería.

 

De inmediato Nugo ordenó colocar en línea las tropas para realizar un ataque envolvente con tal de atacar de frente y por los flancos y así rodear al enemigo y acabar con los arqueros trasgos. No obstante los ballesteros se encontraban a la distancia correcta como para alcanzar a sus objetivos por lo que Dzgrad y Dzdruki ordenaron disparar contra los pelotones de infantería trasga tres y siete sumando bajas en ambas unidades.

Por otra parte el enfrentamiento entre las tropas que se situaban al sureste del campo de batalla ni mucho menos había acabado. Las tropas residuales del octavo de infantería trasga se dieron en retirada y cuando parecía que los arqueros trasgos también iban a abandonar el combate se dieron media vuelta en el último instante para lanzar una lluvia de flechas contra las tropas enanas lideradas por Dirhar. No obstante los escudos enanos rechazaron el ataque bajo las atronadoras risotadas enanas.

Para cuando llegó el momento del combate cuerpo a cuerpo la habilidad y la superioridad numérica de las tropas enanas lideradas por Dirhar y Korburg fue aplastante. En escasos minutos aquellos aguerridos guerreros hachas y martillos enanos acabaron con todos los pieles verdes dejando aquel prado regado con la sangre de los desalmados que habían causado tanto terror en los pacíficos clanes enanos que moraban aquellas tierras.

Tablero final del asalto:

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06/11/2017, 18:29
Director

Para ese entonces la carga de ambas unidades era imparable, no obstante antes de chocar volvieron a volar los proyectiles. Las flechas trasgas sobrevolaron a sus propios aliados para impactar contra las torpas enanas a la carga, sin embargo su escasa puntería fue fundamental para que el número de bajas entre las tropas de Nugo no fuera de consideración.

Idéntico resultado obtuvieron los ballesteros liderados por Dzdruki, pues sus proyectiles se estrellaron en su mayor parte contra escudos trasgos o contra el suelo bañado en sangre. Por contra Dzgard y sus ballesteros obtuvieron unos impresionantes resultados, sus saetas silbaron hacia la tercera unidad de infantería bajo las órdenes de Bugrar y todos resultaron muertos o heridos y los que no huyeron del combate.

Las falanges uno y tres acorralaron a la infantería trasga formada por las tropas supervivientes de las unidades dos y cuatro. Las lacerantes lanzas, picas y alabardas enanas rodearon a los infelices pieles verdes que no pudieron hacer otra cosa que morir apelotonados los unos contra los otros.

Las tropas de Brogar lidiaron contra la quinta unidad de infantería trasga. El combate fue algo más igualado, pues el número de contrincantes estaba a la par. No obstante los Olvidados decantaron la batalla y aunque se perdió un centenar de valiosas tropas enanas los efectivos trasgos se redujeron en cuatrocientas pieles verdes.

Gracias a la intervención de los ballesteros que mermaron al séptimo de infantería trasga sufrió una debacle contra las picas lideradas por Korburg, que redujeron a cero las tropas enemigas. Mientras tanto la caballería cargó contra los arqueros trasgos causando el pánico entre las tropas y éstas se vieron obligadas a huir.

Las últimas fuerzas trasgas se batían en una desordenada retirada mientras los enanos festejaban la victoria. Nugo ordenó no perseguir a las tropas que escapaban hacia el oeste, pues no quería sufrir bajas innecesarias entre los suyos. Por suerte fue el propio Brogar quien atrapó a Bugrar antes de que pudiera escapar junto a los suyos. Su venganza podría verse cumplida, pero era Nugo, el Kark de Todos los Enanos, quien debía decidir su futuro, aunque el líder de los Olvidados estaba tranquilo, pues sabía que Nugo ansiaba cortar la cabeza del asesino de Rihdrun.

Notas de juego

Batalla finalizada, bastante favorable a las fuerzas enanas.

De 8.000 trasgos han sobrevivido tan solo 1.800

Por parte de las fuerzas enanas de 6.000 solo se han perdido 800.

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12/11/2017, 23:19
Brogar

La batalla había concluido y una vez más habían salido victoriosos. Habían servido al Pueblo Enano como era debido. Y además, Brogar y sus hombres habían conseguido capturar a Brugar. El primer impulso del enano fue la de destrozar su cabeza a golpes, pero se contuvo. Tras la batalla no era él quién debía dictaminar sentencia contra el pielverde. Pero eso no evitó que el olvidado golpeara al orco hasta dejarlo inconsciente.

El Kark Nugo estaba reunido con sus thogs cuando el maestro y filósofo llegó ante su presencia. Arrastraba el cuerpo insconsciente de Brugar. Lo había arrastrado desde que lo había dejado inconsciente hasta llegar allí por lo que el aspecto del pielverde era deplorable. Todos miraron a Brogar, pero el enano, en silencio, se limitó a coger el cuerpo del orco y tirarlo a los pies del Kark.

Después se mantuvo en silencio con expresión desafiante. Sabían que los thogs estaban juzgándole, minusvalorándole, pero no le importaba. Sólo le importaba el deber hacia su Kark. Por eso le habían elegido a él para ir a las negociaciones.

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15/11/2017, 10:05
Nalin

Nalin y las Hermanas de la Galerna vieron el desarrollo del combate como espectadores de lujo. No era lo que tenían pensado, su sed de sangre y venganza no pudo quedar saciada. No en primera persona, pues para cuando el batallón capitaneado por la thogsi llegó al fragor del combate, éste ya había concluido.

La enana chasqueó la lengua algo molesta. No le gustaba desenfundar sus armas y volver a enfundarlas sin que éstas hubieran probado la sangre de sus enemigos. El consuelo era obvio, pues ninguna de sus hermanas y ninguno de sus hermanos había caído durante la contienda. No se habían escondido, habían demostrado su valor y habían seguido las directrices de Nugo. Sin embargo el discurrir del combate les había dejado con un sabor de boca agridulce. Habían vencido aquella primera batalla sin el placer de participar activamente de ella.

Había sido una batalla muy desigual. La fuerza enana había castigado con dureza a los pieles verdes. Millares de bajas se contaban entre las fuerzas lideradas por Bugrar, por tan solo unos ocho centenares por parte del ejército que Nugo había logrado reunir. Ochocientas bajas en no eran muchas en comparativa, pero sin duda eran demasiadas almas enanas que se exponían al juicio de su dios patrón antes de tiempo. Manverû dios de las Montañas y los otros dioses enanos tendrían trabajo durante las próximas jornadas.

Grieda se acercó hasta su líder. Su rostro mostraba la contradictoria imagen de la satisfacción por la victoria del pueblo enano, la cual contrastaba con la decepción de no haber participado de ella. Aquella joven enana se apartó un rebelde mechón negro del rostro dejando a la vista la determinación de su mirada.

- Una pena no poder haber clavado mi hacha en uno solo de esos malditos trasgos. - Dijo la capitana Lygg.

- La victoria es nuestra, Grieda. - Respondió Nalin muy serena. - Siéntete orgullosa de haber formado parte de ella.

- Es difícil,mi señora. Es difícil cuando no se me permite rebanar el cuello de ninguno de esos seres. - Habló la guerrera del noroeste.

- Ésta tan solo es la primera de las batallas que determinará el discurrir de la guerra, Grierda. - Expuso Nalin. - Tiempo habrá de mellar nuestras hachas de tanto golpear contra los cuerpos de estas viles alimañas. Ten paciencia, pues tendrás la oportunidad de entrar en batalla y demostrar u valía en combate.

- Si mi señora. - Afirmó aquella ferviente enana. - Tendré paciencia. - Le concedió.

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15/11/2017, 16:54
Director

Nugo dio una palmada sobre la espalda de Brogar que casi lo tumbó de cara al suelo. Era conocido por todos los allí presentes la increíble fuerza bruta del Kark de Todos los Enanos. De hecho se decía que era uno de los más altos de su raza, no solo de sus coetáneos, sino de todos los tiempos. Brogar notó el orgullo que aquel valeroso enano sentía en aquel momento y tras la batalla tan favorablemente resuelta de su lado.

Nugo miró con desprecio a Bugrar. No le sorprendía que fuera uno de los pocos trasgos en haber sobrevivido. Aquella alimaña era cobarde por naturaleza y muy posiblemente en vez de ir a la vanguardia de su ejército, se habría escondido tras el grueso de sus tropas. Todo lo contrario a él, que de no haber sido por la intervención de Nalin, habría cargado en solitario contra el ejército trasgo y sin duda ahora estaría muerto.

- ¿Qué hacemos con él? – Preguntó uno de los capitanes enanos más afines al Kark.

- Es un prisionero de guerra. – Respondió Nugo ante el asombro de todos, pues esperaban una rápida decapitación como la mejor de sus suertes. – Colocadle unos fuertes grilletes en los tobillos y un cepo en muñecas y cuello. Que cuatro hombres mantengan constante vigilancia sobre él, día y noche. – Ordenó. – Sacadlo de mi vista antes de que le aplaste el cráneo.

Una cuadrilla de enanos fue la encargada de ejecutar la sentencia del Kark, agarrándole de las extremidades y apartándolo de la zona de reunión en la que se habían congregado, karks, thogs, señores enanos y mandos militares. Por lo que se pudo intuir al escuchar los desgarradores gritos del trasgo, sus quejas y sus súplicas para recibir una ejecución digna, las medidas adoptadas por el enano no fueron de su agrado. Podía ser que intuyera un futuro mucho más horrible que el que le podía proporcionar una rápida muerte.

Sin dejar tiempo a preguntas de lo que acababa de suceder una nube de polvo y el trotar de cascos sobre el suelo de la llanura dirigiéndose hacia su posición, llamó la atención de Nugo. Dos enanos montados sobre cabras de guerra cabalgaron junto al Kark de Todos los Enanos. Traían consigo noticias sobre la batalla. Recuento de tropas y bajas importantes. Setecientos cuarenta eran los enanos muertos de forma aproximada, dos centenares los heridos y de entre los muertos Gidum, el thog de Colina Verde, quien estaba a cargo del primer batallón de caballería.

- ¡Maldición! – Gruñó Nugo terriblemente enfadado y dando un golpe contra su propio muslo. - ¡Esta noche celebraremos la victoria con buenas viandas regadas por cerveza y así honraremos a nuestros caídos, a Rihdrun y Gidum!

Tras aquellas palabras todos quedaron conformes, las tropas regresaron al campamento y hasta bien entrada la noche celebraron la victoria, pese a la tristeza que muchos de ellos sentían por los hermanos caídos en el combate, pero a sabiendas de que estuvieran donde estuvieran aprobarían tal celebración.