Partida Rol por web

La Purificación de la Bruja

Prólogo para los caballeros

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22/07/2015, 00:21
Director

Los dos caballeros llevaban casi una semana en Francfurt, el retorno desde Tierra Santa les había llevado casi ocho meses, primero hasta embarcar en las naves que les devolvieron a Chipre y desde ahí esperar las naves que iban fletando las diversas organizaciones. La Monarquía Católica parecía hacerse con la mayoría de los derechos de flete y sus tercios acababan embarcando con más frecuencia que todos los demás juntos en sus grandes galeones, muchos – demasiados, opinaban algunos – dirigiéndose a Venecia en lugar de puertos más propios como Nápoles, Barcelona, Valencia, Palos o Sevilla.

Ellos tuvieron que esperar casi un mes hasta que la Orden les consiguió pasaje en una galera que fondeó en Génova, desde dónde continuaron viaje por tierra hasta retornar al cuartel de la orden en la encomienda de Francfurt, a la que estaban adscritos formalmente.

Las vivencias en el viaje habían agriado aún más su actitud: la Cruzada había fracasado, y no por falta de fuerza o de carácter de los cruzados, sino por la codicia de los nobles y señores, que una vez debilitado el enemigo empezaron a urdir planes y mirarse con desconfianza, inventando afrentas y excusas, ansiosos por repartirse el botín y las migajas de los esfuerzos de los soldados de Dios. Ahora todo el mundo hablaba de que pronto habría guerra otra vez, los diferentes Habsburgo, los Tudor, los Valois y todas las casas menores, desde los Saboya, Sforza y Borgia a los Orange y Nassau se enzarzarían por hacerse con tierras del antiguo Bizancio y unos con las de otros abandonando Tierra Santa, de nuevo, a su suerte.

En discusiones de política y tratando de averiguar qué camino tomaría la orden cuando los tambores de guerra volvieran a sonar estaban cuando entró un joven escudero, que en ese momento ejercía de hermano portero. Traía un despacho de su excelencia reverendísima el Obispo de la ciudad, conminándoles a acudir a su despacho a la hora tercia (mediodía) para recibir una nueva encomienda sagrada.

 

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23/07/2015, 03:44
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Sir Rudolph escuchó las instrucciones mientras trataba de recordar cuanto había dicho un par de noches atrás, el día que acabaron con los bandidos. Creía que no le había faltado el respeto a su superior.... perdón a su compañero. Lo cierto es que pese a los meses transcurridos, aún le costaba considerarse un par de quien le había explicado los entresijos de la política de la orden

Sin embargo, lo hecho hecho estaba, o por lo menos eso se dijo a si mismo como tantas veces durante los últimos días. Si había hablado de mas no había habido comentarios, por lo que no tenía más que suponer que solo había hablado de su historia, y quizás de la de su padre, pero no le había faltado el respeto a nadie.

- A la tercia - el caballero miró por la ventana y hizo un rápido calculo mental - Tenemos tiempo. Supongo que debemos vestirnos como corresponde. No creo que al Obispo le agrade recibirnos en armadura - agregó mientras observaba su coraza que, no por brillante dejaba de ser un atavio de guerra

- Que piensas? Quedará muy mal llevar espada y escudo con esa ropa de calidad que me hiciste comprar cuando llegamos a la ciudad? No creo que corresponda ir con armadura, pero tampoco desarmados. Despues de todo se supone que somos caballeros - completó sabiendo que no pensaba presentarse ante el obispo sin la luz de poder divino que surgía de su escudo

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23/07/2015, 16:55
Sir Ulrich Ulfgart

Ulrich se encontraba sentado cómodamente puliendo con delicadeza y cuidado el filo de su espada. Gustaba de cuidar y mantener su equipo en perfectas condiciones. Incluso cuando entró el hermano portero para entregar las instrucciones del obispo no dejó de pulir su espada. Escuchó con tranquilidad y asintió al hermano indicándole que habían recibido el aviso y podía retirarse. 

Por un momento dejó de lado la espada y observó a su compañero mientras le expresaba la duda del atuendo adecuado para visitar al obispo. Con una carcajada seca comenzó a de nuevo su tarea:

-Si le laméis el culo adecuadamente ni siquiera reparará en vuestro aspecto, Sir Rudolph. No os preocupéis tanto por como vestir como por el motivo de la llamada.

El veterano caballero movió la espada para apreciar que los tempranos rayos de luz le indicaban que había terminado satisfactoriamente con su tarea. Dejando sobre la tosca mesa de la habitación su arma, se acercó a su compañero y poniéndole la mano sobre el hombro le comentó:

-No me hagáis caso, viejo amigo. Son sólo desvaríos de un hombre que se haya en el ocaso de su carrera. Quiso disculparse por su anterior comentario. Sabía perfectamente que aquellos comentarios podrían influir en su amigo, y era lo último que quería en aquellos momentos. Si Rudolph viese la vida como él la veía ahora mismo, se acabaría su alegría y vivacidad. Algo a lo que se agarraba Ulrich para ver un atisbo de esperanza en aquella sociedad contraria a los dictados de su Señor. Hombres que pronunciaban las benevolencias del amor de Dios mientras que con sus manos acaparaban dineros y riquezas, sangrando a los fieles.

Sonrió de forma forzada a su compañero, en un intento de retomar la normalidad en su conversación:

-No creo que sea prudente salir ahí fuera sin lo único que os identifica y protege. Dejad la pesada armadura y pertrechos de combate en el cuartel, pero poneros vuestra mejor muda y espada. Será suficiente con la armadura liviana para presentaros ante su excelencia.

 

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24/07/2015, 02:57
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Armadura liviana? - Rudolph lo miró sorprendido - Mi coraza? o solo os referís a mi escudo. Yo pensaba solo en mi escudo. Después de todo es, probablemente lo que más de identifica. Más que la armadura, o estos ropajes, demasiado elegantes para lo que estoy acostumbrado -

El joven caballero obvió tanto el tono sarcástico de su mentor como su intento de pedido de disculpas. Se conocían hacía demasiado tiempo como para necesitar hacer hincapié en eso. Sin embargo, más allá del tono, algo de lo que había dicho era cierto. Lo que realmente importaba era el motivo de la llamada - Supongo que tienes razón. Más que la ropa importa el porqué. Pero piensa en positivo. Sea lo que sea no puede ser más peligroso que algunas de las misiones que tuvimos en Oriente. Y espero no sea tan aburrido como el viaje de vuelta -

Rudolph, mientras hablaba buscó en sus alforjas la ropa de la que había estado hablando. Sin ser tan exquisita como la que sabía tenía su compañero, era mucho más elegante de la que solía utilizar a diario.

Tras sacarse la coraza con la que había estado entrenando hasta hacía un rato y la camisa que utilizaba bajo esta, buscó una jofaina con algo de agua para enjuagarse antes de tratar de decidir en que orden debía colocarse las diversas prendas que componían el atuendo.

Lo cierto es que más allá de no ser tan joven, Rudolph solía actuar como tal, cambiando sus prioridades y sus temas de conversación momento a momento, por lo que mientras seguía mirando la ropa comentó - Sabes, hoy viví una situación curiosa. Varios de los novatos se refirieron a mi, pensando que no los escuchaba y me nombraron como Rudolph das Lichtschild. Fue... extraño. Se que tu estás acostumbrado a que la gente utilice tu nombre y el de tus tierras para identificarte entre todos los Ulrich. Pero para mi, que siempre fui "sólo" Rudolph, que alguien me identifique por algo más que mi nombre de pila fue... raro - está claro que la situación ha descolocado al joven caballero, que no sabe como explicar sus emociones.

- No creo que eso me haga más importante ni nada así - agregó rápidamente, reacio a que nadie interpretara mal su sorpresa - Se que no soy noble ni tengo un título que justifique la necesidad de identificarme como te pasa a ti, pero eso no quita que me haya gustado la sensación. Crees que está mal que sienta eso? - finalmente llegó al meollo de la cuestión, la duda que tenía desde el inicio de su monólogo - Sabes que no soy muy versado en las formas cortesanas, pero... Acaso sería incorrecto que, cuando me pregunten mi nombre responda de esa manera - preguntó

Notas de juego

Por cierto tengo una coraza (que uso en forma permanente y una completa para emergencias. No tengo Cuero no similares porque puedo dormir con la coraza puesta sin cansarme. Claro que dentro del cuartel no la uso. Bueno, no para dormir ;-)

Roleo intrascendente (o no tanto) hasta que el Master nos lance a la acción

Por cierto, según Google traslator: "das Lichtschild" significa "del escudo brillante"

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25/07/2015, 20:26
Sir Ulrich Ulfgart

Cuando Rudolph comentó que seguramente no fuese tan peligroso como las misiones de Oriente, Ulrich sonrió. Quizá incluso más, querido amigo. Pensó el veterano guerrero pero no dijo nada. Se limitó a girarse y mirar por la ventana como el sol iba poco a poco levantándose. Aunque el sol era el mismo, desde Francfurt se veía distinto. Menos fuerte, más pequeño, menos peligroso. En oriente el sol quemaba la cara, te deshidrataba nada más alzarse en la distancia, te cegaba y cansaba por igual. Aquí se veía diferente. Más calmado si cabe, más sonriente y menos fiero.

De nuevo las palabras de su compañero le sacaron de su ensimismamiento y aún enfrentado a la ventana bajo la cabeza y miró hacia dónde él se encontraba:

-¿Sabéis una cosa, Sir Rudolph? Aquellos a los que habéis oído llamaros así os respetan, por eso os dieron tal apodo. Y eso es algo digno de lo que sentirse orgulloso. No tenéis que avergonzaros de ello. Me gusta. Se lo había oído decir el otro día al gonfalonero.

-Sir Rudolph das Lichtschild... repitió para sí mismo interiorizándolo y esbozando una sonrisa a la par que asentía y se giraba por completo para enfrentar a su compañero.

Acercándose al mismo le dio una palmada en la espalda:

-Espero poder ver ese escudo radiar de nuevo a vuestro lado. Creo que podriamos tomar algo antes de ir a ver al obispo. ¿No tenéis hambre, Sir Rudolph?

Notas de juego

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25/07/2015, 21:54
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Si, supongo que podríamos. Alguna vez me explicaste que los problemas, con el estomago lleno, son menos problemáticos. Y supongo que eso funciona tanto en el desierto que rodeaba Jerusalén, como en la ciudad. Y aunque una visita al obispo quizás no sea, necesariamente, un problema una misión puede serlo - asintió Rudolph mientras sonreía ante las palabras de su mentor - "Rudolph del escudo brillante" - se repitió a si mismo un par de veces antes de darse cuenta que no estaba pensando sino vocalizando las palabras.

- Comamos y luego nos preparamos para la visita. Y quizás en ese momento pueda descubrir en que orden deben colocarse todas estas prendas - cambió de tema mientras señalaba los ropajes extendidos sobre su catre. Rudolph volvió vestir la camisa que había estado llevando durante el entrenamiento matutino, bajo la coraza y se colgó la espada larga del cinturón. Se sentía desnudo sin ella.

Tras insertar en la funda corta que colgaba al lado de la vaina de la espada, su vieja daga se aproximó a la puerta dispuesto a encontrar algún trozo de ciervo en los grandes comedores del monasterio - Comida, bebida y probablemente una misión. La mañana promete - sonrió mientras esperaba que su compañero pasara delante suyo

Quizás desde lo formal fueran pares, pero al joven caballero le gustaba demostrar su respeto hacia el veterano con esos pequeños gestos de cortesía. Y excepto en los momentos en que entrenaban, pensaba seguir manteniendo esa posición

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26/07/2015, 16:22
Sir Ulrich Ulfgart

Ulrich pasó delante de su compañero cuando este le franqueó el paso. Mientras ambos compañeros se acercaban al comedor, el veterano guerrero quiso darle un pequeño consejo a su amigo tras sus palabras:

-Recordad que fuisteis nombrado noble por vuestro servicio en Tierra Santa. Será un camino dificil el que ahora os espera, pero recordad siempre que es mejor estar orgulloso por ser un noble por vuestros actos que por vuestra ascendencia. 

Ulrich quería recordar a su compañero el ascenso social que había conseguido a la par que le adevertía del nuevo juego al que entraba a participar. Las acciones de los nobles siempre tenían una segunda intención y había que estar atento. Entrar a jugar en aquella liga sin ser noble de sangre le colocaba en aún una peor posición. Pero esperaba que recordase estas palabras cuando fuesen necesarias.

-Cuando se os pregunte, responded como corresponde a vuestra situación actual, Sir Rudolph. No os avergoncéis del por qué habéis llegado a dónde estáis.

Quiso responder a la pregunta de su amigo mientras recorrían los oscuros pasillos del cuartel de camino al comedor. En ese momento al pasar por una ventana que daba a las cuadras pudo ver como los jóvenes escuderos se disponían a alimentar a los corceles. 

-Por cierto, ¿cómo se encuentra vuestro corcel, Sir Rudolph? Trueno llegó demasiado cansado de nuestro viaje. Se está haciendo viejo el pobre. Espero que haya podido descansar lo suficiente estos días. Son muchos años ya juntos.

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26/07/2015, 18:51
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Supongo que teneis razón. Y no, no estoy avergonzado ni de mis orígenes ni de mis acciones para haber sido nombrado caballero - contestó seriamente - Soy quien soy. Y fui quien fui - agregó antes de esbozar una sonrisa y completar la sentencia - y seguramente seré quien deba ser -

Todavía orgulloso de su ingenio, siguió a Ulrich sonriendo para si mismo hasta escuchar la pregunta respecto a las cabalgaduras - Tanto "SANSON" como "DALILA" se encuentran en excelente estado. Pasan los años y sigo pensando que fueron buenas adquisiciones - reconoce a su compañero - Uno se destaca por su potencia y la otra por su velocidad. Sin embargo no se que pensar de PRECAVIDO. Es cierto que no huye ante el peligro, pero no creo que lo pueda entrenar para involucrarse en el combate -

Tras pensarlo un momento agrega - Por su tamaño podría ser un excelente caballo de combate, pero no creo que lo pueda usar más que para llevar los bártulos de campamento y el alimento -

Tras pensarlo un momento cambia el tono de sus palabras - Sabeis... creo que en algún tiempo os podré ofrecer un potrillo con lo mejor de ambos. Sería un honor para mi obsequiaroslo. No soy experto, pero creo que SANSON la ha preñado a DALILA. Con esos nombres era cuestión de tiempo que sucediese, jaja - se interrumpe a si mismo antes de continuar - Si es así espero que acepteis a la cría y la entreneis para vos. No pensaba deciroslo, aún, pero si realmente creeis que TRUENO está envejeciendo, quizás debais empezar a pensar en entrenar a un nuevo animal. Hay tiempo. Despues de todo se necesitan dos o tres años para que un potrillo este preparado. Y lo cierto es que, si realmente está preñada, le faltan varios meses para que la criatura vea la luz del sol -

Notas de juego

SANSON = caballo de Guerra Pesado (la montura que usa para el combate)

DALILA = Yegua de guerra liviana (la montura de emergencias, y por su velocidad, la que usa cuando no está totalmente cargado)

PRECAVIDO = El caballo de carga (caballo pesado)

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29/07/2015, 18:27
Sir Ulrich Ulfgart

Ulrich sonrió a su compañero agradecido. Era un regalo demasiado elevado para Ulrich y estuvo tentado de rechazarlo, pero al mirar la cara de su compañero se dió cuenta que nada de lo que dijese le haría cambiar de opinión y que de verdad sentía de corazón aquello que ofrecía.

-Será un gran honor poder entrenarla. Os lo agradezco en el alma, Sir Rudolph.

Ambos compañeros descendieron las escaleras que quedaban para el llegar al piso inferior y entraron en el comedor.

Notas de juego

ahora que pones eso, creo que sería bueno que pusiéramos cosas nuestras que no estén en la historia que por lógica deberíamos saber uno del otro tras combatir y estar juntos tanto tiempo.

Mis caballos se llaman: Trueno, es negro y lleva muchos años con Ulrich. Le queda poco para jubilarse.

Fenrir, el caballo ligero. Es más joven y sano, pero de momento no le llega a Trueno al nivel.

Luna es la yegüa de carga.

Ulrich es el segundo hermano de una familia de 5. Casualmente los 3 mayores chicos y las 2 pequeñas chicas. Ulrich tiene devoción por su hermana pequeña y es de la que más te ha hablado (y eso es mucho, pues Ulrich sin confianza no habla mucho de su vida, ;)) Se llama Angela y es todo bondad. Con su hermano mayor se habla poco y con los otros dos una relación normal.

Al igual que Ulrich fue el caballero cuando tú eras escudero, Thomas fue el de Ulrich. Thomas murió hará dos años y ahora Rudolph es el pilar al que se agarra Ulrich para no asquearse con la vida.

Ulrich tiene más enemigos que amigos, tanto en Francfurt como en Tierra Santa. Sin embargo sus amigos son más poderosos que sus enemigos, con lo que de momento no ha caído en desgracia aunque nunca se sabe que pasará en el futuro.

Ulrich gusta de comer de todo pero siempre en su justa medida. Considera que la moderación es algo a lo que aspirar.

De momento esto. Hay otras cosas que necesito contar al master antes para tener su aprobación. ;)

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29/07/2015, 20:51
Director

El refectorio estaba escasamente habitado en ese momento. El hermano refitolero daba vueltas al caldero, mas que nada para mantener templado y sin grumos el rancho; sólo tres o cuatro monjes jóvenes estaban almorzando a aquella hora temprana - o desayunando a esa hora tardía, según se mirase - probablemente salían de turno o entrarían antes de la hora tercia.

Fueron servidos con rapidez por el serio, orondo y peludo hermano Tobías, que había hecho voto de silencio, además de los completos de la orden. Con ello parecía compensar su falta de decoro en otros aspectos de la regla, pues mantenía largo el pelo y la barba, y su barriga dejaba bien a las claras que tampoco tenía la misma medida de alimentos que el resto.

Pero había tantos y tan variados artículos en la regla, que ¿quién podía seguirlos todos? El de guardar silencio en el refectorio les parecía, a ambos, particularmente ignorable; al fin y al cabo siempre cumplían el de comer de dos en dos.

 

Notas de juego

Sólo para daros pie y aclarar: Mientras estéis en conversación entre vosotros (o privada con otros pjs) no necesitáis esperar turnos míos, los dos días os los marcáis entre vosotros y podéis mantener el ritmo que os vaya bien a ambos.

Eso si, cuando queráis pasar de "toma" dejádmelo más o menos claro para no estar yo pensando que vais a seguir la conversación.

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30/07/2015, 02:18
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Olvídalo. Será un placer que esté en buenas manos - descartó el agradecimiento algo avergonzado y siguiendo al que fuera su mentor al comedor

Tras acercase al hermano Tobías y esperar que este le sirviera parte del contenido del caldero en un cuenco de madera, Rudolph, con el cuenco en la mano buscó con al mirada la mesa que habían adoptado como propia desde que habían llegado al monasterio. Por suerte no sólo estaba libre, sino que también lo estaban las mesas cercanas.

Acercándose a la misma se acomodó en el banco de madera y esperó a su compañero, esperando que este se sentase y pronunciase la acostumbrada oración de acción de gracias antes de comenzar a comer. Lo cierto es que con el tiempo se había vuelto un veloz recitado, donde las palabras se confundían entre si antes de lo que realmente debía ser, una pausada oración de agradecimiento.

Sin embargo, a ninguno de los dos les molestaba. Habían aprendido a cumplir con la norma de forma lo suficientemente correcta como para evitar algún comentario fuera de lugar, pero sin que les impidiese disfrutar de la comida

Mientras esperaba las palabras de Ulrich, desenfundó la "daga de su padre" y verificó el filo acariciándose el pulgar con cuidado, sin ganas de cortarse como tantas veces le había sucedido

- No parece haber demasiada carne, pero ayer creo que había menos - comentó en voz baja, respetando, por lo menos en parte, el ambiente silencioso que se enseñoreaba del lugar

Notas de juego

Master:

Creo que inconscientemente adoptamos esa postura y, pese a que no estabas, posteamos intercalándonos los post entre nosotros.

Supongo (Y aunque no había jugado antes con Alender, creo no equivocarme) que ninguno de los dos tiene problemas en pasar al modo "roleo fuera de la historia principal" cuando no hay algo específico que hacer. Pero, por lo menos por mi parte, prefiero que tu, cada tanto, nos des letra para poder avanzar, sino se puede volver un poco insulso ;-)

Ulrich:

Trataré de acordarme (de hecho acabo de anotarlo en, precisamente, Notas. Queda ver si alguna vez me acuerdo de consultarlas, jaja

Respecto a mi historia excepto el nombre de los caballos, no hay más de lo que puse en la ficha, así que tu, por lo menos, la tendrás más fácil para buscar datos, una leve lectura de 10 minutos te solucionará el problema ;-)

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30/07/2015, 16:33
Sir Ulrich Ulfgart

Ambos caballeros entraron al refectorio y en silencio fueron servidos por el hermano Tobias. Entonces la conversación de ambos hermanos cayó considerablemente. La regla aludía a la necesidad del silencio durante las comidas entre otros muchos momentos.

Ulrich asintió a las palabras de Rudolph. Dos días atrás la cantidad de carne también había sido escasa.

El caballero comió tan en silencio como pudo para no alterar el ambiente del comedor y tan pronto acabaron ambos hombres de comer dieron gracias al Señor y salieron del mismo. Se acercaba la hora tercia y debían prepararse para la visita al obispo.

-Vamos, Sir Rudolph. Se va acercando la hora.

Notas de juego

correcto. Sin embargo yo ya estoy deseoso de empezar, que me come la curiosidad. jeje

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31/07/2015, 02:39
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Si, vamos. Todavía debo definir mi combate con esos ropajes - contestó Rudolph tras limpiar la daga en un paño y volver a colocarla en su cinto.

Una vez que salieron del refectorio, el guerrero respiró profundamente agradeciendo que la regla del silencio solo abarcaba algunos sitios del monasterio. Solamente pensar en realizar un voto de silencio como el del Hermano Tobías le ponía la piel de gallina. NO creía poder soportarlo más que un par días. U Horas. Y hasta quizás, sabiendo que no debía hablar, no creía soportarlo más de unos minutos

Tratando de olvidarse del tema siguió a su compañero mientras continuaba pensando en los ropajes, tratando de imaginarse la mejor forma de acomodarlos sobre su cuerpo y que no parecieran restos de tela - Cuanto más sencillo es utilizar solo una camisa y unos pantalones - atinó a decir - Sea bajo mi coraza o simplemente, como ahora, como ropajes para vestir -

Notas de juego

SI, si. Que uno pueda hacerlo no quiere decir que no prefiera avanzar con la historia de verdad

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31/07/2015, 19:14
Director

Los templarios salieron al bullicio matutino. La ciudad hervía de actividad, con gente gritando, corriendo y, en general, atendiendo sus asuntos y haciendo sus ajetreadas vidas.

El gentío se redujo notablemente a medida que entraban en las canonjías y se acercaban al Palacio Episcopal muy cercano a la Catedral, dónde eran coronados los emperadores de los principados germánicos. Les sorprendió, en la plaza que compartían ambos edificios, un carruaje que salía del Palacio Episcopal. A una velocidad endiablada cruzó, camino de la puerta de la ciudad más cercana, obligando a todos los que se encontraban en el camino a apartarse presurosos o ser arrollados. Rudolph sólo reconoció la insignia principal, que identificaba al ocupante como procedente del Reino formado por la unión de las Coronas de Aragón, Castilla y Navarra. Ulrich, más versado reconoció el blasón del Arzobispo primado de Toledo, uno de los nobles más poderosos de la Monarquía Católica y, a la sazón, jefe de facto de la temible Inquisición Española.

El acceso al Palacio, completamente rodeado de un muro alto, era a través de una gran puerta enrejada, con su cuerpo de guardia. Un par de soldados de la milicia del obispo controlaban la entrada, eran muy jóvenes, obviamente sin experiencia militar.

Uno de ellos, un joven pecoso al que el uniforme quedaba demasiado grande, se adelantó con un aplomo que no se correspondía con su porte. Envarándose declamó, más que preguntó.

-“¿Qué asunto les trae al Palacio del Obispo?” –

 

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31/07/2015, 19:15
Sir Erryn Freckel

Un hombre mayor, obviamente más veterano y de mayor porte, un noble menor, seguramente, se había apresurado a salir del cuerpo de guardia al verles, aunque no a tiempo de interceptar al zagal.

Llegó poco después de su impertinencia, que Rudolph ni siquiera había notado y Ulrich probablemente habría pasado por alto. Dio un coscorrón al guardia que estuvo a punto de tirarle el capacete mientras le susurraba entre dientes con furia:

-“Aprende tu lugar, mastuerzo, y trata a los nobles con el respeto debido o acabarás en el calabozo, o peor.” – empujando al joven de vuelta a la puerta, se adelantó hacia ellos.

-“La gracia de Dios descienda sobre usías, hermanos. Soy Sir Erryn Freckel, Portero Mayor del Episcopado y el Cabildo Catedralicio” – aquello confirmaba sus sospechas, sería un hidalgo de cierta alcurnia que había conseguido un puesto cómodo y poco peligroso, probablemente nunca había participado en una campaña militar importante – “¿Tienen vuestras mercedes cita en el Episcopado?” – de su mirada y actitud se infería claramente que sabía a qué venían y quienes eran, pero con esa pregunta les daba pie a presentarse formalmente, todo pura etiqueta y boato, pero que él valoraría porque daba lustre y una pátina de utilidad a su trabajo. De hecho ya había pedido un paje con un gesto mientras ellos aún se presentaban.

-“Mortimer, acompaña a los reverendos caballeros al despacho del Vicario. Sin demoras.” – realmente no hubieran necesitado guía; pero, de nuevo, la pompa y boato del aparentar y dar lustre a la nobleza, exigía aquel tratamiento y deferencia inútil.

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31/07/2015, 19:17
Director

Mientras conversaban con Sir Erryn un hombre, plebeyo, pero bien vestido, tal vez un mercader o quizás un artista itinerante se había acercado, siendo interceptado por el pánfilo recluta, con aires parecidos a ellos. Aunque ésta vez no había motivo para reprenderle.

Apenas pudieron escuchar la conversación, pues se produjo unos metros detrás de ellos aunque dedujeron que le hombre buscaba a alguien que se había visto enredado en asuntos turbios de otro. Lo que realmente le llamó la atención fue que la respuesta del panoli, tras mucho pesar – tanto como para dar tiempo a ellos a acabar su conversación y a Mortimer a salir de su recámara. El chico preguntó “¿La santa?”

Nuevamente fue disciplinado por el Sir, que se movió como una exhalación a tomar el control de ese interrogatorio.

Ya Mortimer caminaba hacia la escalinata principal, mirando para ver si le seguían, hubieron de retrasarle y hacerle parar para escuchar, a medias, las palabras que dirigió Sir Erryn que, sin duda había escuchado mejor que ellos la conversación.

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31/07/2015, 19:17
Sir Erryn Freckel

El portero se dirigió al plebeyo en éstos términos:

-"Pudierais hablar, se diría de vuestras alocuciones, de la invitada especial de su Reverencia Ilustrísima, que ahora reside en el Palacio hasta que Dios nuestro Señor así lo decida.” – tras una ligera pausa añadió:

- “No alcanzo a vislumbrar qué podría un plebeyo como vos tener que preguntar de tan excelsa persona, tocada por la mano de Dios, pero adelante, pues nada cuesta escuchar preguntas. Pero pensad bien, pues a veces, sí cuesta formularlas."

Notas de juego

Disculpad el multi post, pero normalmente en turnos largos de conversaciones y descripciones prefiero partir los post para dejar claro quién dice qué

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01/08/2015, 01:12
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Finalmente, y con algunos consejos de su compañero, Rudolph consiguió introducirse en sus vestuduras de cortesano sin parecer totalmente ridículo "Bueno, solo un poco, pero he visto algunos peores" se consoló a si mismo mientras se colgaba su espada larga y la daga de su padre del cinto y empuñaba su escudo luminoso en su zurda

Como de costumbre, mientras caminaban por la ciudad, la luz que emanaba del mismo le valió algunas miradas de curiosidad, pero la gracia con que portaba sus armas alcanzó para disuadir a cualquier curioso de hacer algún comentario en voz alta. Quizás alguno podía pensar en brujería por la luminosidad, pero la seguridad de "el del escudo brillante" mientras caminaba por las calles daba cuenta que, por lo menos él, no tenía ninguna confusión al respecto.

Al llegar a la puerta, la curiosa actitud del noble, impidiendo que el guardia cumpliera sus tareas lo hizo mirar a este con ojos curiosos pero sabiendo que probablemente se le estaba escapando algún detalle optó por permanecer en silencio, esperando que Sir Ulrich llevara la voz cantante

Notas de juego

Espero que nos "presentemos" y quizás después meto algún post adicional respecto al desconocido (supongo Edgar)

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01/08/2015, 15:58
Sir Ulrich Ulfgart

Sir Ulrich frunció el ceño extrañado ante la salida precipitada de aquel carromato con el blasón del arzobispo de Toledo. Algún asunto muy importante debía estar cociéndose si el Inquisidor General de las coronas de Castilla, Aragón y Navarra se encontraba allí. Sin embargo tampoco quiso darle mayor importancia. Cuanto menos supiese de aquel terrible hombre mejor que mejor. Su alma se encontraba en paz y eso era más que suficiente para el veterano caballero. 

Cuando ambos caballeros llegaron a la puerta misma del obispado un joven les bloquea el paso para recitar aquellas palabras que sonaban mejor en su mente que en su oído. La inseguridad y escaso desparpajo con que las recitó, junto con su juventud, dejó entrever que seguramente aquel muchacho acababa de ser destinado a tal cometido.

Sir Ulrich iba a contestar cuando rápidamente apareció un hombre canoso, con porte algo más digno que aquel muchacho para tomar las riendas de la situación. Ante tanta pomposidad, Sir Ulrich contestó con algo de desgana a sabiendas que todo aquello era inútil.

-"Soy Sir Ulrich Ulfgart y este es mi compañero Sir Rudolph  das Lichtschild. Su excelencia reverendísima, el Obispo de Francfurt, requiere de nuestra presencia."

Cuando Sir Erryn llamó la atención de otro hombre para que les acompañase, el viejo caballero inclinó el cabeza levemente en señal de agradecimiento para seguidamente adentrarse en el Episcopado. 

-Dios os guarde.

Se despidió de aquel hombre que ya estaba corriendo a tomar el control de una nueva intervención. El veterano caballero avanzó despacio pues las palabras "la santa" le llamaron poderosamente la atención. Y más teniendo en cuenta la presencia del Primado toledano. Seguro que ambas cosas estaban relacionadas. Sus pasos fueron lo suficientemente lentos para poder escuchar las últimas palabras del Portero Mayor.

Mortimer guiaba a ambos caballeros por los pasillos del Episcopado y Ulrich aprovechó para intentar saber algo más, por lo que preguntó a aquel hombre:

-Viniendo hacia aquí nos pareció ver  un carromato de las Coronas de Castilla, Aragón y Navarra. ¿Todo ello tiene algo que ver con la santa?

Intentó dar por sentado que estaba enterado del tema. Quizá de esa forma pudiese obtener más información al respecto. 

 

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01/08/2015, 19:57
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Como de costumbre, Rudolph observó admirado la facilidad con que su compañero se manejaba ante la pompa del "Portero Mayor del Episcopado y el Cabildo Catedralicio”. Como de costumbre llegó a la conclusión que la seguridad que observaba en Sir Ulrich no tenía tanto que ver con su forma de ser, sino con la práctica. Estaba claro que vivir, desde niño, rodeado de aquellas "cortesías" lo obligaban a uno a amoldarse y adoptarlas, solo para sobrevivir.

Ensimismado en sus propios pensamientos respecto a la cortesía, las prácticas y las buenas costumbres casi se atragantó al notar la forma en que que Lord Ulfgart había decidido presentarlo. Eso si era una situación que no esperaba. Una cosa era que los jovenzuelos que entrenaban en el monasterio hubieran adoptado dicho sobrenombre, pero presentarse así en pleno Episcopado eran palabras mayores.

Sin embargo, ya estaba hecho y como siempre la mejor opción era, antes que negar el apelativo, reforzarlo en lo que pudiese. Levantando su brazo izquierdo, dejó que la luminosidad del escudo afectase tanto a Sir Erryn como al paje que se aproximaba, mientras sacaba pecho y se mantenía en silencio, tratando de adoptar el mejor aire marcial de que era capaz.

Para su sorpresa no hubo rechazos a la presentación y, apenas un par de minutos mas tarde seguían a un tal Mortimer en búsqueda del propio Obispo para que les informara sobre su misión.

Cuando Sir Ulrich preguntó sobre la santa y el carromato asintió con su cabeza antes de acotar - Después de todo, si aquella tocada por la Mano de Dios..." - repitió las palabras del Portero, pronunciándolas con la suficiente seriedad como para evitar que pareciesen una falta de respeto - ... está alojada en el castillo, suena razonable suponer que todas las autoridades quieran visitarla -

- Incluso, quizás, el pueblo llano - añadió pensando en el extraño que se había presentando en la puerta después de ellos