Partida Rol por web

Dejais la cervecería con las primeras luces del alba y andais hacia la ciudad. Antes de llegar a las puertas os separais ambos del resto del grupo para que los guardias no os asocien con ellos. Lograis cruzar la puerta sin al parecer levantar sospechas. Empezais a andar por las pequeñas callejuelas que apenas despiertan mientras los artesanos y mercaderes disponen sus paradas rumbo al embarcadero principal de Birka donde según las informaciones deberiais encontrar el Radjur. Os deteneis justo en la última esquina antes del embarcadero para trazar vuestro plan.

Sigfrid mira el embarcadero de reojo, intentando hacerse un esquema visual de donde están las entradas, los guardias que pueda haber, por donde es más posible que lleguen sus compañeros y formas de distraer al personal cuando todo comience.

-Nunca he hecho nada como esto. ¿Se te ocurre alguna idea de como deberíamos proceder?

Tras un leve suspiro ante la falta de aportación del anciano, Sigfrid sigue mirando el lugar desde el callejon para hacerse una idea de lo que hay por la zona.

Tras observar los barcos tratando de distinguir cual de ellos es el Radjur te das cuenta que mientras que varios barcos parecen tener guardias para evitar que roben la mercancia solo hay un barco con guardias que flote con la borda excesivamente elevada, señal de que se encuentra descargado. Rapidamente dejas de fijarte en los guardias para fijarte en la nave en si misma.

El barco se encuentra amarrado en el segundo muelle por la derecha desde la esquina en la que os encontrais. Es un barco de guerra de bella factura con una proa en la que colgar un mascarón de cabeza de dragón, cubierta estrecha y capacidad para una veintena de remeros. Como buen navegante que eres ves que el barco parece tener todo lo necesario para poder zarpar pues tiene las velas y los remos en su sitio. Pero sin provisiones no ireis muy lejos. Aunque un barco con el mínimo de carga navegaría mucho más rápido llegado el momento.

Sigfrid se vuelve de nuevo, tras examinar el lugar.

-Está bien… el barco del segundo muelle es el nuestro. Hay unos cuantos guardias, debemos esperar a que empiecen a sonar las alarmar o se distraigan y entonces atacamos. Podríamos provocar un fuego en uno de los barcos de mercaderes, seguramente los guardias irán de inmediato a sofocarlo para que no se queme la carga en su turno. ¿Qué te parece?