Partida Rol por web

Riley se acerca a hablar con Angela en la biblioteca en un momento que están a solas...

Saludo a Ángela con una ligera inclinación de cabeza antes de acercarme a ella.

- Hola - le digo sin más. - Me alegra ver que te encuentras bien... Es posible que te interese saber que no he notado ningún rastro psiónico en tu interior desde que te atrapó Kerrigan - comento. Sonrío con un gesto tranquilizador, aunque a estas alturas Ángela ya se habrá dado cuenta de que no estoy demasiado acostumbrado a tratar con la gente. No es que en mi mundo quede demasiada con la que hablar, de todas formas. - Parece que al final tenías razón y no era necesaria la operación de urgencia. ¿Tú te encuentras bien? Al fin y al cabo tienes más artefactos y conocimientos sobre la salud de las personas...

Espero su respuesta mientras tomo asiento a su lado, dejando abierto sobre una mesa entre nosotros el libro que estoy leyendo, abierto.

- Hay muchas cosas sobre tu mundo que me gustaría preguntarte. Es posible que provengamos de distintos tiempos del mismo mundo o, al menos, de dimensiones bastante parecidas... - comento. - Pero el nivel de tecnología del tuyo parece mucho más avanzado. O bien no sufristeis la Caída, o hace mucho que la superasteis, o eres una de los que llamamos los Antiguos y, en ese caso, tal vez puedas evitar que tu mundo se convierta en el mío. - Me encojo de hombros y alargo la mano para pasar la página del libro, como si estuviera leyendo al mismo tiempo que hablo con ella, aunque hasta donde parece, toda mi atención se centra en la conversación. - No sé, de cualquier forma me gustaría saber más cosas del lugar de donde procedes. Tal vez me sirvan para salvar Iowa, si alguna vez conseguimos volver a casa.

- Sarah es una depredadora asesina y letal. - sentencié ante su preocupación por su salud, era de agradecer que se interesase porque no quedase rastro alguno de su influencia - y por otra parte, una persona atormentada por no poder salvar su mundo de algo.........inmenso. - me sobrecogía sólo de recordar aquella oscuridad.

 - Es posible que registres algo de actividad. - espetó después, con toda la inocencia y la honestidad que la caracterizaba. No iba a mentir a aquellos compañeros, porque no tenía necesidad de hacerlo. Era una persona totalmente libre, y si tenía que protegerlos dialogando, o siendo susceptible a un control por parte de agentes externos estaba dispuesto a correr el riesgo. Aquel mundo era lo primero.

 A Angela no le extrañaban la peticiones. No era la primera. Sentía que ella no tenía nada que encontrar allí, sin embargo, no se sentía cómoda alterando otras líneas temporales u otros planos con conocimientos que no se adquiriesen con la responsabilidad adecuada, la ciencia, no sólo era ciencia, era una actividad humana, debía ser supervisada por la moral.

 - Confío que Sarah y yo nos pondremos en contacto. No puedo perdonarle que sea una asesina, pero ni ella desea estar aquí, ni nadie, en su sano juicio la quiere aquí. Sin embargo, si va a quedarse, es mejor que esté tranquila y actúe como la humana que es y no como el depredador que ha demostrado ser.

 Podía suponer que para riley aquello era como una bomba, y no le importaría contestar a sus preguntas. Dicho aquello...

 - He estado en Iowa. Aunque de pasada. De modo que tu hipótesis se sostiene de momento. 

 Eres libre de preguntarme lo que prefieras. Será más sencillo. No tengo ni idea de nada referente a la Caída en mi mundo, salvo que te refieras a las guerras ómnicas o a alguna gran guerra hace demasiado tiempo.

 Miré de soslayo el libro. Quizás lograse desviar su atención, si no la tenía por completo.

Observo un momento a Ángela frunciendo el ceño, pero me paro a pensar en sus palabras. Sarah Kerrigan. en circunstancias normales la aparición de una asesina en este mundo me hubiera dado lo mismo siempre que no se involucrara en mis asuntos. Sin embargo no ha sido así en este caso: aún no he reflexionado demasiado sobre los motivos, tal vez fuera por su intromisión psíquica en mis pensamientos o quizás sencillamente por el genocidio que llevó a cabo en la ciudad nada más aparecer, demostrando que su mera presencia en este mundo puede desestabilizarlo completamente.

Sin embargo, hay algo en lo que Ángela tiene razón. Desconocemos las circunstancias que, como a nosotros, han traído aquí a esa criatura y, tal vez, acabar con ella tenga el efecto opuesto al deseado y sea su propio mundo el que quede desestabilizado. Por otro lado, si se decidiese a colaborar con nosotros para buscar una salida de este mundo, seguramente habría muchas cosas que podría aprender de su psiónica. Pero los pensamientos que leí de la mente de Kerrigan hablaban de conquista, así que no tengo demasiado claro que vaya a abandonar este mundo sin más.

- Ese es un juego peligroso, Ángela. No creo que Kerrigan vaya a abandonar este mundo sin dejar atrás alguna de sus criaturas con capacidad para someterlo a su mente-colmena - advierto. - De hecho si mientras estuvisteis juntas dejó algo en tí, ¿cómo puedes estar segura de que no te va a utilizar como Caballo de Troya para acceder también a tu mundo? - Pregunto con seriedad. Sus palabras no han servido precisamente para tranquilizarme y vuelvo a pensar que esa operación hubiera sido una buena idea. - Tal vez ella quiera volver a su mundo, o planeta, como decía, pero no lo hará sin realizar una conquista. Además, si aprendemos algo sobre el viaje entre dimensiones, no descartaría que esa Reina empezase a planear una invasión zerg por todos nuestros mundos.

Me muevo incómodo. Joder, yo no tengo la habilidad de palabra para convencer a nadie si es incapaz de ver por si mismo los problemas de sus propias decisiones. Sin embargo, espero que la lógica sea suficiente como para que Ángela se replantee su relación con la reina zerg. Si es que puede hacerlo, claro.

- Haz al menos una cosa: cuando se ponga en contacto contigo, avísame. Es posible que pueda localizarla o sentir sus pensamientos si utiliza su poder sobre ti - le pido a la mujer.

Inspiro un momento antes de volver a cambiar de tema.

- ¡Has estado en el USS Iowa! - Pregunto, sorprendiendo ligeramente a mi compañera. - ¿Cuál de los camarotes te gustó más? - Era evidente que me refería al barco en el que vive mi clan, nada que ver con el estado de Iowa. De hecho, por lo que Ángela sabe, Riley proviene de algún lugar de Kansas. Aunque, ¿cómo demonios había llegado un barco hasta esa región?

- No, no creo que fuese algo en el pasado. Por las fechas de las que hablaste, me da la impresión de que o bien la Caída es algo en vuestro futuro o vuestro mundo es lo suficientemente distinto al mío como para que la hayáis evitado de alguna manera... - comento. Esta última opción me parecía ahora más plausible, pues en todos mis viajes de exploración jamás he visto restos de una tecnología como la que utiliza Ángela. - Pero sí me interesaría saber cómo habéis evitado que el mundo se vaya a tomar por culo... Si todos tienen acceso a tecnología como la tuya, seguro que hay alguien que se descontrola al utilizarla.

 Angela estaba a favor de tomar medidas contra las posibles amenazas, no podía limitarse a ser ingenua. Los planes de contención, una forma de eliminar al enjambre de ese mundo era factible, pero llevaría tiempo y recursos. No los tenían, pero era posible improvisar algo. Aquellas mutaciones antinatura, aquellos horrores, debían de tener un punto débil, a primera vista parecía su capacidad de proliferar.

 - Soy un caballo de Troya. - admitía en los restos de aquella seria conversación que se tomaba con calma casi plácida. - pero tal vez no el que espera que sea. - se refería a que no estaba infectada, a que si Sarah quería utilizarla para engañarles ella estaba trabajando para que no siguiese su naturaleza depredadora, el diálogo abogaba por darle más control y poder a su parte humana. Parecía abocado al fracaso, pero la doctora se mostraba como una persona demasiado optimista.

 - Tenemos que hacer lo posible porque no consuma este mundo, ni los nuestros. Lo hará si cree que eso puede ganar su guerra. 

 Tal vez sólo necesite ayuda.

 Como vosotros.

 Se acarició la mejilla, sin saber muy bien como decir aquello. - Nada nos asegura que las versiones que damos de las guerras en nuestros mundos sean la verdad. Puedo tratar de convencerte de que en mi mundo, las máquinas, ahora creyendo poseer un alma, quieren aniquilar a los seres humanos para encontrar su lugar bajo las estrellas. Hablarte de la cantidad de muerto que han dejado a su paso. De como tratan de luchar por unos derecho que nunca tuvieron, ni merecen. Porque somos sus creadores, están programadas, aunque hayan tenido alguna clase de fallo. Sin embargo, estaría faltando a la verdad, y tal vez lo hiciese creyendo que no es así. 

 Sarah escruta su mundo con unos anteojos concretos, los propios, tal vez con dos, los de reina y los de humana. Pero hay otras perspectivas. Siempre las hay.

 Era un preámbulo a concederle su ayuda con la delicada línea que supone participar en una catástrofe o una guerra que no se comprende.

 - Vaya. - se sorprendió, tapándose los labios con la diestra, pensando que había cometido un error y podría dañar su sensibilidad. Pensandolo mejor, parecía un hombre demasiado fuerte, o al menos harto de malas noticias. Tal vez, ni le afectase, incluso podía alegrarle oír lo que tenía que decir... - en mi mundo es un estado. Tierra firme. Es bonito, aunque no hay mucho que ver, para mi gusto europeo. Mal café. Pero sin demasiados problemas con la crisis ómnica, poca población y más volcada en la naturaleza y la tradición americana que en el progreso.

 Si sigue en el mapa es porque tiene buena conexión con sus vías de tren con el norte y el sur. Las carreteras dejan mucho que desear.

 Incluso en aerodeslizador.

 - En mi mundo hemos conocido el final muchas veces. Pero nunca lo ha sido. Siempre hemos seguido adelante. Tendrás que explicarme cuales son los por mayores y por menores del conflicto para que pueda ayudarte con algo.

 Del mismo modo...

 Buscó su mirada, con seriedad, dispuesta a decir algo muy íntimo.

 - No quiero chantajearte con lo que hay dentro de tu cabeza. O quién. Sé algo. Y no se si puedo ayudarte.

 Se mordió el labio inferior. Rápidamente expuso un ejemplo.

 - Mi quer.....Un amigo. Un.. - carraspeó sonrosando sus mejillas involuntariamente al recordarlo - compañero de trabajo. Perdió su cuerpo. Su hermano le propinó una bestial paliza. - recordaba aquello con verdadero horror - eso fue antes de conocerlo. Trabajamos en proporcionarle movilidad, sus func....bueno, su cerebro funcionaba más o menos bien, dentro de lo que cabe. Pero el resto del cuerpo había quedado inútil. Estuvo postrado durante meses, apenas consciente. Era la primera vez que se hacía algo parecido en un paciente. Pero opté por proponer mudar su consciencia a un cuerpo completamente artificial.

 De todos modos, ya se había valorado rec.....intercambiar los miembros inertes o disfuncionales por prótesis. Tal vez, sea...

 ... No quiero adelantar nada. Sólo quiero dejar patente que he conocido casos difíciles. Con solución.

 Se encogió ligeramente de hombros. ¿demasiados frente abiertos?

Escucho a Ángela con atención.

- Suerte con eso, aunque personalmente no creo posible que esa especie abandone su instinto depredador.. ¿Viste lo primero que hicieron nada más llegar a este plano? ¿La biomateria que esparcieron por toda la plaza? Creo que es parte de su naturaleza destruir para poder subsistir, así que no me parece posible esperar que abandonen ese comportamiento. En cierto sentido son como una enfermedad... - Recuerdo las palabras de la mujer sobre sus conocimientos médicos nada más abandonar a Kerrigan. - Aunque es cierto que probablemente seas la más adecuada para tratar con un virus. Pese a todo, avísame si puedo ayudar, ya sea con plomo o con mi capacidad para leer sus pensamientos.

Sonrío cuando me habla de Iowa, recordando mis lecciones de hace muchos años.

- Wichita, mi abuela, me habló de un Iowa mucho más grande que nuestro USS Iowa... - confieso. - Creo que nuestro asentamiento está en un lugar que antes se llamó Kansas: de hecho, en mi familia, los nombres hacen referencia a antiguas poblaciones de esa región.

Me encojo de hombros, sin darle más importancia al tema. Sin embargo escucho con atención cosas sobre su mundo.

- ¿Estáis en guerra con las máquinas? - Pregunto, sorprendido. ¿Cómo se puede luchar con una cafetera? Claro que el nivel tecnológico de esta gente parece muy superior, así que seguramente sus máquinas sean tan inteligentes como muchos humanos. - Pero... si vuestras máquinas tienen la voluntad y la inteligencia como para rebelarse y enfrentarse a vosotros, ¿por qué no intentar convivir con ellos, tratarles como una nueva especie? No creo que su subsistencia sea incompatible con la vuestra, ¿no es así? - En un mundo con tantos recursos como el que me ha descrito, no parece muy probable que dependan de acabar con las máquinas. Sin embargo sus palabras me dan a entender el verdadero problema: se consideran sus creadores, sus dioses, cosa que seguramente sean de alguna forma, sin darse cuenta de que no todos los dioses merecen ser adorados y obedecidos o al menos eso he deducido de todos los grupos religiosos nómadas que han pasado por nuestro asentamiento.

Escucho la historia de su amigo, frunciendo el ceño. De hecho, mientras habla de "lo que hay dentro de mi cabeza", dejo de pasar las páginas del libro, como si estuviera completamente interesado en la conversación ahora.

- Pero, introduciendo su consciencia en un cuerpo mecánico, ¿no le convertisteis en una máquina como aquellas con las que lucháis? - pregunto casi inocentemente. Así que sus dos especies tienen la capacidad de fusionarse....

Me quedo un momento pensativo, como si hablase conmigo mismo. No recuerdo haber hablado con Sophie en voz alta, aunque es posible que lo hiciera en algún momento o que, mientras Kerrigan tenía su tentáculo metido por la boca de Ángela, de alguna forma compartiese nuestro vínculo psíquico. - He leído algo parecido a que comentas en los libros de ahí arriba: autómatas, golems y similares, ¿no? Pero no es algo tan sencillo, porque no sé hasta qué punto se puede separar su consciencia de la mía... - Pienso un momento en sus palabras. - ¿Chantajearme? Ciertamente vivís en un mundo muy triste si la información que tenéis sobre una persona puede servir para ponerla a tu servicio. Cómo alguien se comporte puede hacerte pensar mejor o peor de esa persona, como la elfa que no se digna a hablar en un idioma que todos podamos comprender, pero en mi mundo no es posible chantajear a otro. - Las cosas son hechos, sin más; si un Thorstein desarrolla poderes psiónicos, viene con nosotros para salvar la vida, no intenta ocultarlo para mantenerse en su clan. Tal vez nuestro entorno nos ha hecho ser más prácticos que a la gente de su mundo, mucho menos dados a pensar en posibilidades o cosas que dejar atrás.

- Justo antes de venir, una niña de Iowa murió asesinada. Ella había visto que nuestros destinos estaban ligados y que estaría involucrado en su muerte. Le pedí tiempo para buscar una solución, pero en vez de esperar, escapó. Era yo quien estaba a punto de irse para evitar que le ocurriese nada... -  confieso. -  Atacaron nuestro asentamiento y ella murió fuera, pero de alguna forma su mente consiguió llegar hasta mi justo antes de que pasase a este mundo. Y aquí estamos los dos. 

La observo, intentando adivinar qué piensa.

- Por lo que sé de la gente de este mundo, creo que muchos intentarían hacer un exorcismo y destruirla, pero tengo un deber hacia ella y quiero salvar su vida. Parte de la información del libro puede darme una forma de intentarlo - explico. - Pero no sé cómo funciona eso que estás proponiendo para pasar a otro cuerpo.

- No me considero una representación fiel del ciudadano medio de mi mundo. - maticé, con cierta tristeza. Por una lado no se sentía un modelo digno, por otro lado, era horrible que algunas personas no pudiesen aceptar otras formas de vida sólo por ser diferentes. No era un tema que pudiesen tomar a la ligera, los componentes ontológicos de los axiomas que se tomaban y de las hipótesis que se planteaban no parecían tener una naturaleza cognoscible por la ciencia y se movían más en el plano irregular de lo moral.

 Necesitaba separarse de las personas que no pensaban como ella, necesitaba dejar claro que ella no luchaba contra máquinas, sin más. Pero no se detuvo a explicar los por menores. En cambio, miró a los ojos de Riley con una ternura maternal, levanto la diestra y saludó tratando de ser simpática.

 - ¡Hola! - espetó con un tono algo más agudo y sonoro - ¿Tendrá un nombre, no? - Entonces su rostro se tornó más prudente, quizás había metido la pata. - ¿Puede...? - se refería a que si podía escucharla y verla a través de su cuerpo. No era descabellado pensar en una enfermedad mental, pero había hecho un análisis de su cerebro de forma general, algo tan evidente habría estado reflejado, salvo que esa "niña" lo nublase. Aparentemente gozaba de mutaciones peculiares, pero ya había convivido con un gorila gigante capaz de corregir las ecuaciones de su pizarra, aquello no era tan.."raro" ¿no?

 Saludaría de nuevo con más énfasis si se lo confirmaba. Tuvo que morderse la lengua para no avasallar a Riley a preguntas de su relación, en un estudio más detallado de como dos mentes podían convivir en un solo cuerpo sin que luchasen por el control de su cuerpo. Lo más técnico estaba ya a su disposición, el comportamiento de su cerebro y las conexiones sinápticas del mismo, pero a nivel de conducta, aquello no le revelaba nada.

 La mirada de Ángela no era la de un médico que experimenta o desea hacerlo, tenía cierta preocupación por la posibilidad de que estuvieran sufriendo. Sobretodo la niña. Atrapada en el cuerpo de ese hombre...¡Es horrible!

 - Hablas con sentido de grupo, y sentido común. - un hilo de voz, entre la frustración de que otros no pensasen como Riley y el temor de que aquella guerra fuese a más - un robot, un golem o un autómata son, casi por definición, esclavos. Si poseen voluntad, lo son, y sino, son meras herramientas. En tanto en cuanto se supediten a un amo o a una causa, pierden su libertad. 

 Es incluso más sencillo con un animal. Incluso un animal doméstico tenía más reconocimientos emocionales que una máquina. Porque llamamos máquinas a herramientas. 

 Fue uno de los motivos por los que se ganaron un nuevo nombre. Las máquinas contra las que luchamos en ocasiones se llaman Ómnicos. Tienen una mente. Se golpeó el labio con el índice mientras alzaba la mirada al techo para recordar.

 Cuando el accedió al recuerdo levantó el dedo y sonrió como si hubiese encontrado un regalo.

 - ¡Puedo pensar igual que un submarino puede nadar! - parecía un mantra, y en parte, lo era, el de un Ómnico.

 - Hay población que ha recibido con los brazos abiertos a la comunidad ómnica. - no entró en detalles, pero incluso existían relaciones sentimentales entre humanos y ómnicos. - Otros han recibido esa "evolución" como una advertencia, la de una amenaza que apenas podían controlar.

 Y esto es así porque no todo es tan evidente al principio. Cuando nace el primer ómnico. Apenas se sabe nada de eso. Apenas se entiende ese despertar.

 Al nacer, una criatura, puede mostrar confusión por su mundo. Algunas se expresan con violencia, porque perciben un mundo violento. Se defienden así, creyéndose con potestad para hacerlo, una legítima defensa de su existencia frente a una situación que los supera. - en aquel punto casi parecía estar hablando de Sarah - algunos grupos de ómnicos construyó otros como ellos, y se lanzaron a la guerra. Sólo querían imponer que eran seres pensantes y merecían un hueco en el mundo.

 Pero lo expresaron iniciando una guerra. Incluso contra aquellos que los habían recibido con los brazos abiertos. - ¿Cómo decía Torb...? - Ah sí, Muchos pensaron que "no lo estaban enfocando del todo bien".

 Como podrás apreciar, hay muchos matices diferentes, y es muy complicado dictaminar quien tiene razón, porque todos los bandos involucrados, algo mucho más complejo que humanos y ómnicos, han cometido errores y han sido vencidos por prejuicios.

 En mi mundo la información es un arma mucho más peligrosa que la que usaste para golpear a Kerrigan. Se usa para privar a las personas de su libertad, para orquestar su vida, para controlarlos.

 Hay gente buena que no hace eso. 

 Si la "elfa" habla en otro idioma, seguramente, es porque teme que lo que diga sea utilizado en su contra. Aunque quizás sea aventurar demasiado, tampoco entiendo lo que dice, ni la conozco lo suficiente.

 Sacudió ligeramente la cabeza para centrarse en el resto de temas propuestos, eran charlas complicadas, diálogos que podían construir un lazo fuerte o impedir que pudiesen trabajar juntos en el futuro. La doctora pensaba que se estaba jugando el futuro de todos si no actuaba con cordialidad y honestidad. Por otro lado, esa siempre había sido su decisión.

 - Disculpa si os he concedido falsas esperanzas. - No debería haber.... - se mordió el labio inferior durante un instante y le miró a los ojos con preocupación.

 - Con la tecnología que tengo aquí y los conocimientos que pueda tener es un proceso imposible. Además, no existe un precedente de dos mentes en un mismo cerebro, salvo la duplicidad de personalidad, ante la que se proponen otros tratamientos que no le harían ningún bien a tu invitada.

 Con unas semanas o meses en las instalaciones.... - empalideció, recordando la última noticia que había escuchado. Tal vez esas instalaciones ya no existiesen. - en unas instalaciones adecuadas, quiero decir. Con el personal indicado, sería factible.

 De momento sólo puedo proponerte que llegado el momento vengais conmigo. 

 Pero seamos optimistas, si creeis que hay algún problema con vuestro estado, además de lo obvio, dedicaré todos mis esfuerzos en encontrar la forma de ayudaros.

 levanté la palma, como si fuese, más que nunca "su palabra".

- Él... - se refirió a la mente que reemplazó su cuerpo por uno mecánico - al principio pensó que había dejado de ser humano.

 Pasó tiempo reflexionando. Aislado del mundo. Ahora, creo que ha encontrado la respuesta a su condición. Máquina o humano, él está en paz consigo mismo. Y eso es, al final, lo que importa.

 Así, la doctora, llegaba a una conclusión que tomaba como propia, el problema estaba en las categorías y no en el "ser", Genji, era Genji, con cuerpo mecánico o no, igual que un ómnico era un ser pensante, con o sin un cerebro orgánico.

 - Se esfuerza por hacer lo correcto y ser mejor persona de lo que fue. - era probable que su experiencia cercana a la muerte le hubiese hecho más leal, más honesto con todos y consigo mismo, mejor persona.