Explico por encima al guardia, y a mis compañeros, lo que he aprendido de esa mujer.
- Kerrigan, pues ese es su nombre, parece estar poseída por algún tipo de ente psiónico que ha asimilado completamente su cuerpo. De alguna forma controla mentalmente a las criaturas más pequeñas igual que algunos insectos siguen la voluntad de sus reinas. De hecho, ella misma se considera una "Reina del Enjambre" para los seres de esa especie. Zerg, creo que los llamó.
- Sobre si creo que volverá... es bastante probable. En algún momento dijo que la habíamos pillado por sorpresa y que necesitaba aprender más de este mundo, pero no me parece el tipo de ser que se da por vencido fácilmente. Hemos conseguido echarla por ahora, pero en cuanto se reponga de sus heridas, cosa que parece hacer rápidamente absorbiendo la vida de los demás, aprenda más de la magia y la gente de esta región y consiga crear más criaturas como las que viven en la plaza, sin duda volverá a arrasar esta región. Se fue enfadada, creo que tuve gran parte de culpa de ello al dispararla cuando tenía atrapada a Ángela, así que sí, creo que volverá.
Miro a Ángela un momento.
- Al parecer infecta de alguna forma a los seres humanos, tal vez a cualquier ser vivo, para convertirlo en una de las criaturas de su enjambre. Tal vez ella os pueda contar algo más al respecto.... - comento mirando a mi compañera.
Yo también creo que volverá- dije tras escuchar a Riley -No sé tanto como él… y ni siquiera entiendo todo lo que ha dicho- dije -Pero por lo que pude ver, no es de las que se conforman con una derrota- empecé a decirles. Puede que fuese la primera vez que me enfrentaba a seres como esos, y que además estuviese en un mundo completamente nuevo para mí… pero llevar toda una vida en guerra significaba que uno aprendía rápido a evaluar a sus enemigos. Si vivía lo bastante como para aprender a hacerlo, claro.
Sobre su forma de luchar… es lo bastante orgullosa como para no temer lanzarse a un combate cercano, lo bastante astuta como para saber dónde sus ataques tendrán más efecto y lo bastante inteligente como para alejarse si la batalla lo requiere. Además, a distancia, cuenta con algún tipo de magia que no parece afectar a las criaturas que la acompañan… pero no se sentía como nada que conozca, claro que por otro lado, cuando usé mis conjuros sobre ella, también pareció sorprenderse- les fui explicando -Y respecto a sus criaturas, parecían ser una especie de monstruos corrompidos que parecen seguir sus órdenes. Al menos había dos… no tres tipos, aunque uno no intentó luchar en ningún momento. Si lo que ha dicho es cierto, cuando vuelva, lo hará seguida de bastantes más de esas criaturas que las que había en la plaza, seguramente llegásemos antes de que tuviese tiempo a crear más- les dije.
Aún perdida en sus profundos pensamientos, Osellë se mantiene en silencio mientras escucha los comentarios del resto. Por un lado reflejando una intensa preocupación al saber que varias horas han pasado luego de su desaparición, imaginaba que algunas tropas de su esposo estarían buscándola por todas partes.
Le beneficiaba esta situación, pese a seguir el mismo hilo conductor de batallas sin sentido. Extrañaba su tierra, pero en parte el alivio de saber que ya no estaría en ese ambiente tan nocivo le ayudaba a comprender mejor las cosas porque desde una perspectiva diferente todo puede ser más esclarecedor.
Ajena a todo se toma un tiempo para pensar, analizando lo sucedido con Kerrigan y descubriendo que tiene tanto por conocer dentro de este lugar que la curiosidad la impulsará a continuar caminando por estos territorios que hostiles al parecer, no le genera temor a la elfa.
Post reflexivo modo Osellë. xDD
Lista de cosas que Mól intentará hacer en estos dos días por orden de prioridad... (le va a faltar tiempo seguro xD).
Aprender sobre la magia en este mundo (diferencias con la suya, conocimientos que él no tenga por su aprendizaje, etc)
Adquirir magia (¿aprender conjuros nuevos? ¿conseguir objetos mágicos/pergaminos/materiales?) Se que lo más seguro es que no pueda aprender nada y con suerte tal vez materiales y algun pergamino, todo básico... pero claro, Mol no lo sabe, así que lo intentará xD.
Relacionarme (tanto con Yaril·la, como con Ángela y Osellë, e incluso en menor medida, con Riley si inicia él el contacto, o con algun mago amistoso que encuentre)
Aprender más sobre el mundo
Conseguir equipamiento/provisiones
Por la tarde del día siguiente tras el incendio, Angela y Mólor reúnen al grupo a la entrada del cuartel, ya que al parecer tienen algo importante que decir.
Cuando Riley y Oselle llegan, encuentran a la médico, al mago y a los tempurianos (que acaban de llegar) al lado de un nuevo caballero. Se trata de un hombre de menos de 40 años, con cabello largo y porte honorable, que viste una cota de mallas cubierta por un tabardo blanco con un símbolo dorado plasmado sobre él. Parece el dibujo de un amanecer. Porta a la espalda un escudo y una espada, aunque por el lenguaje corporal no parece pertenecer al grupo de los tempurianos, con los que mantiene una cordial y respetuosa distancia.
Bienhallados. Saluda el caballero. Mi nombre es Alath, Caballero del Alba de Lazhánder. Es un placer conocerles, viajeros.
Aunque era él quien tenía algo que contar, esperó a que Mólor o Angela hicieran las introducciones. Lo que tenía que decir era como mínimo chocante, y la médico y el mago conocían mejor a sus compañeros y a los tempurianos.
Ellos son, Riley, Osellë y su compañero Sul, Yaril·la, Hoglerruk y Varken- le dije a Alath, presentando a cada uno de los allí presentes -Y él, como ha dicho, es Alath- añadió.
Ángela y yo nos encontramos a Alath esta mañana cuando llegaba a la ciudad- les empecé a explicar al ver que el caballero prefería que lo introdujesemos nosotros nosotros -Dice venir en nombre de su Dios… y la verdad es que conocía los nombres de todos sin que ninguno se los dijésemos, así como que somos- dije, reprimiendo una mueca al mencionar eso -Y eso incluye el de la mujer-monstruo que atacó la ciudad- añadí, dejando unos segundos para que asimilasen lo que había dicho.
Quiere que vayamos con él a ver a su Dios- les dije, dejando que fuese el propio Alath quien diese más detalles.
- Su nombre es Sarah.
Añadió con serenidad a la presentación. No era un reproche a su nuevo compañero, sólo una forma de humanizar a la criatura. ¿Cómo podían esperar que su trato no fuese diabólico si la trataban como a un monstruo? Había llevado a cabo monstruosidades, era cierto, pero ya deberían de saber que había otros mundos, que todos habían tomado algunas decisiones cuestionables en los suyos, y juzgar a otro desde una perspectiva moral cerrada y limitada a su cultura era igual de cuestionable. - Creo que también la llaman Kerrigan.
Si tenía un nombre ¿por qué no utilizarlo? ¿por miedo? ¿A su poder? ¿A convertirse en algo similar?
- Desde luego sabe cosas de nosotros que no le hemos contado a nadie desde que llegamos. - secundó a Mol. - por lo que su credibilidad es como para tenerla en cuenta.
Ha sido amable con nosotros.
Miré a Alath y le dediqué una sonrisa y una ligera inclinación.
- Estoy convencida de que el placer es nuestro. - respondió amable y espectante por lo que pudiese compartir.
El caballero hace una reverencia breve y cortés a los recién llegados.
Osellë de los Noldor, Riley de Iowa... Me alegro de conocerles.
La etiqueta me llevaría a realizar unas presentaciones largas y tediosas, pero dado que no son ustedes "de aquí", resultarían más tediosas de lo habitual, de manera que permítanme que vaya al grano, como suele decirse.
Ayer al alba me encontraba en Musgolito, a bastantes leguas de aquí, y durante mis oraciones tuve una revelación, en la que Lazhánder, el dios del Amanecer y los comienzos, a quien sirvo... me dio sus nombres y aspectos para que les buscase y les acompañase al templo del Alba más cercano, donde se comunicaría con ustedes, ya que al parecer tiene algo que decirles.
El templo de Velen fue destruido, Thosk ha fallecido, Kerrigan está fugada y no sé nada de la séptima persona que debía haber llegado a este mundo... Su nombre es Sharon, y es "a la vez humana y no humana". No sé más de ella.
Por lo que sé, se dirigen a Azkhatla. Allí hay un templo importante... Si les parece bien, me uniré a ustedes y les acompañaré y protegeré en la medida que pueda, por si acaso... hubieran más peligros.
Creo que podemos llegar solit-
Yari sigue medio muda, pero el golpetazo que propina en la espalda a Hoglerruk le hace callar.
A pesar de que el caballero del Alba mantiene cierta distancia cortés con los tres tempurianos, Yari asiente con una amplia sonrisa al caballero, respondiendo por su pequeño grupo. Varken también parece de acuerdo con su compañía... Hoglerruk no tanto.
Osellë se encontraba allí esperando junto a Sul, cuando la presencia de un hombre captó su atención. Se mantuvo en silencio escuchando todo lo que tenía para decir mientras acariciaba el pelaje de su lobo en pos de tranquilizarlo, no le agradaba ver gente nueva y solía desconfiar de todos. - Tranquilo precioso. -susurró en su lengua, brindándole confianza al animal.
Una vez que el resto se pronunció, la elfa enarcó una ceja al ver que aquel hombre no sólo sabía su nombre, sino el lugar de donde proviene. No conocía aquel Dios que nombraba, pero se sintió impregnada por la curiosidad en ese preciso instante. - ¿Cómo había logrado saber tanto? ¿De qué manera conecta con ese Dios? - se preguntó tras dedicarle una mirada y un gesto cuando este hombre la saludó.
No quiso indagar demasiado, solo se mantuvo en silencio y esperó por más. La elfa no era muy conversadora, a no ser que las cuestiones sean de vital importancia.
- Parece un buen sitio por el que comenzar. - Secundó la doctora con una sonrisa, colocándose al lado de Alath.
- Si queremos respuestas promete, al menos, nuevos interrogantes. Avanzar para volver a nuestro mundo y hacer lo que sea que se requiera en este.
Giró la mirada hacia el guerrero devoto y musitó con curiosidad.
- ¿Puede darnos una descripción de Sharon? Si en algún momento nos separamos será útil poder reconocerla por algún detalle, y os facilitaría vuestro encargo.
Propuso, aunque lo que más movía su curiosidad era la fuerza que confería a un grupo ser mayor. Cuantas más personalidades estuvieran allí para tratar de resolver los rompecabezas propuestos más sencillo resultaría.
¡Dos ojos ven más que uno!
Alath negó lentamente en respuesta a Angela.
No sé gran cosa. Vi una imagen difusa, una mujer aparentemente humana, con ojos algo afilados, pero no élficos... y de unos treinta años. Debido a su melena no vi si las orejas eran o no puntiagudas, pero no me parecía una semielfa.
Vestía un... traje extraño. No sabría describirlo, como una chaqueta y un pantalón de un azul oscuro, aunque no se abrochaba en medio, si no al lado, y botones de latón o dorados. Parecía un... traje de gala de marino, si no fuera por la falta de ostentación.
Se rascó la barba pensativo.
No sabría qué más decir sobre ella. "A la vez humana y no humana" y que es Navegante, es todo lo que tenemos... Quizá podría frecuentar el puerto militar buscando un modo de regresar a su mundo, como ustedes. Una navegante tenderá a reunirse con los suyos, es de esperar. Quizá alguien la haya visto.
O tal vez aun no haya llegado- propuse -Tal vez tu Dios solo sintiese que está llegando, pero no sepa cuando- le dije -Al fin y al cabo, no todos llegamos al mismo tiempo… pero sí que hemos aparecido todos relativamente cerca unos de otros- expliqué -Kerrigan fue la más alejada… y aun así, estaba en la misma ciudad- dije.
Tal nuestra presencia atraiga más llegadas, como si fuésemos un foco…- me dije -O tal vez sea que la barrera entre dimensiones es más débil donde estamos nosotros- pensé, aunque no es que estuviese demasiado convencido de ninguna de las dos opciones. La verdad es que no era precisamente un experto en lo relativo a los planos y los viajes entre ellos… algo lógico teniendo en cuenta que era un conocimiento inútil en un mundo completamente aislado del resto de planos.
Respecto a lo de venir con nosotros…- empecé a decir -Como te dije antes, por mí no hay inconveniente, y tal vez tú Dios pueda ayudarnos- dije.
- Puede que exista un patrón matemático bien definido que puede responder a la ubicación de la persona que llegó como nosotros.
Creo que deberíamos hacernos con un buen mapa y tratar de triangular su posición siguiendo los datos que ya tenemos, es decir, el lugar exacto en el que aparecimos nosotros. La fecha, con su hora, es igualmente importante. Pero aún no me he atrevido a establecer una comparativa respecto a mi mundo, sería demasiada casualidad que tuviesen movimientos de rotación y traslación idénticos, aunque no es del todo descabellado si atendemos a la necesidad del equilibrio natural.
Propuso, sintiéndose un poco fuera de lugar. Se tapó los labios para no continuar, aquello la fascinaba, cada problema exigía soluciones y siempre comenzaba con una especie de tormenta de ideas, por el momento, la mayoría caían en saco roto, era difícil no estar en un laboratorio, y aunque estaba acostumbrada al trabajo de campo, siempre había estado acompañada de mentes mucho mejor preparadas que ella para la resolución de esa clase de conflictos. ¿Era el caso?
- Si es navegante... - añadió notando que era imposible guardar silencio ante el misterio - entenderá enseguida que este no es su mundo, las estrellas no deberían estar donde están. - señaló al techo encogiéndose de hombros timidamente - o es lo más probable, al menos. - lanzarse a la mar sin conocimientos de esa clase, sin tecnología funcional, era un suicidio. Apenas sabía nada de navegar, pero era cuestión de lógica - si hace poco que está en este mundo, o no ha llegado aún, lo primero que necesita conseguir son cartas de navegación o mapas de las estrellas para orientarse.
Si las guardan en el puerto...si, será el mejor sitio, después de todo, necesitará un barco para continuar.
Rió entre dientes y trató de mantener la compostura. Ahora sí, guardó silencio.
Observo al hombre con atención. No me ha sorprendido demasiado que sepa nuestros nombres, pues a estas alturas, cualquiera de la ciudad podría habérselos dicho.
- Saludos, Alath - digo sin más saludando al recién llegado. Me encojo de hombros cuando pregunta si nos importa que venga con nosotros. Yo no creo en estos dioses, ni en ninguno, llegado el caso, pero desconozco las implicaciones políticas y sociales que pueda tener el que este tipo se una a la comitiva.
Sin embargo hay algo que no me gusta: empezamos a ser demasiados para lo que estoy acostumbrado. ¡Maldita sea!, si con la gente de Yaril·la ya sumamos prácticamente la mitad de la población de mi clan. Me fuerzo a recordar que en este mundo no existe la escasez de recursos que padecemos en el mío, así que tal vez ir mucha gente no sea un problema aquí.
- Una vez conocí a alguien con los ojos rasgados de esa forma. Un buhonero que pasó cerca de nuestro asentamiento. Dijo que sus antepasados eran chinos... - sugiero. Aunque una vez más no tardo en darme cuenta de que sólo Angela entiende de lo que estoy hablando.
Me paro un momento a escuchar a Angela y frunzo el ceño.
- Nosotros tres, Thosk... y el lobo - puntualizo - llegamos al mismo tiempo y en el mismo lugar. Sólo Kerrigan y tú aparecisteis después, ya en esta ciudad y seguramente a una muy parecida, pero no en la misma posición. Por lo que me comentan, si existe un patrón matemático, te van a faltar muchos datos para poder inducirlo... - digo citando casi palabra por palabra unos términos que no terminan de resultarme completamente familiares. - Lo de las cartas de navegación me parece mejor idea, siempre que haya aparecido en las proximidades de la ciudad - digo. Lo cual no está nada claro según las indicaciones de ese Alath. - Pero si quieres dar una vuelta por allí, estoy dispuesto a acercarme.
De nuevo, apenas entendí la mitad de todo lo que había dicho Ángela, puesto que hablaba de conceptos que desconocía, pero al menos había logrado entender la idea general… y opinaba lo mismo que Riley.
No sé si habrá un patrón o no… pero aunque lo haya, no sabemos lo suficiente como para averiguarlo- le dije a esta -Lo único que sabemos seguro es que todos nosotros y Kerrigan hemos aparecido relativamente cerca unos de otros, y eso no es suficiente- dije -Si ha aparecido en la ciudad, alguien recordará sus ropas, así que será sencillo averiguarlo. Si no lo ha hecho, no tiene sentido intentar adivinar donde aparecerá- les dije -Eso si es que no lo ha hecho ya en otro lugar- añadí, aunque lo creía improbable.
Lo mejor sería ir con su Dios para ver que puede decirnos…- pensé, pero dado que ya lo había comentado, me abstuve de repetirlo de nuevo.
Por otra parte, me preocupa lo de no-humana- les dije -Especialmente después de ver el tipo de cosas no-humanas que pueden llegar a aparecer- añadí en referencia a Kerrigan.
Alath se despide del grupo tras agradecer las ideas, y les explica que buscará a la tal Sharon por el puerto mientras hacen tiempo para embarcar en los buques que les llevarán a Amn.
Tiene lo que resta de día y el siguiente para buscarla, pues zarpan al otro día al alba, aunque su búsqueda será infructuosa. Si ha llegado, no parece estar en Velen.
Disculpadme el salto, pero seguimos en El Corazón de Amn