Partida Rol por web

Si, lo habría hecho- le dije a Yaril·la, aunque no tan contundentemente como Riley -Había demasiado en juego como para no hacerlo- dije, con una mentalidad propia de alguien que había vivido toda su vida en una guerra ya perdida -Y el primer paso para ganar la confianza de alguien es darle la tuya- añadí.

Respecto al tema de mi magia… es probable que tengáis razón en que Shar sepa de mi existencia por usar la magia que ella gobierna… pero eso no quiere decir que sepa lo que soy- les dije -No creo que una diosa de la creación como ella se fije en un simple mortal solamente porque este utilice su magia… siempre que no le dé motivos para hacerlo, claro. Ni siquiera un dios puede saberlo todo… los dioses son poderosos, no omnipotentes- añadí. Aquello era algo que mi mundo había aprendido hacia mucho, pues de no ser así, la Sombra no hubiese podido ser derrotada en dos ocasiones.

Entonces, sin que entendiese el motivo por el que lo hacía, Riley empezó a hablar de una niña de su mundo... hasta que entendí que al parecer, la mente de la niña había pasado junto a él a este mundo, y que ahora vivía en su cabeza. Y si por si eso no fuera poco, esa niña era una especie de vidente. De no ser por todas las cosas imposibles que había visto desde que llegué a este mundo, hubiese tomado sus palabras como los desvaríos de un loco, pero no era el caso, así que escuché lo que tenía que decir… y luego lo que dijo la propia Sophie a través de su boca, aunque el tono y los gestos hacía ver que no eran la misma persona.

No creo que Lazhánder sea el responsable, al menos por lo que he oído de él- le dije -Y tampoco estoy seguro de que sea simplemente un dios- añadí -Yaril·la me contó que hay seres por encima de los dioses, y que estos una vez desterraron a todos los dioses por incumplir las reglas impuestas, por lo que podría ser uno de esos seres. También he entendido que la jerarquía tampoco es completamente rígida, y que incluso algunos mortales han llegado a matar a un dios o a convertirse en uno… son demasiadas las posibilidades- argumenté -Si queremos averiguar qué o quién es el culpable, primero habrá que descubrir su objetivo- les dije, tras lo cual me quedé en silencio un segundo para seguir organizando mis pensamientos.

El problema es que eso puede ser casi tan difícil como descubrir la identidad del culpable- pensé. Necesitaban más información, y sin contar la invitación de Lazhánder, aquel era el mejor lugar para obtenerla... lo cual me llevaba al aviso de la tal Sophie, a su visión.

No me creo que tus visiones no puedan cambiarse- le dije a Sophie -Que sea difícil no es lo mismo que que sea imposible- le expliqué -Si te equivocas, estaremos desperdiciando una oportunidad, y si tienes razón y ya ha visto este lugar siendo víctima de algo, da igual que nos marchemos o no, por lo que lo mejor que podemos hacer es quedarnos y averiguar cuanto podamos para prepararnos- dije -Y eso incluye la exploración mágica… aunque estoy de acuerdo en que hacerlo orientándonos al Plano de la Sombra es algo que deberíamos evitar- añadí.

La sacerdotisa tenía buenas intenciones pero desde luego si pensaba que aquel grupo podía permanecer unido a la larga era una ingenua. Estaban juntos porque no podían estar solos, porque aquel mundo no era el hogar de ninguno, pero más allá de eso... no existía un vínculo. Eran desconocidos que se limitaban a tolerarse educadamente en el mejor de los casos (aunque quizá su relación con respecto a Mólor era un poco más cercana).

Riley tenía muy claro su posición con respecto a lo que la doctora había estado ocultando al resto y Osellë asintió en silencio y, pese a estar escuchando con paciencia los tartamudeos de Yari·la, creyó percibir que los labios del mutante se movían aunque no llegó a percibir con claridad qué decía. Después de ello se puso a divagar sobre una cría, sobre transferencia de consciencias y, cuando Osellë estaba a punto de mandarle con su santa abuela al llegar al límite de su paciencia escuchando tonterías, Riley se puso a hablar. Su voz era la misma pero la expresión parecía decir que ya no le quedaban pequeñas las botas y el tono era tan taimado que, si se ignoraba el desagradable timbre del hombre, podía haber pertenecido a cualquiera de los elfos con los que había compartido pan y vertido sangre en combate.
 

Increíble.

Realmente se refería a sí mismo como Sophie y encadenó tal cantidad de palabras imposibles de pronunciar para Riley (que racionaba las palabras que pronunciaba como si fuese el agua que tanto faltaba en su mundo) que a la noldo se le quitaron las ganas de salir del cuarto de forma inmediata.

-Yo no deseo ver mi mundo-negó con la cabeza- no me traerá más que dolor y desasosiego-una sombra cruzó su expresión- desesperanza... no te envidio por haber visto el tuyo-reconoció. Si había una forma de regresar a su tierra (y decidía hacer uso de ella) regresaría a ciegas pues temía que la desesperación y la impotencia anulasen su voluntad.
Inclinó la cabeza hacia Mólor y su exposición aunque seguía mirando hacia Riley esperando captar el momento en que éste volviese a ser el insoportable niño-de-su-abuela de siempre.

-¿Y si se pueden cambiar y cambiamos su futuro a peor?-preguntó con calma-¿Y si el dolor al que se asocia esa visión es provocado por nosotros porque no dejamos este lugar a tiempo? No puedes saber si tus actos van a corroborar que no se puede cambiar nada de su visión... y si nos quedamos y no averiguamos nada que nos sirva para prepararnos de forma casi inmediata para lo que aquí ocurra quizá no sobrevivamos. He vivido lo suficiente como para saber que solo un necio hace oídos sordos a un aviso.-concluyó con profundo pesar.
 

Es posible- le dije a Osellë -Y también que el dolor esté provocado por hacer caso a la visión y no poder ayudar cuando suceda algo- argumenté, pues al fin y al cabo, el problema de las profecías es que al tratar sobre el futuro, uno nunca podía estar seguro de nada… y de todas formas, nunca había creído en cosas como el destino, o más bien, me negaba a creer en él -No es lo mismo hacer oídos sordos a un aviso que dejar que el miedo a lo que tal vez pueda ocurrir nos guie- les dije.

Dejo el vaso en la mesa con disgusto, como si no me hiciera la más mínima gracia haber bebido tanta agua de golpe. Sophie no había salido a los Yermos tanto como yo y dentro de Iowa, aunque el pozo a penas sirviese para abastecernos, se podía permitir algunos lujos más que explorando en el desierto. Eso por no tener en cuenta que siempre habíamos cuidado a los niños, pues representaban el futuro de nuestro asentamiento, y más aún a la extremadamente inteligente chica. Pero, tratándose de mi cuerpo, casi me resultaba desagradable beber tanto, pues sin duda se convertiría en una debilidad si en algún momento regresaba a mi mundo. O lo que quedaba de él.

Creo que el resto de los presentes se quedó un poco abrumado por las palabras de la chica. No puedo culparles. La primera vez que la sentí, tras haber invocado mis poderes psiónicos en el combate para liberar a los esclavos que llevaban al barco, a punto estuve de dejarme matar al sobresaltarme.

Por fin, Mol expresa su opinión. Asiento en sus palabras sobre Shar; prácticamente no conozco nada sobre los dioses, pero el poder que he sentido es tan inmenso que no creo que una cosciencia semejante se preocupe por nada tan insignificante a su lado como cualquiera de nosotros. No más de lo que un humano cualquiera se fijaría en una hormiga en particular, salvo que esta se decidiese a morderlo. Sin embargo, no estoy tan seguro sobre su necesidad de conocer las intenciones de quienquiera que nos trajese aquí para poder deshacer sus acciones, si es que eso es lo que vamos a hacer. Pero cualquier cosa que planteemos al respecto ahora no serán más que especulaciones.

La elfa, por el contrario, me sorprende. Casi por primera vez da una muestra de empatía al hablar de mi mundo y le dedico una inclinación de cabeza a modo de agradecimiento. Escucho atentamente cuando ella y el mago hablan sobre mi visión de Candelero y, finalmente, me encojo de hombros.

- Sinceramente, nos falta contexto para poder actuar en base a esa visión - digo con seriedad. - No sé si esa sensación se debe a que justo antes de la visión había tenido otra de la muerte de Sophie, o si realmente estaba asociada con nuestra presencia aquí. Pero actuar en base a una visión incompleta puede traer resultados aún peores que lo que se intenta evitar - digo. La niña que comparte mi cuerpo es una prueba de ello, pues intentando escapar de un peligro indefinido había acabado siendo asesinada por los Torstein. - Hagamos lo que tenemos que hacer en este lugar y usemos la visión como una advertencia. Tal vez... - se me quiebra la voz y trago saliva, ahora más abundante por culpa de los excesos de Sophie con el agua - el dolor se deba al conocimiento que he adquirido sobre la situación en Iowa. Y tal vez no. Pero lo único que podemos hacer es estar preparados - digo golpeando un par de veces el mango de mi hacha.

- Sin embargo estamos aquí para descubrir cómo podemos viajar entre los mundos. Tal vez encontrar a esa tal Shanon - ¿se llamaba así? - pueda sernos de utilidad. Aunque estoy de acuerdo con Sophie en no volver a intentar ese ritual mágico con el anciano, aún hay mucho que podemos aprender aquí.

Me vuelvo hacia Angela, que lleva mucho tiempo callada. - Y hay que decidir qué hacer con Kerrigan - digo finalmente mirándola.

 Miré a Riley a los ojos cuando pareció referirse de nuevo directamente a mí. Estaba concentrada en cosas más importantes en ese momento, cosas que para ellos serían tachadas de egoístas, sin duda. La verdad se había revelado, no podía confiar en ninguno de ellos. Riley aprovecharía cualquier oportunidad para abrirla en canal, Sophie trataría de hacerse con su capacidad para transferir una conciencia a un cuerpo si no encontraba una alternativa mejor, Môl la utilizaría para sus "buenos propósitos" y luego buscaría el ascenso al poder o la salvación, y aquella que era incapaz de seguir los protocolos básicos de cualquier cultura para ser educada aprovecharía el mínimo intento para volver a su mundo aunque fuese a costa de todos ellos. Al menos Sarah era más sincera, sin juegos de poder inútiles, con la fuerza para tomar un camino, aunque fuese el equivocado, y seguir adelante. Casi le generaba admiración. Algo que no podía decir del resto de sus acompañantes. Yaril-la lo intenta, le dedico una sonrisa, que debe servir también para pedirle que no se esfuerce por la doctora, no es necesario. Había soportado equipos de investigación mucho más críticos y con las mismas tendencias homicidas, la competencia en su mundo era menos primitiva pero igual de salvaje. Tal vez las apariencias engañasen, y viesen en la doctora una jovencita que necesitaba el apoyo de otros para tomar decisiones propias, sin visión crítica de la vida. La edad no da mucho más que perspectiva, con cuarenta años había tenido tiempo de adquirir parte, el resto era la experiencia de la guerra. Se había unido a Jack y su equipo por un motivo muy concreto, y podía seguir aplicando esos valores y máximas en ese mundo independientemente de que no fuera el suyo. Con lo que refería a aquel "equipo", no lo eran, no eran sus compañeros, no les confiaría su vida, ni información que pudieran utilizar para hacer el mal. Porque no exigía virtuosos que sólo tomasen buenas decisiones, sino gente que, pudiendo ser víctimas de su lado más oscuro, elegían hacer algo bueno. No creía que estuviesen en ese grado de madurez moral, como Riley demostraba con sus palabras, palabras que prácticamente negaban tajantemente que fuese humano, en lo que respecta a compartir un sentimiento y una naturaleza ligadas al concepto "humanidad". Tenían poco de humanos, en el mejor de los significados, aunque eran capaces de lo peor que un humano podía hacer.

 No se rendía con ellos, pero después de las amenazas y los ataques, de los juicios, su meta había variado con respecto a su llegada. Lamentablemente, tendrían que ser medios, no fines. Debían agradecerle a Osellë y a Riley, sobretodo, que su nueva visión le condujese a un camino más cómodo. No merecían nada más.

 - Mi posición al respecto es firme. - la aceptasen o no, contestó sin rodeos - no hay una causalidad demostrada entre mi contacto con ella y el cese de sus asesinatos. Pero si una causalidad aparente. De ese modo, permaneceré en contacto con ella en busca de que no vuelva a repetirse lo que ocurrió en aquella plaza.

 Con respecto a las "deidades" que nos buscan, todos estamos ligados, al menos, en haber sido traídos hasta aquí. Si cada uno de nosotros cumple un rol concreto en algún plan, cabe esperar que sea importante permanecer con vida y asegurarnos de no dejar a ninguno atrás. 

 En aquella hipótesis Tosk era claramente la línea de batalla, un protector. Su camino sería más dificil sin él, pero no debía de ser un elemento clave, sólo un seguro. No habían enviado a nadie más después de su muerte, que supiesen, por lo que la pérdida de cualquiera de ellos sería irreemplazable. Su vuelta a sus mundos de orígen era la zanahoria perfecta. No había nada que garantizase su vuelta, pero necesitaban tener motivaciones para trabajar juntos. Decir aquello no tuvo sentido para Ángela, estaba saturada de críticas, juicios de valor y amenazas, simplemente le daba igual lo que pudiesen llegar a opinar de su situación, aquella charla no llevaba a ningún sitio. Había compartido la información que le echaban en cara que no había compartido, aunque no hacía en ese momento, con una falta de coherencia importante a la hora de ocultar otros secretos que podían ponerlos en peligro pero que no eran tratados con el mismo énfasis enfermizo por todos ellos, demostrando un doble rasero impresionante que marcaba el nivel en el que debían desarrollarse sus próximos acercamientos sociales.

 No diría nada sobre su mundo, sobre asomarse, sobre contactar con los suyos. Ya parecía haberse tomado la decisión de que ella, más que cualquier otro, debía sacrificar aquello por la seguridad del grupo. ¿Tenía sentido quejarse? ¿Hablarlo? ¿cuestionarlo? Era un ejercicio vacuo.

 - Mi opinión sobre los próximos pasos giraría en torno a encontrar a Shanon - obviando que podría ser igual o peor que Kerrigan - sin obviar que tenemos un lugar claro donde ir a encontrar más piezas de este rompecabezas. - la visita a aquella especie de deidad que sabía sus nombres.

 Si querían discutir les concedería tiempo y atención, por el momento, si podía permanecer al margen lo estaría. La charla con Sophie no le entusiasmaba, pero en general, cualquier cosa que incluyese tener que soportar al mutante cerca era ahora mismo una actividad que desdeñaría sin miramientos.

 Ella sabía porqué estaba allí. Se limitaría a seguir su papel, el resto, tal vez debía conocerse mejor, conócete a ti mismo tal vez aquellas profecías tuviesen una mejor resolución si sus videntes siguiesen directrices tan fundamentales a la par de complejas.