Esta caravana era algo diferente, pero lógicamente lo último que hace un esclavo es preguntas. Los demás compañeros de Thosk eran bien simplones. No es que Thosk tuviera inquietudes intelectuales, por supuesto: Comida, bebida, mujeres de su tamaño, y algo de acción de vez en cuando eran todo lo que necesitaba, pero aunque muchos humanos podían demostrarse superiores intelectualmente al semigigante, él también se sentía superior a sus compañeros. A diferencia de otros, Thosk se daba cuenta de cosas... y no tenía a nadie con quien comentarlo. No sólo seguramente no se hubiesen dado cuenta, si no que serían bocazas lo suficiente y de sobra como para trasladar esas dudas a otras personas, seguramente personas equivocadas.
Por ejemplo... ¿A dónde iban? Las caravanas tenían unos caminos muy delimitados, en todos esos años apenas habían tres o cuatro destinos comunes, y otros cinco o seis menos comunes. En esta ocasión parecía que se dirigían al desierto, al menos, aparentemente. Lady Ardnei nunca daba puntada sin hilo, algo estaba tramando.
Otro ejemplo... Llevaban el doble de guardias, y mucha más comida y agua que carga. Eso solo sucedía con cargas especialmente grandes o valiosas, pero ésta no parecía nada del otro mundo. El semigigante sabía, a fuerza de verlas y cargarlas una y otra vez, qué cargas eran las más valiosas, qué tipo de cerámicas o ladrillos estaban mejor valorados, y esto no eran jarrones y vasijas de aquellas que hacen que te azoten si se rompe una: Eran simple ladrillos.
¿Más ejemplos? Desde hacía unas semanas, Ardnei no dejaba a nadie entrar en su cuarto, por lo que había oído hablar al servicio de limpieza, y ella misma tampoco salía demasiado. En algunas ocasiones la acompañó a una casa en el Distrito Viejo en los últimos dos meses, y le hizo esperar afuera mientras hablaban. Algunas veces era poco rato, otras mucho rato. No era raro que Ardnei tuviera contactos con gente de los bajos fondos, ¿Pero que fuera a verlos a una casa vieja y mugrienta...? Oh, diablos, eso sí que se pasaba de raro.
¿Otra cosa rara? ¿De dónde salían esos elfos? No parecía una simple tribu que se hubieran cruzado por accidente. La gente evita el desierto, además, iban bien armados, atacaron por sorpresa... La batalla con los elfos había sido bastante dura (¿Cuándo algo es fácil en Athas?), pero finalmente Thosk llevó a su ama Ardnei herida hasta un lugar seguro, tras unas rocas.
La mujer tenía un flechazo en el vientre y deliraba un poco, el movimiento no hacía más que destrozarle las entrañas. Era una humana más o menos resistente, pero no una guerrera. Desde luego a Thosk le parecía tremendamente frágil.
Siempre llevaba encima una poción, que era única y exclusivamente para ella si se llegaba a un momento como éste. Le arrancó la flecha, dió de beber a su ama del delicado frasco y sus heridas sanaron de inmediato. Ardnei se recompuso y saltó para ponerse en pie con rapidez, alterada
Buen chico, Thosk. ¡Volvamos a la caravana!
Normalmente era una mujer aguerrida y con muchísimo mal perder, pero la cosa estaba terriblemente mala allí. Desde luego parecía una pésima decisión regresar. Aún podrían quedar muchos elfos, y aunque era cosa de golpearlos para mandarlos a volar, la cuestión era alcanzarlos antes de que te atravesasen a flechazos. Ella lo sabía, y no parecía importarle.
¿A qué esperas!?
Tal vez fue ayer o era mañana pero Thosk! lo sentía en sus tripas. Su natalicio estaba cerca y eso lo enojaba porque durante los últimos años solían darle su día libre para desfallecer borracho y rodeado de meretrices en los mejores burdeles de la ciudadela.
Jamas pensó en sus padres ni en nada de eso. Él siempre aceptó su posición en la sociedad Athasiana solo que siempre intentó dar valor al día de su nacimiento, aunque fuese el comienzo de una vida ardua.
Siempre cargando rocas bajo el sol que nunca perdonó a nadie, siempre con la hogaza de pan verde y el lodo llamado agua. Siempre utilizado por un amo o por otro, al fin de cuentas todo era lo mismo y tal vez la tormenta de arena había aclarado sus ideas. Ya no deseaba ser utilizado como un arma o como una bestia de carga y mucho menos ahora que la muerte vendría tras aceptar la orden de su jefa. Volver era demasiado peligroso...
Hoy no seria un lacayo, ya no más. Ahora podría tomar sus riendas y decidir su destino... el mero pensamiento entumecía sus manos al aferrar con fuerza su proto espadón y se pronuncio con los dientes apretados de ira.
- ¡No! Thosk! no va por allí... ¡Ir por allá! - tras un leve gruñido el semi gigante señaló hacia la ciudad que habían visitado. El camino mas corto era volver allí...
Motivo: Alineamiento 1 caótico, 2 neutral
Tirada: 1d2
Resultado: 2
¿¡Qué!? Dijo Ardnei sin ser capaz de creerlo ¡Maldita sea Thosk! ¡Es una orden! ¡Si ese cargamento llega a manos equivocadas lo vas a lamentar!! ¿¡Me oyes, bruto!?
La noble no se creía lo que estaba pasando. Simplemente era surrealista. El semigigante no quería obedecer, y no había otros cerca para apoyar su mando. ¡Iba a tener que convencerle! ¡Qué desfachatez!
Te tengo por uno de mis mejores, Thosk, no me hagas cambiar de opinión!! Puede que parezcan ladrillos, pero va algo tremendamente valioso, y lo llevo a un comprador que me hará asquerosamente rica! Vas a emborracharte y fornicar hasta hartarte, pero NO si se lo llevan esos elfos!! ¡No es casualidad, esos maricas de orejas puntiagudas vienen a por la carga!
De nuevo señaló al campo de batalla
¡Vuelve ahora, Thosk!
El semigigante no era el mismo hoy, se había levantado siendo totalmente otra persona, incluso sus pensamientos enfocaban su pobre inteligencia para la media pero muy superior para alguien como el. Entrecerró los ojos y pregunto a la muchacha que no dejaba de regañarle. - ¿Que hay dentro de los ladrillos? Dime tus secretos o no te ayudaré. Tú no buscas riquezas. Ya eres rica. - amenazó el bruto a la fina damisela..
Porque comprar esclavos con ladrillos era un negocio muy malo de veras...
Ardnei se agarró la melena rabiosa, mostraba sus dientes chirriando.
¡Está bien! Se trata de algo que hace brotar agua y plantas! No sé como funciona, pero otros sí, se lo llevamos para que lo hagan funcionar! Juntos nos haremos jodidamente ricos. ¡Podrás bañarte en agua y todo lo que te dé la gana!
Volvió a señalar la caravana.
Está en una caja marrón de lo más normal, de las que se usan para herramientas de cantero, dentro hay una extraña caja metálica. ¡Todo lo demás se puede ir al diablo!
Thosk! aun no cree en las palabras de la hija de su amo. Tal vez sea una treta, tal vez no pero sin embargo intenta sacar algo más de la conversación. Todo esto de hablar y “luchar con las palabras” no es algo de él pero al menos debe intentarlo.
Por el momento examinará las reacciones de Lady Ardnei...
- Muy bien, vamos pero antes dime. ¿Que le has dicho al amo Ingmar? No creo que sepa nada de todo esto a menos que...-
Motivo: Averiguar Intenciones XXX
Tirada: 1d20
Resultado: 19
LOL...!! un 19 natural...jejeje
Motivo: engañar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+9)=27
Ardnei baja una ceja y levanta la otra, sorprendida. ¿Desde cuando un semigigante piensa tanto? Rápidamente retoma su expresión molesta.
¡Basta! Es un negocio que he hecho con MI dinero, Ingmar no tiene nada que ver y no tengo porqué darle explicaciones. ¡Ni a tí tampoco!
Ardnei se da media vuelta y saca su espada corta que suele llevar en los viajes, y empuña su broquel Tú verás si participas de mis éxito o te quedas para que te esclavice otro que te aprecie menos... Miró a Thosk por encima del hombro, aún de espaldas. No pensé que te dieran tanto miedo los elfos.
Echó a andar hacia la batalla de nuevo, con cuidado eso sí.
Estemnm. .. Con el 19 no averiguo si miente o algo por el estilo?
No parece que mienta. Sí parece tremendamente impaciente.
Entonces el bruto asiente con la cabeza y avanza con su espadon en mano. Siempre atento a los enemigos que podrían encontrar.
Los elfos no me asustan. Las trampas si. Vamos con cuidado. -
¿Si solo es recuperar una caja entonces que podría salir mal.?
Minipost móvil.
Thosk intenta ir oculto tras rocas para ser visto lo más tarde posible. Afortunadamente, las mismas rocas que sirvieron a los emboscadores sirven ahora al semigigante para echar un rápido vistazo
La caravana está abandonada, salvo una pandilla de elfos que rebusca entre las cosas con rapidez. Su líder les habla. Al parecer hay varios humanos con ellos, por lo que les habla en Común.
¡Seguid buscando, antes de que se reorganicen, ha de estar por aquí!
Una elfa trae a Laghnur de los pelos, arrastrándolo por la arena. Laghnur es la mano derecha de Ardnei, y el hombre que a menudo le hace el trabajo sucio. Otro elfo les acompaña, con una caja metálica en brazos.
Mirad a quién he encontrado, quiso salir corriendo de mí, el muy imbécil...
Laghnur tiene una herida severa en un costado que parece sangrar bastante, y prefiere mantenerse callado antes de empeorar la situación. El elfo que le amenaza con una lanza tiene bajo el brazo la extraña y pesada caja metálica que todos parecen querer.
¡Excelente! Dice el líder Me gustaría ver cómo les explicas esto a los profanadores. ¡Salgamos de aquí como arena que lleva la tormenta!
Son el total cuatro elfas, dos elfos y dos humanos. Ardnei no da opción a que Thosk se lo piense o pregunte.
¡A por ellos Thosk!!! AAAAHHHH!
La noble corre como loca a por los elfos, esperando por supuesto que Thosk la siga y aproveche los primeros segundos de confusión. Los elfos consiguen sacar sus armas y prepararse para la estúpida carga de la noble.
Motivo: Elfos: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+3)=19
Motivo: Elfo jefe: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+7)=11
Motivo: Humanos: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+1)=8
Motivo: Thosk: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 13
Motivo: Ardnei: Ini
Tirada: 1d20
Resultado: 20
Los elfos y humanos están a 80', por lo que en una carrera llegas a los primeros. Gracias a la 'Astucia' de Ardnei, no tenéis asalto sorpresa.
Inis: Ardnei -Movido-
Elfos: -Desenvainado-
Thosk:
Elfo jefe:
Humanos:
La pequeña mujer se lanza al combate con toda la certeza de morir en el primer asalto. Según Tosk! la mujer noble no tiene capacidad de pelea y mucho menos contra los bandidos del desierto aunque eso de “los profanadores” no le ha gustado para nada.
¿Los profanadores contrataron a los elfos del desierto para asaltar la caravana?
Luego el semigigante tendrá tiempo para calentar la sesera en esas cosas, porque ahora sus músculos se tensan como la cuerda de un arco y sus dientes chirrían porque una ira incontrolable surge de su interior. Con los ojos inyectados en sangre, Thosk! carga con su Macana en mano hacia la elfa.
Motivo: Macana
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+14)=22
Motivo: Macana Daño
Tirada: 3d6
Resultado: 5(+15)=20
Motivo: daño adicional
Tirada: 3d6
Resultado: 15
Duración Furia = 1/9 asaltos.
Cargo hacia --> y luego voy en ayuda de -->
Thosk partió literalmente en dos a la frágil elfa, a la altura del vientre, lo que desparramó sangre y vísceras en en el arco que dibujaba su arma. Los asaltantes gritaron y se pusieron en guardia, pero por encima de todos los gritos, resonó el del jefe.
¡Cubramos a Elethor con nuestras vidas! ¡No debe caer en manos corruptoras!
ELETHOR!! CORRE COMO JAMAS HAS CORRIDO!!!
El elfo que llevaba la caja empezó a correr como un diablo mientras el resto de elfos y humanos se interponían entre Thosk y él, dispuestos a dar su vida.
El semigigante comenzó a sentir frío de repente. Un conjuro, pensó, y su vista de empezó a turbiar con una bruma clara. Oía a la noble gritando detrás de él, pero se sentía abrumado y lento.
Los elfos dispararon, pero la cara de los corredores de las arenas fue un poema cuando vieron las flechas quedarse quietas a unos pocos centímetros de la armadura. No fue menos sorprendente para Thosk, que cada vez veía menos. Finalmente, cuando ya no veía nada, dejó de sentir los pies tocando el suelo, pero tampoco caía a ninguna parte. ¿Estaba flotando?
Apenas pudo decir unas pocas palabras antes de... lo que vino después.
Puedes poner un último post aquí con las últimas palabras de tu pj antes de la 'abducción'
Los elfos son veloces pero enclenques. Son tan rápidos que pueden matar a cualquiera que no sea lo suficientemente rápido como ellos a menos que sus oponentes sean más fuertes y resistentes que ellos, lo suficiente para sobrevivir al ataque y devolver el golpe.
Thosk! sabía eso, sabía que su ataque por sorpresa causaría un aluvión de flechas, proyectiles de honda y otras cosas, al menos hasta que llegaran a él con lanzas pero mientras tantos destriparía tantos enemigos como pudiese gracias a la ayuda de su ira descontrolada.
El principal objetivo del bruto era recuperar la misteriosa caja que tanto deseaban los elfos mercenarios y sus contratistas, los hechiceros profanadores. ¿Era cierto lo que contaba Lady Ardnei?
Ya era tarde para averiguarlo porque alguna clase de brujería Profana lo entumeció al rodearlo de alguna clase de humo, pero de agua porque no asfixiaba pero adormecía los músculos…
Lo que sucedió después era inexplicable, al menos para el entendimiento del bruto gigante.
Al final hice acopio de energías y pude escribir algo. :P