Mierda... Resopló pensando, y se sobó la calva un poco, un gesto que tenía cuando se preocupaba. Nunca estamos a salvo, eso ya lo sabemos. ¿Sabe algo más? ¿Cuando? Riley le explica que según Sophie, en los próximos días. Bueno... Las reservas podrán aguantar un poco. Estaremos a la defensiva, procurando salir a cazar lo mínimo, al menos hasta que vayamos justitos de provisiones, por si pasa algo, estar todos aquí.
Le da una palmadita en el hombro. Enviaré a Quing a los Rockhome con cualquier excusa, y que eche un vistazo, no vaya a ser que sean ellos los que preparen algo. Me extrañaría, pero si atacan serán los que nos dejen menos tiempo de respuesta. Los Highsand al menos tenemos más tiempo entre que los vemos llegar y empieza el... intercambio de proyectiles. Y con los Torstein no se puede hablar, además esos siempre están listos pa' liarla, tampoco notaría gran diferencia.
Se quedó pensativo un momento. Creo que eso sería todo... Muchas gracias colega. Intentemos actuar con normalidad, que no note nadie nada raro. Yo se lo comento a Martin...
Me encojo de hombros a su pregunta.
- Pronto... Pero no me supo decir la fecha exacta - espero que tengamos tiempo suficiente, pese a todo.
Asiento cuando comenta su plan para Quing. - Le tenía asignado a ese puesto fronterizo - explico. - Desde allí podrá acercarse sin llamar demasiado la atención. ¿Crees que es conveniente poner a alguien para cubrir su ausencia?
Me quedo pensando un momento. Sophie dijo que estaba escondida, asustada. Aún es una niña, pero ya ha vivido varios ataques a Iowa. Pasaría más miedo esta vez debido a su premonición o hay algo distinto esta vez. Durante un momento me planteo preguntárselo a Thomas, pero dudo que él sepa la respuesta. Es curioso, hasta ahora el don de Sophie me había parecido una bendición, pero pensándolo fríamente, tal vez sea todo lo contrario.
- Sophie... dijo que yo estaba con ella poco antes de que sucediese - explico aún pensando. - Tal vez sea buena idea que yo no esté por aquí - comento, pensativo. Aunque no puedo evitar recordar las palabras de la chica: "estuve almacenando medicamentos y ungüentos durante semanas". ¡Maldita sea! ¿Acaso tengo que irme para siempre de Iowa para evitar que nada malo le suceda a Sophie? Pero mi ausencia no aseguraría que todos los demás estuviesen bien y es posible que necesitemos todos los guerreros de los que podamos disponer.
- Si quieres, te acompaño a hablar con Martin - le digo. Aunque quiera reunir al Consejo para tomar la decisión, tendría sentido que yo estuviese allí. Mientras espero que me dé una respuesta cojo mi hacha y me concentro sobre ella, conjurando mis poderes mentales para cargarla de ácido. Si alguien va a atacar Iowa, tendrá que vérselas con todos nosotros.
Uso el dissolving weapon, que para eso dura hasta el primer ataque con éxito y puedo prepararlo con muuucha antelación. Después, hago lo propio con el arco, usando los PP de la piedra (ya los recargaré si me sobran).
Thomas asiente.
Sí, vamos. Martin está de caza por el sector sur, con Guida. Sigo yo de caza con Martin y tú te traes a Guia... que esa telépata podría enterarse si hablamos cerca.
Los dos mutantes salen hacia el sur. Gracias a los poderes de Thomas, apenas les lleva una hora y media encontrarles. Los cazadores traían algunas presas pequeñas, así que hacen el cambio, y Guida está encantada de regresar a Iowa con Riley y las presas. A la tres horas está de vuelta, aunque ya está oscureciendo.
Bueno, me marcho a preparar las presas para la cena... Nos vemos en un rato!
Riley, por su parte, fue a pedirle un favor a Alana, que preguntase a Sophie cómo estaba (Costó un poco convencerla que dejara de trastear con el vial, y además sin darle demasiadas explicaciones), y él se fue a ordenar sus cosas.
Cosa de veinticinco minutos después, más o menos, Alana llamó a la puerta del camarote de Riley, preguntándole sin abrir
Oye tú.... ¿Dónde se supone que está Sophie? La he buscado por todos lados, pero nadie la ha visto...
- ¡Mierda! - exclamo cuando Alana me dice que no encuentran a Sophie. - ¡Seré idiota! Bueno, más idiota ha sido ella, pero yo soy imbécil...
Sin darle más explicaciones le hago un gesto para que me siga y me dirijo rápidamente hacia la entrada de Iowa. - Sophie tuvo una premonición en la que veía su muerte, - le explico por el camino - y yo aparecía en ella. He estado hablando con Thomas y Martin para ver qué podíamos hacer al respecto, y me estaba planteando pasar algún tiempo en un puesto de guardia para no estar cerca de ella... - Me paro un momento y miro a Alana. - Ve a buscar a Annie, - le pido. - Si ha hablado con alguien, seguramente sea ella. Si no te contesta, pídele a Guida que te acompañe.
Finalmente llegamos al acceso y subo a la torre de guardia saltándome los escalones de dos en dos.
- ¿Habéis visto a Shophie? - le pregunto directamente al vigía. - ¿Ha salido del asentamiento? - Añado mientras oteo el horizonte maldiciendo una vez más.
Obviamente, Sophie debía haber utilizado sus poderes para escabullirse al amparo de la noche, igual que hizo con los medicamentos... ya que nadie parecía haberla visto, y no había hablado con nadie.
Rápidamente iniciaron la búsqueda de la niña, y tanto Thomas como Martin se unieron enseguida. No se esperaba tormenta de arena para esa noche, pero aún así se tomaron máximas precauciones. Riley quedó al cargo de Iowa junto con Annie, Quing y Linda (Quien pasaba de ir a buscar a una niña loca), todo con la intención de mantenerlo lejos de la vidente... por si acaso.
El chatarrero y Quing no abandonaban los prismáticos, desde torres altas. ¿Cómo iban a encontrar a una vidente que no quería ser encontrada, y cuya mente la llevaba dos pasos por delante de cualquier otro? La única esperanza era que desfalleciese, o que con la luz del día tuviese que quedarse oculta del sol para no quemarse. Con suerte la encontrarían por la mañana agotada, o al mediodía oculta entre unas rocas, a la sombra.
Entonces sucedió. Riley notó como si alguien le diese una bofetada con impulso en toda la frente, y cayó de espaldas. Era un grito de dolor de Sophie, uno agónico, que se oía sólo en su mente.
¡¡¡RILEY!!! AAAAAHHHHH!!! YA VIENEN!!! VIENEN!! AAAAAAAAAAAJJJJ!!!!! ¡¡ABRE TU MENTE!!! RILEY ABRE TU MENTE!! AAGHHH ME MUERO, RILEY!!!! VAN A IOWA!!!
Entonces sus sentidos oyeron el eco de un disparo en la lejanía. Sabían que si mirabas por unos prismáticos a alguien disparando, primero veías disparar y después oías el disparo. No debía estar demasiado lejos, quizá entre dos y tres kilómetros, pero el aturdimiento y los gritos de Sophie en su cabeza no le permitían concentrarse, a duras penas se podía levantar. Empezó a sentir frío, y a nublarse a su alrededor, cuando Quing llegó aprisa, con los prismáticos en la mano.
¿Has oído e-..? Pareció asombrarse y asustarse. ¿Qué estás haciendo? ¿Estás bien? ¡¡Oye, qué te pasa!?? Riley!
Riley apenas pudo balbucear unas palabras ante de que la bruma cegasen su visión, y dejase de sentir la cubierta bajo él... pero sin caer. ¿De repente flotaba?
Puedes poner un último post aquí con las últimas palabras de tu pj antes de la 'abducción'
Me había equipado completamente para salir a los Yermos ya que, aunque me habían encargado la vigilancia de Iowa, no estaba seguro de que no tuviese que abandonar el asentamiento en cualquier momento. Sintiéndome culpable por la marcha de la chica, no dejo de otear el horizonte con los prismáticos.
De repente escucho la voz de Sophie en mi cabeza, acompañada por un impacto físico que casi me derriba. - ¡Sophie! - grito apoyándome en mi rifle para volver a ponerme en pie, incapaz de saber si puede escucharme.
Tan rápido como el mensaje de Sophie, una extraña sustancia blanca se empieza a formar a mi alrededor. Mi abuela me había hablao de algo así, "niebla", pero es tan desconocido para mí como el agua que cae del cielo. Sin embargo, estoy convencido de que ninguno de esos efectos metereológicos debería ser capaz de alzarme en el aire... ¿Qué demonios...?
Pêro no tengo tiempo para pensar. El aviso de Sophie debe llegar a Iowa y, por lo que parece, no voy a estar en condiciones de proteger el asentamiento.
- ¡Quing! - digo con cierta voz de esperanza al escuchar a mi compañero. - ¡Están cerca! ¡Vigila las puertas!
Cuida de Alana... - añado sabiendo que esas palabras nunca llegarán a ser escuchadas.