Partida Rol por web

Desde fuera, cualquiera diría que te encuentras en un búnker de la Guerra Civil, puesto que es así, pero por dentro se asemeja a una pequeña casa de lujo, sin ventanas al exterior. Aunque posee paneles de luz que simulan paisajes soleados. Debes cumplir tu misión, llevas 37 días allí encerrada con dos conocidos políticos, aún no sabes verdaderamente qué puedes hacer, no tienes forma de asegurarte de que el exterior sea seguro y, los móviles, no funcionan. La radio no establece conexión con ninguna fuente cercana y la paciencia se os agota. Te encuentras en la habitación contigua a la de ellos, pero en esta ocasión, la puerta se encuentra ligeramente abierta, por lo que puedes escuchar algo.

Voz 1 - Shi eshh que le dije al niño que no había tiempo de comprar másh.. de las coshas éstas dulces, cómo era, ¡ah sí, los chuches!, y no me quedó más remedio que mandarle de urgencia al búnker del extremo oeshhte con su madre mientras yo me reunía con ushted..

Voz 2 - Ya le he comentado que no podemos hacer nada al respecto, no podemos seguir lamentándonos, al menos, nuestras famiilas están a salvo.. nos dijeron que en un mes podríamos salir de aquí, días arriba días abajo, deben de estar al llegar, en poco tiempo llegaremos a Algeciras y de allí ya sabe el resto..-

Voz 1 - 37 díash aquí con usted, no teníamoshh otro momento más oportuno para reunirnos.. Como decía Galileo, el movimiento siempre sshe acelera cuando se va a detener..

Un ligero portazo te impide continuar escuchando la conversación, ahora que sabes que es posible salir.. ¿qué deberías de hacer; continuar con tu misión o salir de aquel lugar cuanto antes?.

Decides ir hacia la ducha, quizás te vendría bien para despejar ideas y verlo todo un poco más claro. Para cuando ya te has desnudado, oyes una puerta abrirse, no crees que pueda ser posible, sales prácticamente con una toalla tapando parte de tu cuerpo a una velocidad abismal. Demasiado tarde, estás sola en el búnker. No te atreves a abrir la puerta, a pesar de lo que acabas de oír, ¿quién sabe si es peligroso aún estar en contacto con el aire?

Kate se encontraba en la ducha, un suspiro de su parte fue lo único que cubrió la habitación en esos momentos, no sabia que hacer, su paciencia era sin dudas bastante corta y es que no tenia ninguna forma de contactarse con el exterior, con su familia o alguno de sus superiores ¿Estarian vivos todos? No lo sabía, su padre seguramente habia tenido el acceso a uno de los tantos búnkeres como en el que se encontraba en esos momentos, pero la situación de sus hermanos era algo que desconocía completamente. Idea tras idea comenzaron a bombardear su mente en esos momentos ¿Y si podía salir finalmente justo como esos políticos estaban hablando? El riesgo era enorme, conocía muy bien los riesgos biológicos y sin saber mucha informacion, no sabia que tanto valía arriesgarse. Decidió cerrar los ojos por un minuto, despejarse un poco, algo que el destino realmente no quería que sucediera al parecer...

Un sonido bastó para saber que algo estaba pasando fuera, y una vez que vio lo que sucedía no lo podia creer ¿Se habia quedado ahora sola? Completamente al parecer, su mirada recorrió la habitación de un lado al otro, mientras caminaba con solo la toalla alrededor de su cuerpo. Algo que realmente no era lo ideal —¿Hola?...— Preguntó en voz alta, tal vez habia sido su imaginación (Aunque la realidad era bastante obvia si tenia que ser sincera)

Sin mas y antes de hacer cualquier otra cosa, procedió a ponerse su ropa, bastante de civil realmente pues pasar tantos dias alli encerrada solo con el uniforme era algo que no era tan ideal, lo que si recordó ponerse sin embargo fue el equipo antibalas que usualmente el uniforme traia, asi como los accesorios para cargar la munición junto con la pistola. Recogió sus armas, la pistola junto con el rifle de asalto (El cual colgó alrededor de su hombro) Y ahora si, procedió a intentar ver qué hacía despues de ser abandonada de esa manera —Es una mierda todo esto... ¿Ahora que hago?— Comentó para ella misma, no saldría, al menos no de momento, mas bien decidió que era un buen momento de entrar a la habitación en donde hasta hace poco se quedaban los políticos que en teoria, debia proteger (Aunque no tenia mucho caso en esos momentos ya)

Abrió la puerta con cautela, mirando alrededor y procediendo a buscar algo que fuera de utilidad en esa habitacion, la cual realmente nunca habia entrado por obvias razones ¿Quien sabe? Tal vez encontraba algo que fuera de utilidad, incluso alguna información que le pudiera ser de utilidad, cualquier cosa era buena considerando que su situación era desesperada, su paciencia estaba llegando a límites que jamás habia experimentado, la idea de no estar con su familia en un desastre como ese la estaba matando por dentro, sin duda toda la situación en general jugaba en su contra.

Decides entrar en la habitación en la que han habitado las dos personas a las que protegías. A primera vista, es una habitación bastante sencilla, apenas con dos camas con bastante separación entre sí, con sus respectivas mesillas y lámparas. Las camas están hechas. Comienzas a rebuscar ferozmente por toda la habitación en busca de algo que pueda serte de ayuda. Ropa, pasta dentífrica, un paquete de caramelos de fresa, y.. nada más.

Sin embargo, cuando ya crees encontrarte entre la espada y la pared, y te dispones a abandonar la habitación escuchas un zumbido. Te vuelves rápidamente tras de ti, y, esta vez, con mayor brusquedad rebuscas por todos lados, apartas las mesillas, jalas de las sábanas e incluso levantas ambos colchones, cuando estás levantando no de ellos oyes un "clac" seco.

Te agachas y alcanzas a ver un móvil, lo coges y compruebas que lo que había sonado era el indicador de batería: 15% restante. Rebuscas en el móvil pero no encuentras más que un número sin nombre en el registro de llamadas. Compruebas la cobertura y ves que, milagrosamente, tienes una raya. Decides llamar y probar suerte, tu corazón parece que fuese a salirse de tu pecho pero mantienes el tipo mientras tratas de establecer llamada con ese número.

Esperas pacientemente, o eso es lo que aparentas, un tono, dos tonos, tres tonos.. ya crees que es imposible que vayan a responderte, pero sigues esperando. No cabes en tu sorpresa cuando, al observar que el tono deja de sonar, ves que la llamada está en marcha..

Entonces una voz masculina suena a través del móvil: ¿Ho... hola? ¿Alguien puede oírme? No pensaba que las comunicaciones se fueran a restablecer tan rápido. ¿Hay alguien ahí?

Fin de la escena individual. Siguiente escena: Escena de Kate Kenneth y Alexander "Ángel" Majors