Te encuentras en el que ha sido tu hogar y prisión desde que tienes conciencia. Cualquiera diría que aquel agradable refugio es una verdadera mansión, sin embargo, tu hogar conforma la cuarta parte del mismo. Tienes una pequeña ventana a través de la cual ves una simple cosa: nieve, sí, nieve y el Mulhacén, o al menos, lo que alcanzas a ver de él. El interior de tu búnker-hogar está teñido por la seriedad de un refugio preparado para la peor de las situaciones pero con pinceladas de ti. Por supuesto, pues has desarrollado tu vida allí. Aún te quedan reservas para sobrevivir durante unos meses más gracias a tus precavidos (pero insensibles) padres. El reloj indica que el exterior es de nuevo habitable, ¿puedes confiar en él?-
Tienes una pequeña radio en tu habitación, creías que estaba estropeada pero, tras un par de trasteos por aquí y allá en tus ardientes deseos por no morir allí solo, ¡voilà!, ¡consigues repararla!. Sintonizas una emisora y...
Es tu turno, puedes elegir entre tratar de establecer conexión con alguien y mandar un mensaje o.. quedarte allí, esperando a que algo ocurra. O quien sabe, incluso podrías intentar salir de tu burbuja para probar suerte en el exterior.
Estoy aterrado. Me siento solo. Siento miedo. Por primera vez en mi vida mi mundo se desmorona. Apenas puedo dormir, pasan los días y doy vueltas de aquí para allá, pensando, sin llegar a ninguna conclusión. Si raciono bien los suministros podré aguantar unos cuantos meses aquí. ¿Y luego qué? Entre tanto consigo arreglar una desvencijada radio que había en una de las cajas de objetos antiguos. Pruebo sintonizando cada una de las emisoras*; nada. Sigo pensando, siguen pasando los días. La comida cada vez es menos, y siento una enorme presión en el pecho: - Si espero a quedarme sin comida para salir será demasiado arriesgado. Si salgo ahora, siempre puedo volver aquí y reabastacerme. - digo casi con un hilo de voz, mirando fijamente por la pequeña ventana hacia el Mulhacén.
Tembloroso, lleno de miedo, preparo una mochila con cosas que creo me serán útiles: agua, comida, la radio, un cuchillo, un camping gas, un pequeño kit anti radiación que había en el refugio, un pequeño botiquín, un mapa, ropa, una manta... Me introduzco en un traje antiradiación que había en un armario junto a la puerta. Poco a poco empiezo a entender que este refugio no fue construido como mi hogar, siempre lo sospeché, pero ahora estoy seguro. Este lugar fue diseñado para esta situación, está totalmente equipado para ello.
Este traje me hace sentir un poco más seguro. Será mi refugio afuera. Abro la puerta.
*supongo que no capto nada.
La radio sí funciona, quizás no se me ha entendido bien, podías narrar un mensaje al canal sintonizado que te indiqué o bien irte. Es decir podrías narrar lo que dirías a la radio para ver si alguien te oye...
Ha elegido salir del búnker, tras varios días de angustia y quebraderos de cabeza.
Con la radio pensaba sólo escuchar (es lo que Komoi ha hecho toda su vida: observar el mundo sin participar en él)
Vale, pero entonces la parte en la que dices que sintonizas la radio y que no oyes nada la omitimos, pues sí funciona. Eliges entonces salir y llevar la radio contigo.¿no?
Decides irte, salir de tu hogar y del que ha sido el único lugar en el que has estado siendo consciente. A pesar de llevar el traje, cuando pones un pie fuera te das cuenta del frío que hace, nunca habías sentido algo que no fuese la climatización de tu refugio. El frío te hiela los huesos y el viento impacta contra tu cuerpo. Así es como se siente el estar fuera de tu mundo. Miras hacia delante y sólo ves nieve, te encuentras a 2500 metros de altitud. El camino hacia el próximo punto más cercano tiene una duración de 5 horas a pie, desembocando en Capileira, quizás allí encuentres a alguien que pueda ayudarte.
Mientras piensas en la caminata que te espera escuchas una interferencia en la radio, la sacas de la mochila e intentas sintonizar algún canal que te permita escuchar ese algo que crees haber oído...
Una voz de un hombre te sorprende: ¡¿Hola?!, percibes cierta desesperación en su voz. Soy Darren. Darren Brennan. ¿Alguien puede oírme?, dice de modo más calmado. Hace treinta y siete días que estoy encerrado. Necesito saber si es seguro salir de este lugar. ¿Alguien me oye?
Presupongamos que sí :P
Sí, elijo salir. Cojo la radio como otra pertenencia más, y omitimos la parte en la que la pruebo.
Responderé al post más tarde.
Tranquil@, como ya sabes el ritmo es de un post cada 2 o 3 días. Tómate tu tiempo, yo voy adaptándome a vosotros y guiándoos
Fin de la escena individual. Siguiente escena: Escena de Darren Brennan y Komoi