Partida Rol por web

Necesitamos refuerzos de inmediato en el hangar de Babor... tenemos al Etéreo y su escolta, tengo dos hermanos fuera de combate. Haydn, mueve tu trasero hasta aquí, la cosa esta realmente fea - resonó la voz de Victus por el canal de comunicación privado de la inquisición y de la deathwatch

     Numaios activó su comunicador para contestar. - Aquí Véntor. Haydn ha caído. Dijo sin mas, esforzándose en contener la emoción. - Vamos para allá. Y cerró el canal. - Llamad a los prebostes para que se ocupen de éstos... xenos. Casi escupió la última palabra. -Tenemos que reunirnos con nuestros hermanos en el hangar.

La perdida del capellán fue un momento duro pero muchos hermanos habían caído en esta misión y ahora tenían a uno de los lideres de los TAU acorralada, no podían perder mucho tiempo, había que ponerse en marcha hacia el hangar de babor. Si conseguían capturarle podrían saber mas sobre la esfera y sobre la razón del ataque.

Laocastus guardó el lanzallamas a su espalda y sacó de nuevo el cañón de fusión, asegurándose de que los xeno no hiciesen movimientos extraños.- No sé si los prebostes llegarán a tiempo, dadas las circunstancias de la nave. - dijo por el canal cerrado de radio de su casco, para que los xenos no le oyesen.- Y la situación parece urgente. - El cañón de Fusión canturreaba, ansioso por liberar su letal descarga fundente.

Aquí control de seguridad. No tenemos efectivos disponibles, se estiman perdidas de hasta el cincuenta y cuatro por ciento de la tripulación de la nave. Lo lamento marines espaciales, custodien ustedes - sugirió antes de cortar la comunicación

Que Haydn... - hubo un silencio y se escuchó una descarga energética imperial y voces xeno - ¡Diablos Derrick! - se escucharon disparos bolter, una ráfaga automática y el entrechocar de metales y pequeñas detonaciones - ¡Me da igual! ¡Venid aquí de inmediato! ¡Ahora estoy al mando de la deathwatch aquí! - el enfado de Victus era palpable incluso a través de la radio

Hablo por la radio de su casco tan solo para los allí presentes -Son xenos y han matado a muchos humanos, ejecutemos les y vayamos raudos donde Victus -su voz mostraba que no era la idea que mas de gustaba pero en el fondo son simples xenos la galaxia estaría mejor sin ellos -en nuestros codex nos indica que una de nuestras labores es purgar al xeno, hagamos lo

Castor permanecía ajeno a la conversación mientras preparaba el cuerpo de Haydn una vez extirpadas las glándulas porgenoides. Una vez hubo terminado cogió su espada de energía y su bolter y se levanto mientras la devolvía a la primera a su lugar en el cinturón y comprobaba el nivel de munición del bolter.

- Hermano Véntor, ¿qué ordenáis? - A pesar del casco, a pesar de la estática de la transmisión y a pesar del control de emociones propio de los marines, la voz de Castor sonó gélida como vacío del espacio.

     Numaios escuchó las palabras de sus compañeros de escuadra y se enfundó de nuevo el casco. Activó el enlace interno de vox para que solo ellos pudiesen escuchar la conversación. - La situación táctica no admite otro modo de actuar. Necesitamos la información, pero no podemos dejar atrás a unos enemigos sin custodia en un momento así. Además, el Codex Astartes estipula que el trato con xenos por muy honorables que sean no está sujeto a las normas estándar de conducta. En otras palabras: no les debemos respeto ni deferencia alguno. Los ejecutaremos a todos al concluir la cuenta de 5 segundos, comenzando... ahora. Una runa indicadora se activó en su casco con una escueta cuenta atrás mientras ponía la mano sobre el pomo de su espada.

Viendo el gesto de Numaios, Castor dejó de lado el bolter y volvió sus atenciones a la espada de energía. Una breve sonrisa se formó en sus labios, el cuerpo de Haydn quedaría regado por la sangre de sus enemigos.

- Con Haydn caído, dado que siempre has sido su hombre de confianza, hermano Véntor, creo hablar por todos cuando digo que en ti recae el mando de la escuadra siguiendo las normas de la Deathwatch sobre la independencia de las escuadras hasta que que un inquisidor del Ordo Xenos se pronuncie. Estamos a tus ordenes, llevemos la Justicia del Emperador por toda la galaxia. Así habla Castor Machen, Apotercario de los Templarios negros y actual miembro de la Deathwatch

Tan solo asintió con la cabeza y se acerco hacia el casta que iba a ser ejecutando por él. -Cinco, cuatro, tres, dos uno -listo para el suceso y sin duda preparo su arma

Con los xenos enfilados, Laocastus esperó con calma a que terminase la cuenta atrás del que había sido hombre de confianza de Haydn y ahora era su lider de facto, si bien no oficial. Cuando el temporizador hubo llegado a cero, la terrible descarga de su cañón de fusión dio cuenta de los alienígenas.

Los xenos fueron ejecutados con suma crueldad por parte de los marines, pero así actuaba el Imperio; mientras los taus hubieran ofrecido una salida para los prisioneros, la humanidad solo se comportaba con un antisemitismo exacerbado.

Antes de morir, el veterano profirió unas palabras en su lengua materna y saludaron dandose un golpe en el pecho.

Acto seguido la radio de los marines sonó, ningún estaba al mando pero todos estaban dispuesto a seguir a Véntor, era respetado por todos -No nos demoremos mas, ya lo hemos echo con esta ejecución, Victus nos espera en el hangar de babor -sin enfundar sus armas fue el primero de los marines espaciales en tomar la salida sus ojos se detuvieron en Haydn durante un instante -El deber nos llama, mas tarde honraremos su cuerpo sin vida como se merece -continua acelerando en paso no había tiempo y si había muchos Xenos que erradicar

     Tras las palabras de Castor el grupo de marines dio cuenta de los prisioneros en cuestión de un par de segundos. La rapidez de la acción y la cercanía del enemigo hizo que quedasen salpicados por su sangre. Cinco hermanos actuando al unísono y bañados en la sangre de los xenos, como una alegoría de lo que vendría después, pues vengar a los caídos requeriría un gran derramamiento de sangre alienígena. Aquella acción cargada de simbolismo les unió aun mas. Solo quedaban ellos para llevar a buen término la misión. Benahia, Haydn, Zahariel... todos habían caído para permitir que ellos pudiesen continuar, y no sería en vano pues lo harían costase lo que costase. Asintió con la cabeza. No había mas que decir ni discursos que dar. Asumiría la responsabilidad de guiar a sus hermanos con orgullo hasta que una autoridad inquisitorial mayor dictase su parecer al respecto.

     Mientras la escuadra corría en pos de la batalla en el hangar de babor, Numaios abrió el canal privado para hablar con todos ellos. - No creo que necesite deciros lo que opinaba Haydn de Victus y su escuadra, pero debéis saber algo mas. Yo fui testigo de hasta donde podía llegar su animosidad y, aunque no quiero predisponeros en contra de unos hermanos de la Deathwatch y por supuesto debemos a su capellán el debido respeto, quiero que tengáis los ojos abiertos, pues Haydn culpaba a Estelios de ser el causante de la muerte de toda la escuadra anterior de Benahia. Por desgracia no puedo daros mas detalles pues solo Haydn los conocía y se los llevó consigo. Les apoyaremos en lo necesario pero no seguiremos ninguna orden suya que ponga en peligro la misión o a la escuadra. ¿Entendido?

Mientras corrían en dirección a el hangar el bibliotecario fue haciendo diversas comprobaciones, su pistola Bolter en perfecto estado, una pequeña ignición con las restos que le hicieron levitar durante escaso medio segundo, espada psíquica, avisadores del casco todo lo necesarios para que su armadura y armas funcionaran correctamente. -Lo se Numaios Véntor, algo oscuro se cierne sobre el bibliotecario de esa escuadra, su capucha psíquica no me dejo ver en su interior, los poderes heredados Sanguinius son muy útiles cuando puedes usarlos pero el hermano Estelios -un leve sonido -no es de fiar, pero nuestra prioridad ahora mismo es expulsar al Xeno de nuestra nava -siguió carriendo

La puerta se abrió, los servomotores de la misma empujaron los engranajes haciendo que el pesado bloque de plasti acero se abriera lentamente. Marines de la deathwatch, armas prestas y directos hacía el hangar...

El lugar estaba salpicado de agujeros provocados por detonaciones, partes abrasadas por armas de energía, naves y pequeños vehículos de aprovisionamiento diseminados y tirados de cualquier forma a causa del combate naval y de las numerosas heridas que había recibido el crucero, pero ahí seguía, en pie, como el Imperio, como la humanidad... todos maltrechos pero con la fe y el corazón cargados de coraje que hacía que cada vez se levantara a pesar de las heridas.

Los marines pudieron ver una descarga a lo lejos, un destello azulado e intenso que duró poco tiempo a la vez que una voz extraña les llegó a los oídos...

Shas'ar'tol, cal e shas'el, kunas kak e kais... - pero de repente aquella voz que hablaba alta y cargada de autoridad se cayó. La escuadra de Numaios se acercaba sigilosa por el este de la posición de los tau, al abrigo de una thunderhawk, pero tan pronto como se cayó aquel xeno, el transporte fue agujereado por una andanada de energía concentrada y pequeños cohetes dejando a los marines al descubierto aunque con cobertura.

Al fin pudieron ver a que se enfrentaban... había un total de seis armaduras modelo crisis, la cumbre de la tecnología tau, las armaduras que superaban ampliamente a las servos de los marines, en tamaño, fuerza, resistencia y armamento, pero no todas estaban en pie, tres habían sido destruidas y una estaba visiblemente dañada.
Las tres armaduras que estaban en pie estaban en formación de cuña protegiendo a un etéreo, aquel Tau vestía una simple túnica y portaba un báculo que no paraba de manar energía de él, su mirada estaba cargada de odio hacía vosotros, pero a pesar de estar solo, al borde de la muerte debido a que no había más refuerzos para ellos tenía una sonrisa cargada de desprecio; aquello confundió a los marines hasta que el tau señaló con su báculo a su espalda... Numaios y compañía pudieron ver como la escuadra de Victus estaba tendida sobre el suelo, sangre por todas partes y ninguno parecía moverse.

Shas'ar'tol! Kost'la! 'Shas! - gritó con furia...

     ¿La escuadra de Victus había caído? Aquello era inesperado y la situación en la que habían quedado no era la mejor. Él no podría cargar de frente contra aquella potencia de fuego abrumadora y además estaba herido, y sin embargo un combate a distancia tampoco les sería propicio. ¿Sería éste el final de la escuadra Benahia? Desde luego no lo sería sin plantar batalla.

Aquel lugar no era propicio para el estilo de combate del bibliotecario, pero sus poderes podian hacer algo antes aquellas maravillas tecnológicas, algunos de sus hermano le contaron historia sobre aquella raza historia sobre el poder de combate de las armaduras que llegaban desde el cielo y descargaban sus arbas devastando todo lo que estaba a su paso.

Laocastus apenas sí había tenido tiempo de recargar las baterías de fusión de su arma pesada cuando se encontraron de nuevo en una situación bastante peor de lo que la inteligencia original indicaba. Impertérrito, y determinado a vengar a cada uno de sus camaradas Marines Espaciales caídos, tomó posición tras la cobertura escaneando a los objetivos.