Partida Rol por web

     - No hay mucho que contar... dijo Numaios con modestia. - Recibimos apoyo del Aquila Nigris ademas. Habría sido mas glorioso de no haber tenido bajas. Tuvimos que abrirnos camino a través de las máquinas heréticas para cumplir la misión, que al menos pudimos llevar a buen término. Nada que cualquier hermano de batalla no hubiese podido hacer. Por desgracia cuando la amenaza fue realmente seria, no estuve a la altura... me vi superado en mi propio terreno por su líder. No encuentro penitencia adecuada para mi fracaso, aunque tengo claro que la próxima vez tendré éxito o caeré intentándolo. Los ojos del Serpiente de Hierro mostraban gran determinación.

     - Creo que ya he bebido bastante. Agradezco su gesto a nuestro hermano de Fenris... dijo inclinando la cabeza hacia el tecnomarine a modo de saludo. ...pero me gustaría honrar ahora al caído a mi manera. Con ésto se levantó de su asiento y comenzó a andar. - Si alguien me necesita estaré en las jaulas de entrenamiento.

-Si fue glorioso...pero solo gracias a Zahariel, de lo contrario este funeral podria haber llegado a ser de muchas mas personas- Jaden suspiró y se froto las sienes, le costaba enfocar sus pensamientos y todo parecia moverse levemente a su alrdedor- demasiada cerveza supongo:

Devolvió la copa a uno de los servidores:

-Creo que he tenido suficiente por ahora, guardare el resto para cuando ganemos, si me buscais estare en la armeria- salió de la sala a paso ligero esperando que la caminata le despejase lo suficiente para concentrarse.

     Numaios abandonó la compañía de sus hermanos de batalla, dirigiéndose hacia las jaulas de entrenamiento. Su interior estaba dividido entre la ira y la desazón. Su condición mental no era la mejor para entrar en batalla, pero aun menos lo era para dirigir una escuadra y eso la sabía bien. Debía purgar esas emociones tan humanas para volver a concentrarse en ser un marine espacial.

    Siguiendo los ritos apropiados y dando gracias a su espíritu máquina por su servicio, se desvistió de su sagrada servoarmadura astartes, ayudado por dos servidores de la armería. Se cambió y quedó cubierto por tan solo unos holgados pantalones de entrenamiento, dejando su musculoso torso y voluminosos brazos al descubierto. Solo cuando un marine está sin su armadura, es cuando quedan patentes las diferencias entre un astartes y los humanos normales, cosa que en el caso de Numaios era aun mas cierto. Inició sus ejercicios de calentamiento, flexionando los músculos y ejecutando las rutinas programadas para que su metabolismo avanzado aumentase los niveles de adrenalina, su pulso y su respiración. Tomó del armero una simple espada de acero y una rodela metálica de entrenamiento y se dirigió a la primera de las jaulas.

     La puerta se cerró a su espalda y el primer servidor armado se colocó en posición. Armado con una pesada maza, integrada como una extensión de su propio brazo, el ser, meramente un autómata con rastros de apariencia humana, no tenía nada que hacer contra la rapidez y fuerza del marine espacial que lo despacho con varios golpes fulgurantes consecutivos, estudiados y entrenados hasta el extremo. En menos de cinco segundos el combate había acabado. Los servidores de mantenimiento se afanaron en retirar al maltrecho sparring, que perdía líquidos hidráulicos y emitía alguna que otra chispa de las partes mecánicas que habían recibido castigo.

     Sin dejar de moverse calentando los músculos, el marine lanzó su petición al sistema de reconocimiento de voz de la jaula. - Servidor. Ejercicio estandar, dos oponentes. Dijo sin mas. Al momento, dos nuevos mecanóides entraron en la jaula y tomaron posiciones, ambos armados con sendas hachas de batalla. Ésta vez el combate duró algo mas: unos doce segundos. Numaios utilizó el volumen del primero de los servidores, para estorbar al segundo mientras se desplazaba lateralmente para atacarlos de uno en uno, cortando los cables de alimentación y dejándolos en poco tiempo inoperativos. 

     A éstas alturas, algunos oficiales de la flota y técnicos se estaban arremolinando alrededor de los barrotes de acero para admirar el espectáculo que ofrecía un marine espacial desatado. A éstas alturas el cuerpo modificado de Numaios ni siquiera había roto a sudar. - Servidor. Ejercicio estandar, cuatro oponentes. Un murmullo se extendió entre los presentes mientras que intercambiaban impresiones sobre el combate. Mientras tomaban posiciones a su alrededor, el marine comenzó a analizar sus fallos en el combate contra los necrones. El estilo de los Serpientes de Hierro favorecía el combate cerrado con varios marines luchando hombro con hombro y cubriéndose unos a otros con sus escudos, en una formación defensiva perfecta. De esa manera podían enfrentarse a un número apabullante de enemigos sin verse superados. Solo tenían que concentrarse en algunos de los oponentes, pues sabían que sus hermanos bloquearían los golpes que procediesen de su derecha. Por desgracia ésto no se aplicaba cuando luchaba con sus compañeros de la Deathwatch. Aunque disciplinados, no estaban acostumbrados a ese tipo de combate y por tanto la forma de luchar de Numaios se veía restringida por el rígido condicionamiento que recibió en su capítulo. Pero eso iba a cambiar. Estaba decidido a cubrir sus carencias desarrollando un nuevo estilo de combate mas fluido y abierto, que potenciase la lucha en solitario.

     Cuatro oponentes significaba menos espacio para maniobrar y encontrar las armas de los servidores mas cerca de lo normal. Las máquinas arremetieron, por turnos al principio y de dos en dos después. Numaios intentó mantenerse a distancia de los filos de sus armas mientras medía sus posibilidades de abatirlos. Cuando estaba apunto de acometer al primero, alguno de sus compañeros atacaba, obligándole a mantenerse a la defensiva. Bloqueó al primero con el escudo, golpeando su arma de revés para que su guardia se abriese, pero al segundo estaba utilizando su espada para parar la acometida de otro servidor. Aquel baile se prolongó durante un par de minutos, mientras el marine buscaba la forma de acabar con las máquinas sin ser alcanzado. El sudor comenzó a perlar su piel, mientras su metabolismo se aceleraba para intentar superar a sus oponentes. Poco a poco comenzó a utilizar los propios bloqueos, como un medio para llegar hasta sus oponentes, dejando que las armas de éstos, se deslizasen sobre su escudo hasta quedar mas cerca de él, donde podía golpearlos con la espada o incluso con golpes de cabeza.

     Tras unos intensos minutos de duro esfuerzo, los cuatro servidores yacían en el suelo, aunque Numaios lucía varios cortes de diversa consideración y sobre ellos, las sombras de sangre modificada coagulada. Estaba convencido a continuar entrenando mientras que pudiese mantenerse en pie, para mejorar tanto su eficacia en el contragolpe como su potencia de estocada. Esa sería su penitencia por haber fallado a Zahariel. Mientras los servidores tecnicos retiraban a los sparring caídos para su reparación, volvió a colocarse en posición para otra ronda de entrenamiento. - Servidor. Ejercicio avanzado, un oponente, pretoriano. Un nuevo clamor comenzó al alzarse a su alrededor, mientras los improvisados espectadores lanzaban vítores o incluso hacían apuestas sobre el resultado.

Jaden, que se intentó salir de la sala notó los efectos de la cerveza un poco tarde y el mareo lo asoló de repente haciéndole tropezar con la pared contigua a la puerta... torpemente, el marine cayó al suelo de culo entre risas de todos, sobre todo de Rojarn, el cual, se cayó también de culo por culpa de la risa mientras bebía la segunda cerveza - JAJAJAJAJJAJAJAJAJJAJAJAJ ¡Miralo Salamandra! JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJA - uno de los perros servidor del sacerdote de hierro cogió con fuerza a Jaden y lo acercó al grupo - Tú no te vas pequeño, tú te quedas aquí hasta que se te pase, no sea que te de un infarto en mitad de la nave

Hermanos - preguntó mirando a los dos ultramarines que se quedaron - ¿Qué paso con la barcaza? No he querido preguntar a nadie salvo a vosotros, los supervivientes

Mientras Numaios se entrenaba y otros se lucraban de ello, dos capellanes rugiendo gritos entraron de improviso.

Toda los espectadores se marcharon nada más ver aquella escena dejando solo a Numaios con Haydn y Victus... que ninguno de ellos había reparado en el serpiente de hierro.

 - ¡MALDITO PERRO TRAIDOR! - gritó Haydn lanzándose sobre Victus poniendo sus brazos sobre su cuello mientras el ultramarine lo rechazó con una potente patada - ¡LOS PERROS COMO TU DEBERÍAN ARDER EN LOS FUEGOS DE LA INQUISICIÓN! ¡ERES UNA VERGÜENZA PARA LA CAPELLANIA! - gritó furioso propinandole un derechazo que victus no pudo evitar

¡NO ENTIENDES NADA! ¡MALDITO TEMPLARIO OBTUSO! - gritó Victus en respuesta pateando nuevamente a Haydn y haciéndole trastabillar hacía atrás. Victus aprovechó el momento para saltar sobre Haydn lanzando una presa sobre su cuello, pero Haydn se revolvió con velocidad y rodó hacía atrás - ¡ESTELIOS ES UN HERMANO PARA MI! ¡HA SANGRADO A MI LADO CIENTOS DE VECES COMO PARA DEJAR QUE LO CONDENES POR TU FE CIEGA!

¡¿COMO?! - le lanzó un grupo de armas de entrenamiento que cayeron pesadamente sobre victus... este logró evitar gran parte del daño pero muchas le llegaron a dar - ¡APORTÉ PRUEBAS! ¡GRABACIONES! ¡SE REUNIÓ CON ELEMENTOS HEREJES DE SI CAPITULO ESCINDIDO! ¡CAPITULO QUE SE DEBIÓ PURGAR! ¡MALDITA SEA VICTUS! ¿¡ES QUE NO LO VES?! ¡PUDO DAR INFORMACIÓN! ¡EN AQUELLA MISIÓN BENAHIA Y YO PERDIMOS A TODOS NUESTROS HERMANOS! ¡Y LO SABES! - gritaba sin parar mientras que forcejeaba con el otro capellan, luchando a puñetazo limpio, golpeandose el uno al otro sin parar sin tan si quiera reparar en Numaios... el cual los observaba desde la sombra

     El griterío cesó abruptamente cuando los dos capellanes entraron como un huracán, golpeándose el uno al otro. La gente congregada alrededor de la jaula abandonó el lugar, pues nadie en su sano juicio quiere presenciar la cólera de dos marines espaciales furiosos. Estaba claro que no habían reparado en la presencia de Numaios, y se cruzaron amenazas además de golpes mientras descargaban su furia el uno contra el otro. Aquello no podía ir mas lejos, pues las consecuencias podrían ser nefastas. - Servidor, ¡alto! Rutina de entrenamiento terminada. Dijo para que el pretoriano contra el que luchaba se detuviese. La pesada máquina hizo chirriar sus orugas hacia atrás, mientras sus brazos armados caían a ambos lados de su enorme torso. A pesar de que le habría gustado dejar que hablasen e intentar entender algo mas sobre Estelios y la rencilla que mantenían, sabía que debía detenerlos. Salió con rapidez de la jaula, dejando caer sus armas sobre la lona de entrenamientos y se situó entre ellos tras varias largas zancadas.

     - ¡¡SUFICIENTE!! Gritó, para hacerse oír, mientras apartaba a ambos contendientes, empujándo sobre sus pechos cubiertos de ceramita con las palmas de las manos desnudas. El pantalón de tela estaba festoneado con su propia sangre y los cortes y magulladuras que lucía en su piel daban cuenta de la dureza de su entrenamiento. Estaba cubierto de sudor y algo agitado, pero todo ello le daba un aspecto peligroso, casi salvaje. En tono firme pero ya mas bajo continuó. - ¡¿Es que queréis minar la moral de la tropa?! ¿Que creéis que ocurrirá cuando esos hombres que se han marchado cuenten que han visto a los capellanes de la Deathwatch peleando entre ellos? ¡No se lo que ocurre entre vosotros, pero somos marines espaciales y no salvajes! Dada la tensa situación, Numaios había perdido las formas que siempre le acompañaban y el respeto por la escala de mando con ellas. Al darse cuenta de ello, moderó su tono. - Tenemos bastantes enemigos ahí fuera como para atacarnos entre nosotros como perros rabiosos... 

- Bueno, es que el pobre está en desventaja, Rojarn, tiene menos cuerpo para distribuir el alcohol. - Dijo Laocastus con una sonrisa socarrona, señalando el brazo biónico de Jaden con la jarra mientras con la mano libre ayudaba al Lobo Espacial a incorporarse. - De todos modos, tengo que reconocer el mérito de esta... bebida. Era de esperar que únicamente un Fenrisiano descubriese como intoxicar a un Marine Espacial.

- Nuestra nave... la "Orgullo de Macragge", nada más salir de la disformidad se encontró de bruces con el pecio Orco, que se dirigía con rumbo suicida hacia nuestra nave... Poco se pudo hacer, el impacto fue tal que nuestra nave cayo junto con el pecio al planeta, y los poco que sobrevivimos al impacto tuvimos que luchar a muerte en la superficie hasta que llegaron los refuerzos.

Deuteros desvió la mirada hacia su vaso al cual echó otro trago, y empezó a notar los efectos de la bebida...

- ¡En estos momentos lo que más desearía sería bajar a eliminar a cualquier Orko que haya quedado con vida! - decía con ira mientras rompía el vaso entre los dedos de su servotraje.

El bibliotecario se acerco al ángel sangriento -Tengo algunas preguntas que hacerte sobre algún antiguo amigo, vamos a un sitio mas tranquilo -con el brazo le dio paso -no se si conoces al hermano bibliotecario Taleon de tu capitulo -el sonido de sus voces se alejaba poco a poco

.....
-Le conocí en el asalto a Baal, por esos malditos tiranidos, sabes algo de el desde mi partida no volví a tener contacto con el

Entiendo... lamento la perdida de tantos hermanos - dijo dando un largo trago - por ellos, que el Emperador los tenga en su seno - la reunión iba perdiendo fuerza por momentos

Taleon... - dijo meciéndose la barbilla - ...Taleon. Recuerdo la misión de que me hablas, como todos los ángeles sangrientos, claro esta... pero ¿Taleon? Recuerdo luchar al lado de un bibliotecario durante la batalla, pero después no se más ¿Podrías darme alguna pista sobre el?

-Un marine espacial bastante bajo su tez blanca como la nieve pero su cabello negro como el carbón, bien conocido por usar las alas de Sanguinus el fue quien me enseño a usarlas -se veía que le interesaba saber de el pero que realmente quería llegar a otra conversacion