Partida Rol por web

Hacía ya una hora desde que los miembros de la Deathwatch partieron. La flota era un autentico caos, pero dentro del caos, siempre hay un orden… las ordenes se gritaban, los acólitos obedecían, los tecnoadeptos se movían y siseaban en binario, marinos de las naves corrían a sus puestos y realizaban sus trabajos con notoria efectividad, y la inquisidora llamó a su escolta personal.
En el trayecto iban llegando chasquidos de radio, algunos poco importantes, pero otros daban retazos de información.

Ultramarines localizados..

Despliegue realizado…

Flanco oeste recibiendo ataque

Puños Imperiales entrando en combate

La Marea Pielverde no parece tener fin…

La reunión sería rápida, como siempre acostumbraba. Frente a ella estaban todas las hermanas del silencio listas para recibir las órdenes pertinentes

- Seré breve, algo huele a chamusquina, no voy a entrar en detalles – se acercó a Aurelia y le entregó una tableta de datos – la leerás cuando entres a bordo de tu destino. No lo sabrás hasta que llegues a él… una lanzadera os espera a ti, a Eva y a Irelia. El resto vendrá conmigo a la reunión a bordo de la “Imperator”. De manera oficial os quedáis aquí salvaguardando la “Umbra” ¿Entendido? Sed discretas y tu Irelia – la miró con severidad – controla tu lengua, ahí os he traído capas de acólitos, cubríos
Y sin más la inquisidora salió de la estancia dejándoos a las dos ahí junto con una Irelia que deglutió un poco de saliva algo compungida…

Irelia se quedó quieta observando como la Inquisidora y el resto de sus hermanas se iban yendo... en cuanto estuvo a solas con sus dos superioras, su tez blanca empezó a tornarse rojiza. Fue dando furioso pasos hacía donde estaban las capas y cogió la que quedaba con gesto furioso. Se cubrió por completo mientras iba mascullando algo inaudible. Una vez acabó y se sintió cubierta miró a sus superioras con mala cara y resopló - Yo no tengo la lengua suelta, solo digo lo que hay - a veces parecía una niña pequeña... - ¿Partimos ya?

Puso los ojos en blanco, torció un poco el gesto algo malhumorada y empezó a recitar de memoria y a la perfección el capitulo pedido por la hermana superiora... La novicia pelirroja poco a poco se fue calmando al ir haciendo memoria y recitar lo ordenado...

El grupo llegó a la lanzadera con el susurro ininterrumpido de Irelia, su dulce voz un tanto infantil fue mejor compañía que el basto y agudo sonido de las alarmas a la hora de abrir puertas o el ruido de la bahía de atraque, con tanto servidor cargando combustible, otros llevando cajones de munición y demás.

La nave era pequeña, discreta y de color negro. No llevaba ningún tipo de señal de identificación ni el blasón de la inquisición en el fuselaje.

El piloto no dijo nada, ni su segundo ni el artillero del transporte. Se cerraron las portillas, se desacopló la nave y esta despegó sin ceremonia alguna. 

Las tres sororitas pudieron ver a través de los austeros ventanucos de observación como la flota orbitaba sobre el planeta. Numerosos destellos de toberas de otras naves de salvamento poblaban la flota tratando de encontrar supervivientes de entre los restos que quedaron en el espacio. El silencio abisal del espacio, el infinito del mismo, todo infestado de estrellas era sobrecogedor, pero las tres elegidas tenían una misión secreta que cumplir. 

Poco a poco fueron recorriendo el interior del grupo de naves y entonces vieron que se acercaban a la nave insignia de la flota, el acorazado "Imperator", pero en cierto momento de la maniobra de aproximanción la nave viró y se dirigió hacía una de las corbetas de escolta ¿Cual? No era posible saberlo, eran tres naves gemelas, "Titan", "Ganimedes" y "Callisto"... una de esas tres sería.

Cuando se pidieron los códigos de identificación de la pequeña lanzadera el piloto accionó la runa del motor lógico "Veritas". Era un portento de la tecnología de Marte y únicamente al servicio de la Inquisición y de los custodes. Automáticamente envió unos códigos encriptados a la nave destino. Unos códigos que siempre hacían variar ciertos protocolos de las naves Imperiales logrando que la nave pasara desapercibida en los cuadros de vuelo y registros de entradas y salidas, esta vez la nave fue identificada como transporte de acólitos en inspección rutinaria de la fe imperial.

Después de que se le diera luz verde para atraque, la nave se acopló a la corbeta y tras unos minutos de ensamblajes y estrictos protocolos de seguridad, las hermanas pudieron salir de la nave... nadie las recibió, únicamente servidores comprobando el estado de la nave, repostando y verificando que era la nave a la que se le dio luz verde... 

Era un texto escueto, como siempre, la Inquisidora demostraba su total desprecio a los discursos cargados, insulsos y que no llevaban a nada. 

Cuando Aurelia presionó el activador de la placa de datos, esta se encendió. Mostró el símbolo de la inquisición durante un breve segundo y en seguida mostró el texto de las ordenes

Cita:

Y sin más se apagó para luego dejar de funcionar cuando empezó a salir una ligera humareda de color blancuzco...

Irelia observaba con curiosidad a la hermana superiora... se llevó un dedo a sus labios y sus ojos brillaban - ¿Qué será? 

El pequeño grupo de encapuchadas recorrió la nave. Algunos se paraban y os observaban con cara de pocos amigos, otros no demostraban otra cosa que indiferencia y algunos pocos temor... estos ultimos sobre todo cuando más cerca estabais de la sala de maquina. Aquellos nacidos del vacío que jamás han visto otra cosa que no sean los pasillos de la nave y su area de trabajo, personajes asustadizos y trabajadores a golpe de látigo y grito.

La sala de control de la sala de maquinas se abrió ante vosotras, y el visio ingeniero a cargo de la zona se giró... poco le quedaba de hombre, era más bien una maquina bípeda, llena de tubos y el rostro cubierto por sensores. Ladeó la cabeza dejando una placa de datos a un servidor lobotomizado y dio un paso hacía las sororitas.

Un chorro de binario salió de lo que debería ser su boca, pero en seguida tocó un botón, manipulo una rueda en la garganta y la voz se moduló a vuestro rango - ¿Qué desean? - preguntó con una voz metalizada y desprovista de cual seña de humanidad.

Asintió con firmeza y fue directa a cumplir la orden... se puso cerca de la puerta mirando a un lado y a otro... distraída o emulando estarlo. No se la veía muy contenta al estar en aquel lugar, lleno de ruidos, aceite y gente... "extraña" .

Ladeo la cabeza un par de veces y se acercó a quién le formuló las preguntas - ¿Su identificación? No puedo revelar información así de vital para la flota... - Hizo una pequeña señal con uno de sus dedos esqueléticos cuando vio la servoarmadura de Eva - Cualquiera puede poseer un campo de camuflaje... Identificación, por favor - dijo con la cortesía característica de una tostadora 

Menos mal que la inquisidora dijo que no dijéramos quienes eramos... - pensó Irelia que vigilaba la puerta a la vez que observaba curiosa como sus superioras intimidaban a aquel técnico de Marte

Si tuviera más partes de humano en su rostro hubierais podido ver como el Visio ingeniero os miraba con curiosidad. Cambió el punto de apoyo de una de sus piernas - Ya veo... No se que busca la inquisición aquí con un problema técnico... Disculpen damiselas, pero mi devoción y lealtad para con el Omnissiah ha quedado patente innumerables ocasiones... y mi historial de servicio empezó con la construcción de esta nave y acabará cuando sea destruida en algún combate o presa de alguna calamidad cósmica... Si desean seguir con sus fútiles intentos de amedrentarme pueden irse por donde vinieron - señaló la portilla en la que una Irela con cara de circunstancia se encontraba vigilando - pero por otro lado, si desean un informe, les sugiero que relajen el tono a la hora de dirigirse a mi... les recuerdo que el Ordo Malleus es tan importante como la Inquisición... si nos perdemos el respeto, mal acabaremos... paranoides que ven la sedición hasta en un conmutador que parpadea una vez de más - terminó por pensar para sus adentros mientras sus manos se entrelazaban frente a el en señal de solemnidad - ¿Y Bien? ¿Que desean las señoras? - la sala de maquinas se había quedado en silencio y en tensión, varios trabajadores secundarios se afanaban a mirar sus consolas tratando de no prestar atención a lo que pasaba

Aquí no podemos hablar - y sin más se fue a una sala adyacente. Esperó que entrarais las dos dejando a Irelia en su puesto, la cual miraba con cara de niña enfurruñada por haberse quedado fuera.

La puerta se cerró con fuerza y el olor a incienso se impuso al de aceite y lubricante. Un servidor "angelical" revoloteó con una esfera que iba echando volutas de aquel aroma que solía impregnar todo el imperio.

 - Hubo un sabotaje - dijo tajante, sin preámbulos - Se cortaron las lineas de suministro energético de los reguladores de energía que van directos a los generadores del campo Geller provocando la anomalía... eso lo supimos desde el primer momento y ni se atrevan a mentar traición por no informar a la Inquisición... este es un tema que compete al Mechanicum - su tono seguía sonando tajante - En cualquier caso, la investigación la estamos centrando en como se ha podido contagiar el fallo al resto de naves... - parecía herido en su orgullo - la primera fue aquí... así que si, la nave que inició el efecto en cadena fue la mía - os miró a la vez, cada ojo enfocó a una de las hermanas - ... - 

Se agitó algo nervioso y buscó algo en un cajón. Se trataba de una reliquia, un huesecillo pequeño con una parte metálica - perteneció a mi difunto progenitor... pero ya ni lo recuerdo... solo se que este hueso me ... tranquiliza - lo dejó de nuevo y se quedó callado un largo minuto, solo se escuchaba el sonido distante del corazón de la nave y el aleteo del servidor - Nada más salir de la disformidad hice un registro de personal... falta un trabajador, no se ha encontrado rastro de él... a parte de eso falta un traje ambiental. Se escapa a mi comprensión - reconoció - lo mio son motores y tornillos - os tendió una placa de datos - ahí esta su ficha, más no tengo... 

Eva supo al instante que todo aquello era verdad, no escondía nada ya, su ultima actuación, mucho más propia de un humano con el corazón hundido dio a entender que todo lo dicho era lo que sabía 

Las revisé personalmente. No vi nada extraño salvo el trabajo y el pánico desatado cuando se dio la avería - dijo escueto, en pie, frente a vosotras - en cuanto a la otra pregunta... podría ser así, todos los que trabajan aquí lo llevan haciendo desde que eran niños, se conocen al dedillo las instalaciones y mecanismos... aunque no la teoría ni nada de eso

La hermana superiora tuvo el tiempo justo para poder mirar la tabla de datos… informes sobre su pasad, hoja de servicio, ninguna falta disciplinaria, todo en orden… pero algo no encajó, en el apartado final, donde venía foto y la descripción física, claramente había un error… ojos verdes ponía, pero el hombre de la foto los tenía rojos, rojos como la sangre arterial, de un brillo demencial y casi macabro, pero la cosa no quedó ahí, a Aurelia aquel rostro le sonaba demasiado, de cuando era novicia… y Eva, sin duda, también tendría la misma sensación si estuviera mirando aquella placa de datos.

Aurelia iba a comentarle algo a Eva respecto a lo que había visto, justo antes de accionar la abertura de la puerta, pero algo iba a pasar, un sentimiento de congoja rodeó el corazón de las dos hermanas de batalla.

Desde la otra sala, la voz amortiguada de Irelia resonó con un grito de autoridad al que le precedió el tableteo de su bolter santificado… detonaciones del arma y de la munición sonaron con fuerza hasta que Eva, alertada abrió la puerta sin demora dispuesta a enfrentarse a lo que viniera… aunque no dio tiempo a nada…
Nada más abrir la escotilla, durante un segundo fueron capaces de ver como había varios cadáveres por el suelo, sus cuerpos abiertos por los impactos del bolter de Irelia, las tripas salían como serpientes oscuras y enrojecidas, pero antes de poder si quiera preguntar, se oyó un grito del pasillo exterior y después el vacío… el vacío previo a una detonación.

El estruendo fue inconmensurable, mamparos se combaron o cayeron destrozados, la deflagración inundo el lugar carbonizando algunos cuerpos y empujando a Irelia contra una pared. Aurelia, por su parte recibió el golpe de un mamparo que le cayó encima aprisionándola contra el suelo e hiriéndola en los hombros… en cambio Eva salió despedida como Irelia estampándose contra la pesada mesa metálica del visio ingeniero, el cual había sido atravesado por una viga de más de veinte centímetros de ancho.

Las alarmas no tardaron de sonar, una voz asustada, que bien podría ser la de un oficial de comunicaciones o del mismo capitán, sonó por megafonía

- ¡BRECHA DE SEGURIDAD! ¡BRECHA DE SEGURIDAD! – repitió angustiado mientras las alarmas sonaban - ¡ABANDONEN LA NAVE! ¡EL REACTOR PRINCIPAL ESTA ALCANZANDO MASA CRITICA!

Pero otro comunicador chisporroteó en la sala del ingeniero Alpha – Alpha, soy el capitán, necesito más potencia en los motores, debemos alejar la nave de la flota, que el Emperador se apiade de la tripulación – esta voz sonó mucho más tranquila, segura de si mismo. Alpha no respondió, únicamente extendió una mano a un cuadro de mandos y tecleo algo… solamente dijo en voz baja - ¿Quién me iba a decir que hoy sería mi último día?

Aurelia, mal herida recibió otro mensaje, se trataba del piloto del transporte – Dense prisa hermanas… esto se hunde

Irelia, mal herida, se levantó como pudo recobrando la compostura... observó la situación confusa mientras un hilo de sangre manaba por una ceja. Se acercó a donde estaban sus superioras con una mano en el costado, pero la servo armadura ya estaba inyectando coagulantes y calmantes.

Se agachó, puso las manos en el mamparo y emitiendo un gruñido de esfuerzo, la novicia logró levantarlo dando tiempo suficiente para que saliera... - Vamos hermana superiora... - la apremió con el esfuerzo...

La carrera hacía la nave en la que llegasteis fue un autentico infierno… pero sobre todo cuando salisteis a los pasillos adyacentes a la sala de maquinas. Había gente carbonizada, incendios secundarios, compuertas sellándose al mínimo diferencial de presión. Conforme os alejabais del corazón de la nave la imagen era mejor, no había cadáveres ni fuego, solo una turba de gente corriendo por doquier, algunos entrados en pánico, otros en shock tirados sobre el suelo siendo pisoteados… algún otro rezando abrazado a alguna reliquia; pero sin duda, lo que imperaba era el caos generalizado.
En más de una ocasión alguna de vosotras tuvo que abrirse paso a la fuerza… y más de un golpe dejo una costilla rota, una cara magullada o narices sangrantes… no había tiempo que perder, casi con toda seguridad vosotras sois las únicas que sabéis que ha pasado realmente en la nave que abandonáis.

Después de varios agónicos minutos de carrera sin fin, la zona de atraque se abrió ante vosotras. La nave negra estaba ahí, pero el piloto y el copiloto estaban en la rampa de acceso a la misma… llevaban sus armas en las manos y estas humeaban; a sus pies había varios cadáveres, seguramente tripulantes que querían colarse en una nave de la inquisición, algo que sin duda no era posible permitir ni en aquella situación… en el milenio cuarenta todo es cruel e injusto… y aquello no dejaba de serlo.
Cuando el piloto os vio entró corriendo a la cabina y empezó con la maniobra de desatraque, tenía la nave lista y en cuanto os internasteis en ella despego cerrando la trampilla tras de si.

La situación de vuelo era caótica, y en más de una ocasión el piloto se las vio difíciles para evitar otras naves… sobre todo una thunderhawk que apareció de la nada y la cual tuvo que esquivar haciendo un frenado que os lanzó contra el suelo….
Pocos minutos después, la nave detonó, y como si de una piedra lanzada por un niño cruel, la pequeña nave de transporte salió despedida hacía el infinito. El piloto no fue capaz de recuperar el control hasta que pasaron unos cuantos minutos, pero en cuanto lo logró aceleró al máximo y se dirigió hacía la “Imperator”.