Partida Rol por web

¡Bolters! ¡A cazar Xenos! - bramó con fuerza - ¡Hermano Laocastus, necesitaremos tu fuego purificador. Asaltos, quedaos en segunda linea, tienen que cubrir terreno, dejemos que avancen y demosles una lluvia digna del Emperador! - amartilló su arma y apuntó contra los xenos - Fuerza y Honor, honremos a nuestros caídos vengando sus almas purgando al xeno

El sargento catachan reunió a los hombres que tenía, siete fornidos catachanes portando todo tipo de armas - Venga ratas, enseñemosles a esos finos Marines como se cazan bichos - dicho eso tiro de la palanca del bolter pesado dos veces y activandolo.... echó una pierna hacía atrás y el cuerpo hacía delante... si, iba a disparar el bolter pesado de pie y con la fuerza de sus brazos, el resto de Catachanes encienderon mechas de lanzallamos, tres de ellos y el resto preparo escopetas. Hubo uno, que solo llevaba una pistola laser, pero en su espalda cargaba una mochila de bastante tamaño - diablos... Chispas, mantente cerca - y una risotada surgió de su boca mirando por el rabillo del ojo al capellan, que en cuanto este lo miró, el Sargento le guiñó el ojo.

Bruto mal nacido - dijo entre dientes al ver la provocación del Catachan, pero se forzó en ignorarla. Se puso tras vosotros alzando el cruzius - ¡HERMANOS! ¡Vivimos tiempos oscuros! ¡Vivimos guerras crueles! ¡Vivimos para matar! ¡Para purgar! ¡Pero todo en nombre del Sagrado Emperador! ¡No hay piedad! ¡No hay perdón! ¡Solo hay guerra en su grandioso y dorado nombre! ¡Todos somos sus fieles servidores! ¡Y todos venceremos unidos como el nos enseñó! ¡Haced que se sienta orgulloso de cada muerte que causemos mientras nos observa en su trono dorado y que los caídos se sienten a su izquierda si son dignos! ¡BUSCAOS ESE PUESTO! - gritó con fuerza, la arenga del capellan inspiro vuestros corazones

Con una fina llama encendida en la boca de su barrocamente labrado lanzallamas, Laocastus tomó posición entre los cremadores de la Guardia Imperial, listo para dar una cálida bienvenida a la horda.

La cara debajo del caso del Bibliotecario cambio al instante, una sonrisa brota escondida en el interior de la armadura. Este se puso en linea con los Laocastus, desenfundo su arma psíquica en su mano derecha y en izquierda la pistola bolter.

-Es la hora de demostrar para lo que hemos sido creado - lo dice mirando a sus pequeños compañeros, en respuesta a sus continuas provocaciones, esos humanos le caían bien, como a un humano una mascota.

De la espada del bibliotecario surgían centenares de voces auyantes y un halo azul celeste recorría esta, algo empezaba a pasar la batalla empezaba y no iba a esperar a nadie

     Tiránidos... la mayor aberración xeno que la galaxia ha conocido. El cuerpo de Numaios se puso en tensión. A la vez que preparaba el escudo, el campo de energía de su espada comenzó a vibrar con un ligero zumbido. Centenares de rutinas de combate cuerpo a cuerpo pasaron en un instante por su cabeza, mientras avanzó para cumplir las órdenes del capitán  Behavia. Enardecido por las letanías de Haydn, se preparó para aplastar xenos.

     - ¡¡Encontrad vuestra muerte, xenos, recibid el regalo que os entrego en nombre del Emperador!!

la presencia de los xenos encendió la llama del odio en el corazón del Templario Negro y las palabras del
Capellán la avivaron y la transformaron en una gran hoguera... y entonces empezó a recitar subvocalizando una de sus plegaria del odio.

Soy el Martillo del Emperador, un Adeptus Astartes, un marine espacial.
Soy un Hijo de Dorn, un Hijo de Sigismund, un Templario Negro.
Vivo en permanente cruzada contra los enemigos del Emperador.
No fallaré jamás a mi deber para con el Imperio.
No conoceré el miedo pues mi causa es justa.
No permitiré que el xeno amenace al Imperio.
No permitiré que el mutante contamine al Imperio.
No permitiré que el hereje corrompa al Imperio.
El Emperador es mi escudo, él me protege.
Odio al Xeno, odio al Mutante y odio al Hereje.
Mata al Xeno, purga al Mutante y quema al Hereje.
MATA AL XENO, MATA AL XENO, MATA AL XENO.

Su mente estaba aguzada para el combate, su cuerpo reaccionaría a cualquier mínimo impulso.

El tecnomarine saco el bolter y ajusto el lanzagranadas, seria mucho mas util que el rifle de plasma. El visor de la servoarmadura marcaba muchos enemigos, muchisimos. Comprobo que el rifle de plasma estaba bien sujeto y a resguardo de cualquier daño que pudiese causar un efecto poco agradable.

-Todo en orden- El tecnomarine empezo a recitar varias oraciones a los espiritus maquinas de sus hermanos y puso especial enfasis en las herramientas de los catachanes, ya que no le habian dejado revisar las armas personalmente y por lo tanto temia que los espiritus de las armas que portaban los catachanes se enfureciesen.

Al oír las palabras de Castor, el bibliotecario empezó a entrar en un estado de furia incontenible, apretando sus manos contra bolter y espada con fuerza. Su respiración se intensificaba por momentos, susurros inaudibles surgían de sus labios que acompañaban el aullar de su espada.

Eres capaz de ver, que detrás de la horda, hay tres tiranos de gran tamaño... pero tú desconocimiento no te ayuda a saber que tipo de xeno es

La mente enjambre esta por todos lados, te es imposible localizar el emisor.

Unicamente el sargento era capaz de abrir fuego contra los Xenos, las armas de los otros catachanes eran de corta distancia...

Como ya tenía el bolter pesado preparado, solo tuvo que apretar el gatillo y escupir muerte a los hormagantes que se acercaban velozmente.

La munición explosiva impacto a tres tiranidos, los cuales estallaron al ser impactados... por la fuerza del impacto y por la munición explosiva que sembró la muerte al rededor provocando más bajas... pero eran pocas.

La horda todavía se encontraba demasiado lejos del alcance de las llamas purificadoras de Laocastus, pero eso no significaba que no pudiese reducir su masa. Desenganchó una granada frag del correaje de su servoarmadura con su mano izquierda, la armó sin soltar el lanzallamas, y con una enorme potencia muscular amplificada por su servoarmadura, la granada voló hacia la horda, donde detonó en una lluvia de metralla.

Castor activó el comunicador: - Hermano Capellán, Sargento Mayor. Mis sensores detectan tres xenos tiránidos de gran tamaño detrás de la horda.

Acto seguido preparó una de sus granadas de fragmentación y la lanzó al bulto de la horda buscando la manera de causar el máximo daño posible mientras se mantenía atento a posibles amenazas cercanas.

     - Tres criaturas mas grandes... tendremos entonces que desgranar el polvo de la paja. Con un movimiento fluido, Numaios carga otra granada de fragmentación y sigue el ejemplo de sus compañeros, lanzándola al grupo mas numeroso de gantes de las inmediaciones, con explosivos resultados.

La horda de hormagantes esta casi reducida a la mitad, pero ni se inmutaban... las granadas explotaban en el centro de la horda, decenas de ellos murieron... pero aún así, continuaba su carrera. Avanzaron cincuenta metros entre saltos, gritos y gruñidos... una velocidad endemoniada... en apenas unos segundos habían avanzado la mitad de la distancia que os separaba...

Jaden acabo los ritos de preparacion y con sorpresa vio que la horda habia avanzado mucho. Sin pensarselo, apunto con el lanzagranadas y disparo y siguio con una pequeña rafaga del bolter.

-Que el emperador y los espiritus maquina guien mis disparos