Partida Rol por web

Miro al hombre con desconfianza primero, pero desoués pienso Que demonios y salgo de ahí con él haciendole un saludo burlón al criminal que había saludado al cantinero.
Me alejo con aquel hombre de las celdas y finalmente le pregunto Gracias por sacarme pero... ¿Quién eres? ¿Qué quieres para mi?

-Todo a su debido tiempo, señor Connors...- Te dice el hombre camino de la salida.
Una vez en la calle, el tipo te abre la puerta de un gran y lujoso coche que se pone en marcha tras cerrar la puerta.
Los asientos de piél, mas comodos que tu sillón piensas, son ámplios y confortables. Permitían a dos personas estar sentados a sus anchas mientras charlaban discretamente durante la marcha.

- En efecto, pero digamos, que ese detective dice que me vio hablar con los mafiosos... aunque no le han tomado en serio, la joven que hirieron, pronto hablará, aunque seguramente no me vio... es por ello, que hasta que no se aclaren las cosas, decidieron a mí y al detective encerrarme...
Tras eso, Bianchi se mira un poco las manos, para intentar relajarse. Aún estaba un poco nervioso por todo.

Al parecer alguien había decidido limpiarse las manos encerrando a todo el que había pasado por el bar de Bianchi, no debería ser muy difícil lograr sacarle del pozo. - ¿Qué habría de malo en que el barman hable con sus clientes?, no vamos a desmentir que hablase con aquellos tipos lo que haremos será decir la verdad, durante el tiroteo aquellos hombre se dirigieron a usted de malas maneras y aterrado como estaba por la situación apenas si fue consciente de lo que hablaron o les dijo, temía por su vida y si quiera entendió que le decían, de manera que balbuceo unas palabras inteligibles y vio como aquellos tipos indeseables salían por la puerta de atrás.- Si quería empapelar al chico seguramente tratasen de convertirle en cómplice, que fuera él prácticamente el que les abriera la puerta. - Sobre la salida de atrás, como has dicho muchos clientes habituales la conocen, visitaré tu bar para ver donde está situada, pero no creo que sea un problema la mayoría de locales de esta ciudad tienen una y eso es conocido por todos. Así que señor Bianchi usted nunca les indicó nada, si alguien hablo fueron ellos.- Ahora necesitaría algo de tiempo, esperaba que no demasiado para sacarle de allí. - Deme algo de tiempo y como le he dicho no hable con nadie, si no es conmigo.

Dando por terminada la conversación tendí la mano al joven Bianchi y me dirigí al guardia que nos acompañaba esperando que abriera la puerta. - Me gustaría hablar con quien hizo la detención y el que esté al cargo de este caso, no hay razón para que se mantenga a mi cliente encerrado.

De repente suena la puerta al abrirse. Veis entrar al superintendente de la comisaría que le hace una señal al guárdia que os custodiaba para que esperara afuera.

-Señor Leyton, ya ha sido pagada la fianza de su cliente, puede irse, pero no se largue demasiado lejos señor Bianchi...- Dice el hombre desdel umbral de la puerta. -... puede que necesitemos de nuevo su preséncia...- Tras decir eso se da la vuelta y se encamina de nuevo hacia su despacho mientras el guárdia espera para acompañaros hacia la salida.

Frank se giró hacia el superintendente con su característica sonrisa. - Muchas gracias caballeros, no se preocupen el señor Bianchi estará disponible para ustedes en cuanto lo requieran, no creo que quiera dejar su agradable bar, por cierto al cual están invitados cuando gusten de tomar una buena cerveza.- Tras esto se volvió nuevamente sin perder la sonrisa hacia su cliente y alargando un brazo hacia la puerta de salida le invitó a salir. - Ya podemos irnos, fuera nos espera un coche, deberíamos terminar de aclarar algunos sucesos por si nuestros estimados policías deciden llamarle de nuevo.- Luego si era necesario podría volver a la comisaría para tratar de averiguar cómo había tenido lugar la detención y que problemas podría llegar a tener el barman.

Os acompañan hacia la salida de la ocmisaría donde un coche ya os estaba esperando.