Partida Rol por web

-Sangui...- Oyes la voz enturbiada de Franky. -Me ha tocado... el muy hijo de puta me ha agujereado. Maldito...-

Observas una oscura mancha de sangre en su hombro y, cuando él aparta la mano, ves la entrada de un disparo que emanaba sangre abundantemente.

Ante la situación y sin haber visto si mis disparon dieron en el objetivo no tengo más opción que intentar huir, al fin y al cabo yo soy un fulano y los azules no pueden perderse la oportunidad de capturar a un mafioso infraganti.
Lanzo una silla, contra una ventana para romper el vidrio, luego lanzo otra silla de las que estaban alrededor hacia los policías y mientras lanzo disparos a discreción procurando no dañarlos salto por la ventana y trato de escapara toda velocidad, con mi vestimenta no me será difícil pasar desapercibido entre la multitud y podría llegar a mi estudio antes de que me descubran.

Voy hacia donde se encuentra Franky, Maldito ese tío esta muerto. Tu Bianchi donde esta la salida de atrás, Tranquilo Franki te a dado en un hombro te pondrás bien aprieta bien la herida con la mano, prepara-te para huir.
Tu Bianchi escucha-me con atención quiero que te levantes con las manos en alto y grites que ese hombre a matado a esa mujer así los distraerás y podremos escapar, si nos ayudas serás recompensado por los daños sufridos tranquilo, y si no nos ayudas pues... puedes imaginarte lo que te sucederá...Rápido!

Despres de que en bianchi cridi sortirem per la porta de darrera correns y ajupits perque no ens puguin veure.
Em portat cotxe o alguna cosa?.

Toda la situación rocambolesca había llegado a su clímax. Como si de un cruel juego se tratara, la chica había muerto, y ya está. Eso no pasaba todos los días, evidentemente. Y ahora la policía. Y Franky herido.
¡Joder, no se podían haber ido fuera como les dije!
Y aunque el bar estaba estropeado ahora, eso era lo que menos me importaba. Con las punzantes amenazas que me soltaba Sangui, lo menos apropiado era acobardarse y permanecer mudo. Y encima la policía.
Con gestos y susurros les indico a Franky y Sangui donde está la salida trasera. Era lo mejor, que se fueran ya y pudiera seguir sirviendo copas tranquilamente. Acto seguido, rápidamente, viendo al hombre que se había peleado con los mafiosos, me dirijo a la policía, alzando los brazos y gritando preocupado:
- ¡ES ÉL, ÉL ES EL ASESINO! ¡SÍGANLO, NO PERMITA QUE ESCAPE! ¡HA MATADO A ESA POBRE E INOCENTE MUJER!
Procuro acercarme lo máximo posible a la policía para bloquearles el paso hacia los mafiosos, pero sin mostrar arma alguna para que no me consideren un peligro.

Los policías apuntan hacia el lugar donde se encontraba Connors tras saltar por la ventana y prestos a llenarle de plomo al menor movimiento amenazador.

-¡Alto, la policía! Salga con las manos en alto y muy despacio...- Dicen apretando una voz imperativa que no daba mano a torcer esa orden.

Bianchi no puede creer lo que había hecho. Por puro miedo, había hecho caso a esos mafiosos de poca monta. ¿Había sido por miedo, o por lo estúpido que era? No importaba. Quizás ahora se lograra solucionar todo.
Mientras observaba como la policía apuntaba hacia al hombre, yo, por si acaso, me agachaba tras la barra. No quería más problemas, o al que había acusado me llenara la cabeza de plomo. Parecía un vulgar cobarde.
Pero esperaba que al menos después de todo este lío, pudiera acabar beneficiado. Quizás Franky y Sangui supieran compensarme bien por todo el estropicio que habían armado.

Levanto las manos Está mintiendo replico mirando al policía, esta vez no hablo en italiano ni muestro acento alguno.
Yo estaba sentado acá y el amigo mafioso de este cantinero comenzó a dispararme ¡Están todos locos! lo señalo.
Sino fíjense, por la puerta de atrás están saliendo Franky De'Eustachio y su matón ¡vayan a buscarlos y verán que no miento! Ellos mataron a esa pobre chica.

-¿Connors?... pe... pero...- La expresión del policía mostraba evidente sorpresa y así se denotaba en el tono entrecortado de su voz. -... ¿Se puede saber que diablos ha ocurrido aqui?...- Dice al final recobrando un poco de voz. Sus dos compañeros se retiraron hacia la puerta trasera mientras él se quedaba enmedio del destrozado bar aún incredulo de ver al detective involucrado en aquel tinglado.
-Esta bién, van a tenerme que acompañar a comisaría, allí les tomaremos declaración...- Resuelve ya más seguro de sus palabras una vez pasado el vendaval.

Bajo las manos ante el rostro conocido y sonrío.
Este cantinero va a tener problemas por ayudar a estos mafiosos imagino por dentro lo cual motiva que mi sonrisa se pronuncie aún más.
Ningún problema, iré con ustedes me acerco al policía y me pongo a su disposición.

Bianchi empezaba ya a recordar a todos los parientes de la familia de los mafiosos en los que pudiera soltar sus asquerosos excrementos. ¡El bar, el bar! A él no le importaba la comisaría... pero el bar, ¡el bar! Había entrado ya casi en un estado de locura. Ojalá pudiera irse a vivir a otra parte, trasladando su bar a un país que no estuviera cargados de mafiosos idiotas.
- Está bien, yo también iré...- digo sin mucha convicción y ganas.
Tras eso, dedico una última mirada a mi hermano, que en algún lugar de la barra se encuentra, y que debería de ocuparse del bar en mi ausencia.

Salimos del bar acompañando a los oficiales y miro con desprecio al cantinero que por cobarde ha ayudado a los mafiosos a escapar.
Sus manos están tan manchadas como la mía de la sangre de esa pobre chica pienso mientras lo examino de arriba a abajo.
Por gente como él es que la mafia puede hacer todos sus desvanes sin preocuparse. mi rencor hacia los mafiosos y a quienes los ayudan es enorme, pero ciertamente no mataría a aquellos miedosos que solo temen por sus vidas, pero sin duda los aborresco.

Después del viaje en taxi por las calles de Manhattan, llegais al bar de Bianchi.
El taxista espera en la puerta el regreso de Dylan mientras entrais en el bar. Os sorprende ver el bar en perfecto estado ya que, segun lo que Dylan habia escuchado, esa misma mañana se produjo un tiroteo en él.
Todo estaba en su sitio. Las botellas rotas se habían sustituido y las mesas astilladas de habían reparado. Asi como las cristaleras y desmás desperfectos.
Los hombres de Davide hicieron un buén trabajo.

-Bonito lugar -digo mirando alrededor- en fin, debo irme. Tengo mucha faena que hacer.

Una vez de espaldas, levanto la mano para despedirme y salgo por la puerta sin entretenerme. Mi dirijo hacia el taxi pensando en mil cosas a la vez.

'bien, debo encontrar a Franky'

-Al Blue Note de nuevo, por favor.

Al fin, todo se había arreglado. Bianchi, callado, apenas se lo podía creer, pues era víctima de la sorpresa. Habían hecho un buen trabajo. Hubiera querido felicitarles, pero cuando se daba cuenta, estaba solo en el bar. El que le había acompañado, ya se había ido.
Bueno, era hora de volver a la rutina, o eso penso para sus adentros. Esperaba no pasar más apuros de momento.