Tukk asintió a Snorri.
—Desde luego que os ayudaremos. Tienes mi palabra, pero ese bastardo pelirrojo tiene que pagar la cuenta antes —gruñó levantando el dedo índice cerca de su nariz, ceñudo—. ¡Una trampa, eso es! Me gusta como piensas chico —asintió a Montero satisfecho—. Le moleremos a palos y le obligaremos a que nos lleve hasta su guarida de ratero. ¿Qué clase de trampa?
—Os lo agradezco. Asumiré cualquier riesgo con el ritual, pero antes os ayudaré a atrapar a esa alimaña. También le ha dado muchos quebraderos de cabeza a Isbin, al menos así se tomará un respiro.
Gronkar recogió en su ajada mochila todos los documentos del geómetra a los que pudo echar mano, preparándose para abandonar la sala de conjuración.
—No conozco mucho a vuestro Bertoldo, pero al mío le pirraban las cosas brillantes y de aspecto mágico que pudiesen tener valor. Seguro que aquí podéis encontrar algo que le haga salibar*. Pero me resulta muy extraño que el geómetra no esté. Esta sala parece llevar mucho tiempo deshabitada y ni Isbin ni yo hemos sabido nada de él en meses. ¿Tenéis alguna pista?**
*Discernir la realidad (+SAB).
**Pista: de hecho, sí. Si necesitáis que os refresque la memoria, lo comentaré por el off topic.
Se lo comió el hombre araña y le quitó el amuleto. Debe estar blanqueando los quesos en las telas de araña esas del abismo.
-Bah, quitad, quitad. - Dijo el mago abriéndose paso hasta las estanterías del laboratorio antes de que lo hicieran el resto. -Dejadme a mí encontrar algo apropiado. Confiad en manos expertas para estas lides. No sea que alguien- miró de soslayo a Franerick- vuelva a derramar alguna poción importante.
Snorri miraba entre las pociones del geómetra, analizando algunas al trasluz y olisqueando el contenido de otras. Sus caras iban cambiando con respecto a cada poción, alguna las veía con interés, otras con repulsión y otras con cierto deseo. No pasaba la oportunidad de ir haciendo comentarios en voz alta.
-Vamos a ver. Algo para salibar... La poción de Urk Varhtum, interesante. Un afrodisíaco viperino, no gracias. Creo que había visto algo de glutamato monosódico en algún lugar... Uhmm, ¿esto es un cebo de avaros? - destapó la botella y olisqueó su contenido. - Creo que lo tengo.
Motivo: Discernir la realidad
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+1)=9 [4, 4]
A ver, ¿qué hay útil o valioso?
—Quizá sí tengamos una pista —comentó Tukk entrecerrando los ojos tratando de recordar—. Recuerdo que el hombre araña de los Salones verticales llevaba un amuleto que Isbin reconoció al describirlo. Dijo que era el amuleto del Geómetra —dijo enarcando mucho sus cejas pobladas—. Me temo que el archimago está blanqueando sus huesos al sol en alguna de las telarañas del fondo del abismo.
Tras rebuscar entre las estanterías, el enano se rascó la coronilla sin encontrar nada de valor con que poder tentar a Bertoldo el joven. Al fin, suspiró aliviado cuando el mago encontró aquel mejunje violeta que se movía dentro de una redoma de vidrio de Amarils como si tuviera vida propia. El vidrió de Amarils contenía cierto feldespatos brillantes atrapados en su interior. Era un vidrió soplado muy especial que los enanos solían confeccionar en sus poderosas fraguas, era altamente resistente y algunos decían que tenía propiedades mágicas.
—Estupendo, ¿cómo hacemos esto, chico? —preguntó a Snorri acercándose rápidamente—. ¿Tú le atraes con eso en la biblioteca, por ejemplo? Era una habitación pequeña y somos suficientes para tapar todas las salidas si no recuerdo mal. ¿Cuándo aparezca le cerramos las salidas y la molemos a palos? —sonrió satisfecho de su plan y la perspectiva de cobrarse su venganza—. Fácil.
Dejo los laureles de la tirada a Snorri. ¿El plan os cuadra? Es más sencillo que un botijo, no le pidáis más al mamporrero.
-Bueeeno... en ese caso... no sería muy necesario buscarlo- dijo recordando aquel amuleto -¿Y si se convirtió en eso?- preguntó más por curiosidad que por si realmente era así, ya que en este momento, se podía esperar cualquier cosa de ese lugar y sus habitantes.
-En la biblioteca tendríamos que hablar con Isbin, y con lo que dice mi hermano, estoy seguro de que nos ayudará, ¿no es cierto?- dijo el mediano -Lo que podemos hacer es estar escondidos en distintos puntos, y que Bigotes nos avise cuando se encuentre cerca. Cuando me avise, doy la señal...-
Le gustaba el plan, aunque le parecía demasiado fácil... y eso no era buena señal. Si el objetivo había sobrevivido tanto tiempo, no sería por tonto.
Motivo: Discernir la realidad
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 8(+1)=9 (Exito) [2, 6]
¡Nunca se envió mi mensaje! :(
-No creo que se blanquee nada en las profundidades de ese abismo arácnido. - Comentó el mago sin despegar el ojo del Amarils. Como de costumbre, Snorri era demasiado literal con aquellos juegos de palabras que solía usar Tukk. El enano recordaba una vez que le dijo que cogiera la puerta y se fuera de su vista y al cabo lo vio tratando de desmontar los goznes para llevarse un portón de considerable tamaño. -¿Y si el ser arácnido ese que vimos es en realidad el Geómetra? Porque vamos a ver, ¿a cuántas arañas conoces tú que les guste usar baratijas de adorno? Y conociendo la afición del Geómetra por experimentar con sus fórmulas alquímicas, no me extrañaría nada que alguna de ellas le saliera mal... De nuevo.
El mago escuchó después el plan de Tukk para capturar a Bertoldo y asintió con la cabeza. No sabía si el laboratorio era un buen lugar para ponerse a moler a palos a un ladronzuelo, pero sin duda la táctica era algo parecido a lo que él pensaba. Dejar el señuelo y aguardar escondido a que la avaricia de Bertoldo le atrajera hasta ellos.
-Con uno de mis conjuros puedo trazar un área- explicó dibujando un círculo en la palma de su mano- y detectaré cualquier cosa que pase por allí. Eso podría servirnos de alarma para saber cuando Bertoldo se acerca a nosotros.
—¿Hablas del Attercopus? —intervino el semiorco—. Lo invocó el geómetra para instalar una trampa en los salones verticales. Pero si es cierto que tiene su medallón… Sí, es una señal de que el geómetra ha podido sufrir un destino funesto.
Dedicó unos momentos a sopesar el plan de Tukk, aunque era evidente, por la forma en la que se le ensombreció el rostro, que temía el momento de comunicarle la noticia a Isbin. Probablemente la criatura no se tomaría bien el destino de su invocador.
—No es mal plan, maese Sorenson, pero aunque es sencillo cerrar las salidas convencionales del laboratorio, ese malandrín podría escabullirse por cualquier grieta. Así son los estranguladores. Pero tal vez podamos noquearle antes de que encuentre la forma de escapar. Podemos hacer lo que dice mi hermano: nos ocultamos en una de las salas contiguas y lo asaltamos en cuanto nos alerte Bigotes.
Mientras meditaban los pormenores del plan, atravesaron el portal de regreso a la pinacoteca para luego encaminarse hasta el laboratorio.
Continuamos en 2.2. Dejándose caer por la Primera planta.