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Turno General N°1 - El Concilio de los Reyes

En Poniente la paz sigue reinando, no obstante, las altas esferas de la política continental comienzan a moverse. En este caso, la iniciativa llegó desde el norte. El Rey Rodgar convocó a un concilio en las tierras neutrales de Bajasaguas, evento que fue respondido por varios de los monarcas del continente, aunque no por todos.

Varias comitivas comenzaron de inmediato a movilizarse, preparando los suministros y escoltas necesarios para tal importante evento. Al cabo de unas semanas, Bajasaguas, un feudo pobre y habitado por escasos pescadores, se transformó en un campo plagado de tiendas de todos los colores, con los estandartes de vasallos de todo Poniente.

Los Cuervos dicen...

En el Mar del Verano los piratas arrecian, atacando con virulencia varias flotas mercantes. Los señores del sur parecen no poder contener a estos bandidos.

Un movimiento importante de comerciantes cruzan el Mar Angosto en dirección al Valle. Al parecer, la prosperidad de estas tierras atraen a los negociantes.

En Lannisport se celebra el Gran Torneo del Reino. Caballeros de cada rincón de las Tierras del Oeste prueban su habilidad en búsqueda de la fama y el prestigio que solo las justas pueden dar. Varios nobles del Dominio y del Reino de los Ríos también han sido invitados a tal evento.

Los vinos rianos causan furor en los banquetes nobles de las tierras medias. Su sabor y cuerpo rivalizan con las bebidas dornienses y sureñas. Al parecer, no puede faltar en ninguna mesa noble que se precie de tal en el Reino del Valle, del Dominio y en las Tierras del Valle y de las Tormentas.

Un trágico naufragio se dio en las agitadas aguas de Bastión de Tormentas. Aparentemente no hubo supervivientes, pero esta situación parece ser algo normal para los marineros que no conocen aquellas aguas.

Las cerezas del Dominio han sido vendidas casi en su totalidad a Volantis. Los habitantes de esta lejana y exótica ciudad creen que estos frutos ayudan a la virilidad masculina.

Puerto Blanco, el mayor enclave comercial del Reino del Norte, ha disminuído en actividad durante los últimos meses. Se dice que los almacenes de la ciudad están repletos de lana hasta el techo.

Eventos de este Turno

Ya se pueden realizar acciones hostiles contra otros reinos.

No se podrán realizar acciones hostiles contra las Tierras Disputadas (Grajal, Valleoscuro, Rosby, Bajasaguas, Bosque Real, Puntaguda, Rocadragón y Marcaderiva).

En esta escena podrán rolear el Concilio.

El rey del norte Rodgar Stark llegaba al  punto de reunión que había sugerido, obviamente no venía solo, su sobrino y heredero y  un gran sequito de guerreros norteños, acompañaban a su señor. Nada de extrañar conociendo el poderío militar del norte, lo que si podía extrañar a muchos era el otro gran sequito que acompañaba a los norteños, los estandartes de los Arryn acompañaban a los de los Stark, en la cabecera de la compañía se podía ver a Lord Arryn rey de la montaña y el valle que también llegaba junto a los Stark a la reunión de grandes reyes.
Pocas noches faltaban para el día del concilio y los grandes reyes ya se iban acomodando a la espera del resto de los reinos.

Meria Martell llegó a la cabeza de una pequeña caravana, la Princesa de Dorne llegó caminando con la frente en alto. Pese a su avanzada edad demostraba estar entera, tanto física como mentalmente, además ver a esa mujer a pie cuando podría estar acostada en un carruaje daba un mensaje, Meria Martell gobernaba con el ejemplo. En contraste con el Rey del Norte, ella había traído solamente a su guardía personal y no a un gran séquito de guerreros, no necesitaba aparentar fuerza militar y menos cuando consideraba que cada hombre de su guardia valía más que 10 guerreros. 

El Concilio de Reyes estaba próximo a empezar, en las manos de esos reyes estaba el destino de Poniente.  

La gente de las Montañas y los Valles llegó junto con los Stark, portaba el mismo numero de soldados que sus hermanos norteños. Sus hombres iban montados en unos buenos corceles, portando blasones de todos banderizos de los Arryns, a pesar de lo flamante de la comitiva el Rey Evander no cabalgaba altanero sino más bien distendido. Traía una representación de sus gentes y sus tierras, le gustase a quien le gustase.

Cuando vio a lo lejos a la comitiva de los Martell se adelantó con el caballo hasta la altura de la reina Meria, descabalgando en un esto fluido para hacerle un educada reverencia.-Un placer Lady Martell, espero que hayáis tenido un buen viaje.-cogió a su propio caballo por las riendas caminando a la par que la reina. Mucho dirían que el trato o el protocolo del rey Arryn no era el más adecuado, pero nadie podría acusarlo de que su gesto no fuese natural y sincero.

La llegada de los Leones se hizo notar. Como bien señalaba su escudo, el rugido les acompañaba. No era un estrépito, ni un asalto. Sencillamente tras y entorno a la caravana de rojo carmesí, se oían todas las lenguas de los siete reinos y alguna de allende los mares. Sonaba el tintineo de monedas y los gritos de subastas que se hacían al paso. No se detenían, no se pararían. Y como rémoras los comerciantes e interesados se unían y separaban de la comitiva, formando un colorido banco de peces que navegaba sobre caballos. 

Rey y esposa ambos rubios, ordenaron a su carro adelantarse y dejar el bullicio atrás, se acercaron hasta el lugar de reunión con varios criados y un cargamento de comida y bebida digna de un banquete en un castillo, y no una reunión. Entre las viandas relucían alhajas de oro y plata, espadas de un acero tan pulido que reflejaba los colores de las frutas.

Loren se anunció a si mismo y a su esposa antes de saludar.

-Dichosos los ojos.- Repasó con la mirada a los asistentes, algunos solo eran conocidos de oídas. De otros, sabía más de sus Manos por ser de su edad que de ellos. Se debía a que de entre todos los reyes, quedaba disputado con el Arryn quién era el más joven de todos los reyes.- Una pena que nos hagan reunirnos noticias tan oscuras y súplicas de ayuda. Pero disfrutemos el presente, hay comida y bebida de sobra, así como algunos regalos para todos los presentes. 

Bienvenidos sean los señores de la roca y el reino de Dorne, soy Rodgar Stark  rey del norte desde hace unos pocos años, supongo que estaban más familiarizados  a tratar con mi difunto hermano, han ustedes llegado justo a tiempo como bien habían prometido en los cuervos que confirmaban su asistencia- dijo Rodgar Stark con templanza, mientras saludaba a los recién llegados reyes.
 

Una pena que nos hagan reunirnos noticias tan oscuras y súplicas de ayuda. Pero disfrutemos el presente, hay comida y bebida de sobra, así como algunos regalos para todos los presentes. 

Lord Lanister creo que ha confundido mis palabras a convocar la reunión, no hay ninguna suplica de ayuda en mi misiva pero si noticias oscuras al otro lado del muro, aparte de esas noticias la intención de la reunión simplemente es tratar de limar detalles de nuestra convivencia y ver cómo podemos prosperar juntos. Pero solo los aquí presentes  contestaron a la invitación recibida, me preocupa que los reyes de los otros reinos no hayan decidido asistir, porque tengo algunas quejas vecinales que exponerles.- concluyo Rodgar apesadumbrado.
Díganme ¿alguno a tenido noticias de los reinos vecinos?- pregunto Rodgar- la luna marcada se acerca y no estoy dispuesto a esperar más por ellos.

-Nuestros propios asuntos nos tienen ocupados. Solicitamos a Lord Loras que nos juntásemos a la hora de cruzar su territorio, Pero no hemos tenido respuesta a nuestro cuervo, tampoco nos lo cruzamos y ni siquiera los caballeros del Dominio que han acudido a nuestro Torneo han tenido a bien darnos noticias sobre el estado de su señor.