Evander pareció meditar la respuesta durante cierto tiempo.-Bueno, entre nosotros es algo que siempre estará ahí. No soy hombre de obrar a espaldas pero veamos que tal va la reunión y si en algún momento nos es adecuado se podría formalizar en público. De todos modos nuestros reinos ya fueron hermanos en el pasado, nuestras comitivas llegan juntas, la gente cuchicheará a nuestras espaldas de todos modos, será un alianza secreta a voces pero si insistís respetaré vuestra decisión.-sonrió para si al pensar en la cara de Hoare si decidía hacer caso omiso a las peticiones del Stark, podría meterse en dos buenos líos en lugar de uno.
Siento la brevedad es que voy algo de culo con las opos del 28
La respuesta del cuervo del Reino de las Tormentas tardó un par de días en llegar.
A la atención de Meria Martell, Princesa de Dorne.
Os agradezco profundamente vuestra propuesta, y será un placer para mí y para mi séquito viajar junto a nuestros vecinos, el orgulloso pueblo de Dorne. La propuesta de un Concilio por parte del recién llegado Rey en el Norte, Rodgar Stark, es ciertamente interesante e invita a la reflexión y a la planificación del futuro próximo de nuestros pueblos. Estoy seguro de que podremos debatir estos temas en más profundidad durante nuestro viaje.
Atentamente suyo,
Allard Durrandon, Rey de la Tormenta
No me importa ir de cara con nuestra gran alianza, simplemente no quiero que como bien dicho nuestros vecinos nos vean como una amenaza ante dos reinos tan poderosos, prefiero mantener perfil bajo hasta que alguno se anime a tomar acciones contra nosotros, para ahí burlar su ataque con una contraofensiva conjunta.
con los años he acabado viendo la corte como otro campo de batalla más, donde un solo hombre puede derrotar ejércitos sin derramar sangre, no me gustan las intrigas palaciegas, yo amo el campo de batalla, pero no soy tan descuidado como para no prevenirme de ellas con algún pequeño ardid- dice Rodgar al joven Rey Arryn, mientras se acercaban más y más al punto de encuentro.
Los días iban pasando y Rodgar seguía estrechando lazos con lord Arryn y su gente, la alianza ya era todo un hecho y pronto se encontrarían ante el resto de los reyes de poniente
no te preocupes yo tambien ando algo liado
El Concilio de Reyes se acercaba y tal como había dicho en su carta Meria llegó a las tierras de Allard Durrandon pra viajar junto a este y discutir temas de suma importancia para ambos reinos.
La Princesa de Dorne había traído una lanza y un escudo de oro como regalos para el Rey de la Tormenta, hermosas ofrendas de mucho significado. La caravana que la acompañaba no era muy grande, ella no creía una ese tipo de demostraciones de poder, más bien al no ir con demasiados acompañantes daba a entender lo segura que se sentía.
-Rey de la Tormenta, os agradezco por aceptar mi propuesta. Estoy segura de que nuestros pueblos se verán beneficiados de este encuentro. Al terminar de decir eso extendió la lanza y el escudo para que Allard las tomara. -La lanza y el escudo son dos símbolos muy importantes en Dorne, espero sea de vuestro agrado.
El Concilio de Reyes estaba por empezar, pero Meria no estaba dispuesta a esperar sentada. Ella era una mujer cuya edad no le permitía dejar libre al tiempo, ella era una mujer que no dejaba su destino al azar. Aprovechando el revuelo de la instalación de las diferentes caravanas se acercó al Rey de la Roca.
-Rey Loren, veo que los años no le han pasado en vano. Bromeó para romper el hielo de las formalidades que tanto detestaba. -Esperaba que me acompañara a una pequeña caminata para poder conversar de forma más privada y tranquila. Hizo una pausa y concluyó su invitación con otra broma, pero que tenía la intención de apelar al orgullo del hombre. -Claro, si la reina lo permite, que no quiero que se ponga celosa.
- Por supuesto, es para eso para lo que estamos aquí. ¿De que asuntos quiere tratar?.- No estaba en contra de los negocios a espalda del resto de los reyes.- ¿Hay algo urgente que quiera tratar?