Viejas edificios de piedra, plazas retiradas, perdidas entre calles tortuosas, y altos campanarios le dan al Montreal del mundo real una atmósfera Gótica. Sin embargo, su contrapartida en el Mundo de Tinieblas no es un lugar de belleza sublime e imperecedera, sino de temor soterrado e indescifrable. De la ecuación Gótico-Punk, el Montreal ficticio tiene más del primer término y sus sombras son lugares tenebrosos donde supuran los secretos. Los árboles de Mont Royal son retorcidos y espirales como el mismo corazón del casco antiguo, donde las edificios y las parroquias pobres descansan bajo las sombras de los rascacielos de la ciudad, como testigos silenciosos de los horrores de la noche.
Durante más de 350 años, la presencia del Sabbat ha dejado una marca innegable en la zona. La gente se ha vuelto ciega respecto al crimen y al sufrimiento. La indiferencia es una forma de tratar con los monstruos que rondan bajo el manto de oscuridad, y muchas han aprendido a volver la espalda e ignorar el sonido, agradeciendo que ese eco que atraviesa la noche no sean sus propias súplicas. Incluso hay quienes se entregan a la maldad, haciendo que sean otras los que profieran los gritos.
"La Ciudad de los Mil Campanarios" (ése es el apodo de Montreal) está bajo la firme mano de la religión, que ofrece esperanza, pero que también se inclina demasiado a condenar a aquellos que ignoran la palabra de Dios. No importa lo que uno aparente ser, siempre se puede ver un capitel alzándose al cielo como un testamento monolítico del poder y el dominio histórico de la Iglesia.
Nunca ha sido un lugar ultra violento, en comparación con Nueva York o Detroit, pero los tiempos están cambiando. A pesar de que las índices de criminalidad y los incidentes agresivos han crecido drásticamente en los pocos años pasados (a la par que la desilusión, la pobreza y la apatía van absorbiendo todo), la corrupción de la ciudad es de naturaleza más perversa e insidiosa que cualquier otra de Norteamérica. De cara al exterior, la urbe parece segura y libre de crimen, pero esto es porque pocos se aventuran a profundizar demasiado. La zona sufre episodios de violencia étnicos entre bandas, prostitución y asesinatos sin sentido; pero es en los delitos "silenciosos", cometidos a puerta cerrada, donde se deja sentir la presencia del Sabbat. Los que tienen trabajos serviles, que apenas les dan para comer y pagar la renta, desfogan su rabia contra sus hijos indefensos, mientras los ricos se entregan a obsesiones y pasiones decadentes.
Mapa de Mont Real:
Cainitas de Montreal
La estructura del Sabbat es un espejo de la eclesiástica: un Cardenal supervisa los asuntos de la secta en grandes territorios mientras que en cada ciudad hay un Arzobispo responsable de velar por los cainitas en esta y hay un colegio de Obispos que le apoya. De ser la ciudad una muy pequeña, puede que no merezca la atención de un Arzobispo y que esté bajo la jurisdicción de un obispo.
En Montreal, no obstante, el clima político es turbulento: aunque el Arzobispo Sangris tenía la lealtad de todos los Obispos, cuando se descubrió que era un sirviente de demonios y fue ejecutado por ello la estructura de la ciudad más vieja de América del Norte en manos del Sabbat tembló. Un Obispo quiso acceder al Arzobispado pero el escándalo de Sangris se lo impidió. Otro decidió esperar a ver cómo se movían las aguas. El tercero, el chiquillo de Sangris, recibió el título de Obispo al llegar a la ciudad y comenzar a agitar el ambiente buscando que se le reconozca como el justo heredero de su Sire. Buscando poner orden en una ciudad que amenazaba con resquebrajarse, el Cardenal decidió colocar a un extranjero en la posición de Arzobispo para que fuera mediador: Carolina Valez. Valez no resultó ser lo que algunos esperaron: el apoyo de uno de los Obispos desapareció al querer este su puesto, y Ezequiel (el chiquillo de Sangris) se le oponía directamente.
Mientras Ezequiel espera el momento en que Carolina Valez cometa un error y la extranjera sabe que de cometer un error será su fin. Esa es la Montreal de estas últimas noches, donde el miedo y la posibilidad de que todo se derrumbe sobre los cainitas se ha extendido como una enfermedad sobre un cuerpo que fue sano.
La Jerarquía Oficial
Cardenal de Canadá: Kyle Strathcona
Arzobispo de Montreal: Carolina Valez
Obispos de Montreal: Alfred Benezri, La Rosa, Ezequiel
Líderes de Cofradias: Carolina Valez (líder de Los Angeles Perdidos), Alfred Benezri (líder de Los Pastores de Caín), Rose (líder de Las Viudas), Ezequiel (líder de 25:17), Miguel Santo Domingo (líder-sacerdote de Los Navegantes), Béatrice L'Angou (líder de Los Bibliotecarios), Sébastien Goulet (líder de Las Reinas de la Misericordia), Pierre Bellemare (líder de Les Orphelins), Stéphanie L'Heureux (líder-sacerdote de Los Desgraciados), Maciej Zarnovich (líder de El Circo de Zarnovich), Skin (ex líder de Les Misérables)
Las facciones políticas
Seguidores de Carolina Valez: Los Angeles Perdidos, Las Viudas y Los Navegantes
Seguidores de Alfred Benezri: Los Pastores de Caín, Los Bibliotecarios, Las Reinas de la Misericordia
Seguidores de Ezequiel: 25:17, Les Orphelines, Los Desgraciados
No alineados: El Circo de Zarnovich, Les Misérables (Rota por Carolina)