Eso al Doctor Vino Won no le parecía molestar demasiado, ya si inspeccionaban el lugar más a fondo la podrían encontrar; por otro lado, el resto de los objetos e informes que había en la caja fuerte los había dejado deliberadamente fuera, a fin de cuentas, no le importaba demasiado que la policía descubriera los secretos de la difunta... su cometido ya estaba cumplido ahí.
Una vez llegado el cerrajero el inspector invitó a los que quisieran a atestiguar el momento de la apertura. De este modo se garantizaba no recibir ninguna queja si faltaba dinero. Dejó el documento que estaba leyendo sobre el escritorio y se levantó de la silla.
—¿Contamos con la autorización de la dueña de casa? Proceda.— Ante la orden el cerrajero demoró apenas algo más de un segundo en abrir la puerta de acero. El interior estaba completamente vacío.
—¿Vacía? Pero si anoche estaba llena de papeles.—Protestó Clara.
El inspector volvió a su lectura, desinteresado ya de la caja de seguridad.
—Ahora parece que no hay nada. Retire se todos por favor.—ordenó el policía.—Vos no Clarita. Vos quedate que tengo que hacerte unas preguntitas.
Desde la Biblioteca el Doctor Vino Won había cogido un libro y pasaba las páginas con cierto grado de parsimonia mientras trataba de fijarse en lo que estaba pasando en el Hall, a fin de cuentas, no había nada más interesante en el mundo que un drama y thriller policial ocurriendo en la estancia contigua.
-Apuesto a que esa ela la hija ilegítima de la Señola... pelo la adoptó pala mantenel su estatus... y se enfadalon polque la Señola ahola que no estaba su malido quiso desheledal-la... en favol de su plopio hijo ilegítimo... No tengo pluebas pelo tampoco dudas...
John que había metido la cabeza para ver como trabajaba el cerrajero y de paso ver si tenia razón en sus palabras de anoche cuando dijo que debían tener cuidado, al abrir aquello y descubrir la verdad no pudo evitar alzar la voz.
-¡Lo sabia! Les dije que debíamos vigilar esta zona una vez que se intenta un atraco y no se consigue, siempre se volverá a intentar, eso estaba claro. Como dijo el señor Lockhart, el cocinero no trabajaba solo,seguramente para alguno de nosotros, tal vez con quien a propinado el destino a la señora. -Levanto la mano para seguir hablando y dar un par de nombres culpables, pero su mirada se cruzo con las de Clara y el Inspector e hizo el esfuerzo de callar, a pesar de tener razón y dejar hacer al oficial, solo esperando que fuera mas competente que lo demostrado hasta ahora.
A mitad del interrogatorio de W. Lockhart, él y el inspector salieron de la oficina. Pellegrini buscó al mayordomo y le pidió.
—Señor, necesito que me indique la ventana del dormitorio del cocinero y que destraben la ventana. Hay una hipótesis que verficar. William, indíqueme dónde está la puerta de la que habla.
Y ambos salieron por la puerta principal hacia los jardines, donde la nieve había dejado lugar al barro.
Si alguien quiere seguirlos para curiosear o intervenir indíquelo.
Faltan un par de respuestas en los interrogatorios, y si no se desencadena ninguna escena adicional como ésta, después de eso pasaremos a los epílogos.
El Doctor Vino Won estaba bastante feliz, tanto que parecía estar entusiasmado por querer ayudar la policía en todo lo que pudiera, por lo que mientras William Lockhart y el Inspector salían de la casa, este simplemente desvió la mirada hacia Soren Bergua y le susurro algo en el oído.
-Saben lo que hiciste... -Le dijo, lo suficientemente alto para que la gente de alrededor pudiera escucharlo- Selá mejol que te des plisa...
¿Era verdad?. ¿Era mentira?. A saberlo... pero porque el Doctor Vino Won era un ente del caos más que un humano, no se podía decir a ciencia cierta que era lo que pasaba por su mente.
El ingles se percato de los gestos de aquel inspector y su compatriota y tras evitar meterse en una absurda discusión con aquel viejo loco, simplemente se grabo en la mente a quien se dirigió y decidió seguirlos para desentrañar todo aquel asunto en vivo sin tener que leerlo o escucharlo por terceros.
Curiosear aquí.
Yo también voy a curiosear...
No curioseo... que el gato murió por curioso.
El inspector observó el lugar que William le indicaba y Lugo rodeó la casa hasta la ventana de la oficina. Miró un poco el lugar. La nieve se había derretido dejando lugar al barro.
—¿Hacia qué lado iban las huellas?—Preguntó a John. Una vez recibida la respuesta sacó un cronómetro mecánico del bolsillo y se lo alcanzó.—Con este botón se enciende y con este se detiene. Enciendalo por favor y siganme.
Caminó a paso vivo girando en la esquina y siguió hasta llegar a la ventana abierta donde lo esperaba el mayordomo. Ágilmente se sentó en el marco, se quitó los zapatos para no ensuciar y se deslizó hacia adentro. Luego salió de la habitación del cocinero, atravesó un pasillo hasta llegar a la cocina y se detuvo unos segundos para evaluar cuál de las dos puertas abrir. Finalmente se decidió por la de la izquierda que llevaba a un almacén y otra puerta más que daba al exterior. Se asomó y volvió a entrar.
—Detenga el reloj por favor.—Habían pasado menos de dos minutos.
La última etapa del experimento fue seguida también por el cocinero, esposado y escoltado por un policía, que miraba sin comprender lo que ocurría.
—Este va para el auto. Hoy duerme en la comisaría.—le dijo Pellegrini al vigilante.—Gracias William por la información. Ha sido muy útil.
—¡Traidor! ¡Traidor!—gritaba el cocinero mientras un policía lo sacaba esposado. Le hablaba a alguien que venía tras él.—Confié en vos y me entregás así.
Unos pasos más atrás venían caminando a través del comedor John, Guillermo y William junto al inspector Pellegrini.
Pues ya hay un detenido. Si nadie aporta hipótesis o pruebas nuevas aquí o en la escena de interogatorios, pasaremos a los epílogos.
El Doctor Vino Won no se sorprendió que detuvieran al Cocinero, y aunque este no era -ni de lejos- su mayor sospechoso, claramente parecía ser el mayor sospechoso de la mayoría. A fin de cuentas las escasas pistas que había apuntaban hacia este mismo y el método de asesinato cuadraba.
-Quien iba a decil que el sospechoso más evidente iba a sel el culpable... -Comentó con las manos en los ojos- Es una lástima... en China genelalmente esto no selía así, plimelo teníamos que tlael a un glupo de ple-adolescentes que investigalían el asesinato en secleto y luego el Detective más incompetente se quedalía plofundamente dolmido y dilía "Ese no es el culpable, sino... Almando Montolo". O algo así...
—Señor Wein, deje de hacerse el loco, que no ando de buen ánimo—dijo el inspector mientras encendía otro cigarro con mano temblorosa. Acababa de llegar un auto de la prensa y un fotógrafo con una cámara muy aparatosa estaba registrando todo, así que se arregló la corbata para aparecer prolijo en la portada del día siguiente.
La postura del Doctor Vino Won se enderezó ligeramente mientras sus ojos se volvían a ser más redondeados a la par que este se quitaba la mano del rostro y se las metía en los bolsillos. Realmente el cambio había sido... apenas significativo. Pero el parecía estar orgulloso de ello.
-Pues haberlo dicho antes. -Comentó sin aquel falso acento que tenía hasta ese momento- Creo que voy a necesitar colirios de toda esta patraña... Pero bueno, apuesto a que mi actuación fue lo suficientemente convincente para engañar al resto de huéspedes y del personal. -Dijo mientras se dirigía al resto de los presentes, esperando ver una reacción de sorpresa por semejante "revelación". - En mi plan original tenía un bigote pintado pero a última hora se me olvidó meterlo en la maleta y en el tren ya me encontré con ese barbudo ladrón de sitios... Demasiado tarde como para aparecer con un bigote...