Partida Rol por web

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella medio vacía.

—Tengo unas preguntas que hacerle. La mucama dice que anoche estuvo con usted en el momento del supuesto robo y cuando se descompuso. ¿Es verdad? ¿Por qué estaba con ella?

»Por otro lado, ¿vió algo más que pueda ser de interés? Por ejemplo, ¿tenía la señora una botella como esta? ¿Sabe quién se la dio?

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella casi vacía.

—¿Podría decirme su verdadero nombre?—continuó.—Creo que voy a necesitar su pasaporte.

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella casi vacía.

—Tengo entendido que usted se quedó con la difunta después de la cena tomando vino, ¿verdad? Una botella como esta. Dicen que es un vino bastante dulce. ¿Lo probó? A mí no me gusta el vino dulce.

Tras la respuesta de Guillermo suspiró y siguió preguntando.

—¿Y cómo fue que descubrieron que alguien había entrado por la ventana?

El Doctor Vino Won sacó su pasaporte y se lo entregó sin dudar, y en ese momento se fijó en la botella casi vacía y la señaló. -¿Le importa que me sirva un poco?. -Preguntó el hombre- Estar hablando como un chino de mierda me deja la garganta reseca. -Independientemente de lo que dijera el policía, el Doctor Vino Won se acercaría a tomar la botella- Soy el ilustre Barón Von Wein, magnate del Vino con bodegas por todo el viejo continente...

Señalando hacia la puerta de detrás de el, al parecer iba a confesar o mejor aún, iba a enmierdar al resto de los visitantes.

-Menuda la que se ha liado en un momento... tengo entendido que hubo un envenenamiento. Yo no quiero acusar a nadie, pero el que se dice llamar Nicolás Rodríguez me causó mala espina desde el principio... y John Doe, un cretino de cabo a rabo...

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella casi vacía.

—¿Esposo de Clarita? Vaya noticia. Por aquí nadie sabía que la nena estaba casada. Pronto se van a multiplicar los rumores por el pueblo, ahora que usted va a terminar como administrador de estas tierras. Supongo que entiende la situación compleja en que esto nos deja si no aclaramos pronto la muerte de Mecha.

»Ella estaba tomando de una botella como esta. ¿Recuerda quién se la dio?

»Y otra pregunta. Mire esto—le alcanza los papeles mecanografiados.— ¿Puede ser que sea esto lo que dice Clara que estaba en la caja fuerte? Es extraño. Porque alguien lo dejó bien a la vista para que cualquiera lo encuentre. Es la autopsia de Carlos Zúñiga. Pero no es la que figura en el expediente judicial. La del juicio dice que murió por accidente. Y esta dice que murió envenenado. ¿Por qué hay dos? ¿Por qué esta estuvo escondida hasta hoy?

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella casi vacía.

—Usted fue uno de los testigos del momento en que alguien irrumpió en esta oficina y después cuando Mercedes se descompuso. ¿Podría relatarme lo que recuerde? Y en particular, ¿recuerda si había papeles sobre el escritorio o en la caja fuerte?

—Buenas tardes, siéntese por favor.—En el escritorio donde esperaba el inspector había una pila de carpetas con nombres en la tapa, unos folios mecanografiados y una botella casi vacía.

—Usted fue uno de los primeros en llegar cuando alguien irrumpió en esta oficina. ¿Cómo se enteró de lo que pasaba? Y además una pregunta, ¿recuerda si había papeles sobre el escritorio o en la caja fuerte?

 - Bueno inspector, a decir verdad apenas estuvimos unos minutos charlando a solas. Enseguida bajó el invitado extraño este, que se hace pasar por chino. Fue directo hasta la puerta del despacho de la señora, e interrumpimos nuestra conversación. Y no, lo cierto es que no llegué a probar el vino. Ella no compartió el vino con nadie durante la cena. 

- Pues como le digo el supuesto chino estaba decidido a colarse en el despacho. Tenía la excusa de que pensaba que era el baño, y pese a que tanto la señora como yo le advertimos de su error abrió la puerta y entró. -Guillermo iba recordando según hablaba. -La señora vio enseguida que la ventana estaba abierta, y entramos a echar un vistazo. 

Se sentó con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda, con la mirada clavada en aquel inspector esperando que fuera tan competente como pretendía serlo.

-Así es, pensábamos darle la noticia durante mi estancia en la haciendo, era una sorpresa para su madre y una forma de no opacar con la buena noticia, como ustedes dicen, su recién apertura del caserón y llegada de invitados a la misma. Pero ahora pensándolo en frio y sabiendo que ha sucedido, tal vez hubiera sido mejor presentarme desde el primer saludo. -Bajo la mirada un tanto triste, pues un día que debía ser feliz para su esposa, pasaría a ser uno de los peores.

-Que recuerde fue el mozo quien trajo agua y aspirinas a la señora, a nuestra orden antes de subirla a su habitación, por lo que supongo que seria alguien del servicio quien le entregara la botella, pues de ser alguien mas Clarita podría haberlo visto entrar y dudo que se hubiera quedado callada. -Ya o tenia sentido guardarse el cariño que procesaba a la hija para él solo.

-Todo eso lo desconozco, ¿Cree que ambos han sido envenenados por la misma persona? -Siendo tan lejanos en el tiempo entre suceso y suceso el propio John no se creía su pregunta. -Sinceramente pensaba que estarían buscando el telegrama que menciono el señor Lockhart. Como ya le mencione, ayer en la noche las huellas nos llevaron con el cocinero y este no supo darnos nada útil, pero el Sr.Lockhart recordó en la mañana que le vio hablando con alguien sobre buscar un telegrama que guardaba la señora.

Callado miro al inspector dudando si hablar sobre alguien mas.
-No creo que sirva de nada, pero también vi que el señor Bergua estaba hablando en soledad con la mucana. Tan pronto llegáramos Clarita y yo, ella se callo y se marcho. No se si estarían coqueteando o... algo peor. -Se encogió de hombros, sin saber si eso seria de utilidad para el inspector.

—Ah! Por cierto. Casi me olvido. Me han dicho que  estuvo hablando en privado con la mucama. ¿Cree  que algo de lo que hablaron me pueda resultar útil?

Cuando el Barón cogió la botella se abalanzó para detenerlo y le arrebató la bebida ates de que pudiera siquiera olerla.

—No beba esto, por el amor de Dios.

Luego sacó una hoja de debajo de la pila de carpetas y leyó

—"Al-ca-do... Loide..." bla, bla, bla... "Altamente tóxico". Baja, que tiene veneno. No lo beba.

Luego de mirar un rato el pasaporte y permanecer concentrado como si estuviera procesando mucha información, sacó la carpeta con el título "Won" y lo corrigió  poniendo "Von Wein". A continuación sacó un periódico de su maletín, buscó un artículo periodístico, lo recortó prolijamente y lo puso dentro de la carpeta. El título de la columna era "El barón del vino".

—Sabía que conocía su nombre de algún lado. Tardé en recordarlo. El diario de Mendoza habla de usted. Un placer conocerlo. ¿Interesado en comprar tierras por aquí?

No esperó la respuesta y pasó directamente a la pregunta siguiente.

—Dice usted que Nicolás Rodríguez le da mala espina. ¿Podría explicar por qué?—Por omisión podía entenderse que el inspector compartía la opinión respecto a John Doe.

Esta vez sí esperó a la respuesta antes de volver a preguntar.

—Una pregunta más (espero que la última). Me han dicho que fue usted quien abrió la puerta de esta oficina cuando descubrieron que alguien la había intrusado. ¿Por qué lo hizo? ¿De verdad estaba buscando un baño aquí en vez de ir al de su habitación?

—Así que usted entró cuando descubrieron que alguien había intentado robar. ¿Y no vieron a la persona salir ni escucharon ningún ruido? Eso es raro. ¿Y acaso vio si la caja fuerte estaba vacía? ¿Y sobre el escritorio? ¿Puede ser que esto estuviera sobre el escritorio? Es raro.

El inspector le alcanzó un folio a Guillermo. Se trataba del acta de autopsia de Carlos Zúñiga.

—Está por verse si ese acta es la verdadera o si es la otra. Pero, si fuera cierto que Carlos murió envenenado como dice aquí...—buscó una hoja que tenía bajo las carpetas y comparó algo que decía allí con el acta de autopsia—... las descripciones de los químicos son parecidas. Yo no soy experto en venenos, pero quizá eso signifique que usaron la misma cosa, o cosas parecidas.

»Después está el problema del telegrama. Varias personas hablan de él. Pero no lo podemos encontrar. ¿Sería eso lo que robaron?

El Doctor Vino Won miró triste a la botella, aún así seguía alargando la mano hacia ella como un bebé gigante queriendo amamantarse a sí mismo, si bien con un enorme pecho, o bien por un biberón lo suficientemente grande. Pero contuvo sus instintos ante el comentario de que estaba llena de veneno.

-Desperdiciar una botella así mezclándola con otra cosa que no fuera vino... -Comentó en suspiro, casi parecía enojado- ¡Claro que estoy interesado en comprar tierras!. ¿Usted se imagina la clase de vino que podría producir?. ¡Coparíamos la industria sudamericana en tan solo un par de estaciones!. Vinos de Gran calidad además... ¡Pero al parecer la "Señora" prefiere convertir esto en un hostal!. Pffff... Es por eso que me presencié aquí, para demostrarle que atender a los huéspedes puede ser un gran dolor de cabeza, ¡y de pompis! y que es mejor vender. Hay mucha gente muy rara por el mundo... ¡Y lo habría conseguido si no fuera porque alguien la palmó!. Así que tengo que pensar otro plan, porque ya me reconocen como el "Doctol" Vino Won... Y entre nosotros... ¿Qué opina si me disfrazo de fantasma y digo que estas tierras están malditas?. Yo creo que podría servir...

En cuanto a las preguntas que le hacía, este respondió de la forma más detallada posible del porqué sospechaba de él, y el porqué el resto le producía mucha más confianza: Porque bebían vino. Alguien que bebe vino no debe de ser alguien malo.

-Por supuesto, en el Comedor me miró mal. ¡Incluso negó con la cabeza!. Estoy seguro de que él fue el que envenenó a la señora... Además, fue el único que ni se acercó a probar el vino, yo fui el primero y me acompañó ese tal Armando Alboroto, o como se llame... y luego Soren Bergua... Y en el comedor, en la cena, Guillermo Vazquez le pidió al mozo que le sirviera el mismo vino que a la Señora. Así que me sorprende que el vino estuviera en verdad envenenado...

-Por otro lado, cuando ocurrió el problema del despacho, este fue el último en salir del comedor... que fue la zona donde envenenaron a la Señora... puesto que después de descubrirse el intento de robo, la Señora vomitó. Y fue el más insistente de que había sido envenenada...

Por otro lado, respecto a la pregunta del despacho:

-Mi objetivo era cagarme en mitad del despacho. -Comentó como si nada- Y excusarlo a un malentendido cultural. Apuesto a que eso volvería loca a la Señora y querría vender al primer tipo que pasara por ahí... ¡Como por ejemplo al aclamado Barón Von Wein!. Pero claro... el Destino no parecía quererlo... Estaba ahí Guillermo Vázquez hablando con la señora, preguntándole algo sobre re-abrir la investigación, de hecho me dio la impresión de ser un policía, ¿Un detective privado al cargo de la familia de la víctima?. ¿Quieren tratar de quitarle las tierras a la Señora Zuñiga?. ¿Un agente del seguro que quiere echarse para atrás porque cree que fue un suicidio/asesinato?. Muy raro todo eso... pero no tiene pinta de ser un asesino por lo ya dicho...

Nicolás entró en la sala y tomó asiento, tal y como el inspector le pidió, y escuchó las preguntas que tenía que hacerle.

- Disculpa, inspector. No fui exactamente testigo del momento en que alguien irrumpió en la oficina. - corrigió Nicolás. - En el momento en que sucedió el incidente, yo me encontraba charlando con el mozo en el comedor. Cuando terminamos de hablar, escuché ruidos y discusiones que provenían del hall de la casa y allí me dirigí. Cuando llegué, ya había sucedido todo. - Nicolás negó con la cabeza. - Por lo que entendí, el señor... Vino Won había visto entrar a alguien a la oficina, alguien que supuestamente habría huido por la ventana. Me temo que no sé mucho más. No llegué a entrar a la oficina, no eché más que un vistazo superficial y me centré en la conversación.

—¿Con el mozo? ¿Sabe acaso si fue él quien sirvió esa botella de vino a la señora?

- Pues... - Nicolás intentó recordar. - No sabría decirle. - dijo. - El cocinero y el mozo sirvieron la comida, y el mozo ofreció distintos vinos a todos los presentes. Así que imagino que sí que pudo servir el vino a la señora, pero también es cierto que después las botellas abiertas quedaron sobre la mesa para todo el que quisiera servirse sin esperar.

- Bueno verá, en realidad nosotros no vimos a nadie entrar en el despacho hasta que el supuesto chino lo hizo. Fue entonces cuando al tratar de detenerle encontramos la ventana abierta. La verdad es que no vimos a nadie salir antes de eso ni tampoco escuchamos ningún ruido extraño. Fue la señora la que revisó la caja fuerte y anunció que no faltaba nada, obviamente yo ni siquiera me acerqué a comprobarlo. Y desde luego no ví ese papel encima de la mesa, aunque no niego que pudiera estar, porque no me fijé en esos detalles. 

 Guillermo habló con naturalidad, esperando acabar cuanto antes con aquella entrevista. No obstante aprovechó el momento en el que el inspector le tendió el folio con la autopsia de su padre para tratar de captar algo con un vistazo rápido. 

Te llevó más tiempo del que esperabas entender lo que decía la autopsia, pero el inspector no te impidió leerla. Allí decía que había rastros de veneno en el cuerpo de Carlos.

—Curioso, ¿no? En el juicio habían dicho que murió ahogado. Ahora no sé cuál de las dos autopsias es la verdadera.