Delta Green.
Al principio, no era más que un nombre. Durante ocho meses, a las seis de la tarde y a las seis de la mañana, esperaste al señor Green en el Parque Washington. Otros habrían dudado. Otros se habrían rendido. Otros habrían temido que el momento no llegaría jamás y habrían flaqueado.
Tu no.
Y ellos lo sabían.
Cuando contactaron contigo, te mostraron cosas terribles. Cosas que ya sabías, y cosas que nadie debería saber. El mal ha estado entre nosotros desde hace mucho más tiempo del que nadie pueda imaginar. Participaste en la lucha, viste morir a muchos compañeros, viste sus casos cerrados como un accidente de tráfico, un error médico, una desaparición misteriosa. La CIA tiene una sala donde se guardan las medallas que nunca podrán entregar a sus agentes por motivos de seguridad. Delta Green ni siquiera tiene medallas secretas, sólo la guerra contra la Oscuridad.
Aprendiste cosas sobre Majestic-12, los enemigos interiores, cómo encubren a los extraterrestres que vienen aquí a experimentar con ciudadanos inocentes, como participan de los experimentos para conseguir tecnología que filtrar a sus propias empresas y hacerse más y más ricos. Desde el velcro hasta la secuencia de ADN, cualquier cosa de la que puedan sacar dinero a cambio de emcubrir muertes atroces, experimentos inhumanos, terrorres de más allá de las estrellas.
Tambien aprendiste otros secretos. Los secretos de Delta Green.
Camboya.
La historia que se les cuenta a los nuevos reclutas es cierta: Delta Green era una rama del Gobierno, un grupo secreto dentro del sistema de defensa, encargado de acabar con lo inexplicable, de proteger al ciudadano del horror de un universo que no puede comprender. Delta Green se formó en los inicios del siglo XX, y participó en la lucha mística contra la Alemania Nazi, incluso tras su derrota. Han salvado esta bola de barro más veces de las que nadie puede imaginar, sin recibir jamás un reconocimiento por parte de nadie.
Sin embargo, ese pasado es sólo polvo y cenizas. Durante la guerra de Vietnam, durante una época en la que muchos Agentes de Delta Green tenían suficiente mando y autonomía como para iniciar misiones a discreción sin informar al Comité de Control, ocurrió algo terrible. En Camboya, los hombres de Delta Green encontraron el horror, y murieron. Los que regresaron asesinaron al coronel que había ordenado la misión. Todo podía haber acabado ahí, pero el fracaso de la misión puso en alerta a las fuerzas del Vietcong... ocho meses antes de la ofensiva americana. Para cuando los soldados intentaron adentrarse en la frontera entre Vietnam y Camboya, los Charlies ya estaban preparados para defenderse. Cientos de miles de vidas se perdieron por culpa de aquella misión desastrosa. Cientos de miles de vidas se perdieron por culpa de Delta Green.
El mando del Ejército no quería tener que explicar a una comisión del Congreso por qué las ofensivas habían fracasado tan estrepitosamente, sobretodo si la explicación pasaba por desvelar la existencia de toda una organización destinada a, literalmente, acabar con Dioses malignos y hechiceros enloquecidos, finanaciada desde hacía más de cuarenta años con el dinero del contribuyente. El grupo fue desbandado, su acreditación borrada de los registros, sus agentes, dispersos. Delta Green ya no existía. El Gobierno les había dado la espalda.
Pero la lucha continuó, y continúa aún. Delta Green no recibe apoyo, financiación ni autorizaciones del Gobierno de los Estados Unidos. Eso no significa que los ciudadanos deban ser dejados de lado. Delta Green es, a todos los efectos, un grupo ilegal y ajeno al propio Gobierno, que sobrevive gracias al secreto y a la cautela, sin poder contar con nadie, haciendo el trabajo que nadie más es capaz de hacer.
Después de todo lo que habías visto, de las cosas que sabías, contar o no con permiso del Gobierno era sólo una formalidad innecesaria. Legal o no, la de Delta Green es la única guerra que la Humanidad no se puede permitir perder, puesto que el precio de la derrota será mucho más terrible que la aniquilación de toda la raza humana.
Cuando en algún momento te asalta la duda, cuando sientes que la guerra está perdida y que no puedes seguir soportando tanto horror, sacas de tu cartera la funda de plástico y contemplas su contenido. Es la prueba, es la demostración de fuerza de voluntad más gigantesca que hayas realizado jamás, la prueba palpable de que puedes luchar contra cualquier cosa que haya sobre la faz de este mundo para proteger a los inocentes que lo habitan.
Cuando te asaltan las dudas, miras la funda de plástico y contemplas su contenido y recuerdas que, una vez, tuviste la fuerza de voluntad suficiente para sobreponerte a todo.
Tuviste la fuerza suficiente para no desdoblar la página y no leer su contenido.
Bienvenido al año 2005.
Bienvenido a Delta Green.
.
¿Algo más que añadir?
.