Partida Rol por web

- Vaya... - el hombre se sienta y te mira desde sus ojos cansados. - Lo siento por su amigo... ¿en qué puedo ayudarle? No viví en Meadowbrook mucho tiempo...

Una mirada de agradecimiento sale de mi.

"Este hombre es fuerte. Despues de sufrir la muerte de un ser querido en ese lugar esta dispuesto a recordarlo".

-Al enterarme del suicidio de mi amigo, el impacto fue doble, ya que la muerte de alguien ya de por si lo es, pero lo que mas me impacto fue el hecho de se haya sucidado. POr eos me traslade hacia Meadowbrook, y movi un par de contactos y bueno, en esa pequeña busqueda Salio su Nombre Sr. Aiken.

Tomo otro sorbo de cafe.   - Me gustaria preguntarle sobre lo que le sucedio a usted.    Antes de que Aiken diga nada habalo nuevamente.  -Prometo decirle al final el porque me interesa su historia.

- ¿Mi historia? - Suspira un momento - En realidad, no hay mucho que contar, amigo. La muerte de mi mujer fue un accidente, un escape de gas. Tan sencillo como eso...

Aiken parece tranquilo y sincero. Hay una sombra de tristeza en sus palabras, pero no parece que esté mintiendo.

Admiro la fortaleza de esta persona, dispuesta a salir adelante. "Muchos deberiamos seguir su ejemplo"

-Usted es la primer persona con la que hablo de los que vivieron en la casa. Yo se que fue un accidente, pero me gustaria que pensara si algo sucedio en los dias que estuvo viviendo en Meadowbrook. Cualquier cosa que le llamara la atención. Cualquier cosa fuera de lo normal. Es mas Sr Aiken me atreveria a decir que ahondara en su interior y me dijera si algo, aun que sea, una pequeña cosa o una tonteria, algo sin importancia, pero que estaba fuera de lugar, que no deberia haber estado o pasado.

"Vamos Aiken, vamos."

- Mmmmmmmmmmmm - El hombre piensa un momento. Se agacha y escuchas el ruido de cristales y agua tras el mostrador - La verdad, no creo que hubiera nada raro. ¿Le apetece una cerveza? - Coloca entre vosotros dos botellas, mojadas y frías como el hielo. - Fue un accidente. Lo raro es que no volase toda la casa, es lo que dijeron los bomberos. Llevábamos, no sé, un año, quizás más, arreglando todo tipo de problemas. Luces que parpadeaban, puertas flojas, grifos que perdían. Todo parecía estar estropeado o causar fallos de todo tipo. Pero poco a poco lo logramos. Lo cierto es que no habíamos tenido ningún problema con el gas. La cocina era antigua, de los 50, pero parecía en buen estado, y la verdad es que lucía muy bien. Como de serie en blanco y negro, junto a la nevera y los muebles de bakelita... - Da un trago a la botella.

- Recuerdo perfectamente aquel día. Regresaba de trabajar, a mediodía, y al abrir la puerta, tuve la impresiónd e que algo iba mal. En cuanto entré, la casa olía a gas, muchísimo, y todo estaba en silencio. Llamé a mi mujer, a gritos, pero no contestaba. La busqué por toda la casa, y la encontré en el altillo. Tirada en el suelo, frente a la escalera. Ya debía llevar muerta algún tiempo, eso dijo el forense, así que en realidad no pude hacer nada. - Bebe - Si hubiese saltado una chispa, encendido un pitillo, habría volado por los aires. Todo. Saqué el cuerpo de mi mujer de la casa y grité a los vecinos que llamasen a una ambulancia. Luego llegaron los bomberos, el sheriff, en fin, ya se imaginará... y poco más hay que contar. Me tuvieron un día en el hospital por las alucinaciones que me provocó el gas, pero estaba bien. Después de eso, vendí la casa en cuanto pude y me mudé al oeste. - Bebe otro largo trago y se seca la boca con el dorso de la mano. - Ya ve, un accidente: Los mandos de la cocina se quedaron encendidos y escapó el gas, y mi mujer murió. No sé si le habrá sido de alguna ayuda...

Miro a Aiken contando la Historia "Como sera perder a alguien tan importante". Parece la historia no me va a dar nada de lo esperado hats que escucho el punto de "¿Lo tuvieron, hospitalizado por las alucinaciones por el Gas?" .  Termino de escuhar el relato.

Tomo un poco de esa fresca bebida que me ofrecio.

-¿Señor Aiken, estuvo un dia en el hopital por Alucinaciones por el gas?, me a pasado amí.  "Vaya que si". - ¿Que tipo de Alucinaciones eran?

- ¿Las alucinaciones? Eran manchas de sangre. Huellas, como de manos, por todos los muebles de la cocina. Eran pequeñas, como un niño jugando con pintura roja, pero recuerdo que pensé que era sangre. Los médicos me dijeron que era normal, cosas del gas, supongo.

Le da otro trado a la cerveza. La trampa para moscas chispea un momento.

Miro a Aiken tomar un trago de cerveza, igualo su acción.

-Las alucinaciones suelen ser raras. trabajando como investigador las cosas que uno escucha , por el tema de shokcs, accidentes, sobredosis. El cuerpo humano es muy complejo.

Sonrío.

-Esa casa, nose, cuando entre me dio mala espina, usted sabe, como un sexto sentido, pero bueno le he hecho perder tiempo valioso.

 Me levanto tomando el último trago de cerveza mientras le digo.

-Gracias por todo Sr. Aiken, le agradezco que haya querido hablar conmigo de esto.

 Me ha ayudado. Si llego a averiguar algo mas, se lo hare saber.

 Le extiendo la mano en forma de saludo.

Lo que si me gustaria que me recomiende algun lugar para descansar, pegarme un baño.

Aiken te cobra la gasolina y te acompaña al coche, indicándote la dirección de un pequeño Motel de las afueras. Justo antes de que arranques, se inclina junto a tu ventanilla.

- Oiga... ¿qué fué lo que le pasó a su amigo?

Miro a Aiken.

-Se suicido, o eso se cree....

Bajo la mirada medio segundo y vuelvo a mirar a Aiken.

- Algo pasa en esa casa, no estoy seguro de que pero algo pasa.

Enciendo el Coche, estoy por empesar a moverme pero piso el freno.

-Sr Aiken, por casualidad conoce a una tal  Marta?. Es estudiante de radio en Michigan, cobró 75$ por las dos sesiones de grabación.

- ¿Marta? No, no me suena de nada, lo siento ¿es alguien de por aquí? - Aiken se pone de nuevo la gorra y mira el desierto a vuestro alrededor.

- No se obsesione con la muerte de su amigo. A veces, esas cosas ocurren y ya está. No le dé más vueltas.

Ves como te dirige un saludo a medida que empequeñece en el espejo retrovisor. En media hora estás instalado en el Motel.

Despues de una ducha tomo mi telefono y llamo a Yan.

La línea parece muerta. Ausente. Como si en realidad no hubiese nada al otro lado del cable.

Como si estuvieses sólo.

Pero no lo estás.

Está sentado en el sillón, en una esquina del cuarto, al otro lado de la cama. Viste de negro, vaqueros, quizás. Camisa de botones, a lo mejor.

Sin rostro.

- ¿Qué buscas, Gary? ¿Qué estás buscando aquí, en este motel perdido de la mano de Dios, a mil kilómetros de ninguna parte?

Se gira hacia ti, mirándote desde su faz vacía.

- ¿Qué buscas, Gary? ¿Qué esperas encontrar?