Paul observa la radio irritado, cuando la coge de un manotazo y se la posa sobre su mejilla derecha.
Esta bien, maldita sea !!!, su voz es tensa y cargada de ira. Pero primero expliqueme como diablos llego a tierra, uno de los pilotos se... Paul medita por un instante sus palabras... ha sido herido y resultará difícil... señor!, el retintín con que dice "señor" se hace notar más de lo que, quizás, hubiera deseado.
- ¿Ya está en el aire? - Una pausa en la que sólo se escucha el viento. Y algo más. Algo parecido a una voz, si las montañas tuviesen voz. Un sonido grave e inarticularo, repetitivo, nauseabundo. Por un instante la cabeza se te llena de estática, de ruido, de piedra. La radio vuelve a hablar - Intente elevarse por encima de la tormenta. Necesitamos una señal clara. Elévese por encima de la tormenta y deje el canal abierto. Cambio.
Stark se alza no sin un tremendo esfuerzo con gesto cansado, casi abatido. Soldado!, elévese! Elévese por encima de la tormenta!, sus gritos apenas puede escucharlos él mismo.
- ¿¿ESTÁ LOCO?? ¡¡VOY A SALIR DE AQUÍ CUANTO ANTES!! ¡¡TENEMOS QUE ATERRIZAR!!
El viento juega con el Chinook como si fuese de papel. La arena se alza y cae, como si estuviese siendo agitada por la mano de Dios.
Cuando te preguntas de qué Dios, sientes unas nauseas que nó tienen que ver con el mareo.
¿ Aterrizar ?
Sus propios pensamientos le producían un pinchazo en las sienes. Volver ahí... ahí abajo ... ?. Un profundo temor recorrió su tenso cuerpo, olvidándose por un instante de la tormenta. Echa una ojeada al exterior del helicóptero para ver a cuánta altura están.
La arena forma remolinos extraños entre las ruinas. Casi parece que baile, que se retuerce. Forma figuras extrañas, apenas insinuadas, que hacen que un escalofrío te recorra los dientes. Fantasmas de arena de cosas que fueron y no deberían haber sido. Calzadas ciclópeas y avenidas no pensadas para cuerpos y mentes humanas. Y más abajo, entre la arena, danzando, aullando, las criaturas, apenas visibles. Aullando al mismo ritmo frenético que late en tus sienes, el mismo zumbido imposible que agita la tormenta.
El helicóptero intenta maniobrar, salir fuera del torbellino que recorre las ruinas. Ves como los rotores giran desacompasados, como la arena se acumula en las junturas. Dentro de poco, si no conseguís salir de ese infierno, os estrellaréis.
La altura es lo de menos. Casi desearía estar más alto, para saber que si llegáis a caer, no será en manos de "eso".
Stark grita al copiloto con toda la fuerza que su garganta le permitía.
Vamos !! hacia arriba, HACIA ARRIBA !!!!
Todo aquello no era normal para Paul, miraba hacia abajo con los ojos desorbitados, asustado.
Cita:
Resultado:
Tras la subsiguiente investigación, este Comité declara que el derribo del helicóptero CH47-6 45/76 por parte de un proyectil de atillería se debió a un accidente fortuito, provocado por un evento meteorológico súbito e impredecible, que situó al vehículo lejos de su ruta establecida y dentro del área de disparo de una unidad de Artillería Motorizada del ejército británico.
Se exime, por lo tanto, al piloto y copiloto del CH47-6 45/76 de toda responsabilidad por la muerte de 4 de los 5 tripulantes del mismo. El Mando Británico actuó conforme a su conocimiento y misión, y cesó el fuego de forma inmediata tras serle indicada la presencia de un vehículo amigo en la zona. Toda la responsabilidad de las muertes se deben, por lo tanto, a un accidente fortuito e inevitable.
Este comité recomienda que el único superviviente del accidente, Srgt. Paul Andrew Stark (CIC), sea propuesto para la Medalla del Soldado, por su acto de valor al intentar rescatar a sus camaradas caídos a pesar de sus propias heridas.
Así mismo, recomendamos que los casos de las 6 víctimas del accidente sean propuestos para las Medallas al Mérito de sus respectivas ramas del Ejército.
Delta Green
Es sólo un nombre, un código. Una clave que da acceso a la mayor y más peligrosa guerra de la Humanidad. La Guerra contra el Horror. La Guerra contra la Oscuridad.
Los Agentes de Delta Green fueron los que te encontraron y te sacaron de las ruins humeantes del helicóptero. Fueron ellos los que te interrogaron y te ordenaron que siguieses adelante sin comentar nada con nadie. Fueron ellos los que dispararon la artillería cuando te encontrabas transmitiendo desde la vertical de la ciudad maldita.
Ahora que sabes que está reducida a escombros, casi puedes dormir tranquilo.
Casi.
De vez en cuando, hay un caso que atráe su atención. Siempre es algo terrible, inhumano. Es una guerra sin prisioneros, sin victorias. Quizás simlemente es retrasar lo inevitable.
Es la Guerra Oculta, y alguien tiene que hacerlo.
A veces, te preguntas por qué tienes que ser tu.
Bienvenido al 2005.
Bienvenido a Delta Green.