Partida Rol por web

El duque está inerte, desvanecido, como si las fuerzas le hubieran abandonado. Su respiración estaba entrecortada y apenas se le notaba el pulso.

Tergas, que acudió a socorrerle como ordenó Devirius, no tardó en dar un información que temían.

Esto le sucede desde hace algún tiempo. - Parece dudar y prosigue con cautela. - Siempre que da órdenes en apariencia absurdas, crueles o contradictorias sucumbe a uno de estos accesos de falta de vigilia.

Mientras levantan al noble del mármol del piso, Ruwulf observa algo que no puede dejar de compartir con los demás.

Tiene la piel helada. Esto no puede ser bueno.

Poco después le apoyan en su legítimo trono.

Debo esperar a que retome la conciencia, por mi mente pasan algunas ideas un tanto absurdas.. ¡El jamás trataría de asquerosa a su propia gente!.

¿Será que su mente se opone a las cosas que dice?...

Debo esperar a que retome conciencia para preguntarle…

Me acerco rápidamente al lugar en que se encuentra, y al ver que le colocan en el trono me alejo un par de pasos observándole, esperando que retome conciencia.

Amigo ¿Que diablos ocurre aqui? Cuando tuvo delante a Plesel, Devirius comprobó que compartía con éste los gestos de preocupación. Algo sobrenatural se respira en el ambiente y es obvio que está afectando a Mareik de algún modo. Su conciencia está perturbada.

La actitud de Bergötaj pasa primero, por el respeto hacia Duque, después, a desprecio frente sus impertinencias, a continuación, sorpresa ante su desvanecimiento y por último, lástima por un viejecito que ha perdido lo que más quería. Cuando comienza la conversación se encuetra tenso pero corre a socorrer al anciano cuando se desvanece.

Por lo que Pleasel dice este hombre no ha sido siempre así y no estoy seguro si una tragedia como la que ha vivido puede provocar tan tremendo trastorno... más bien parece atrapado en algún malevolo hechizo.

Mi señor despierte. - Lamenta Tergas, tomando la mano del duque. - Amigos vienen a verle, vuelva en sí.

Tras comprobar lo ineficaz de su intento se gira a los recién llegados.

Debo llamar al médico de la corte. - Abriendo la puerta y dejando pasar a un par de guardias al interior desaparece. - Discúlpenme.

Observo al duque por breves instantes luego a Lord Devirius, a duras penas puedo disimular un poco la consternación que me causa el sucesoy le digo de modo que solo el pueda escuchar.

Yo también pienso lo mismo, no solo es que este consternado y fuera de si, es que… simplemente no es a quien conocí… esperare a que lo vea el doctor pues al igual que tu…

 Le miro a los ojos sin mediar palabras por un instante.

 … presiento que hay algo más que le aflige.

Editado: Luego dirijo mi atencion hacia Tergas

Una vez se marchó Tergas, el duque pareció volver en sí. Con la cara mas asentada. Miró a su alrededor, tras una rápida vista del entorno. Habló en voz muy apagada.

Guardias, id a buscar a Tergas, decidle que estoy peor... - Tras decirlo tosió con bravura. - Id los dos, dejadme con mis amigos.

Los guardias se miraron extrañados y accedieron no sin dudar unos instantes. Una vez se fueron y trancaron la puerta tras de sí. Mareik, pareció rejuvenecer.

Plesel, viejo amigo, no podías haber llegado en mejor momento. - La voz del duque sonaba como antaño. - No disponemos de mucho tiempo. Este maldito Tergas cree que me tiene bajo un hechizo de hundimiento. Ignora que no me hace efecto gracias a ti, huraño comerciante.

Al decir esto señaló la parte trasera de su trono, del que se levantó con buen vigor demostrando su escasa enfermedad real.

Debéis destruir esta conspiración. Mi hija no ha muerto, la tiene cautiva y amenaza con matarla si su hechizo no funciona y no le nombro sucesor. La otra opción es la guerra civil, pues él controla a todo mi ejército ante la visión de estar caduco como podéis ver.Y lo estuve durante un tiempo... Los neths tienen algo quie ver con esa rata de Tergas. Y las noticias que nos han llegado de lo ocurrido en Nolsania, no pueden estar muy lejos de esas malas bestias de los Neths. Durante siglos hemos luchado contra ellos. Pero esta vez la amenaza es mayor... Debéis ir a...

En ese momento la puerta sonó tras los invitados, Tergas y los soldados entraban a la carrera con cara de alarma...

...A la cuarta dimensión de Poral ese dios inócuo de Górnora, con su enano y feo goblin al que rendís pleitesía. No necesito que nadie venga a ver como se apagan mis días. - Dicho esto totalmente fuera de contesto y con la misma voz de enfermo previa a la marcha de los guardias se lanzó sobre Plesel... - Embaucador, tú eres el culpable de la desaparición de la muerte de mi querida niña, tu y tus mentiras.

Mi señor. - Grita Tergas desde el fondo de la sala. - Guardias sujetadle.

Los guardias se lanzaron sobre el duque para tratar de detenerle, pero el puño ya había sido lanzado...

Casi no podía dar crédito a lo que sus oidos acaban de reproducir y, a pesar de la sorpresa, se sintió reconfortado en su corazón al ver que el Duque había vencido aquel umbrío hechizo que le tenía sumido en un estado tan marchito. Había que mantener su farsa, su comedia y fingir que seguía bajo las influencias mágicas de Tergas.

Ha perdido el juicio definitivamente. gritó ante de abalanzarse sobre él con la intención de agarrarle antes de que lo hicieran los guardias con el temor de que éstos le hicieran algún daño innecesario.

Despues de permanecer callado durante toda la conversacion, tengo que asistir impotente al ataque que se produce contra Plesel. Aun asi voy corriendo a proteger a mi señor, con la intencion de recibir el ataque dirigido a su persona.

Posiblemente la mejor manera de evitar que se vea mi alivio es, dejarme dar el golpe,
pero tampoco evitare que el bueno de Ruwulf lo reciba por mí.

!Viejo astuto!, no deja de sorprenderme su sagacidad

Será mejor que le siga el juego aunque mi preocupación es genuina y lamento que se encuentre en esta situación, ahora se, que podemos ayudarle.

Me preparo a recibir el golpe, ladeando un poco el rostro, buscando la cobertura que Ruwulf me provea.

El puñetazo de buena potencia impactó sobre la barbilla de Plesel, que cayó al suelo impotente. Mientras Ruwulf, su fiel escudero trataba de portegerle inútilmente. La barbilla no tardó en abultarse por el futuro hematoma que había producido.

Rápidamente Lord Devirius atajó el cuerpo del duque al que ayudaron con fuerza los soldados. Para inmovilizarlo y postrarle en su trono.

Tergas acudió tras los soldados y de manera precaria, para evitar tener parte en la refriega.

Perdonad a mi señor, pero com os conté está con la mente embotada y sius cambios de humor, crean historias sin sentido, ultrajes y conspiraciones inexistentes.

Acercándose al trono se arrodilló ante Mareik, tomándole la mano con ternura.

Mi señor, son amigos que quieren lo mejor para vos.

Una vez el noble se tranquilizó y volvió a su estado cuasi vegetativo se elevó sobre sus piernas, para mirar a los visitantes.

No creo que esta entrevista deba alargarse más, si quieren mantener más adelante una entrevista, lo prepararé todo para que le vean, pero hoy debería verle el médico.

Diciendo esto les mostró la puerta mientras uno de los guardias se parapetó para acompañarles al exterior.

Llevas razón Tergas. Aquí no hacemos otra cosa que empeorar su situación. Por ahora, tal y como aconsejan tus sabias palabras, es mejor que nos retiremos. Supongo que habreis preparado algun lugar que nos sirva de aposentos ¿Verdad? mientras hablaba soltaba con mucho cuidado el cuerpo del Duque, depositandolo en su majestuoso trono.

Salgo frotándome suavemente la barbilla, mientras camino y observo el lugar en que recibí el golpe en los brazaletes de mi armadura.

Mientras me observo en el pulido metal voy diciendo.

Seda mejod volved duego…..

No es tanto lo que hace uno por los amigos, si no lo que ellos hacen con uno.

Tergas parece algo sorprendido de la pregunta de Devirius.

No, pero de inmediato ordenaré que preparen unas estancias para vos y sus acompañantes. - Dió dos palmadas y algunos cortesanosde servicio acudieron. - Preparar las estancias de invitados para nuestros acompañantes.

Una vez los sirvientes desaparecieron y volvió a comprobar el estado de Mareik se dirigió a los recién llegados.

¿Nos acompañarán a la cena? Creo que al gran duque le vendría bien algo de distracción.

Un hombre de aspecto siniestro entró en la habitación con una saca aparentemente pesada. Tras cruzar unas miradas rápidas e inquisitorisas con los viajeros y el propio Tergas se arrodilló ante Mareik.

Mi señor ya estoy aquí, yo os aliviaré.

Salgan por favor. - Pidió a Tergas. - Debo tenerle descansado y sin distracciones, para que vuelva en sí.

Así lo haremos doctor. - Tergas se acercó a Devirius. - Demos un paseo por el palacio, si no tienen inconveniente, incluída la joven silenciosa de los perros.

Esto ultimo lo dijo con una sonrisa mirando a Leanan.