Partida Rol por web

Aerilaya sonrió solo un poco ante la mirada de Olhas. Ella no estaba tan convencida de que tuviera la aptitud hacia la magia rúnica que parecían dar por sentados todos sus maestros, pero no dijo nada. Por su parte estaba teniendo algunos problemas de adaptación con la runa que no acababan de convencerla de aquello. Claro que Kusasfa parecía muy convencido de ello.

Ante la historia sobre Lucien, la elfa miró a Melisa fijamente por un momento, pero tampoco dijo nada en voz alta, solo se limitó a asentir con la cabeza ante el comentario de que lo importante es que estuviera vivo.

Pero cuando Marcus enseñó su tatuaje, Naewen miró al joven un momento a los ojos, negando lentamente con la cabeza. "Después", le dijo Aerel telepáticamente, mientras su ama se limitaba a mirar las frutas, como indecisa de si coger una más o no.

La aparición de Lucien sobresaltó a Aerilaya, pero a aquellas alturas estaba más que acostumbrada a sus entradas por sorpresa y traición.

-Estoy con Areelukhala. Cualquier día de estos te pondremos una campanilla al cuello -le amenazó, con una sonrisa-. Sí, ha sido una charla agradable, pero es hora de continuar.

Sonrió a los eurythnios. -¿Vendréis vosotros, o nos despedimos por el momento?