Las dos primeras flechas que lanzó Lord Evan Crogall acertaron en pleno centro de la diana, mientras que la última se perdió tras ésta por un pequeño margen. Le bastaba con acertar una de ellas para pasar de ronda, conque lo logró de manera sobrada. Se escucharon algunos aplausos desde la grada, pero fueron más tímidos y breves que en la otra competición. La justa, era sin duda, la prueba reina por excelencia. Mientras que la competición de arquería era una prueba algo más secundaria, especialmente en aquellas primeras rondas. La final despertaba algo más de interés, aunque no lograra cautivar tanto como la contiendo o la justa. Como fuera, Lord Evan podía sentirse orgulloso, algunos hombres más jóvenes habían fallado sus lanzamientos a esa distancia y, aunque la gran mayoría pasó el corte, él logró hacerlo de manera convincente.
Cuando regresaron al pabellón familiar se encontraron con que ser Roshar no se encontraba allí, tampoco lo habían visto aquella mañana ni durante el día en las diversas competiciones. Sin duda debía estar investigando algún rastro o detrás de alguna pista importante. Sus idas y venidas eran habituales, aunque era extraño que no hubiese aparecido en todo el día.
Parecía que el asunto que pendía sobre ellos se había calmado en las últimas jornadas, su fama de asesinos de campesinos se había empezado a difuminar tan pronto como la familia Dannett abandonó la ciudad tras la muerte del joven Adham después de enfrentarse a Whalen. Algunos vieron malas artes en aquella victoria, pero para la gran mayoría valió la decisión del Rey de que había sido el deseo de los Siete. Y aunque todavía había quien les miraba con desconfianza o se cambiaba de acera cuando se cruzaban con ellos, el desprecio hacía la familia había menguado considerablemente. El torneo centraba la importancia de todas las noticias que se oían, y el hecho de que un miembro de los Crogall hubiera llegado tan lejos les beneficiaba enormemente. Sabían que un par de hombres de los Dannet, los hijos de Edan Ward, se habían quedado en la ciudad pero no habían vuelto a tener noticias de ellos hasta entonces. Si les estaban vigilando lo hacían a distancia y con una prudencia que no parecía propia de los jóvenes e impulsivos muchachos que eran. Y a pesar de esa tranquilidad, la familia Crogall no se relajaba. La muerte del buhonero Rog Thanders era una evidencia de que sus enemigos todavía rondaban a su alrededor. Tal vez esperando al golpe definitivo.
A ser Roshar le mandé un mensaje privado porque lleva tiempo sin conectarse, pero no me ha contestado. Así que de momento en el juego será como en la vida real, nadie sabe dónde está.
Un último turno y cambio de día.
Tras una frugal cena, la familia Crogall se retiró a descansar mientras todavía se escuchaban algunos festejos en el exterior de su pabellón, especialmente entre algunas casas que ya habían finalizado su participación en los eventos del torneo y lo único que les quedaba era emborracharse. Por lo que pudieron saber las posadas de la ciudad mantenían el mismo ambiente festivo, y la guardia se había tenido que emplear a fondo para dispersar varias peleas de borrachos entre la que destacaba una en la Vieja Cantina que había estado a punto de quemar el local.
Al día siguiente se levantaron temprano, Ser Adrik se enfrentaría en la final a todo un miembro de la Guardia Real y quiso prepararse y estar listo el combate. Tomó prestado al escudero de su primo y practicó un poco contra los estafermos antes de que llegara la hora del enfrentamiento. Mientras él rompía lanzas contra los soportes de los muñecos, Willard corría a procurarle una lanza nueva con la que seguir entrenando. Finalmente, rechazó la última lanza que le brindaba Willard y le prometió al muchacho que la rompería contra el pecho de ser Jaime. Hasta aquel momento, nadie había conseguido aguantar más de dos rondas contra el Lannister, y todos habían terminado descabalgados, por lo que las apuestas estaban ampliamente a favor del Capa Blanca.
Llegó el momento de dirigirse al campo de justas del torneo y ocuparon sus asientos en la grada. Con Whalen por primera vez sin ocupar un puesto abajo en la liza. Sin duda ver el torneo desde ahí le daba una perspectiva muy diferente. Aquella mañana, mientras Willard y ser Adrik estaban entrenando el maestre Nicholas se encargó de revisar si la herida de Whalen en la cabeza había sanado bien. Tras retirarle el aparatoso vendaje limpió el lugar donde la astilla se había clavado y comprobó que la carne de la ceja se hubiese soldado adecuadamente. Nicholas cambió el vendaje por uno más sencillo y le dijo a Whalen que la herida estaba curando bien pero que aún tendría que llevar la venda para evitar que se reabriera, aunque ya podía hacer actividad normal sin miedo alguno.
La primera semifinal enfrentó a Ser Barristan Selmy, el Lord Comandante de la Guardia Real, con un joven caballero del sur que había sido la revelación del torneo al vencer a varios importantes caballeros que se encontraban entre las apuestas como favoritos a llegar a la final. Pero Ser Barristan era harina de otro costal. En el primer cruce ambos rompieron sus lanzas contra el rival, y por un momento pareció que Selmy podría caer. Se enfrentaba la experiencia contra la juventud, y ser Barristan demostró que era un caballero formidable pese a su edad, uno de esos de leyenda. En la segunda ronda logró desmontar al joven muchacho con un golpe tan fuerte como bien dirigido, y de este modo se clasificó para la final a la espera de su oponente.
La siguiente semifinal enfrentó por fin a ser Adrik contra ser Jaime, ambos jinetes lucían esplendidos. Ser Jaime con su capa nívea y ser Adrik luciendo los colores de los Crogall y el lagarto-león bordado con orgullo en el pecho. Adrik decidió sorprender a todos. Hasta ahora, todo el mundo había actuado con cautela contra el Lannister, sabedores de su magnífica destreza a lomos de un caballo, Adrik decidió ser temerario y cargó con potencia contra su rival. Pudieron verlo alzarse sobre los estribos para imprimir más potencia al golpe. La lanza de Adrik se hizo añicos contra el pecho de ser Jaime, tal y como le había prometido a Willard, pero éste había rodado lo suficiente el golpe como para no caer del caballo. Aunque sí que se vio sorprendido por la ferocidad de Adrik. Así se lo hizo saber, cuando al llegar su cajón alzó la visera del yelmo y le dirigió un asentimiento. Había sido un buen golpe, un golpe de vencedor. Pero no fue suficiente. Las dos siguientes rondas fueron para Ser Jaime Lannister, quien no se dejó sorprender de nuevo y fue tan preciso partiendo las lanzas contra Adrik como ágil esquivando las del Crogall. La última de ellas había sido un golpe fuerte, efectivo, demoledor. Todo el público se puso en pie seguro de que Adrik caería del caballo, pero no fue así, se mantuvo sobre la silla hasta el final, aunque ya sabía que había perdido. Al menos, había sido el único adversario al que ser Jaime Lannister de la Guardia Real no había logrado desmontar. Ser Jaime felicitó a ser Adrik y éste le deseó suerte para la final con ser Barristan Selmy. Jaime tuvo la consideración de perdonarle el pago como derrotado, ya que no lo había conseguido derribar del caballo. Y tras aquel duelo se dio un descanso para la comida antes de la semifinal del torneo de arquería en el que Lord Crogall todavía mantenía sus posibilidades.
Tras la comida, en la que consolaron a ser Adrik por la derrota y lo felicitaron por su buen papel en el torneo y en la semifinal, regresaron al campo de justas donde ya se habían colocado las dianas para la competición de arquería. La distancia en esta ocasión era mucho mayor que en la ronda anterior. Todavía quedaban una docena de arqueros entre los que se encontraba Lord Crogall, pero se esperaba que tras aquel corte pasaran a la final cuatro o cinco.
Motivo: Curar herida
Dificultad: 6
Tirada (4): 5, 1, 5, 1
Guardados (3): 5, 5, 1
Total: 11, Éxito considerable
Tirada oculta
Motivo: Curar herida
Dificultad: 6
Tirada (4): 4, 6, 6, 6
Guardados (3): 6, 6, 6
Total: 18, Éxito increible
Tirada oculta
Motivo: Curar herida
Dificultad: 6
Tirada (4): 4, 2, 5, 3
Guardados (3): 5, 4, 3
Total: 12, Éxito considerable
Tirada oculta
Motivo: Curar herida
Dificultad: 6
Tirada (4): 4, 4, 2, 5
Guardados (3): 5, 4, 4
Total: 13, Éxito considerable
Tirada oculta
Motivo: Curar herida
Dificultad: 6
Tirada (4): 5, 4, 5, 2
Guardados (3): 5, 5, 4
Total: 14, Éxito considerable
La herida se ha curado completamente, ya no tienes penalizaciones.
Evan, te toca lanzar flechas. Lo mismo que antes, tres lanzamientos con dificultad Complicada (12) en esta ocasión. Si aciertas uno pasarás a la final.
¿Alguien quería apuntarse a la contienda? Es un combate cuerpo a cuerpo a pie.
Lord Evan apuntó con el arco. Esta vez, la diana estaba bastante más lejos. Demasiado lejos. Era normal, había que ir eliminando a los participantes de la cara a la gran final. Soltó la primera flecha, y supo que no iba a dar en el blanco.
Se secó el sudor y recordó la justa del bravo Ser Adrik. ¡Había aguantado a ser Jaime! Pero al final había sido derrotado, y en la derrota perdonado por su rival. Un gran gesto de un gran rival.
La segunda flecha también falló. Lord Evan escuchó tímidos aplausos, y alzó la mano para saludar al público. Entre la multitud vio a Lady Varya, y no pudo evitar sonreir. La última flecha... Daba igual, pues ese día el señor de la Casa Crogall se sentía un ganador aunque la flecha ni siquiera estuvo cerca de impactar.
Saludó a sus contrincantes y les deseó suerte en la final.
Motivo: disparo-1
Dificultad: 12
Tirada (3): 2, 3, 4
Guardados (3): 4, 3, 2
Total: 9, Fallo insignificante
Motivo: disparo-2
Dificultad: 12
Tirada (3): 4, 1, 3
Guardados (3): 4, 3, 1
Total: 8, Fallo insignificante
Motivo: disparo-3
Dificultad: 12
Tirada (3): 1, 3, 2
Guardados (3): 3, 2, 1
Total: 6, Fallo crítico
Whalen disfrutó como un enano del torneo. Agradeció, por supuesto, los esfuerzos de su maestro y mentor, Nicholas, pero su mente estaba en el campo, donde casi se podía sentir a él mismo volar sobre el caballo hasta golpear a Jaime. El mismísimo Matarreyes. A pesar de la mala fama de aquel hombre, el caballero perdonó la deuda a su primo y eso le hizo verlo con otros ojos.
Adrik había justado como un auténtico campeón y así se lo hizo saber, con ademanes efusivos.
Luego observó a su padre en la prueba de arquería. No estaba muy inspirado pero daba igual. Había demostrado que aún era un peligroso adversario, capaz de matar aun hombre con un arco. y él sabía que el arco no era el arma que mejor manejaba lord Crogall.
Aplaudió la intervención de su padre y su mente fue paseando por lo que se cernía sobre ellos. No había acudido a la posada tal y como había acordado con el soldado, pero esa noche acudiría, a la hora de cenar. Seguro que el soldado no dejaría de ir en busca del dinero prometido y, ciertamente, le extrañaba que no hubiera venido a verlo a su campamento.
hasta me va a sorprender siendo un hombre menos codicioso de lo que me pensaba.
Lady Varya acompañó a su esposo durante toda la mañana, la primera justa fue interesante pero el plato fuerte en opinión de la dama vino con la segunda. Estuvo muy atenta y cuando ser Adrik logró ser el único que no había caído del caballo por los golpes del Lannister aplaudió, con mesura no fuese a ser muy evidente a ojos extraños que en realidad estimaba a su familia, pero cuando estuvieron a solas se unió a las felicitaciones hacia el joven con una amplia sonrisa.
Por la tarde tocaba la prueba de arquería y antes de salir de las estancias privadas le dio un cálido beso a su esposo, sus ojos hablaban por ella, no importaba lo que pasase allí fuera ella siempre seguiría a su lado. Cuando el lord se separó de ellos la dama lo despidió de una forma mucho menos cálida de la que lo había hecho en privado, junto a su hijastro y el resto de la representación de la casa observó el papel que hizo con semblante serio ante sus fallos. La sonrisa que lord Evan le dedicó no halló respuesta en el rostro de la mujer, pero su corazón saltó en su pecho como aquella primera vez en Pentos.
La señora de la casa pensó que con los deberes del torneo ya atendidos quizás fuese hora de volver a casa y asegurarse que todo estaba bien en sus tierras, toda aquella conjura contra ellos y los Dannett hacía que quisiera volver cuanto antes, pero había prometido buscar una buena mujer para ser Adrik. Creyó que debido a lo sucedido en esa última justa el caballero tendría buenas oportunidades, pero antes quería hablar con él, saber su opinión, ella no era de Poniente y eso se notaba en algunos de sus actos.
Aquella jornada no aconteció nada más de relevancia hasta que llegó la noche, cuando un Capa Dorada de la Guardia de la ciudad se presentó ante el pabellón de los Crogall preguntando por Whalen y Adrik. Era aquel al que Whalen había prometido una generosa recompensa si les llevaba algo de información.
-Disculpadme señor, pero no pude acudir anoche tal como habíamos hablado porque algún estúpido decidió prenderle fuego a la Vieja Cantina en mitad de una pelea que se salió de madre. Hemos intentado descubrir algo sobre la muerte del buhonero y las pesquisas que hemos encontrado apuntaban a un vecino del Lecho de Pulgas que al parecer actuaba como asesino a sueldo, pero desde ayer por la noche no hay rastro de él en toda la ciudad. Lo más seguro es que se haya ido bien lejos al saber que se le buscaba.
Tras procurarles la información quedó a la espera de que se le recompensara como se le había prometido. No hizo gesto alguno para indicarlo, pero se quedó plantado en posición de firme y carraspeó ligeramente la garganta.
En otro orden de cosas, llegaron al fin noticias de ser Roshar, aunque éste no se personó en el pabellón familiar, del cual llevaba ausente más de un día entero. Un mensajero les hizo llegar un sobre lacrado con el sello del puño negro del caballero. La misiva decía así:
Estimado Lord Crogall, ruego que disculpéis mi ausencia pero he dirigido mis pasos de vuelta por el Camino Real donde me aseguran que hay una buena cosecha frutal.
PD: En mi próxima comunicación os enviaré una amistosa ardilla que he encontrado.
Whalen atendió al capa dorada, le ofreció una copa de vino y escuchó con evidente desánimo las noticias.
Le habrían pagado bien si ha decidido poner tierra de por medio. Tras ese comentario sacó un dragón de oro y lo dejó sobre la mesa para que el guardia lo tomara. Quizás ese asesino habló del encargo con alguno de sus amigos de oficio. Buscadme y traedme a alguno de ellos y tendréis otro dargón de oro. Supongo que no os importará que os ayudemos a limpiar la ciudad de esas pulgas molestas.
Su tono era algo duro. Estaba cansado de recibir golpes y tenía ganas de repartir alguno. Interrogar a un criminal del Barrio de las Pulgas le parecía una buena forma de empezar. En su mente bullía la idea que si le pagaron bien, seguramente no habría podido dejar de comentar con sus amigos la suerte que había tenido. La gente siempre comparte sus momentos de dicha, y para un asesino, que le paguen bien por matar a un desgraciado debía ser un momento de dicha.
El guarda tomó la moneda encantando, trató de disimular sin éxito que sus ojos se desorbitaran al ver la moneda de oro, más de la paga que recibía semanalmente, y la tomó guardándola en su bolsillo antes de que Whalen fuera a cambiar de idea. Asintió cuatro o cinco veces seguidas con entusiasmo para confirmarle que le ayudaría a encontrar a otros sospechosos que pudieran ser amigos del finado. Después trató de recomponerse y con voz grave le aseguró que la Guardia de la Ciudad agradecía sus servicios.
Después de que se fuera, ser Adrik se acercó a su primo y comentó su parecer sobre el asunto.
-Me temo que será una búsqueda infructuosa. -Le dijo ladeando la boca en una mueca. -Si ha desaparecido sin dejar rastro lo más probable es que haya recibido el mismo destino que el pobre Thanders después de terminar su trabajo. Así nadie podrá vincular a quien esté detrás de todo esto con el suceso. Y seguramente haya hecho mejor trabajo que ese chapucero. -Dijo haciendo notar que dejar el cadáver flotando en medio de los muelles no debía ser lo que alguien consideraría un buen servicio como asesino profesional al que se le contrata.
Asintió a las palabras de su primo. Seguramente tenía razón, pero prefería tenía tener a la guardia interesada en encontrar pistas que no olvidando la muerte de uno de los pocos amigos que habían hecho aquellos días.
Tienes razón, pero hasta las ratas tienen amigos. Quizás no saquemos nada de esto, pero tener a la guardia husmeando en cada garito y burdel del Lecho de Pulgas sobre Rog Thanders no nos distrae de nuestros asuntos y, quien sabe, quizás hasta se pone ese asesino nervioso y comete algún error. Necesitamos ese error. Me pone furioso ver como el lazo se va estrechando alrededor del cuello y no saber quien aprieta el nudo.
Le confiesa, con los puños apoyados sobre la mesa, blancos por la fuerza de la presión sobre ella. Flores, el Caballero Zorro... Todos los que podían hablar estaban muertos.
Por no hablar que me gustaría que se hiciera justicia con ese pobre hombre que ha perdido la vida por estar dispuesto a defender la honorabilidad de unos extraños... Añade, en un murmullo, casi avergonzado por dejar ese motivo para el final.
Lord Crogall sujetaba la nota de Blackfist, sin dejar de mirarla. Al mismo tiempo, Whalen y Adrik hablaban con el guardia y luego entre ellos. Su hijo hablaba de un lazo que se estrechaba alrededor de ellos. En su mente, Evan se imaginaba en una jaula del pantano que se hundía lentamente. El agua ya les llegaba por la barbilla.
-Ciertamente este enemigo invisible es una dura prueba para nuestra paciencia, comentó evocando el lema de los Crogall. -Todos nuestros apoyos, ya de por sí escasos, se han esfumado. Y seguimos sin nuevas pistas, aunque la misiva de Blackfist abre una posibilidad aunque remota. A ver hasta dónde llega.
No lograba entender qué podía haber encontrado Ser Roshar, pero deseaba con todo su corazón que tuviera éxito.
-Me inclino a pensar que Ser Adrik tiene razón. El asesino chapuzas ha sido eliminado con casi total seguridad por uno mejor. Pero tal vez esa vía nos lleve a averiguar lo bueno que es el asesino que se encargó de limpiar las huellas. Tal vez nos dé alguna pista más, aunque por el torneo ha llegado tanta gente que parece imposible identificarlo por su forma de proceder. Podría ser alguien de fuera. De todos modos, podríamos intentar ver algo más de ese asesino del Lecho de Pulgas. Si el guardia agita un poco aquel barrio, igual sale algo. Mientras tanto, hemos de seguir haciendo honor a lo de "paciente". Y espero por los Siete que pronto el destino nos permita pasar a "letal".
La señora de la casa presenció la llegada de la misiva de lord Blackfist y el intercambio de su hijastro con el capa dorada en silencio, apartada de las luces de la carpa como correspondía a una buena esposa, pero en cuanto se quedaron sin oídos indiscretos adelantó su posición y dirigió sus claros ojos a las palabras escritas del caballero. Maldijo interiormente lo críptico del mensaje, pues no le quedaba claro si la "amistosa ardilla" era en verdad amistosa para su causa o una ironía del hombre.
Asintió a su marido y se disculpó con todos para ir a descansar, por la mañana hablaría con Adrik antes de salir a dar una vuelta y tantear las calles.
El maestre estudió la nota de ser Roshar, mientras la leía para sí una y otra vez meditó sobre el críptico significado de la nota. Sostuvo la nota en una mano y se mesó la barba pensativo alrededor de la barbilla. Finalmente señaló la última palabra antes de la posdata y musitó más para si mismo que para el resto.
-Mmm. El escudo de los Dannett tiene una granada. ¿Se referirá a esa fruta?
-Hmm, podría ser, comentó Evan pensativo. -Puede que Ser Roshar haya localizado a los Dannett en el camino, o que ha ido en su busca. Espero que sea eso. ¿Y la ardilla? ¿Alguna idea?
Motivo: Ingenio
Dificultad: 0
Tirada (4): 5, 5, 6, 1
Guardados (4): 6, 5, 5, 1
Total: 17, Éxito asombroso
Tirada de Ingenio por si a Varya se le ocurre algo que yo estoy espesa ^^
Lady Varya tomó la nota de las manos del maestre cuando éste terminó de inspeccionarla y le dio vuelta a alguna cosa en ella escrita. Parecía evidente que con la alusión a la fruta se estaba refiriendo a los Dannett, tal y como apuntaba el maestre Nicholas. No había que olvidar que los hijos de Edan Ward, el maestro de armas de los Dannett, se habían quedado en la ciudad. También cabía esperar que, con lo cauteloso que solía ser el caballero, realmente no se hubiera ido hacía el norte por el Camino Real, probablemente hubiera tomado otra dirección o se habría quedado en Desembarco del Rey. La única dirección que parecía segura que no había tomado era la que indicaba el mensaje. Varya se preguntó si al decir que iba de vuelta por el Camino Real, no estaría diciendo en realidad que los Dannett no se habían ido.
El tema de la ardilla les descolocó bastante. No era una referencia que pudiera reconocer. No le venía a la cabeza ningún escudo conocido de alguna familia que portara una ardilla como emblema. Pero si pretendía enviarla, podría tratarse de algún aliado. Varya recordaba haber escuchado a ser Roshar nombrar a alguno de aquel grupo de niños zarrapastrosos que en ocasiones lo ayudaban refiriéndose con apodos similares: Rata, Ratón, etc.
Con las palabras del maestre y de su esposo la señora de la casa volvió sobre sus pasos, cogio la nota de entre los dedos de Nicholas con una tenue sonrisa de permiso y se puso a leerla con detenimiento. Sus cejas se movieron en un par de ocasiones y sus labios primero se distendieron y luego se fruncieron.
-La ardilla será alguno de sus jóvenes informantes. -sentenció bastante segura de que era a lo único a lo que se podía referir el caballero, pues recordaba que éstos tenían nombres así, de pequeños animales.
Para la siguiente parte ya no adoptó ese tono tan asertivo, ella no era nada íntima del señor del puño negro, apenas habían cruzado palabras sueltas y frases de cortesía en los años que llevaba en Heavybridge, pero sí creía saber algo de escribir mensajes que no quieres que si interceptan entiendan.
-¿Y no sería posible que haya puesto lo contrario a lo que está haciendo para que, cuando ojos indiscretos hayan leído esta carta, no puedan encontrarlo? Que en realidad esté aquí buscando entre los últimos Dannett, que serían los hijos de Edan Ward el maestro de armas, las pistas que nos faltan... O incluso que los Dannett no se hayan ido.
Con esa última frase casi susurrada Varya se quedó pensativa.
Con aquellas intrigante carta de ser Roshar se fueron a descansar un día más, con la impresión de que los cuchillos seguían sobre sus cabezas acechando de las sombras a pesar de que todo aparentaba estar más tranquilo. Únicamente quedaba un día más de torneo y celebraciones. Y tenían la creciente sensación de que una tormenta se estaba formando sobre ellos, dispuesta a descargar con toda su fuerza antes de que todo acabara.
Pero al menos el caballero del Puño Negro parecía seguir una pista.