-Sí. - Afirmó el hombre asintió ante la pregunta que le dirigía Ser Roshar. - Tenía una cicatriz en la cara, desde el ojo a la barbilla. -Dijo señalándose en su propia cara el recorrido de la cicatriz.
El buhonero por su parte mantenía la atención en lo que estaba sucediendo y compartía la preocupación de la comitiva ante el asalto sufrido. No en vano, también podría haber muerto si el ataque hubiese estado mejor elaborado. Después de que todos hablaran, volvió a reiterar su ofrecimiento como testigo de lo allí ocurrido si dado el caso lo necesitaban en Desembarco del Rey.
Ser Roshar se giró hacia el hombre que definía la cicatriz en su propio rostro con cierta sorpresa.
- ¿Y no te pareció lo suficiente relevante para comentarlo cuando preguntamos por su aspecto?
Arqueó una ceja mientras preguntaba y, cuando calló, negó con la cabeza.
Aquello confirmaba, a todo parecer, que se trataba del mismo hombre que había contratado al mercenario bastardo y al grupo de cadáveres que habían acabado siendo pasto de los lobos. Y según la información que habían obtenido había sido Alfric Dannet quien había contratado al caballero Zorro... La historia iba a ser difícil de validar ante el Rey...
Scarlett se quedó pensando en si había oído el apodo de "Zorro" para algún asesino a sueldo de los lores. ¿Habría algo de su pasado que lo pudiera ligar con los Dannet?
Lady Varya se mantuvo en la misma posición oyendo las diferentes respuestas, parecía que todo giraba en torno al mismo tema pero les faltaba la pieza central, el conspirador en la sombra. Al menos con las declaraciones de esos dos y del buhonero tendrían apoyo a su versión, deberían hablar sobre cuál iba a ser esta, pero ya no les quedaba tiempo para hacerlo sin oídos indiscretos.
-Entonces alguien quiere que nos peleemos con los Dannett. -dijo con tono de sorpresa, como si su cabeza hubiese caído en ese detalle en ese momento -Pero qué motivo podrían tener ellos para atacarnos, la relación no es la mejor pero de ahí a usar las armas...
Su mirada asustada buscando la de su marido. Quería que esos tres hombres, ajenos a la casa, entendiesen que ellos no habían hecho nada y que todo ese tema les venía de nuevo.
El maestro de armas se acercó a Ser Roshar y a su señor ante la indicación de este último. Tras escuchar las palabras del resto y meditar un segundo dio su opinión:
-No tendría ningún problema en ajusticiar aquí y ahora a cualquiera que osase atacar a nuestra casa y a cualquier miembro de la casa. -Una mirada feroz a los dos prisioneros les confirmó, aun sin que hubiesen escuchado nada de lo dicho, que hablaban de ellos y no para bien. Galdrín relajo la mirada y continuó hablando. -Aun así, tengo que coincidir con el maestre y Ser Roshar, nada de lo que digan esos dos desgraciados nos servirá de ayuda en un juicio, sin embargo nos conviene...-se aseguró que su voz no se oyese fuera del circulo cercano -... nos conviene dar una imagen de familia justa y no que... impartimos justicia libremente por el camino.
La sola imagen de tener que custodiar a dos prisioneros heridos hasta Desembarco le daba dolor de cabeza, más retrasos, pero con testigos en la comitiva no podían permitirse el lujo, como decía el maestre Nicholas, de incomodar a más gente y así dar pie a que se hagan preguntas.
El maestro de armas comprobó, con las palabras de Lady Varya, que al menos el resto de la comitiva pensaba de una forma similar de forma que se puso a pensar la forma de continuar la comitiva mientras esperaba la respuesta de su señor.
Whalen observa a Varya con curiosidad.
¿Motivo? ¿Los Dannett? Bueno, ahora mismo, supongo que creer que les hemos saqueado algunas granjas... Y encima creer que, en ese caso, seríamos tan lerdos como para dejar un escudo, con nuestro blasón, en medio de la carnicería.
Baja la vista, meditando con la vista perdida en la testuz de su yegua.
La pregunta es más bien la anterior. ¿Quién quiere que nos peleemos con los Dannett? Alguien que pueda sacar beneficio de ello... ¿Milord? ¿Ser Roshar? ¿Nicholas? ¿Alguna idea?
A pesar de citar esos tres nombres, la vista del heredero se pasea por todos los presentes. A él no se le ocurría nombre alguno, pero quizás alguno de ellos podía recordar alguna rencilla pasada con otra casa.
Mientras espera una respuesta sigue meditabundo, dando vueltas a todo lo dicho y vivido.
Pelear... Lo que es pelear no nos hemos peleado... Y quizás no es exactamente ese el objetivo. De momento hablamos de una campaña de desprestigio... y quizás hasta nos denuncian ante el rey. ¿El objetivo de estos ataques con falsa bandera a nosotros? Hacer que perdamos los nervios y ataquemos a los Dannett? Denunciarlos a su vez ante el rey por romper la paz real? ¿Porqué matar a Flores? ¿Qué sabía él? La identidad del Caballero Zorro. Él nos dijo el nombre y era nuestro único vínculo con el verdadero agresor. ¿Cómo vamos a encontrar a ese tipo?
Asentía a las palabras cada vez que escuchaba los comentarios e ideas de cada miembro de la comitiva. Suspiró y de sus labios de dibujó na leve sonrisa por un instante. Que los siete sean con todos vosotros. Con la autoridad propia de un señor, algo que le salía tan natural como respirar a Lord Crogall, habló con Galdrín.
- Los entregaremos a las autoridades locales, si fueran mis tierras me tomaría muy a mal lo contrario. – Se aseguró de que todos los presentes recibieran el mensaje.
Volvió a darles las gracias al señor Thanders y aceptó su propuesta. Miró con seriedad a su heredero hasta que sus miradas se cruzaron. Le guiñó un ojo junto con una pequeña sonrisa, quería trasmitirle que tenía confianza en él.
- Nos acusaran ante el rey, de eso no me cabe duda. - Hizo una breve pausa - Debemos estar bien atentos para buscar al culpable, seguramente estará bien preparado para no ser visto. – Y cuando lo encontremos más vale que rece a los siete para que su vida se acabe lo más rápido posible. Su semblante permaneció pétreo para evitar un atisbo de vida – Sed pacientes.
Volvió a su lugar en la comitiva y dejó a sus hombres hacer su trabajo para continuar la marcha. Habló con el personal no bélico para darles palabras de ánimo. Mientras tanto empezó a pensar en que enemigo tenían en común las dos casas.
thorom, hago una tirada de conocimiento (o lo que toque) para ver si me viene algo a la memoria?
Editado por el dj: no hace falta que tiréis. No sabéis de nadie que os desee algún mal, ni tampoco estáis enfrentado con nadie, salvo los Dannett.
Ser Roshar cruzó entre los miembros de la familia hasta alcanzar su montura y se aupó sobre ella con destreza. Escuchaba las palabras de los presentes en silencio, adoptando su aire distraído y ajeno. Palmeó el lomo de Pomposo, dedicando un fugaz pensamiento en su otro animal, y lo guió hacia el camino. La decisión estaba tomada y debían acabar el viaje, Desembarco les esperaría con aun más sorpresas.
Tomó un poco de distancia de la comitiva mientras esta reiniciaba la marcha. Su mente no cesaba en el empeño por desentrañar la trama que se tejía contra ellos. Aunque presentía que la desaparición de Lady Dannett, de ser un hecho el que había impelido a los Dannet a semejante movimiento, podía ser el motivo de la ofensiva.
Al no averiguar Scarlett nada sobre la carta decidió memorizar la forma de sus letras y particularidades de la escritura. Si ahorita no me revela nada, quizá más adelante si.
En lo que la comitiva se movía y decidía que hacer, comenzó a escribir una lista, tarareando mientras lo hacía. Después de un rato de llenarse de tinta los dedos llamó a Whalen. Maridito, ¿puedes venir tantito?
Estoy escribiendo una lista de las cosas que tan quisieeeran tener para mi cumpleaños, que es muy pronto y quería que la fueras viendo de una vez.
Repasaba su lista con la punta de la pluma, pensativa. Aunque claro, no tendrías que esperar tanto tiempo y podrías, si quieres, conseguírmelas antes. Así daría espacio y tiempo para pensar en otras nuevas.
Whalen acude presto a la llamada de su esposa. Más cuando el tono parece agradable y ya tiene la mente muy ocupada con temas funestos.
Eh? Oh?... Claro, claro, por supuesto... Sin duda, Desembarco es el lugar ideal para poder ofreceros lo que os pueda gustar.
Estira el cuello para observar la lista, con algo de miedo. Conoce de los gustos caros de su esposa, la cual parece no recordar que vive en un agujero lleno de lodo y lagartos-león.
Oh... Creo que no va a ser barato...
Y... Decidme, milady... ¿Cual de esos regalos sería el que os hace más ilusión?
El joven Whalen se encuentra dividido entre la necesidad de velar por el futuro de su feudo y por el deseo de agradar a su sofisticada esposa... Aunque la batalla está perdida de antemano desde el momento en el que posa su mirada en los hipnóticos ojos de Scarlett.
Lista de regalos>
Mira, se que es mucho. Pero lo quieeroooo mucho mucho, con todo mi corazón. Si no se puede todo ahorita, nos esperamos a que seas Lord, pero velo teniendo en mente. Toma en cuenta que no quiero un regalo de último momento, que ni pensado para mi bien lo tengas, aunque se vea bonito.
Ah, y un vestido verde-dorado con muchas perlas estaría muy bien también. Para el mero día del cumpleaños, si. Y lo estrenamos bailando.
Whalen lee la lista. Vuelve a mirar a su mujer. Vuelve a mirar la lista.
Sin duda no sabe si reír, besarla o sencillamente caerse del caballo.
¿Pero qué...?
Hay algunas cosas que las ve más factibles que otras, aunque comparte plenamente el deseo de sacar a su feudo del atraso en el que se encuentra.
Sólo una Tully puede pensar en esa escala... Como si pudiera comparar su feudo con el nuestro. Representante de los banqueros... Creo recordar que el último (y único) prestamista acabó en una de las jaulas por raspadura de la moneda... Creo...
De todas maneras el heredero le dedica una sonrisa cómplice y una mirada pícara cuando acaba de leer lo del vestido.
Qué astuta ha sido al poner lo del vestido al final...
Iba a cambiar mi post de antes, pero realmente no va a salir barato tampoco... ;-DD
Es una lista muy interesante...
Comenta con una sonrisa picarona.
Creo que de momento me centraré en ese vestido que decís... Sería una lástima perderme ese baile.
-Así se hará señor. -Galdrín se giró hacia el Nicholas. -Maestre, ¿están en condiciones de caminar los prisioneros?
Tras escuchar la respuesta del maestre, el maestro de armas se dirigió hacia sus hombres y comenzó a darles instrucciones de como proceder para continuar la comitiva custodiando a los prisioneros. Se aseguró de que el resto de la comitiva también entendiese su posición en la nueva distribución para no dar pié a ningún imprevisto, si es que eso era posible en este viaje.
Algún día llegaremos a Desembarco... y entonces todo será más complicado. -Galdrín suspiro con resignación y subió a su montura para colocarse junto a Ser Adrik y escuchar su opinión de todo aquello.
Se entiende que las instrucciones van acorde con lo que me diga el maestre (para ahorrar un post): si pueden caminar pues perfecto, caminarian atados a alguna montura y si no es así se les haría un hueco en alguna de las carretas.
La comitiva reemprendió la marcha después de un haber superado el nuevo incidente, el cual les había retrasado aún más. A aquellas alturas ya deberían estar en Desembarco y sin embargo todavía les quedaba un trecho por recorrer por culpa de la emboscada y todas las distracciones e inconvenientes que ésta había provocado. Galdrín y Ser Adrik, quienes abrían la marcha y se habían estado encargando de la planificación del viaje, se dieron cuenta de que llegarían a la ciudad entrada ya la noche.
No obstante, el retraso les había servido para enterarse de datos muy jugosos sobre quienes podrían estar detrás de aquella sucia jugarreta contra su buen nombre. Si bien la figura del misterioso Caballero Zorro cada vez se hacía más patente, el testimonio de los asaltantes sirvió para comprobar que habían sido engañados para emboscar al grupo en nombre de los Dannett, aunque todavía no quedaba muy clara la participación de la Casa rival en las últimas acciones contra ellos. ¿Estaban tratando de enfrentarlos?, pero de ser así, ¿quíen y por qué?. ¿El Caballero Zorro?, ¿qué ganaría él con todo aquello?. Únicamente encontraban más incognitas y ninguna respuesta.
Michael Kfraft y Thomas Hen, los asaltantes, se sumaron al grupo por el momento. Uno de ellos se tenía en pie, pero el otro estaba muy malherido y apenas podia moverse, por lo que tuvieron que colocarlo en una de las carretas. Más adelante, encontraron un puesto avanzado de Capas Doradas, la Guardia de la Ciudad de Desembarco del Rey, donde podrían dejar a buen recaudo a los prisioneros y dejar que ellos se encargaran de transportarlos a la ciudad y custodiarlos hasta el juicio que sin duda pedirían al Rey.
Cambiamos de escena: Bienvenidos a Desembarco del Rey