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Por los clavos de cristo

Los secretos de Cova dos Mouros

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28/01/2023, 18:44
Director

Para todos aquellos que tengáis la curiosidad de saber lo que en este pueblo acontecía, os dejo unas líneas extra, explicando todo, tanto de donde salió la idea, que hay de cierto en los datos, como la trama no descubierta, aunque parte ya la habréis intuido.

Yo me he criado en una aldea de la montaña lucense, hasta los casi 6 años viví allí, y muchas noches, junto al lumbre de la cocina de leña, mi abuela, antes de dormir, me contaba cuentos en los cuales había mucho folclore mitológico. Cuando descubrí aquelarre, decidí echarle un ojo a toda la bichería que aparecía, y hacer un popurrí de aquellos cuentos de mi infancia.

La descripción de Cova dos Mouros se basa en lugares cercanos a donde viví de pequeño y donde vivo ahora (especialmente los externos: el castro, la cabaña, el molino, el bosque...). Algunos personajes, como Pardo Ferreiro, existieron de verdad, y tuvieron un papel notorio en una revuelta contra la nobleza gallega llamado "revolta irmandiña". El párroco y el hombre viejo y renqueante están basados en los curas de mi pueblo, y Xoan de Ouro y Castelo en el "pedáneo" de mi parroquia cuando era pequeño.

Dicho esto, voy con la trama:

Los mouros:
Son criaturas, según mi abuela, que iban a su bola, y vivían en los terrenos bajo los castros, que ellos mismos había excavado poco antes de la llegada de los romanos. Se dedicaban a acumular oro, pues sabían transmutar metales. Como los romanos codiciaban este metal, habían perdido la confianza en los humanos, que antes tenían, y se habían enemistado con estos pero, en ocasiones, corrompían hombres de bien, que eran queridos en sus comunidades, como los curas de pueblos, para que estos les hicieran de recaderos. No solían tolerar la presencia de humanos que ellos no hubieran autorizado, por eso a veces aparecía gente muerta cerca de los castros, por codiciar su oro. Estos seres no podía salir a la luz del sol, salvo que se convirtieran en serpientes, por eso hay que escapar siempre de estas últimas, y matarlas si se ven de día, pues no tienen forma de defenderse.

Con esta excusa, metí la trama de la niña que, jugando en el bosque con sus amigos, vio una cueva y decidió entrar, encontrándose a los mouros e intentando escapar de ellos, pero estos la mataron, y quedó a la puerta de la misma allí muerta. Onofre la encontró y la llevó al pueblo, encontrándose a medio camino con Sara, la noble, que sabiendo lo repudiado que era, decidió llevarla ella, y defender la ayuda de Onofre.

Sara, la noble: Sara es una moura, que nada tiene que ver con los mouros. Según mi abuela, son mujeres muy bellas que viven en la naturaleza, y que pueden suponer la perdición o la bendición de un hombre, pues cualquiera al verla, queda enamorado de por vida. Dependiendo de la pureza del alma de este, la moura puede corresponderlo o no. En temas de la partida, no tiene mayor importancia, ya que es inofensiva fuera de los efectos de seducción, y es realmente "buena", pero cualquier tirada específica o investigación os haría saber que era un ser mágico/relacionado con "brujería". Estaba un poco para despistar. Nadie siguió esa trama, aunque un par de jugadores, "sintieron" algo raro en su presencia.

[B]Xoan de Ouro e Castelo[/B]o: El noble de Cova dos Mouros, un hombre recto y piadoso, pero también de ciencia, que sabía del poder del conocimiento del pueblo judío, y por eso llamo a Jacob para que le ayudase, pese a la oposición de sus consejeros más cercanos: Pardo Ferreiro por desconfianza hacia el pueblo de David, inspirada por su fe verdadera, y de Julián el viejo del que no llegasteis a saber mucho, pues estaba metido en la muerte del padre de Xoan, y temía que Jacob lo descubriese.

El difunto señor de Ouro e Castelo: Antiguo señor, que había amasado una fortuna durante su vida, a través de la austeridad y el trabajo duro (de sus siervos) y había, ciertamente, hecho mucho por el pueblo (no así por sus habitantes). En los últimos tiempos...había desarrollado Alzheimer, y cada vez se deterioraba más. todos los rumores que escuchasteis, no eran más que descripciones de como esta enfermedad iba avanzando, si bien su muerte no fue natural. Murió envenenado.

Julián: El que os describí como viejo renqueante, Julián estaba enemistado con el difunto, pues pese a ser su consejero (y alquimista a escondidas), no gozaba de la calidad de vida que esperaba tener, ni obtenía las recompensas monetarias que esperaba de su señor. Estaba esperando a que se muriese para intentar moldear al nuevo señor, y obtener lo que "se merecía". La llegada de un Judío como Jacob, le puso nervioso, y ante el temor de que el viejo se recuperase, decidió recurrir al veneno para matarlo. También azuzaba a Pardo Ferreiro, viendo que este no gustaba de los judíos, para matar dos pájaros de un tiro, no fuera a ser que Jacob hablase con Xoan y le explicase que había muerto envenenado, si se llegaba a descubrir. En su casa había pruebas para incriminarlo.

Onofre: Onofre había sido durante la revolta dos irmandiños el castellano, es decir, el puesto de Pardo Ferreiro. Un tipo competente y eficaz, que se había ganado la posición a pulso. Un día, en una escaramuza, desapareció y lo dieron por muerto. A los meses, apareció por la aldea de nuevo, pero se quedó a vivir en las afueras, en la antigua cabaña del molinero. Varios intentaron contactarle de nuevo, pues era alguien querido, pero siempre que veía gente acercarse, huía al bosque. En el mismo tiempo, empezaron a desaparecer personas en noches de luna llena, nadie sabía por qué.

Lo que pasó en realidad, es que al volver de una escaramuza, el cahueco, un espíritu infernal, mató a los soldados de Onofre, y maldijo a este último con la maldición del lobisome, que le convertía en este ser las noches de luna llena. Onofre sabedor de esto, pero amando a su pueblo natal, se instaló a las afueras. Pero acababa perdiendo el control en luna llena, y mató a varios campesinos.

El lobo blanco:
El lobo blanco, según mi abuela, es el espíritu de un peregrino asesinado en el camino, bendecido por el propio Santiago. Es un lobo enorme, sobrenatural, que vela por que el camino sea seguro y permanezca alejado de todo mal. Este lobo, custodiando el camino, se enteró de la existencia de un hombre lobo, y acudió a Cova dos Mouros con la intención de exterminarlo. Cuando conoció a Onofre,y vio que en realidad era buena gente, pero que estaba maldito, se dedicó a pasar las noches de luna llena custodiando el bosque de Onofre e impidiéndole salir de él (de ahí la escena que viviste tú, Gonzalo, y lo que visteis todos. Desde que el lobo blanco de Santiago apareció, Onofre estaba custodiado y restringido al claro del castro. Aún así, el espíritu de lobisome de Onofre, buscaba frenéticamente poder comer algo, y se peleaba con el lobo, saliendo siempre mal parado, por lo que le tenía bastante miedo al final.

Con el tiempo, aprendió a dominarse, y cuando encontró a la niña muerta, y encontró al culpable, dedicó esfuerzos a matar Mouros e intentar descubrir al párroco. Dentro de su obsesión, acabó por solo poder decir aquello que había descubierto "por los clavos de cristo". Él, en su forma humana, había descubierto al párroco usando la trampilla, pero no se atrevía a bajar y luchar, solo lo haría como lobisome, pero en forma de lobisome, el lobo blanco de santiago no le dejaba salir del claro, por lo que estaba buscando desesperadamente alguien que puediera ayudarle...

Para rematar, el amuleto de Abraham:

En la creación del personaje de Abraham salió que tenía un objeto sagrado heredado de generación y generación, pero que no sabía para que servía.

Decidí buscar algún amuleto del manual que pudiera encajar, pero que solo se activase con algún rezo de fe verdadera. Así que encontré un hechizo-talismán (cuyo nombre no recuerdo ahora) que lo que hacía era devolver a las criaturas que secruzaban con él a su "hábitat" natural. Si era algo demoníaco, pues iría al infierno, si es un humano, volvería a la tierra en algún lugar cercano, y así sucesivamente. Cuando se puso a rezar en la torre, me pareció un momento sublime para ponerlo en uso.