Partida Rol por web

Examino la joya durante unos segundos, como no me dice nada propongo a mis compañeros la opción que se me ha ocurrido.

Podríamos ir a alguna joyería o a donde algún artesano joyero, para ver si la reconocen y con un poco de suerte se acuerdan de quien fue el que la compro.
 

Quizá sea una buena idea, pero en cualquier caso creo que deberíamos hablar antes con la baronesa. Que sepa que tiene ayuda de casa...

Tras decir esto a mis compañeros me giro al sirviente.

¿Dónde dijiste que se alojaba la baronesa?

- En el castillo, con la señora Alliara.

- A mi me gustaría ser más discreto. Esa joya será bonita o fea, pero desde luego llama la atención. Si es un simple regalo no pasará nada, pero si representa algo más podemos estar haciendo saltar alguna alarma.

En cuanto a la visita a la Baronesa.

- Yo querría encontrar algo más de información por aquí, pero podemos anunciarnos antes.

Estoy de acuerdo con Truvio, creo que lo mejor seria poderle dar a la baronesa alguna. noticia buena

Como veais, no obstante, creo que la baronesa agradecerá saber que estamos aquí y posiblemente nos pueda dar alguna indicación de por donde empezar. Aunque parece que vosotros lo tenéis más que claro.

Comenta Quarion ignorando nuevamente al sirviente.

Eyskhan habla convencido

-Pues yo estoy con orejas largas. Creo que la baronesa necesita saber que hay alguien encargándose del asunto. No hay nada peor en estos momentos que el sentir que no puedes contar con nadie. Además , estamos aquí en representación del barón y él iría a hablar con la baronesa.

Piensa durante un momento y continúa

Además, no veo quién sale beneficiado de no ir a hablar con la baronesa...Ella seguro que no, y nosotros? Si es por que un posible espía nos relacione con el tema, no me preocupa. Y si es por conseguir un mejor efecto llevando una buena noticia, no me importa la impresión que pueda dar, mientras la baronesa se encuentre bien.

Por lo tanto, salvo que logreis convencerme de lo contrario voy a ir a ver a la señora y a ponerme a su disposición.

Truvio cede en su postura, que tampoco era muy razonada.

- Vayamos pues a ver a la baronesa, no hay que ponerse extremistas.